"Viajar
Primero te deja sin palabras
luego te convierte en narrador"
Y de pronto, en una preciosa ciudad del norte, tropiezas con esa frase en una pared.
No importaba si procedía de una agencia de viajes o una tienda de ultramarinos, era una de esas frases que, al verte, saltan desde su lugar y se te anudan al cuello como el más amoroso de los pañuelos, sin pedirte ni permiso.
No es que tú quieras llevártela, es que la frase quiere irse contigo.
Es de viento, de sol, de agua de mar y caricia.
¿Cómo vas a decir que no?
Y con ella anudada al cuello y una sonrisa espontánea estirándose en tu cara, echas a andar, mientras con la mano te la sujetas bien cerca, cerquísima, de la piel.
¿Os habéis fijado? pareces decir a todos los que se cruzan contigo, sin pronunciar palabra.
¿Os habéis fijado?
Me sienta bien.