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martes, 17 de noviembre de 2015

"Eloisa está debajo de un almendro" de Jardiel Poncela



SEÑORA- Es lo que yo digo: que hay gente muy mala por el mundo... AMIGO- Muy mala, señora Gregoria. SEÑORA- Y que a perro flaco to son pulgas. AMIGO- También. MARIDO- Pero, al fin y al cabo, no hay mal que cien años dure, ¿no cree usté? AMIGO- Eso, desde luego. Como que después de un día viene otro, y Dios aprieta, pero no ahoga. MARIDO- ¡Ahí le duele! Claro que agua pasá no mueve molino, pero yo me asocié con el Melecio por aquello de que más ven cuatro ojos que dos y porque lo que uno no piensa se le ocurre al otro. Pero de casta le viene al galgo ser rabilargo: el padre de Melecio siempre ha sido de los de quítate tú pa ponerme yo, y de tal palo tal astilla, y genio y figura hasta la sepultura. Total: que el tal Melecio empezó a asomar la oreja, y yo a darme cuenta, porque por el humo se sabe dónde está el fuego. AMIGO-Que lo que ca uno vale a la cara le sale. SEÑORA- Y que antes se pilla a un embustero que a un cojo. MARIDO- Eso es. Y como no hay que olvidar que de fuera vendrá quien de casa te echará, yo me dije digo: "Hasta aquí hemos llegao; se acabó lo que se daba; tanto va el cántaro a la fuente que al fin se rompe; ca uno en su casa y Dios en la de tos; y a mal tiempo buena cara y pa luego es tarde, que reirá mejor el que ría el último". SEÑORA- Y los malos ratos pásalos pronto. MARIDO- ¡Cabal! Conque le abordé al Melecio porque los hombres hablando se entienden, y le dije: "Las cosas claras y el chocolate espeso; esto pasa de castaño oscuro, así que cruz y raya y tu por un lao y yo por otro; ahí te quedas, mundo amargo, y si te he visto no me acuerdo". ¿Y qué le parece que hizo él? AMIGO- ¿El qué? MARIDO- Pues contestarme con un refrán. AMIGO- ¿Que le contestó a usté con un refrán? SEÑORA- ¡¡ Con un refrán, señor Eloy !! AMIGO- ¡Ay, qué tío más cínico! MARIDO- ¿Qué le parece? SEÑORA- ¿Será sinvergüenza? AMIGO- Hombre, ese tío es un canalla capaz de tó.



Me he terminado ya de leer "Eloísa está debajo de un almendro" de Enrique Jardiel Poncela.

Yo tenía el recuerdo de esta obra de cuando me llevaron en el Instituto a verla al teatro Español de Madrid. No quiero ni echar la cuenta de cuántos años hace pero muchos desde luego. Sin embargo yo seguía recordando ese escenario llenito de muebles por el que los personajes tienen que ir buscando el camino para andar. Eso, y la sonrisa que uno no podía dejar de tener mientras veía la obra. Pero nunca la había leído.

Es cortita la lee una volando. Y claro es muy amena, muy entretenida y te diviertes. Es el teatro del absurdo donde todos los personajes están medio locos, o locos del todo.

Argumento: Mariana de la familia de los Briones, está enamorada de Fernando Ojeda, un hombre misterioso a quién a veces adora y a otros ratos odia según ella porque él cambia. Su tía Clotilde cree que eso que le pasa a su sobrina no es muy normal... En principio la más cuerda de la familia de los Briones es tía Clotilde quién a su vez siente algo por el tío de Fernando Ojeda, Ezequiel, tío que por otro lado parece esconder algún turbio secreto... 

Los personajes son las dos familias: Los Briones que la mayoría están locos (Mariana, Clotilde, Edgardo, Micaela, Julia...) y Los Ojeda (Fernando, Ezequiel), más los mayordomos respectivos y algun que otro personaje más, un buen número de ellos, que solo sale en el prólogo donde están en un cine. Aunque los principales son Micaela y Fernando, Clotilde y Ezequiel que ya salen en el prólogo y son los únicos que continuarán a los actos siguientes.


 La estructura de la obra de teatro es un prólogo y dos actos, que se traduce en tres escenarios diferentes: un cine de barrio, y dos casas de familias "bien" a cual más loca.

El prólogo se desarrolla en un cine, como decíamos. Ahí se despliega el lenguaje costumbrista en todo su esplendor en boca de todos esos personajes que no van a volver a intervenir más en la obra pero con el que el autor hace una distinción clara entre las dos clases sociales, la de nuestros protagonistas que están ahí y la de los que usualmente van a ese cine de barrio. El prólogo del cine me ha encantado. El lenguaje fresco, ameno de esos personajes impregnado de los refranes, el ingenio, los piropos, los juegos verbales y los personajes disparatados: el que se ondula el pelo tirándose de cabeza contra los cierres metálicos, el personaje que está dormido todo el rato... Qué buena recreación de aquel tiempo y de aquel ambiente de barrio. El autor consigue ya zambullirnos en ese humor para prepararnos ya para el resto de la obra puesto que ya nos ha presentados a los cuatro protagonistas que se habían colado en aquel cine resaltando entre todos los demás. 

