Las reseñas de los libros que voy leyendo se me van acumulando otra vez... No consigo estar al día a nunca.
Teníamos pendiente uno de los casos del Departamento Q. Uno de mis departamentos favoritos en cuánto a novela negra se refiere. La serie de Jussi Adler Olsen que comenzó con "La mujer que arañaba las paredes", ya reseñada aquí junto a los tres siguientes: Los chicos que cayeron en la trampa, El mensaje que llegó en una botella y El expediente 64.
Le toca el turno a "El efecto Marcus", el quinto caso.
Confieso que estuve tentada de dejarlo cuando comencé a leerlo. No me gustan las novelas donde se les hace daño a los niños. Pero me costaba, porque quería saber que pasaba con el trío protagonista de estas novelas y que componen el Departamento Q de Copenhagen: Carl Morck el subcomisario y su equipo, Assad y Rose. Peculiares los dos como ellos solos. Menos mal que Marcus, el protagonista, se iba revelando como un chaval muy listo que se iba salvando, y eso hizo que continuara leyendo.
Pero vamos al argumento: Marcus, que tiene quince años, es carterista de una banda rumana cuyo líder, Zola, obliga a sus miembros a robar y a cometer otros actos criminales. Cuando amenaza con mutilarlo para que dé más pena, Marcus huye. Y al hacerlo descubre el cadáver de un hombre cerca del escondite de Zola. Más tarde, Marcus averigua que el muerto es William Stark, responsable de un proyecto de ayudas al desarrollo en Camerún, y se convierte así en un peligro tanto para Zola, que ejecutó al asesinato, como para quienes se lo encargaron, personas poderosas que desviaron los fondos del proyecto. Por otra parte tenemos a nuestro departamento Q, Carl, Assad, Rose, más Gordon, el nuevo miembro, que de casualidad acaban tropezando con el mismo caso.
Bueno no quiero contaros mucho para no destriparos más de la cuenta.
Hay varios temas que se abordan en este caso: la corrupción política y financiera, los proyectos internacionales las bandas mafiosas que explotan niños...
Cómo es decía estamos ante un nuevo caso del Departamento Q que se hace cargo de antiguos casos archivados que no se resolvieron. No voy a hablaros de nuevo del trío protagonista: el subcomisario Carl Morck (el antihéroe total) y su departamento ocupado por el sirio Assad y la complicada Rose, porque ya os he hablado en las anteriores reseñas y ya los conoceis.
En este caso que nos ocupa, temporalmente la novela comienza en el otoño del 2008 con una de las subtramas, cuando en un remoto poblado bantú se produce el asesinato de la persona encargada de gestionar el proyecto danés de ayuda al desarrollo. Pero desde ese episodio salta a otra subtrama, la que terminará por convertise en la trama principal, han pasado dos años y conocemos a Marcus, un adolescente que pertenece a un red criminal donde les obligan a mendigar y robar.
Luego el autor ha creado varias subtramas que convergerán en una sola. Lo cual imprime a la novela la agilidad de hacer al lector saltar de una historia a otra. Como también hemos dicho, temporalmente también el escritor va a romper la linealidad, saltando desde el pasado al presente. Todo ello hace aumentar la intriga.
Pero en general yo creo que es el caso de los leídos de este Departamente que menos me ha gustado. Me ha parecido más aburridillo que los anteriores. Lo he leído hasta el final para ver que pasaba finalmente con Marcus, y sobre todo para saber si íbamos avanzando en la historia de los protagonistas, pero el autor no nos dice demasiado de sus vidas en esta entrega.
Por ello aunque recomendaría esta colección del Departamento Q, justo este caso es el que veo más flojillo en general.
Pero pienso seguir con ellos, quiro saber que es de la vida de los protagonistas con todos los secretos y las peculiaridades que arrastran caso tras caso no puedo abandonarlos.
Finalmente os dejo con las reseñas de este blog de los anteriores libros de este autor y su Departamento Q:
https://rociodiazgomez.blogspot.com.es/search?q=jussi+adler+olsen