Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

jueves, 21 de enero de 2010

Aureliano Cañadas. Poeta y compañero de tertulia


Cada miércoles llega a la tertulia tan tapado, que apenas se le ven solo las gafas y por detrás de ellas, cuesta ver como te reconocen sus ojos amables. Llega tan tapado como si viniera o fuera a Siberia. Pero no, viene al centro de Madrid, viene a estar con nosotros, los de la tertulia. Puntual, agradable, siempre me saluda con un "Hola niña" y una sonrisa. Da gusto verle llegar.

Aureliano Cañadas, el sabio de nuestra tertulia. Sabio porque como decía mi abuelo "la experiencia es un grado" y él nos da cien mil vueltas a todos en experiencia.

Aureliano Cañadas (Almeria, 1936) nos lee sus delicados poemas con el sentimiento de quién los disfruta, nos enseña sus cuadros de flores secas acompañándolos de poemas, y hasta de vez en cuando se arranca y nos canta fados y canciones en frances en voz baja. Qué lujo.

Le conocí hace ya al menos diez años, porque una vez Javier le trajo a nuestro taller de creación literaria para que nos hiciera una lectura de sus poemas. Tiene en su haber varios libros de poemas publicados, bastantes premios, ha dado lecturas en diversos centros, prologa antologías poéticas y muy a menudo hace la presentación en lecturas poéticas de otros poetas.

Pero además de todo eso, quiero estar con nosotros cada miércoles. Y cuando se va aún nos dice frases como: "Qué bien se siente uno con vosotros. Qué calorcito más humano hay aquí, ó Que suerte haberos encontrado". Eso sí que es humildad al despedirse.

Porque la suerte es nuestra. Porque ojalá cuando yo tenga setenta años mi cuerpo acompañe unas ganas semejantes a las suyas de escribir y de recitar, de tertuliar y de compartir las letras. Ojalá.

No, Aureliano, tú eres digno de admiración. La suerte es nuestra.

Os dejo con su obra, algunos de sus poemas de distinto tono y una poética suya.


Del libro "Telémaco, el sur de otra vida"


Dime la verdad para que yo la sepa.
HOMERO. LA ODISEA .

Para que tú la sepas como el nombre
de tu padre,Telémaco,
te diré la verdad: por ellas sólo,
por sus grises cabellos enredados
entre las algas, senos
como medusas pútridas,
y jamás por sus jóvenes
compañeras, prudentemente se hizo
atar al duro mástil
de la nave, cautivo
de sus voces horrísonas,
de su llanto y su cólera.


Libros de poesía de Aureliano Cañadas:

Nunca llega el olvido (1979).
Lengua para hablar solo (1985).
Oscuros son los signos (1990).
Menos nuestro dolor (1993).
Porque soy Teseo (1995).
Máquina, el hombre mismo (2000).
Telémaco, el sur de otra vida (2004).
Doble vida (2005).

Poética de Aureliano Cañadas: "Cómo podría yo instalarme en una poética, yo que no estoy seguro de nada. Cómo podría definir ese fuego del que algunos quedan tan lejos y donde otros arden eternamente. La poesía se define por lo que no es: no es rima, anécdota, reflexión o sólo ritmo. La imagen es una arma imprescindible cuando se quiere salir a cazarla; la emoción también. Pero ni siquiera ellas nos aseguran que volvamos con una buena pieza y no con las manos vacías. " Aureliano Cañadas. Cátedra Miguel Delibes

Y ahora un par de poemas que nos ha leído recientemente:

POR EL AMOR QUE NO HICE

Jamás me entregues
a la voracidad de la tierra, a su desgana.

Cuando llegue el momento, sea tu hijo, no tú,
como a orillas del Ganges, el que prenda la pira

para que arda mi boca por todas las mentiras
que dije:

mis manos,
por todo aquello que nunca supieron dar:

mi pecho,
por tantas veces como fui cobarde;

mi vientre,
por todo cuando
comí sin acordarme del hambre de los otros;

mis pies,
por todas las semillas que pisaron;

para que arda mi sexo
por el amor que no hice.