"Claro que no pretendo encontrar sensatez y lógica en tus acciones, porque si procedieras sensatamente no serías de la familia... Tu abuela, que en gloria esté, le hacía vestiditos y sombreritos a todas las cerillas que caían en sus manos; y tu pobre abuelo se pasó los últimos diez años de su vida pelando guisantes. Si es el tío Cecilio, aquél ingresó muy joven en un manicomio, y cuando ya estaba curado no quiso abandonar el manicomio, porque se empeñó en casarse con el director, que era un señor muy serio y con lentes; de donde se dedujo que quizá no estaba curado del todo. De tu padre y de mi tía Micaela, más vale no hablar, porque bastante nos hacen hablar ellos en casa. Por lo que afecta a tu hermana, corramos un velo, y con respecto a mí, bajemos un telón metálico." (Prólogo, Pág. 44) 

Después llega el primer acto en el que ya nos metemos en la casa de los Briones. La escena es un escenario abarrotado de muebles por donde los personajes se mueven siguiendo unos caminos. A partir de aquí cambia el lenguaje porque el argumento nos ha traido a una casa de la clase social alta, pero sin embargo como la mayoría estan locos, la trama y los diálogos son hilarantes. 

 EDGARDO.—¿Le extraña a usted que yo lleve acostado, sin levantarme, veintiún años?
LEONCIO.—No, señor. Eso le pasa a casi todo el mundo.
EDGARDO.—Y que yo borde en sedas, ¿le extraña?
LEONCIO.—Menos. ¡Quién fuera el señor! Siempre he lamentado que mis padres no me enseñasen a bordar, pero los pobrecillos no veían más allá de sus narices.
EDGARDO.—(Satisfecho.) Muy bien, muy bien. Excelente. (Deja el bastidor a un lado.)
FERMÍN.—(Aparte, a LEONCIO.) Ahora, el ejercicio práctico… Recuerde bien todo lo que le he dicho.
EDGARDO.—(A LEONCIO.) Cierre usted los ojos y eche a andar en línea recta hasta aquí. (LEONCIO obedece y llega hasta la cama.) ¡Basta! ¡Perfecto! Ahora vuélvase de espaldas. (LEONCIO se vuelve de cara al público. EDGARDO aprieta un botón de timbre de los varios que han a la cabecera y se oye sonar el timbre dentro.) ¿Dónde ha sonado ese timbre?
LEONCIO.—En el salón. (A un gesto de FERMÍN.) Digo, en el vestíbulo.
EDGARDO.—(Haciendo sonar otro, que se oye también dentro.) ¿Y ese otro?
LEONCIO.—(A una señal de FERMÍN, que simula leer.) En la biblioteca.
EDGARDO.—(Haciendo sonar otro, que se oye dentro asimismo.) ¿Y éste?
LEONCIO.—En… En… (FERMÍN hace ademán de jugar al billar.) En la sala del billar.
EDGARDO.—Bien. Cierre otra vez los ojos. (LEONCIO obedece. EDGARDO coge una pistola del estante y se la dispara al lado de LEONCIO, sin que éste se conmueva en modo alguno.) ¿Le molestó el tiro?
LEONCIO.—Me produjo más bien una sensación agradable.
EDGARDO.—(Contento, a FERMÍN.) Oye, me parece que este chico nos va a servir, Fermín.
FERMÍN.—Ya le dije al señor que le gustaría.

Y en el segundo acto estaremos en la casa de los Ojeda, donde se supone que son más cuerdos pero sin embargo tienen un armario que se abre solo chirriándo, una alacena oculta, una prenda y un cuchillo lleno de sangre... Es decit tiene los suficientes elementos fantásticos como para que el lector no pierda el interés sino que lo aumente. 
 

En fin que me ha gustado mucho "Eloisa está debajo de un almendro". Me ha gustado sobre todo porque el autor juega con el lenguaje como quiere. Es un virtuoso porque tan pronto te empapa de ese lenguaje coloquial, fresco, arrabalero de la calle, como te va dejando sabias reflexiones profundas. Su manejo de los diálogos es buenísimo, y las acotaciones también son precisas y detalladas con lo cual te ayuda mucho a imaginarse la escena a la perfección.

Por otra parte ha sabido crear todo un desfile de personajes a cual más disparado pero muy creíbles todos. Todo ello unido a un ritmo narrativo que no decae en ningún momento nos devuelve una obra de teatro muy atractiva, muy entretenida y divertida. 

Pero bueno mejor que estar contandoos ésto, cerramos la entrada con otro fragmento ¿no? Pues aquí va:

