Su tradición nos devuelve en estos días su Altar de los Muertos, que en concreto este 2023 está dedicado a 30 mujeres cuyas vidas supusieron un antes y un después en México. El título elegido es "Que ni la muerte nos separe".
El 1 de noviembre en este país es toda una fiesta, y da gusto ver ese derroche de naranjas y amarillos, el color de la flor del cempasúchil o flor de los muertos, mezclado con las fotografías de esas mujeres, y las calaveritas y el pan de muerto... Es muy vistoso.
Yo me acerqué en el tiempo de la comida, entre la jornada laboral de mañana y la de la tarde, y aún así había muchísima gente viendo el Altar y la exposición.
Merece la pena ver cómo los mexicanos hacen una fiesta del Día de los Muertos, cómo viven con jolgorio el encuentro entre los vivos y sus fallecidos. Es curiosa esa forma festiva tan suya de honrar a sus difuntos, volviéndolos a traer con alegría, con colores, con comida, para celebrar su día con sus familias.
Me gusta mucho su alegre nostalgia, tan diferente a nuestra tradición, es tan paradójica, me resulta muy atractiva.
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