Y, éste que dedica a su hija Celia Cañadas (a quién trajo un día a la tertulia y también se quedó con nosotros):


-->
LA MUJER JIRAFA
A esta mujer jirafa, a quien la vida
inexorablemente va alargándole
su collar de marido, hija, empleo,
señor de cuellos y úteros, no permitas
que el Maligno jamás
se lo retire y vea cercenadas
su magnolia cabeza y su sonrisa.
.
A esta mujer jirafa, porque es ésta,
ninguna otra, la que amo.


Y por último éste, en un tono mucho más distendido...

Qué bueno es matar moscas


Qué bueno es matar moscas, nunca gritan
las que escapan no vuelan
a denunciarte:
ni malos tratos ni orden
de alejamiento.
Qué bueno es matar moscas;
un periódico en ristre, descubrirlas
sobre la arena
del gato, las paredes, las sillas,
y con golpes certeros,
con esa contundencia
del destino, aplastarlas,
como si fuesen ellas las culpables
de este verano.


lunes, 18 de enero de 2010

"Palabras para conjurar un día 13" Lectura en los Diablos Azules

Dice en la pág. 29 de El Principito de Antoine de Saint Exupéry:

"Las personas grandes aman las cifras. Cuando les habláis de un nuevo amigo, no os interrogan jamás sobre lo esencial. Jamás os dicen: "¿Cómo es el timbre de su voz? ¿Cuáles son los juegos que prefiere?¿Colecciona mariposas?". En cambio os preguntan: "¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos tiene? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre?" Sólo entonces creen conocerle. ..."

El pasado miércoles por la noche, el día 13 de enero, quisimos recitar bajo la lluvia. Porque Madrid era un puro charco. Sin embargo, la vida palpitaba en cada gota que caía, en cada voz que se escuchó esa noche en Los Diablos Azules.


Me preguntan ¿Y qué tal estuvo? y yo intento explicar con palabras de "persona grande" cómo estuvo. Pero sé que por mucho que me explique, no van a sentir lo que yo sentí, no les puedo explicar ni el timbre de las voces, ni la intensidad que había en los huecos entre las palabras.

¿Cómo se cuenta el agradecimiento? Cómo uno puede transmitir ese sentimiento de dicha hacia las atenciones de los demás para con uno. No puedo contar lo agradecida que estuve a Sagrario del Peral por haber organizado esa lectura. No puedo contar lo agradecida que estuve a Los Diablos Azules por hacernos un hueco también azul en su apretada agenda de eventos literarios para que se escuchara nuestra voz.

¿Cómo se cuenta el orgullo? Cómo puede uno hacer que los demás entiendan lo orgullosa que estuve de los que leían conmigo. De los que leyeron antes que yo y de los que lo hicieron detrás. Como contar el orgullo de ser parte de ellos.

Al final Feli Martinez y Francisco José Sevilla, ambos muy buenos poetas, no pudieron acompañarnos. Fue una pena, la verdad.


Así que leyó en primer lugar Javier Díaz Gil, quién también hizo las veces de presentador, puesto que fue el primero en subir al pequeño escenario. Mejor que contároslo podéis escuchar su intervención en su blog:
http://javierdiazgil.blogspot.com/2010/01/poemas-leidos-en-diablos-azules-el-13.html



A continuación salió Carmen Frontera, una relatista de profundos cuentos, a la que también podéis seguir a través de su blog:
http://carmen-frontera.blogspot.com/


Después volvimos a la poesía de la mano de Celia Cañadas, que se estrenaba en ésto de recitar en público pero que lo hizo muy bien.


Le cedió el paso a Laura Nuño, que también nos recitó con esa experiencia que le da el haber escrito poesía a nuestro lado desde que era una cría de 13 años. Ahora a sus veintitantos da gusto la naturalidad con la que se desenvuelve al recitar.


Después le tocó el turno a Ana Delgado, una poeta de los pies a la cabeza, que nos recitó entre otros poemas ese "Elogio a la miopía" que a mí me gusta tanto. Podeis seguirla también en su blog:
http://enreverso.blogspot.com/


Ana me cedió su sitio en el escenario y yo intenté que el público sonriera con uno de mis relatos más distendidos.