[…]MICAELA.—(Digna y pesarosa.) Bien está. Cuando yo digo que ésta es una casa de locos... Irse a San Sebastián esta noche, justamente esta noche, que toca ladrones... (Dando un enorme suspiro.) ¡En fin! Por fortuna, vigilo yo y vigilan Caín y Abel (Por los perros.), que si no estuviéramos aquí nosotros tres, no sé lo que sería de todos... (Se va por el primero derecha, llevándose a remolque a los dos perros.)
LEONCIO.—(Estupefacto.) ¿Quién es ésa?
FERMÍN.—La hermana mayor del señor.
LEONCIO.—¿Y qué es eso de que esta noche toca ladrones?
FERMÍN.—Pues que se empeña en que vienen ladrones todos los sábados. Está más perturbada aún que el señor; es un decir. De día no sale nunca de su cuarto y ésta es la que colecciona búhos. Tal como usted la ve, con los perros a la rastra, se pasará toda la noche en claro, del jardín a la casa y de la casa al jardín.
LEONCIO.—Pues habría que oírles a los perros si supieran hablar.
FERMÍN.—Creo que están aprendiendo para desahogarse.
LEONCIO.—(Riendo.) ¡Hombre! Eso me ha hecho gracia...
FERMÍN.—¡Chis! No se ría usted, que aquí las risas están muy mal vistas.
(Por la escalera del fondo surge entonces como un obús Práxedes. Es una muchacha pequeña y menuda que personifica la velocidad. Trae una bandeja grande con una cena completa, dos botellas, vasos, mantelería, etc., y avanza con todos sus bártulos, como un gato por un vasar[1], vertiginosamente y sin rozar ni un objeto, hasta una mesa donde deposita la bandeja, y, con rapidez nunca vista, arregla y sirve un cubierto sin dejar un instante de hablar, no se sabe si con Fermín o consigo misma.)
PRÁXEDES.—¿Se puede? Sí, porque no hay nadie. ¿Que no hay nadie? Bueno, hay alguien, pero como si no hubiera nadie. ¡Hola! ¿Qué hay? ¿Qué haces aquí? Perdiendo el tiempo, ¿no? Tú dirás que no, pero yo digo que sí. ¿Qué? ¡Ah! Bueno, por eso... ¿Que por qué vengo? Porque me lo han mandado. ¿Quién? La señora mayor. ¿Que qué traigo? La cena de la señora, porque es sábado y esta noche tiene que vigilar. ¿Que por qué cena vigilando? Pues porque no va a vigilar sin cenar. ¿Te parece mal que vigile? Y a mí también. Pero ¿podemos nosotros remediarlo? ¡Ah! Bueno, por eso... Y ahora a dejárselo todo dispuesto y a su gusto. ¿Que lo hago demasiado deprisa? Es mi genio. Pero ¿lo hago mal? ¿No? ¡Ah! Bueno, por eso... Y no hablemos más. Ya está: en un voleo. ¿Bebidas? ¡Claro! No iba a comer sin beber. Aunque tú bebes aunque no comas. ¿Lo niegas? Bien. Allá tú. Pero ¿es cierto, sí o no? ¿Sí? ¡Ah! Bueno, por eso. (Yendo hacia Fermín y Leoncio.) ¿Y la señora? ¿Se fue? Lo supongo. Por aquí, ¿verdad? (El primero derecha.) Como si lo viera. ¿Que si voy a llamarla? Sí. (Señalando a Leoncio y mirándole.) Éste va a ser el criado nuevo, ¿no? Pues por la pinta no me parece gran cosa. ¿Que sí lo es? ¡Ah! Bueno, por eso... Aquí lo que nos hace falta es gente lista. Ahí os quedáis. (Inicia el mutis.) ¿Decíais algo? ¿Sí? ¿El qué? ¿Que no decías nada? ¡Ah! Bueno, por eso... (Se va por el primero derecha.)
LEONCIO.—Y ésta es otra loca de la familia, claro.
FERMÍN.—No. Ésta es la señorita de compañía de doña Micaela y está en su juicio.
LEONCIO.—¿Que está en su juicio?
FERMÍN.—Sí. ¿Es que ha notado usted algo raro en ella?
LEONCIO.—¿Cómo que si he notado algo raro en ella? ¿Y usted no nota nada oyéndola hablar?
FERMÍN.—Yo es que ya no discierno, acostumbrado como estoy a... ¡Claro! Si no podré aguantar ni ocho días más... Si también el criado que estuvo antes que yo perdió la chaveta...
LEONCIO.—¡Pero hombre!

lunes, 16 de noviembre de 2015

Hemingway- Una ruta literaria por Pamplona




Hoy quería dejar reseña de una nueva entrada dentro del apartado de rutas culturales y literarias que tenemos en el blog. Tenía pendiente hablaros de la ruta de Hemingway que se puede hacer en Pamplona. 

En la foto superior vemos la estatua del escritor que hay muy cerquita de la plaza de toros, ya sabemos lo aficionado que era a los temas taurinos. Ubicado delante de la Plaza de Toros, junto al callejón, da paso al paseo de Hemingway. Inaugurado el 6 de julio de 1968, es un bloque de granito de 8.000 kilos, obra del escultor Sanguino.

Pero vamos a situarnos primero. Ernest Miller Hemingway fue un novelista y Premio Nobel de literatura que nació en 1899 en Estados Unidos. Se le considera uno de los mejores escritores del siglo XX. 

Visitó en nueve ocasiones Pamplona y desde su primera visita, se integró perfectamente en la ciudad. Paseó las calles de Pamplona, bebió en sus tabernas y cafés, disfrutó de la comida navarra y se sus fiestas, del encierro, las corridas y la alegría. ¿Quién no ha visto fotos suyas allí? En una de sus obras "Fiesta" hizo internacional las Fiestas de San Fermín.  

Pues bien en la actualidad en la ciudad se puede hacer una ruta de sus pasos por ella. No os voy a hablar exhaustivamente de toda la ruta, solo dejaros unas pinceladas de algunos puntos.

Ruta de Hemingway en Pamplona:
  • Plaza del Castillo (Bar Txoko, Hotel Quintana, Café Bar Torino, Hotel La Perla, Café Iruña, Café Kutz, Café Suizo)
  • Paseo Sarasate (Antiguo Restaurante las Pocholas)
    Avenida San Ignacio (Hotel Yoldi)
  • Calle Mercado (Casa Marceliano)
  • Calle Eslava, 5 (Antigua pensión)
  • Plaza de Toros



1. Bar Txoko : en su terraza y en la del Café Iruña es donde más veces fue fotografiado Hemingway. Este bar se sitúa junto al antiguo hotel Quinta en la esquina de la plaza en donde desemboca la calle Espoz y Mina.


