En honor de Los Mártires de Chicago celebramos hoy como festivo el 1 de mayo.
Porque también fue un 1 de mayo, pero de 1886, cuando miles de trabajadores en EEUU comenzaron una huelga para exigir sus derechos, entre ellos exigir que la jornada laboral fuera de 8 horas.
En Chicago la huelga se extendió varios días y acabó con la condena a la horca de cinco obreros a los que se llamó Mártires de Chicago.
Gracias a aquellos nuestras jornadas son más racionales, y se merecen esta conmemoración.
Y yo creo que ya lo hemos comentado en este blog más veces, pero no importa si volvemos a recordar que la palabra TRABAJO etimológicamente parece ya muy estudiado que procede del nombre de un instrumento de tortura: el tripalium.
El tripalium eran tres palos o estacas, donde se amarraba al reo, para azotarlo. Luego en el tripalum era donde se sufría.
Y de la palabra se evolucionó al resultado o a la consecuencia. Y tripalium pasó también a significar sufrimiento, padecimiento. Es una evolución metonímica.
Tripalium evolucionó a trabajo de forma simbólica y fonética.
Vamos que lo miremos por donde lo miremos, histórica o etimológicamente, el trabajo tiene un origen penoso.
Que nos lo digan cuando suena el despertador a las 6 y media de la mañana.
Aunque por supuesto que peor, infínitamente peor, sería no tener un trabajo para el que madrugar, eso desde luego.
Así que otro motivo de celebración.
La viñeta, por supuesto, del enorme Forges.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tus comentarios me enriquecen, anímate y déjame uno