Al bajar yo, llamé a Sagrario del Peral. Curtida ya en muchas lecturas en público, Sagrario, caótica y mágica, sabe recitar con naturalidad y sentimiento. Y te atrapa con su voz de Blancanieves.

Y por último recitó Oscar Aguado, a quién no conocíamos personalmente aunque Sagrario nos había hablado ya de él. Me gustó su afabilidad, el tono cotidiano de su forma de escribir. Me hirieron "los puñales" con que terminó.

No me gustaría olvidar nada de aquella noche. Porque sentí esa dicha que solo da la literatura.

¿Pero cómo contar el agradecimiento y el orgullo?

¿Cómo contar lo que se siente cuando alguien espontaneamente sonríe ante algo que tú has escrito? ¿Cómo se cuenta el silencio expectante ante tus próximas palabras? ¿Cómo se cuenta lo que se siente cuando alguien te aplaude y sientes que lo hace de verdad?


Gracias otra vez a Sagrario que nos llevó a los Diablos Azules. Gracias a los Diablos Azules que nos dejó una noche de miércoles lluviosa. Gracias a Javier Díaz que siento como mi amigo de recitales y letras. Gracias a los que nos acompañaron y aplaudieron. Gracias a los que quisieron pasar esa noche con nosotros. Gracias a mi hermano Alberto que me dice "muy bien, muy bien sister" en voz baja, cuando después de leer vuelvo a sentarme. Y gracias a Ana Nieto que venció la pereza y la humedad y estuvo también con nosotros.

No sé contarlo de otra forma. Algo así fué... pero aún mejor.

"Juguetes para el recuerdo" Exposición en el Complejo El Águila


Este fin de semana pasado estuve en una exposición llamada "Juguetes para el recuerdo".

Lo primero que llamó mi atención fue el lugar donde está. El Archivo Regional de la Comunidad de Madrid está situado en El Complejo El Águila, lo que antiguamente era la fabrica de cervezas El Águila. El Archivo Regional de la Comunidad de Madrid comparte ese espacio con la Biblioteca regional Joaquín Leguina.

Si pasais por esa zona de Madrid, Mendez Alvaro, Arganzuela o Delicias, acercaros a verlo, porque la verdad es que está muy bien que hayan aprovechado esos terrenos y hayan adaptado esos antiguos edificios de ladrillo visto de color rojo para exposiciones. Ya lleva tiempo pero yo la verdad es que no lo conocía.

Aunque la exposición que fui a ver "Juguetes para el recuerdo" me pareció escasa. Esperaba más la verdad, pero bueno si uno ya va con la idea de que es pequeña pues no está mal.



Consta de un centenar de fotografías en blanco y negro del fotógrafo madrileño Martín Santos Yubero(1903-1994), 18 documentos y revistas "Estampa" (el primer número apareció en 1928) sobre los juguetes y los niños entre 1928 y 1996. También tiene algunos documentos oficiales de aquellos años de la Diputación Provincial y la Comunidad de Madrid: facturas de juguetes, oficios de haberlos entregado, otros con el reparto entre los niños...

En lo que se refiere a las fotos, podemos ver algunas de los niños de la Inclusa recogiendo sus juguetes, o de oficialas dándoselos a los pequeños residentes en la Cárcel de Mujeres.

También hay fotos de puestos de juguetes que había en plena calle en el Madrid de entonces, o de una exposición en el Retiro, o de los niños con la nariz pegada a los escaparates de Sepu o de alguna otra juguetería del centro de Madrid que ya ni existe. Incluso alguna de los Reyes Magos repartiendo juguetes en alguna embajada.

Es curioso lo bien que reflejan esas fotos cómo ha pasado el tiempo para el juego. En un segundo te ves en aquella época jugando a la rana, a la peonza, al hula hop, al futbolín de mesa... Juguetes que los niños de ahora enfrascados en las consolas ni conocen. Está también Mariquita Pérez y Juanín, los muñecos famosos de aquel entonces.