Hotel la Perla: (oficialmente conocido como Gran Hotel La Perla) situado en una de las esquinas de la Plaza del Castillo se alza elegante por encima del resto de edificios destacando con su fachada de color claro. La primera vez que visitó Pamplona Ernest Hemingway en 1923 no contaba con posibles para poder alojarse en él. Cuando décadas más tarde, Hemingway regresó con una economía más saneada, pudo por fin alcanzar su sueño y ocupó la habitación 217 (hoy 201) con vistas a la calle Estafeta, desde donde podía ver por las mañanas el encierro.
Café Bar Torino: estuvo situado en el rincón de La Perla, concretamente en el nº 3 de la plaza. El local ocupaba la actual sucursal de la Caja Navarra y el Windsor Pub. Hemingway lo describió en su libro como Bar Milano.
Hotel Quintana: uno de los lugares más emblemáticos de la biografía sanferminera de Hemingway. A pesar de que hace 65 años que cerró sus puertas, todavía hoy son numerosas las personas que recorren la Plaza del Castillo en busca de un inexistente rótulo comercial del citado hotel. Hemingway hizo famoso el lugar bautizándolo como Hotel Montoya, al igual que a su dueño Juanito Quintana le apodó señor Montoya. El carácter escandaloso del norteamericano obligaba a Juanito Quintana a asignarle una habitación diferente cada año buscando siempre que no molestase a sus clientes más distinguidos. El establecimiento estuvo situado en el edificio existente sobre la Cervecería Tropicana y su aspecto exterior actual coincide con el que conoció Hemingway.


Café Kutz: no existe en la actualidad. Ocupaba el local situado entre el café Iruña y el Pasaje de la Jacoba. Hoy día los locales que ocupó el Kutz acogen una oficina bancaria del Banco Bilbao Vizcaya.



Antiguo Restaurante Las Pocholas: poca gente conoce a este establecimiento por su verdadero nombre "hostal del Rey Noble". A este restaurante, situado en el Paseo Sarasate (frente al Monumento a los Fueros) acudía Ernest Hemingway y acostumbraba a sentarse siempre en la misma mesa, próxima a la entrada, alineando caprichosamente su cabeza con la del rey Carlos III el Noble bajo cuyo busto escultórico se sentaba. Aunque este local cerró sus puertas en el año 2000, el Gran Hotel la Perla recuperó su nombre, su historia y su comedor en la misma línea de calidad. Es allí donde ahora puede verse el antiguo rótulo de entrada del hostal del Rey Noble, el busto de Carlos III y las mimas sillas que Hemingway usó.




Y por último mención aparte para un clásico: el Café Iruña.  

 Fue fundado en 1888 y su apertura sirvió para inaugurar oficialmente la llegada de la luz eléctrica a Pamplona. Tenía yo ya ganas de conocerlo. Es como si no hubiera pasado el tiempo por este lugar. 

Dicen que para Hemingway era también un lugar especial y que era fácil verle en su terraza con una copa de coñac. Él lo hizo mundialmente famoso.





viernes, 13 de noviembre de 2015

13 de Noviembre 2015: Día de las Librerías




Por quinto año consecutivo, las librerías de toda España celebramos el DÍA DE LAS LIBRERÍAS, una fiesta con la que se quiere recordar que un libro es siempre una excelente adquisición y que el mejor lugar para hacerla es, sin duda, una librería.

Como un pequeño homenaje en el día que es, hoy y en este blog, vamos dejar reseña de algunas de esas librerias con las que he tropezado este verano para nuestra particular colección titulada "La vuelta al mundo en 80 librerías". Son librerías de todo tipo tanto aquí como en Bélgica.

Pamplona

Pamplona

Bruselas

Bruselas - Librería del Museo del Cómic

Amberes

Librería de viajes de Brujas

"Lo que no te mata te hace más fuerte" de David Lagercrantz



Pues he terminado ya el cuarto libro de la saga Millennium. Ya sabéis la trilogía de novela negra del autor sueco Stieg Larsson que fue todo un éxito y que se llevó al cine.

Cómo sabéis el autor murió en 2004 y la editorial le encargó a David Lagercrantz que escribiera el cuarto volumen. Parece ser que el escritor estuvo año y medio encerrado escribiéndola, sin tener en cuenta para nada el manuscrito que había dejado Larsson como continuación. Lagercrantz inventó otra trama que de alguna forma siguiera el estilo de las tres primeras, con los mismos personajes.

A mí lo que principalmente me gustó de la trilogía cuando la leí fueron sus personajes. Esa Lisbeth me pareció siempre un personaje de lo más carismático. Y la verdad tenía mucha curiosidad por saber qué habría sido de su vida en este cuarto volumen. Más que nada comencé a leerlo por eso.

Bueno pues no se puede decir que me haya gustado tanto como los anteriores. Aunque reconozco que de los tres primeros el que realmente me pareció el más redondo es el primero, en los siguientes se perdía un poco el interés.

En este caso el argumento arranca a continuación de donde quedó en el tercer libro. Lisbeth y Mikael no se han vuelto a ver. La revista "Millenium" vive un momento muy complicado porque pertenece a un grupo que quiere disminuir la salida de reportajes de periodismo de investigación que es lo que la ha caracterizado siempre. En ese momento Mikael Blomkvist acude a un bar al encuentro de un desconocido, que le informa de un caso de robo de información que podría interesar, y le habla de un genio informático: Frans Balder. A nuestro protagonista el asunto en un primer momento no le interesa nada, pero todo cambia cuando en la conversación su interlocutor le cuenta que recibió la ayuda de una inteligente hacker, de aspecto gótico, en cuya descripción a él le parece ver a Lisbeth Salander.

