“Secretos. Las
familias giran alrededor de lo que se dice y lo que no se dice, de lo que se
dijo a tiempo y evitó catástrofes que lamentar y de los que se dijo cuándo no
procedía y causó males que cicatrizaron mal y que tardaron generaciones en
sanar”
Hoy quería reseñar el último
libro que me he terminado “Un perro” de Alejandro Palomas.
Ya había leído otras dos novelas
de este autor y me apetecía volver a leer una novela de sentimientos, de
personas, intimista como las anteriores.
Y eso he encontrado.
“Un perro” forma parte de una
trilogía que comienza con “Una madre”, pero yo me he saltado un poco el orden
comenzando por ésta primero.
“Si
le pides poco a la vida lo más fácil es que no te dé nada”
El argumento cuenta como Fer, un
treintañero homosexual, está en una cafetería esperando una llamada muy
importante. A Fer le ha abandonado su pareja poco antes, y también ha perdido
un perro Max, por lo que está atravesando un mal momento. La familia ha tenido
una reunión un poco antes. Pero Fer ahora está ahí sentado, en una mesa,
esperando…
«R estaba sentado en la alfombra, junto a la
cama, exactamente como le había visto la noche de la tormenta que un año antes
nos había cambiado la vida a los dos. Me miraba fijamente y jadeaba, inmóvil,
como cuando en verano se tumba al sol en la terraza, envuelto en calor.»
El tema de esta novela como en
las anteriores que he leído de este autor son las relaciones familiares. Cómo
nos relacionamos con nuestros hijos, cómo lo hacemos con nuestros padres cuando
comienzan a envejecer o a enfermar. Cómo nos vamos transformando. Cómo nos
queremos. También el tema es la pérdida. Cómo la tememos, cómo la afrontamos,
cómo gestionamos en nuestro interior las ausencias. Aunque está muy presente
también el tema de cómo se vive la relación con una mascota, puesto que el
perro es el hilo conductor de todo el libro.
Los personajes de esta novela son
Fer, de quién ya hemos hablado al contar el argumento, pero de forma paralela
también vamos a ir conociendo a R, un golden retriever, protagonista indiscutible
de la novela. También van apareciendo los demás miembros de la familia de Fer,
Amalia, su madre. Amalia es una anciana desmemoriada e imprevisible, anárquica,
que da lugar a muchas situaciones absurdas, llenas de humor, pero con un
sentido común envidiable que solo surge a veces. También tenernos a las
hermanas de Fer: A Emma y Silvia, con sus formas de ser y sus propios
problemas. Además están presentes otros tres perros que también irán saliendo en
la novela como Max, el antiguo perro de Fer, o Shirley la perrita de Amalia y
otra perra más que ya se irá descubriendo. Se puede decir que es una novela
coral, porque todos los personajes tienen bastante peso en la trama.
“Vuestra
madre no retiene porque no se implica. Es como si solo tuviera capacidad de retención para aquello que
realmente le importa y cada vez le importan menos cosas, porque tiene la
sensación de que no es necesaria y, al no sentirse necesaria, no se activa.
Está, pero no tiene que actuar porque no hay nada que la requiera. De ahí la
sensación de desmemoria”
Como os decía la novela
temporalmente transcurre en una sola noche, en una cafetería mientras Fer
espera una llamada importante y en la noche que sucede a ese atardecer.
Espacialmente está centrada en la cafetería y en la casa de Fer.
Pero el hilo temporal se rompe
continuamente, el autor recurre a muchos saltos en el tiempo para ir contando
la vida de los personajes, sus anécdotas, sus momentos importantes para ir
retratando a esa familia, a sus miembros y a las relaciones entre ellos. Eso
por supuesto da mucha agilidad a la narración.
Formalmente la novela está
escrita en primera persona, desde el punto de vista de un narrador testigo,
Fer, que nos la va a ir contando y presentando al resto de los personajes. La prosa
de Alejandro Palomas es sencilla pero poética. Su forma de narrar te conmueve,
disecciona los sentimientos. A mí me gusta mucho por eso mismo. Y además la
novela está muy salpicada de diálogos entre los personajes. Me gusta mucho
cuando ves hablar tanto a los personajes.
A mí me gusta la forma de narrar
de este autor y sus historias familiares. Pero son novelas, como ya he dicho
muy intimistas, muy intensas, sensibles, que hablan de emociones.
Creo que es una lectura que te
tiene que apetecer. No es una novela de acción donde te atrapen las vicisitudes
de los personajes. Aquí también te secuestran la voluntad los personajes, pero
por lo que piensan, por lo que callan, por lo que sienten. Y eso remueve.
He anotado muchas frases de esta
novela porque me gustaban, porque me hacían reflexionar, con las que podía
sentirme identificada. Y otras con las que no me podía sentir tan identificada,
me estoy refiriendo por ejemplo a una con su perro, que aún no teniendo una
mascota me han gustado mucho.
De vez en cuando me gusta volver
a leer a Alejandro Palomas. Si os apetecen estos temas familiares,
sentimentales que te conmuevan os la recomiendo.
“La vida no es
tanto lo que entendemos que es, sino lo que sentimos que es”
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