Me llamó mucho la atención un juguete, era una cigueña con un niño colgado del pico. Qué gracia, yo pensaba en mis sobrinas que son las ahora las pequeñillas de la familia, y si ahora les regaláramos ese juguete no entenderían nada, porque desde que empiezan a hablar y a preguntar, ellas saben que los niños están en la tripa de sus mamás.

Me resultó muy curioso observar de forma tan clara cómo al cambiar la educación, como al ir evolucionando la forma de enseñarles el mundo, inevitablemente tienen que cambiar los juguetes.


La exposición estará abierta hasta el próximo 29 de enero en el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid (C/Ramírez del Prado, 3), de lunas a viernes, en horario de 10 a 14 y de 17 a 19 y su acceso es totalmente gratis.


viernes, 15 de enero de 2010

"Las penas de amor son como marearse en un barco: tú te siente morir pero a los demás les produces risa" Alejandro Gándara. Artículo - Rosa Montero


Tengo varias cosas que contaros, pero mientras encuentro el momento, aquí os dejo con un artículo de Rosa Montero, aparecido en el suplemento EPS del domingo 10 de enero.

Supongo que ya otras veces os he hablado de esta autora porque a mí me gusta bastante cómo escribe. "Historia del Rey transparente" es uno de mis libros preferidos.
Bueno aquí os lo dejo, espero que os guste.



ROSA MONTERO MANERAS DE VIVIR

Corazones de alcachofa


ROSA MONTERO
10/01/2010


Si Cupido se representa tradicionalmente con el aspecto de un angelote rollizo de corta edad, algo así como una especie de lechoncillo seráfico, es para simbolizar que en el amor todos somos eternamente niños, que no aprendemos jamás, que no evolucionamos, que amamos una y otra vez con la misma pureza, es decir, con la misma ignorancia y repitiendo todos los errores. De hecho, a menudo amar, a medida que uno crece, es ir desarrollando cierta esquizofrenia, porque por un lado el cerebro enciende las alarmas y avisa de las trampas que uno mismo se pone; pero, por otro, el corazón se emperra en seguir a lo suyo, encendiendo el mundo de colores y deshojándose como una trémula alcachofa.
“Aunque se sobrelleve silenciosa y platónicamente, el amor en la vejez es algo muy común”

Vista desde fuera, la pasión siempre tiende a resultar un poco ridícula; como dice mi amigo y estupendo escritor Alejandro Gándara, las penas de amor son como marearse en un barco: tú te sientes morir, pero a los demás les produces risa. Y esa vertiente una pizca grotesca que tienen los enamoramientos desenfrenados se va multiplicando con la edad: cuanto más viejo seas, más chistoso resultas. En parte, supongo, es cosa de esa esquizofrenia de la que antes hablábamos, del chirrido que provoca ver a personas mayores que se siguen comportando como críos, pero en parte también debe de ser una consecuencia del prejuicio. Ya se sabe que vivimos en una sociedad que idolatra la apariencia de juventud y desdeña a los viejos, y la idea de un anciano o una anciana enamorados produce mofa e incluso cierta repugnancia, porque en el fondo nos repugna la idea de nuestra propia vejez, de la decadencia inevitable y de la muerte. Por lo general, todo eso no lo tenemos nada trabajado, y así nos va.

Pero lo más curioso es que el personal se suele sorprender ante la idea de que los mayores se enamoren, como si fuera algo poco común. Las convenciones dictaminan que con la edad se apagan esos fuegos y la gente se sigue tragando esa mentira, aunque la realidad nos demuestre abundantemente lo contrario. Ahí está Liliana Bettencourt, la octogenaria dueña de L’Oréal, regalando mil millones de euros a un fotógrafo; y aquí mismo tenemos a la Duquesa de Alba, cuya vida se ha visto bastante agitada últimamente a consecuencia del amor. Desde luego las mujeres parecen tenerlo un poco peor; los resabios machistas hacen que todos tendamos a ver más risibles a las señoras mayores que se enamoran, pero lo cierto es que, salvo excepciones, a los varones tampoco se les perdona. El viejo verde es un personaje socialmente ridículo.

