Un blog para letraheridos. Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y letras. Un blog donde sentarse a leer mientras te tomas un café.
Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let
jueves, 18 de febrero de 2010
lunes, 15 de febrero de 2010
"Los impertinentes"
Pero la verdad es que no os quería hablar del Museo en sí, sino de un objeto de los muchos que tienen allí y que ahora ya no se ven, o mejor dicho no del objeto en sí, sino de la palabra que lo define: “Los impertinentes”. Una palabra no sé si llamar moribunda o simplemente en desuso puesto que el objeto que designaba se dejó de utilizar.
Pero siempre me ha hecho mucha gracia esta denominación. ¿Sabéis qué eran “los impertinentes”?
Pues en el diccionario de la Real Academia de la Lengua en su tercera acepción podemos leer:
Impertinente.
(Del lat. impertĭnens, -entis).
…
3. m. pl. Anteojos con manija, usados por las señoras.
Pues sí, eran esas gafas con una sola y larga patilla que usaban sobre todo las señoras. Ahora ya no se ven, pero en el siglo XIX eran muy corrientes.
Sabemos que ya en la Europa del siglo XIII se usaban lentes para afinar la visión y tratar la vista cansada. Con el tiempo los anteojos o lentes que pueden sujetarse a las orejas se llamaron gafas. En sentido estricto las primeras datan de 1727 cuando un óptico inventó las patillas. Las gafas han recibido otros nombres como anteojos, antiparras, binóculos o espejuelos, como aún las llaman en Cuba.
Pero “los impertinentes” parece ser que era más propio del universo femenino.
He encontrado una hoja del periódico “El día de Cuenca” datado en 1921 donde se daban una serie de consejos a las féminas sobre cómo utilizar “los impertinentes” me ha parecido muy curioso. Aquí os dejo la primera página para que veáis la cabecera del periódico, el título y la fecha, y también la segunda página, donde está el artículo que os comento, en el lado izquierdo.
domingo, 14 de febrero de 2010
"Hoy la sopa estaba saladísima" Relato de Rocío Díaz
En este 14 de febrero, día de los enamorados, yo quería dejaros con un relato mío, pero como no podía ser de otra forma en un día como hoy, se trata de una carta de amor.
Se titula "Hoy la sopa estaba saladísima".
Comienza con una cita que dice así:
"Las cartas de amor se escriben empezando sin saber lo que se va a decir, y se terminan sin saber lo que se ha dicho" Rousseau.
Y dice así:
jueves, 11 de febrero de 2010
Mi Amalia Bautista otra vez...
Su poesía tan narrativa y tan sencilla, tan actual y tan precisa a mí me gusta mucho.
Me gustan muchos poemas suyos, la otra vez os dejé el de"Los pies", que a mí me parece tan tierno, o el de "La vida responsable" o "Cuéntamelo otra vez..." e incluso alguno más, podéis releerlos en la entrada:
( http://rociodiazgomez.blogspot.com/search/label/Mis%20autores%20Amalia%20Bautista)
Pero ahora en esta semana quería volver a ella, releyendo algún que otro poema más... Reconozco que me gusta mucho su poesía.
OLAS
Sé que me estoy ahogando, pero al menos
logro mantener fuera la cabeza.
Así que, por favor,
no vengas tú a hacer olas.
ALGUNOS INFELICES
Todos necesitamos que nos quieran
Algunos infelices, sin embargo,
no sabemos vivir para otra cosa.
AL CABO
Al cabo, son muy pocas las palabras
que de verdad nos duelen, y muy pocas
las que consiguen alegrar el alma.
Y son también muy pocas las personas
que mueven nuestro corazón, y menos
aún las que lo mueven mucho tiempo.
Al cabo, son poquísimas las cosas
que de verdad importan en la vida:
poder querer a alguien, que nos quieran
y no morir después que nuestros hijos.
¿No os conmueven estos poemas?
Y Ángel González ¡Cómo no!
