"Lo imaginaba adolescente en los topes del tranvía bajando hacia las playas de Argel, dispuesto a pegarse un baño junto con otros muchachos árabes, todos hermanados por la misma luz, por la misma pobreza. Pegarse un baño, en el argot del francés de Argelia, es una expresión que incluye lo que ese acto tiene de combate al abrazarse al agua, dejando que sea el mar el que te azote. Aprendió la libertad de la miseria. Todos eran pobres en aquella arena deslumbrada de Argel, entre barcas con pantoques color naranja, el adolescente Albert Camus y sus amigos árabes en cuyos cuerpos desnudos resbalaba el mismo sol mojado. La dicha aún tenía sentido: empezaba y terminaba en la piel..."
¿A qué apetece seguir leyendo? Pues es el comienzo del libro del que os quería hablar hoy.
Tengo otra vez atasco con las reseñas de libros que he leído. Os debo algunas. Así que vamos a por otra.
Os quería hablar del libro "Póquer de ases" de Manuel Vicent.
Cómo podéis imaginar por el comienzo que os he copiado, es un libro en el que el autor hace un retrato tanto literario como psicológico de 31 personajes de la literatura de siglo XX: Camus, Miller, Becket, Cortazar, Greene, Casares, Joyce, Faulkner, Lampedusa, Céline, Parker, Conrad, Woolf, Scott Fizgerald, Thomas, Capote, Pessoa, Pla, Williams, Rilke, Proust, Gide, Kafka, Stein, Hesse, Baroja, Hemingway, Benet, Borges, Azcona, y Mann.
Provienen de pequeños artículos o "daguerrotipos", nombre de la sección del suplemento Babelia en la que han ido apareciendo la mayoría de los textos. Son apenas tres hojas para cada personaje pero escritas con esa prosa poética de Vicent, esa forma de contar las historias que te las hace tan agradables casi entrañables y querrías que no acabaran.
A mí me ha gustado mucho. Me encanta como escribe Manuel Vicent, como cuenta las historias salpicándolas de anécdotas, diciendo las cosas claras pero al mismo tiempo de forma tan amena, cercana, afectiva. Os dejo con un ejemplo donde habla de Rafael Azcona:
"Nunca contó un chiste, pero no decía nada que no fuera sorprendente y divertido. Nadie veía lo que él veía. Azcona tenía el don de convertir lo cotidiano en surrealista y por muy extraña que fuera su salida, al final llegabas a la conclusión de que tenía razón y que te acababa de mostrar el revés del espejo. Antes de volver a casa a pie o en autobús, en la sobremesa con los amigos, había desmitificado el amor, la patria, Dios, la iglesia, la política, el dinero, el ejército, los banqueros, los obispos, todo con ejemplos y datos concretos, inapelables, sin retórica alguna, sólo con la ayuda de un par de orujos".
Y en otros de forma tan poética, como en éste sobre Rilke:
"Lo suyo era rozarse con las amantes como con las alas de los ángeles. Buscaba una mujer que fuera guardiana de su soledad. Por lo demás el poeta solo necesitaba silencio. Clara le dió el silencio y la lejanía..."
Las páginas que hablan de Benet me gustaron especialmente, donde alude claro a su relación con su amigo Martín Santos:
"Sabían que un día romperían a escribir y en este sentido se vigilaban mutuamente como corredores antes de sonar el disparo de salida".
Hay muchas notas autobiográficas en el libro porque ha conocido a algunos de los autores de los que habla y con otros al menos ha coincidido alguna vez. Y desde luego por todos siente admiración.
Es un libro que se lee muy rápido, no solo porque sea corto, sino por lo ameno y entretenido que es.
Está salpicado de caricaturas de los escritores que preceden a su texto. Estas ilustraciones están a cargo del ilustrador Fernando Vicente. Os he puesto algunas. Están bien ¿verdad?
Y lo mejor de este libro es que puedes aprender. Me gustan los libros en los que además del placer de la lectura está el de enseñarte, sobre todo si es literatura.
Está editado por Alfaguara, pero ya lo tenéis en bolsillo, mucho más económico.
Yo desde luego lo pienso releer, a la menor oportunidad.
Gracias por la recomendación, Rocío, siempre tan amable.
ResponderEliminarNunca he leído a Manuel Vicent, pero con esas reseñas que has apuntado, me apetece hacerlo.
Aprovecho para desearte un buen mes de agosto. A partir de mañana estaré de vacaciones hasta septiembre (aunque curiosamente en vacaciones es la época del año que menos leo), así que espero que nos sigamos leyendo a la vuelta.
Un fuerte abrazo, Rocío, y gracias por todo.
Iñaki, Manuel Vicent me gusta mucho. E incluso le he ido a ver a alguna conferencia al Círculo de Bellas Artes y da gusto escucharle porque es muy ameno y te cuenta un montón de anécdotas. Creo que en el blog hablé de una de ellas del Festival eñe (imagino que estará en esa etiqueta). Y bueno claro que te lo pases muy bien en tus vacaciones. Que descanses y aproveches el ocio en lo que más te apetezca. Y claro que sí, a la vuelta aquí nos encontramos. Un beso Iñaki, Rocío
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