Recordemos, por ejemplo, al gran Goethe, un hombre de talento universal que, además de ser uno de los mejores escritores de la historia, desarrolló una intensa carrera política y fue un científico más que notable. Pues bien, este personaje inmenso consiguió perder por completo su lucidísima cabeza a los 74 años, cuando se enamoró como un becerro de Ulrike, una muchacha de diecinueve, hasta el punto de que, cada vez que la oía pasar junto a su ventana, abandonaba el trabajo y salía corriendo detrás de ella sin sombrero ni bastón, detalle que, a principios del siglo XIX, denotaba a las claras lo trastornado que estaba. Ni que decir tiene que nadie pareció entender esa pasión tardía; los conocidos se burlaban y el hijo de Goethe se enfureció muchísimo. El escritor pidió a Ulrike en matrimonio y fue rechazado, y el disgusto fue tan grande que el pobre hombre se puso malísimo. Avisado de su enfermedad, el mejor amigo de Goethe, el músico Carl Zelter, acudió desde Berlín a visitarlo. Y después escribió en una carta con inmensa sorpresa: “¿Y qué me encuentro? A alguien que parece que tuviera en el cuerpo todo el amor con toda la angustia de la juventud”. Ya digo, en la pasión no envejecemos.

Y si un cerebro privilegiado como el de Goethe es capaz de achicharrarse así, ¿qué no puede sucedernos a los comunes mortales? Me parece que, aunque por lo general no se comente, aunque se sublime, aunque se sobrelleve silenciosa y platónicamente, el amor en la vejez es algo muy común. Y no hablo ya de pasiones arrebatadas, sino de ese aleteo en el estómago, de ese desasosiego y esa alegría. Muchos ancianos y ancianas están secretamente enamorados de sus médicos, de las enfermeras que les toman la tensión, del vecino encantador que les ayuda a bajar los escalones del portal. Y qué maravilla que sea así. Qué maravilla constatar que, cuando todo decae y todo se hunde, sigue habiendo dentro de ti un adolescente emocionado e irreductible.

martes, 12 de enero de 2010

"Palabras para conjurar un día 13" Mañana leemos en los Diablos Azules


Mañana, miércoles 13 de enero, varios componentes de la tertulia "Rascamán" más otros dos poetas haremos un recital de poesía y narración.

Estamos muy ilusionados, porque no hay mejor forma de comenzar este año.

La lectura será en la sala "Los Diablos Azules", en la calle Apodaca, 6. Metro Tribunal.

Comenzaremos a las 21.15 y los que leeremos somos:


Oscar Aguado
Celia Cañadas
Ana Delgado Cortés
Javier Díaz
Carmen Frontera
Feli Martinez
Laura Nuñoz
Sagrario del Peral
y yo,
Rocío Díaz Gómez



Todos ellos son autores que llevan ya mucho tiempo escribiendo, algunos tienen ya varios libros de poemas publicados, y todos tienen premios y reconocimientos a su buen hacer.


Son autores distintos, cada uno con una forma interesentante y peculiar de leer, recitar y contar la vida. Autores que merece la pena escuchar.

Ya sabéis, si os apetece allí estaremos.

lunes, 11 de enero de 2010

Hoy, Madrid, la nieve y sus 32 caras


Hoy 11 de enero de 2010 y en Madrid, nos hemos vuelto a levantar con todo nevado… Muy nevado.

Esta estampa blanca, aparentemente preciosa, nada más abrir la persiana, a los madrileños ya casi ni nos sorprende. La primera impresión es dilatar las pupilas y pensar que el invierno también tiene esta cara blanca y delicada, esta cara preciosa y frágil que destila calma. Pero vivimos en Madrid y esa primera impresión se desvanece rápidamente para dar paso a ese suspiro de fastidio que no podemos evitar que se nos escape al pensar lo difícil que va a ser todo… Sobre todo si es día de ir a trabajar.

Comenzó ayer a nevar cuando aún no eran ni las cinco de la tarde y ya no dejó de hacerlo. Pero Madrid no está preparada para la nieve.