 Los temas en esta entrega son actuales, se centran en el periodismo de investigación y el robo de información telemática. Hace toda una crítica a los medios de información, y a los tráficos de influencias y datos. Pero de paso también aborda un tema que a mí me gusta muchísimo más que es el del autismo y de paso el de los niños prodigios, o "savant".

En cuánto a la atmósfera de este cuarto volumen, yo creo que sí que el autor ha sabido retomar la de los tres primeros libros. Espacial y temporalmente son líneales, se continúan los unos a los otros. También retoma a los personajes principales: Lisbeth Salander, Michael Blomkvist, Erika Berger, el tutor de Lisabeth: Holger Palmgren... Pero además hay muchos personajes más para dar paso a las nuevas tramas. Para mi gusto hay excesivos personajes secundarios además de los principales, demasiados personajes que traen nuevas subtramas. Y eso te lleva a cierta dispersión. Creo que sobran.

Resumiendo: Yo me lo he leído hasta el final sobre todo porque quería saber qué ocurría con Lisbeth y Blomkvist. Y bueno por lo menos el último diálogo entre ellos no me defraudó en absoluto. También es cierto que el tema de los niños autistas me gusta bastante y también quería saber cómo se resolvía. Pero tampoco es ésta una novela que me haya apasionado la verdad. De todas las de esta saga creo que la mejor es la primera.

También me consta que tal y cómo termina esta cuarta novela puede haber más, el autor no ha terminado de atar algún que otro cabo así sospecho que en un tiempo volveremos a saber de estos personajes. 

jueves, 12 de noviembre de 2015

Concierto de Javier Ruibal en el Café Central


 Se me acumulan las entradas pendientes y no quiero dejar de hablaros de todas ellas, así que vamos corriendo a dejar reseña de ellas.

Nada más comenzar noviembre ha estado en Madrid el músico Javier Ruibal cantando en el emblemático Café Central.

Qué bien estuvo. Nos hizo un repaso de sus treinta años en la música muy bien acompañado de José Recacha (Guitarra, Bajo), Diego Villegas (Saxo, flauta, armónica y clarinete) y Javi Ruibal (Batería).  Quería destacar especialmente a Diego Villegas que nos hacía unos solos espectaculares con su clarinete o su armónica.

Qué gusto escuchar las canciones "de amor" (cómo él mismo dijo) de éste músico gaditano, cuánto me gustan la verdad. Las canciones de Javier Ruibal son inconfundibles, con esa rica mezcla de sonidos aflamencados, pero también con toques africanos o de jazz... Un lujo. Son canciones que rezuman vitalidad y sensualidad al mismo tiempo. Y por supuesto sus letras son de un cuidado lenguaje que llama la atención, con imágenes preciosistas y esa mezcla de lenguaje popular y culto que hay en algunas tan bien fusionada.

Muy bien Ruibal. En directo fenomenal.








No me resisto a dejaros con algunas de sus letras.


La gloria de Manhattan de Javier Ruibal

Airoso como los cabales,
bajaba la 42
con un vasito de cerveza
y un cantecito echao a media voz.

A la hora de los miserables,
entre el ocaso y el neón,
hay un sin casa y un don nadie
montando un trullo de cartón.

Y qué me estas contando, "my friend",
a mí de tu bahía
si yo soy de la isla,
mira tú qué arte y qué alegría.
Si a mí no me faltara
mi hembra y sus lunares,
sabrían en el Madison
que el cante grande es lo que vale.

Ella se defendía el baile,
él nunca había sido "El Caracol",
pero decía bien el cante
con una pataíta y un farol.

Llegaron con aquellos barcos,
y con su cara de media ración
no pudo hacer su flamenquito
contra las torres de oro y hormigón.

Después de casi un año tiraos
no me queda un garito,
y ella se fue en un barco
que iba pa la isla derechito.
Y otro gallo cantara, "my friend",
si me lo hubieran dicho:
la gloria de Manhattan
empieza a partir del quinto piso.

Y en la venta de Vargas dijo
que no pisaba la calle Real
pa mendigar un sueldo fijo,
pa terminar comido por la sal.

Yo he nacido para la gloria,
yo reinaré por soleás,
y bailará por bulerías
hasta la Estatua de la Libertad.

No vayas a joderme, "my friend",
yo duermo en esta esquina:
si me haces un laíto
voy a echarte un cante de Porrinas.
Si a mí no me faltara
Lucía y sus lunares,
sabrían en el Madison
que el cante grande es lo que vale.

Y qué me estás contando,"my friend",
a mí de tu bahía,
si yo soy de la isla,
mira tú que arte y que alegría.
Y otro gallo cantara,"my friend",
si me lo hubieran dicho:
la gloria de Manhattan, "brothers",
empieza a partir del quinto piso

lunes, 9 de noviembre de 2015

"Cuando deje de llover" Teatro del bueno





Ayer estuve en el Matadero de Madrid, disfrutanto la obra de teatro "Cuando deje de llover" de Andrew Bovell.

Me la recomendó mi amigo Javier (javierdiazgil.blogspot.com) y la verdad es que merece mucho la pena.

Es la historia de una saga familiar, cuatro generaciones a lo largo del tiempo con nueve personajes. Nueve personajes que lo hacen muy bien, muy creíbles.

Desde el punto de vista de la creación es un drama muy bien contado, como un puzzle o un rompecabezas familiar, saltando en el tiempo constantemente, tan pronto ves a los mismos personajes de jóvenes como de mayores. Repitiendo las mismas frases en otras situaciones, en otro tiempo.

La puesta en escena me encantó. Qué buena. Muy elegante, casi geométrica, llena de coreografía.