Recuerdo la última vez que fuimos Javier (http://javierdiazgil.blogspot.com/) y yo a escucharle recitar sus poemas en la Residencia de Estudiantes (lugar que por cierto me gusta mucho, recogido y tranquilo, en pleno centro de Madrid). Estaba el Salón de Actos lleno. Pero llegamos prontito y ahí estábamos los dos en segunda fila. Le presentaba el poeta Luis Muñoz. De pronto a Angel González le dió un ataque de tos y no quería parar de recitar, pero nada que no se le pasaba, hasta que al final ya Luis Muñoz se impuso y dijo que si no nos importaba parar... Y claro paramos un buen rato. Si ahí estábamos todos entregados... Le costó al pobre recuperarse. Pero fue un recital tan natural como acostumbraba, sencillo, muy emotivo. Un lujo, siempre.
Qué dificil elegir...ESO ERA AMOR
Le comenté: —Me entusiasman tus ojos.
Y ella dijo:
—¿Te gustan solos o con rimel?
—Grandes,
respondí sin dudar.
Y también sin dudar
me los dejó en un plato y se fue a tientas.
MUERTE EN EL OLVIDO
Yo sé que existo
porque tú me imaginas.
Soy alto porque tú me crees alto,
y limpio porque tú me miras
con buenos ojos,
con mirada limpia.
Tu pensamiento me hace
inteligente, y en tu sencilla
ternura, yo soy también sencillo
y bondadoso.
Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie
lo sepa. Verán viva
mi carne, pero será otro hombre
-oscuro, torpe, malo- el que la habita...
Y mi preferida...
Me basta así
Si yo fuese Dios
y tuviese el secreto,
haría un ser exacto a ti;
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mismo olor, y tu manera
de sonreír,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
—de esto sí estoy seguro: pongo
tanta atención cuando te beso—;
entonces,
Si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando —luego— callas…
(Escucho tu silencio.
Oigo
constelaciones: existes.
Creo en ti.
Eres.
Me basta).
Angel González (1925-2008): Miembro de la Real Academia Española, fue galardonado, entre otros, con el Premio Antonio Machado en 1962, el Premio Príncipe de Asturias en 1985, el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 1996 y el Primer Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada en el año 2004. En 1955 presenta su primer libro, Áspero mundo. Después le seguirían Sin esperanza, con convencimiento (1961); Grado elemental (1962), Tratado de urbanismo (1967), Breves acotaciones para una biografía (1971), Prosemas o menos (1985), Deixis de un fantasma (1992) y Otoño y otras luces (2001). Tras su muerte, su viuda publicó como obra póstuma Nada grave (2008).
martes, 9 de febrero de 2010
"De la belleza se ha dicho casi todo..." Andres Aberasturi
" ...Te confieso que yo amo mis ojos verdes, de un verde inadvertido, saltones, misericordiosos, guardadores perpetuos de las lágrimas que aún tengo que llorar.
Y amo mis piernas, que ni son largas ni hermosas, pero que me mantienen orgullosamente en pie sobre esta tierra que habito.
Y amo mi boca y cada uno de mis dientes, porque con ellos muerdo las tragedias o simplemente beso.
Amo también esta nariz descomunal, mi pelo que fue indómito y que ya apenas es, y me siento orgulloso de mis manos cuadradas, de cada uno de mis dedos que tienen vida propia y proyectan futuros.
Pero amo más allá de lo visible; amo también mi corazón que es más que un simple músculo, que no recibe órdenes, que se acelera cuando quiere y se serena después de la batalla.
Y amo de igual forma mis entrañas, y las venas que me cruzan y la sangre que me brota de mis cinco costados.
Porque tal vez mi cuerpo no resulte hermoso, pero todo cuanto en él se contiene sí lo es.
Porque sólo mis ojos te ven como te veo y sólo mis piernas se saben de memoria tu camino, lo mismo que mi boca te prueba cada día, y mi nariz te huele y te descubre más allá del perfume y las esencias. Porque mis manos se han hecho a tu medida y te aploman en los días más tristes, y cada uno de mis dedos bucea en tu cuerpo cuando es tiempo de caricias o te alisan las cejas cuando duermes y sueñas..."
Andres Aberasturi
La leyenda continúa
lunes, 8 de febrero de 2010
Desmayarse, atreverse, estar furioso... Lope de Vega
Pero he pensado que quería recordar ese soneto de Lope de Vega que a mí siempre me ha gustado mucho sobre el amor ¿Lo recordais?
Desmayarse, atreverse, estar furioso
(1562-1635)
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;
no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;
huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;
creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.