Estábamos avisados, es cierto, había sal por todas partes, por las aceras, las carreteras, las escaleras… Sin embargo, por mucha sal y mucha preparación que tengamos, el ritmo trepidante pero frágil que tenemos aquí nada más poner un pie en la calle, si con la lluvia se tambalea... con la nieve peligra.

Cada día vas andando deprisa al metro, bajas de tres en tres las escaleras mecánicas, corre, corre que viene, que viene, ufff lo pillé, entras rápido, te apretujas, te haces sitio, y no acabas de hacerlo cuando otra vez ya "porfavor, porfavor ¿va a salir…?" "Disculpe ¿va a salir?", y a correr otra vez, corriendo por las cintas mecánicas, corriendo para salir otra vez a la calle, corriendo para llegar a tiempo de fichar, cuidado con los semáforos en ámbar, los pitidos de coches, las voces, los cuerpos que adelantas, que se te cruzan, los ruidos de autobuses, deprisa, deprisa, vamos que no llegas… Deprisa. Venga, venga.

Sí Madrid a las siete y media de la mañana es ruido y gente y prisas. Sí Madrid así amanece.

Pero una mañana nieva… y todo se vuelve lento. Más difícil. Más complicado…

Ni Madrid, ni los madrileños estamos preparados para que nieve.


Nieve: Precipitación de cristales de hielo, en su mayoría ramificados (a veces estrellados), que al caer se agrupan en forma de copos. Para fines de observación del tiempo, la intensidad de nieve se caracteriza como:

a) Muy ligera, cuando copos dispersos no cubren completamente o humedecen una superficie, prescindiendo de su duración.
b) Ligera, cuando la visibilidad es de 1 km o más.
c) Moderada, cuando la visibilidad es menor de 1 km, pero superior a 500 m.
d) Fuerte, cuando la visibilidad es inferior a 500 m.

Esta definición de “Nieve” la he tomado de:

Vocabulario de términos meteorológicos y Ciencias AfinesAlfonso Ascaso Liria y Manuel Casals Marcén
Instituto Nacional de Meteorología. Sección de Publicaciones

A continuación, después de leer la definición he encontrado enumeradas en la página 261 de este diccionario: ¡32! clases diferentes de nieve. Sí 32. Me ha parecido increíble.

Cómo no es cuestión de ir copiándoos la definición exhaustiva de cada una de ellas, solo para que os hagáis una idea, os copiaré el nombre:


Nieve acumulada o Banco de nieve, nieve amarilla, nieve arenosa, nieve carbónica, nieve compacta, nieve con lentejuelas, nieve costra, nieve densa, nieve en granos, nieve en manchas, nieve en polvo, nieve enlodada, nieve fresca, nieve fundida, nieve granulada, nieve granular húmeda, nieve húmeda, nieve inestable, nieve nueva, nieve parda, nieve pastosa, nieve penitente, nieve podrida, nieve polvo, nieve primavera, nieve roja, nieve seca, nieve sopa, nieve venteada, nieve verde, nieve vieja y nieves perpetuas.
Ahí es nada. 32 tipos distintos. 32 calificativos para la palabra nieve, que precisan su significado.

En fin…


Pues eso, que hoy ha vuelto a nevar en Madrid. Pero no me pidáis que os describa cómo es esa nieve… lo importante es que despacio, muy despacio he llegado sana y salva a trabajar. Y entonces, he mirado por la ventana y he pensado: qué bonito...

Como decía aquella canción, otro día más en el paraíso.

La tertulia Rascaman ¡se traslada al Café Ruiz!



Empieza el año, terminan las navidades, y volvemos a la tertulia.

La novedad es que ¡nos trasladamos!

No es que no nos de penita dejar el Galdós, que claro que nos la da, pero siempre había demasiado bullicio. Es muy difícil tertuliar si tienes que estar luchando por escuchar o hacerte escuchar. Y ya cuando leíamos alguno, era un verdadero martirio seguir el hilo del poema o del relato con tanto jaleo.