Tiene tres premios Max de teatro: Al mejor espectáculo de teatro, a la mejor dirección de escena para Julián Fuentes y el premio a la mejor actriz de reparto para Susi Sánchez.


Es una obra intensa, larga, profunda, casi desgarrada en ocasiones, en la que tienes que estar muy atento porque tan pronto estás en el pasado como en el futuro. Los temas son varios: el abandono, el perdón, y otros aún más terribles. Temas que inevitablemente pasan de una generación a otra. 

En el Matadero de Madrid terminó ayer de representarse, ha estado un mes. Anteriormente estuvo en el Teatro Español. Pero seguro que volverá. Muy recomendable.











jueves, 5 de noviembre de 2015

Cementerio de Elizondo en el Valle del Baztan


"Del mismo modo que sobre las puertas de una ciudad se coloca un escudo con sus armas y sus valías, en la puerta del cementerio presidía una calavera que vigilaba desde sus cuencas vacías a los visitantes, avisándoles de que entraban en los dominios de aquel particular gobernador de la ciudad de los muertos..."





Hoy, siguiendo con nuestra semana dedicada a algunos cementerios, puesto que estamos en la semana de Todos los Santos y los Difuntos, nos vamos a fijar en el de Elizondo, en el Valle del Baztán.

Os contaba cuando hablábamos de ello en el blog que tiene su importancia literaria puesto que se habla de él en la Trilogía del Baztán de Dolores Redondo. Y yo lo visité en julio de este año. 

En el primer libro de la trilogía "El guardían invisible" ya hablan de este cementerio porque es donde enterraban a las niñas asesinadas y donde de alguna manera arranca la historia. 

"La tumba de la familia Arbizu se encontraba justo donde comenzaba uno de los ramales; sobre el panteón reposaba un ángel que, indolente y con gesto aburrido, ajeno al dolor de los humanos, parecía observar a los enterradores que habían apartado la losa haciéndola rodar sobre unas barras de acero. Amaia se situó junto a Jonan, que parecía absorto en la base del crucero..."

Qué pena que en estas fotos no sacara yo el ángel. Se me quedó en la parte baja del cementerio. Pero no me diágis que no es bonito este cementerio, tan verde y lleno de flores. Imagino que en esta semana debe estar espectacular si en pleno verano ya tenía tan intensos colores. Con ese fondo de montañas y esa bruma es un lugar muy sugerente literariamente hablando.

Vemos en las fotos que además de las cruces hay alguna que otra estela discoidal, esas piedras de forma circular unidas al rito mortuorio que se utilizaron en Navarra hasta principio del siglo XIX. 





martes, 3 de noviembre de 2015

Cementerio de Monturque - Cisternas Romanas



En este repaso de cementerios del que hemos hablado ya en el blog, nunca podría faltar el Cementerio de Monturque (Córdoba) que es espectacular.

Y digo espectácular por el tesoro que encierra debajo de él: Unas cisternas romanas muy bien conservadas.

Yo ésto os lo contaba en diciembre del año 2011, cuando a raíz de un premio literario que me otorgaron en esta localidad tuve la gran suerte de que me lo enseñaran. Tal y como os lo conté en aquella ocasión os lo vuelvo a repetir:


Nos dirigimos a la parte del cementerio, porque al Castillo ya no podíamos ir porque estaba anocheciendo. Una lástima, pero en otoño anochece tan pronto... Dimos una vuelta por los alrededores del cementerio para ver lo que queda en la parte de detrás de lo que debió ser un enorme pórtico romano. Aunque no se sabe qué ciudad romana estaba allí enclavada, pero desde luego tenía una posición privilegiada porque las vistas merecían la pena realmente. Al estar en lo más alto del pueblo te puedes permitir una vista de 360 grados, divistando todos los pueblos de los alrededores. Se conjetura con que quizás esta ciudad romana fuera Munda. Pero no se sabe seguro.
Despues entramos dentro del cementerio para visitar las Cisternas Romanas que se ocultaban debajo de éste. Era sorprendente desde luego. Datan del I siglo d.C., y su finalidad era recaudar y almacenar agua de lluvia para poder abastecer al pueblo. Son las únicas que se conservan íntegramente en España. Son 3 naves paralelas, divididas cada una de ellas en 4 compartimentos, comunicados entre sí por puertas y orificios para evitar el rebose del agua. Se descubrieron cuando se intentó una obra de ampliación en el cementerio a finales del siglo XIX, cuando hubo una epidemia de cólera. Se descubrieron y durante mucho tiempo las utilizaron para fines del cementerio. Si no recuerdo mal se pueden visitar desde el año 2006, si no recuerdo mal.

La visita estuvo fenomenal de verdad, porque era solo para nosotros seis, los tres premiados con sus acompañantes, y nos lo explicaron de forma muy detallada y muy clara. Parece mentira que esa obra de ingeniería esté ahí debajo...  Este cementerio, pequeñito pero muy buen cuidado, con unas chimeneas muy características para permitir la ventilación de las cisternas, está dentro de una red europea de cementerios singulares, entre los que están también el de Barcelona, París, Viena...


En fin... que me encantó la visita.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Sacramental de San Justo de Madrid - Panteón de Hombres Ilustres




He pensado que esta semana, la primera de noviembre de 2015, y desde luego hoy especialmente Día de los Difuntos, vamos a dedicarla a los cementerios. Ayer ya os hablaba del Cementerio Hebreo de Madrid. 

Hoy vamos a recordar una entrada que hice el año pasado por estas fechas sobre el Panteón de Hombres Ilustres de la Sacramental de San Justo de Madrid.

Son algunas de estas entradas repetidas, pero como quedan muy atrás en el blog, no viene mal repasarlas.



Todos los Santos: Panteón de Hombres Ilustres de la Sacramental de San Justo


 En este puente de Todos los Santos, como muchos de vosotros, he estado en algún que otro cementerio visitando a los míos.
Pero en lo que se refiere al blog, en uno de ellos, en la Sacramental de San Justo, he tomado algunas fotografías del Panteón de Hombres Ilustres al que todavía no le habíamos dedicado propiamente una entrada. Qué mejor época que éstos primeros días de noviembre para hacérsela.



La Asociación de Escritores y Artistas, fundada durante el reinado de Alfonso XIII, creó por iniciativa de D. Gaspar Nuñez de Arce, el Panteón de Hombres Ilustres en el año 1902. Está en el Patio de Santa Gertrudis, en la tercera sección.
En este Panteón hay diez sepulturas ocupadas por escritores y actores.
 
En la primera está Blanca de los Ríos (Sevilla 1862- Madrid1956) Novelista academicista. En la segunda está Carlos Latorre, actor. En la tercera Manuel Bretón de los Herreros (Quel 1796 - Madrid 1873): poeta muy fecundo, escritor de teatro y director de la Biblioteca Nacional en 1847 así como secretario de la Academia Española. En la tercera también está el escritor Francisco Villaespesa y Eduardo Marquina, menos conocidos.


En la cuarta está Mariano José de Larra (Madrid 1809- 1813). De sobra conocido también por su seudónimo Fígaro y por su producción literaria. Ya sabemos también que se suicidó a raíz de que Dolores Armijo diera por terminada su relación. Primero se le enterró en el cementerio de Fuencarral y en 1902 se trasladan aquí sus restos.
También aquí está el escritor Ramón Gómez de la Serna (1888-1963). Personalidad muy interesante en el Madrid de antes a la guerra civil. Ingenioso y brillante en sus conferencias, presidente de la tertulia literaria de el Café del Pombo. Inventor de la gregeria: fusión del humorismo y la metáfora, según él mismo.
En la quinta lápida está José Espronceda (Almendralejo de los Barros 1808- Madrid 1842).Poeta también de sobra conocido murió a causa de una cabalgada fatal. Tenía relaciones con una señorita llamada Doña Bernarda de Beruete a la que un día de mayo fue a ver a Aranjuez donde residía en verano. Pero tuvo que volver a Madrid para tomar parte de una votación del Congreso pues también era diputado esparterista. Dicen que la cabalgada bajo el sol le puso enfermo y murió poco después. Le enterraron en el cementerio de San Nicolás donde dicen que durante años no faltó una corona de Bernarda que no se casó jamás... En el año 1902 le trasladaron a este Panteón.
 
En la sexta lápida está Eduardo Rosales (Madrid 1836-1873). Un pintor con muchísimo talento que también murió jóven.
En la séptima está Gaspar Nuñez de Arce. Escritor y político, fue Presidente de la Asociación de Escritores y Artistas. También está aquí Manuel de Palacio, poeta y Juan Eugenio Hartzenbusch, escritor romántico muy prolífico conocido entre otros por su drama Los amantes de Teruel. También fue director de la Biblioteca Nacional.
En la octava lápida está Antonio Vico (Jerez de la Frontera 1840-Madrid 1902) actor que tuvo grandes exitos en la compañía del Teatro Español de Madrid. Murió en Cuba pero se le trasladó aquí en 1907. También aquí está Rafael Calvo (Sevida 1942-Cádiz 1888). También actor, en Madrid hay una calle que lleva su nombre porque vivió en ella.

En la novela lápida está Joaquín Arjona, también actor y profesor del Conservatorio de Madrid.
En la décima: Fernando Ossorio, autor y sobre todo actor también que murió jóven. Además está Antonio Guzmán, actor cómico, y Jerónima Llorente, actriz muy conocida del siglo XIX. Se les trasladó a este Panteón en 1934.
 
 Tambien cerca, tenemos las tumbas de más escritores famosos. Como las de los Hermanos Alvarez Quintero, creadores del teatro costumbrista andaluz y académicos de la Real Academia Española: creadores de comedias, sainetes y obras diversas con diálogos agudos.
 


Muy cerca también tenemos la tumba del poeta Ramón de Campoamor.
 
En otro Patio, en el de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en el tercero exactamente, en un nicho con una lápida bastante sencilla de marmol está el poeta Manuel Altolaguirre. Poeta intimista y director de revistas tan conocidas como Litoral (1927-29) y Caballo Verde para la poetisa (1936). Emigró tras la guerra civil a México.

No sé ve ya muy bien pero dice el epitafio:

MANUEL ALTOLAGUIRRE BOLIN
POETA
MCMV-MCMLIX
QUE MI ALMA NO PRECISA SEPULTURA
NI EL TIEMPO QUIERE LIMITACIONES
HORAS Y MUROS PARA MI ACABARON
 
 
Merece mucho la pena esta visita. 

domingo, 1 de noviembre de 2015

Cementerio judio en la Almudena: Beit Hajaim - Casa de las Vidas


El otro día estuve visitando el Cementerio Civil, del que hablaremos en otra entrada, y descubrí el Cementerio Judio que también está ahí.