Ya llevábamos tiempo hablando de trasladarnos, cuando de pronto el último día que nos vimos, la noche de la cena de navidad, por esas cosas del azar, caímos en el Café Ruiz. Hacía años que yo no iba por ese café, pero años y años… Pero así es la vida. Salimos de nuestra cena, nos acercamos por allí para tomar el último café juntos… y jo, qué maravilla, estar cerca y ¡escucharnos! Sin tener que andar esforzándose tanto… Qué maravilla.

Y bueno pues allí que nos vamos a reunir a partir del primer miércoles de este nuevo año de tertulia.

Pero si me permitís, os puedo dejar con la bitácora que escribí de la noche de la cena donde lo contaba. A ver si así me animo releyéndome y vuelvo a escribir.
(Foto superior: En el café Ruiz el día de la cen: Empezando por la derecha Sagrario, David y yo)


(En el café Ruiz el día de la cena de diciembre: Sagrario, Ana Delgado, Celia, Oscar y Javier)




Guiso navideño con Tertulia Rascamán
1. Enfriar el ambiente exterior, hasta convertirlo en una noche de sábado gélida y navideña.

2. Precalentar el restaurante a unos cuántos decibelios de ruido. E introducir en él, dos mesas pegadas a la pared, que iremos rodeando poco a poco de comensales con ánimo festivo y bullicioso.

3. Escoger a diez tertulianos de pro, con talante agradable, y muy sociables. E ir apretándolos poco a poco, a medida que van llegando, hasta conseguir que quepan bien juntitos en las dos mesas.

4. Cortar bien finas las conversaciones. Libros y poesía, recitales y actualidad. Picar unas risas. Y añadir varias cucharadas de fotos al gusto de algunos y disgusto de otro. Con todo ello preparar una mezcla espesa con que se rociará a los tertulianos de forma más que generosa.

5. Escogemos también un par de camareras, una más sonriente que la otra, y un invisible plato de avestruz que no tienen a quién adjudicar. Y les hacemos sitio en los huecos entre las conversaciones.

6. Poner en el horno a temperatura ambiente de tertulia en Navidad. Tapar y dejar hervir a fuego moderado de complicidad, bienestar y afecto.

7. A modo de guarnición, acompañar a los tertulianos con un gran saco decorado de motivos navideños y lleno de regalos de amigos invisibles. Esconderlo bajo las dos mesas. Remover todo el tiempo. Y después añadir a cada tertuliano visible un regalo al azar, pero al gusto de otro tertuliano amigo e invisible.

8. Para hacer el postre. Cuando ya los tertulianos están hechos, y han intercambiado platos y regalos, sacarlos despacio del local. Y ponerlos a reposar en el Café Ruiz. Retirar dos cucharadas grandes de conversaciones y risas del jugo que ha ido cayendo en las dos mesas anteriores y echarlas suavemente sobre ellos. Colocar la mezcla en un recogido rincón, más silencioso que el del restaurante, ahora casi familiar, y removerlo con tranquilidad un largo tiempo. Se puede añadir chocolate a la taza y te de canela con licor. Se chuparán los dedos...

9. Se sirve despacio, se saborea, se disfruta.

10. Finalmente se vuelve a sacar a los tertulianos a la noche gélida de un Madrid de finales de diciembre del 2009 y tras breves despedidas se les reparte en distintos y oportunos taxis que les devolverán a sus casas. Cada uno con un regalo literario y una tonta e invisible sonrisa en la memoria.

©Rocío Díaz Gómez

Ya sabéis que cada encuentro de tertulia se queda anotado en el “Cuaderno de Bitácora”. Esa noche quedamos en que todos escribiríamos diez líneas, multiperspectivismo puro y duro. Así que si os interesa saber más de esa noche podéis leer lo que escribieron de ese día mis compañeros, de verdad que algunos hicieron una bitácora de lo más original y amena: los diez mandamientos, sopa de letras… aquí os lo dejo todo por si os apetece leerlo.

http://bitacoratertuliagaldos.blogspot.com/2010/01/12-jornadaiii-ano-sabado-19-de.html

Y a partir del miércoles ya sabéis:


La tertulia Rascamán se traslada al Café Ruiz
C/ Ruiz 11

Malasaña. Madrid.