Sí la Necrópolis del Este de Madrid se compone de tres cementerios. El más grande y conocido es el de Nuestra Señora de La Almudena que es tan grande que tiene 120 hectareas y alberga parada de táxis, de autobuses, capilla y hasta una casa okupa donde a media mañana del domingo suena la música de algún instrumento. Al otro lado de la Avenida Daroca tenemos el Cementerio Civil con los restos de importantes personas de nuestro pasado como Pío Baroja, Blas de Otero, Pablo Iglesias, Dolores Ibarruri... Y por último tenemos el que nos ocupa en esta entrada: el Cementerio Hebreo.

A él llegamos si vamos hasta el final del Cementerio Civil, y atravesamos una pequeña puerta verde que hay en la tapia de ladrillos, porque la puerta principal de este pequeño Cementerio Hebreo está cerrada. Inmediatamente sientes el silencio, y la paz de este lugar recogido y ordenado, separado del resto por esa puertecita.

He leído que los servicios funerarios dejan en esta misma puerta al fallecido para que sus allegados voluntarios, no familiares, se encarguen del ritual de lavarle y prepararle para el entierro. Se les tapa la cara y se les lava para purificar el cuerpo antes de entregarle a la tierra, de ahí el lavatorio de este lugar, y se les envuelve en una túnica blanca de lino. La religión hebrea no admite la incineración.

Este cementerio se llama Beit Hajaim (algo así como Casa de las Vidas) y en él hay un centenar de tumbas adornadas por una Estrella de David, y mensajes en hebreo. Casi ninguna flor, aunque sí muchas piedras y guijarros. Hay varios motivos para obsequiar con una piedra a un muerto. Primero, es una demostración duradera de que los familiares o allegados fueron a verle. Segundo, la piedra es una «creación muy antigua y de vida muy larga», no se deterioran. Y tercero, antiguamente las tumbas se rellenaban con piedras para asegurarse que el lugar no fuera profanado. Las piedras simbolizan los lazos entre las personas que sobreviven al fallecido y éste. 




El rey Alfonso XIII otorgó el permiso a la comunidad judía en el año 1922 para inhumar sus muertos de acuerdo con su religión. Se inaguró entonces el Beit Hajaim, de una hectárea. En los años 70 se quedó pequeño este cementerio y la Comunidad judía de Madrid decidió tener su propio cementerio en Hoyo de Manzanares. Parece también que tuvo algo que ver que la religión hebrea no permite mover sus cuerpos y estas tumbas de la Almudena son arrendadas, no a perpetuidad.

Quería mostraros este pequeño cementerio de Madrid, aunque no va a lucir con flores en este primero de noviembre, las hileras de guijarros en algunas de sus lápidas te sobrecogen del mismo modo.







Por último si os interesa este tema de los cementerios judios y sus rituales os dejo el enlace a un programa de rtve donde hablan de ello:

http://www.rtve.es/alacarta/videos/shalom/shalom-cementerio-judio-acompanando-alma/983147/

sábado, 31 de octubre de 2015

"Te acompaño en el sentimiento"


En este blog nos gustan las palabras, ya lo sabéis. Y muchas veces nos ocupamos de las frases hechas, esas frases que heredamos y que vamos pasando de generación en generación de forma invariable, pasando así la tradición, la cultura, la riqueza de nuestro lenguaje.

Hoy quería hablar de la frase: "Te acompaño en el sentimiento". Mañana es el día de Todos los Santos y es costumbre ir a los cementerios a recordar y poner flores a nuestros seres queridos. Por eso saltando de una cosa a otra me he detenido en el "Te acompaño en el sentimiento".

Sí, esa frase con la que nos dámos el pésame cuando alguien se nos muere. 

La verdad es que yo normalmente no la utilizo porque me parece que de tan usada muchas veces no la interiorizamos sino que la repetimos por inercia. Está claro que esta expresión es de las más comunes en todo el ritual del falleciemiento, está fijada para comunicarse en esos momentos si no sabes qué decir. 

Sin embargo en su significado es una frase preciosa. ¿No lo creéis? 

Pensad un momento en ella, en lo que quiere decir. ¿Qué mejor te pueden decir que eso? Te acompañan en ese sentimiento tan triste. Y dentro de ese acompañarte implícitamente te están ofreciendo su hombro, para estar callado, para hablar, para descansar. Le estás diciendo al otro que respetas su dolor y quieres estar ahí en él y con él compartiendo su pena para hacerla más pequeña.

Como éste es un blog que se ocupa mucho del lenguaje os diré que los estudiosos del tema a esta frase "Te acompaño en el sentimiento" la designan como "Unidad fraseológica" o combinación fija de palabras. Éste término designa a todos los tipos de frases hechas. Y dentro de las Unidades fraseológicas distinguen entre independientes y no independientes. Que del mismo modo se vuelven a divivir y dentro de las independientes, a su vez, se distingue entre las paremias y las rutinarias. Las paremias para resumir os diré que tienen autonomía textual. Mientras que las "rutinarias" están ligadas a una situación concreta.

Nuestra frase "Te acompaño en el sentimiento" sería por tanto: Una unidad fraseológica independiente, rutinaria porque está ligada a una situación concreta del momento funerario y, por último, sería expresiva.

He buscado el origen de nuestra expresión pero no lo he encontrado. Debe ser de tiempos inmemoriales. No he encontrado recogido ningún primer momento en su utilización.

Pero aún así quería detenerme en ella. Que dedicáramos unos minutos a pensar en su significado tan profundo, tan solidario, tan bueno. Que la próxima vez que nos venga a la mente reparemos unos segundos en ella y la digamos sabiendo bien cuánto estamos diciendo a pesar de haberla escuchado tanto.


http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/asele/pdf/15/15_0347.pdfinfo