Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

lunes, 7 de marzo de 2016

Burgos y Alberti, además de Don Quijote y Sancho Panza



Este fin de semana he hecho una escapadita a Burgos. 

Es una ciudad que da gusto pasearla, la verdad. Su catedral es espectacular, ya lo sabemos, pero además todo el centro está muy limpio y tiene ese sabor a ciudad pequeña pero muy elegante donde se debe vivir tranquilo. Cómo me gustan esos balcones de corredera blancos. Y qué bien iluminado por la noche, tenue pero lo suficientemente iluminado cómo para disfrutar de sus bellos edificios.

Por supuesto que nos ha hecho frío, y nos ha llovido y nos ha granizado, pero también nos ha hecho hasta sol. Muy variado, la verdad.

De regalo del viaje le he traído a mi blog, y a vosotros, dos curiosidades. 

La primera es la de la foto que encabeza la entrada y la de debajo de éste parrafo. Está claro que en cualquier lugar uno encuentra literatura y hasta ¡poesía! En nuestro hotel, no importa el nombre, un poema de Alberti. Me extrañó la verdad, ¡Alberti en Burgos! Pues sí, unos de esos poemas que vimos en su casa museo allá en Cádiz, en el Puerto de Santa María (hay una entrada en el blog sobre aquella visita: http://rociodiazgomez.blogspot.com.es/2011/07/la-casa-de-alberti-en-el-puerto-de.html), resulta que estaba en Burgos. 

Qué bueno.




Y ¡cómo no! me traje un mural de la calle. Don Quijote y Sancho en una esquina de un colorido mural que no pude por menos que traerme hasta aquí. 

Espero que a mi blog su regalo de este viaje le haya gustado, y por supuesto que a vosotros también.




viernes, 4 de marzo de 2016

Bien abrigados y a leer ¡Buen finde!



Este fin de semana va a hacer frío, así que bien abrigaditos y en cuánto se pueda ¡a leer!

Bueno y también a hacer todo lo demás que tanto nos gusta hacer en los fines de semana.

¡Que lo paséis bien estéis dónde estéis!

Buen fin de semana.




jueves, 3 de marzo de 2016

Trampantojos


Hoy traigo unos poquitos trampantojos más para nuestra colección.

Ya hemos dicho en otras ocasiones lo curiosa que es esta palabra "trampantojo", o lo que es lo mismo: Trampa para el ojo. El arte crea efectos, con la pintura o la arquitectura, que engañan al ojo. Ya en Roma había trampantojos.

Los trampantojos que os traigo hoy son de Madrid. La foto que encabeza la entrada es de la calle Hortaleza en Alonso Martinez.

Y la de debajo es de un lugar con muchísima historia literaria. Está en el centro, en la confluencia entre la calle de la Cruz, con la de Alvarez Gato. Ese mismo edificio tiene una placa que señala que ahí estuvo El corral de Comedias de la Cruz. Uno de los más famosos, junto al del Príncipe del Siglo de Oro. A éste se dice que iba el Rey Felipe IV a ver actuar a una de sus amantes: La Calderona.

Están muy bien los trampantojos ¿verdad?



martes, 1 de marzo de 2016

Rodrigo Cortés "Dormir es de patos"






"El niño alcanzó la estratosfera y se preparó para orbitar alrededor de la Tierra, recordando el columpio con una sonrisa."


"El pestillo del cuarto de baño, es de lo poco que nos queda".

"Redactar es a escribir lo que apetecer es a amar."




Rodrigo Cortés
"Dormir es de patos"
Editorial Delirio. 2ª edición.


 Un libro cuadrado, pequeño, que te cuesta 9 euros pero donde encontramos muchas frases, aforismos o formulas literarias muy breves, las llames cómo las llames, pero donde se pretende condensar mucha información en pocas letras. 

Inevitablemente ante esas breverías te paras a reflexionar, o te sonríes, o no, pero en la mayor parte de las veces no te quedas indiferente.

Me gusta este libro. Con ese punto irónico. Para leer a ratitos.





lunes, 29 de febrero de 2016

La palabra "bisiesto" - Origen de la palabra






Hoy es el día 29 de febrero, estamos en un año bisiesto. ¿Y vosotros sabéis de dónde viene esta palabra: bisiesto?

Más o menos ya todos sabemos porque existe un año bisiesto, pero no está mal recordarlo: Nuestro planeta rota 365,24219 veces durante una órbita completa alrededor del sol, por tanto un año dura 365 días, 5 horas, 48 minutos y 56 segundos, no 365. Al emperador Julio César se le ocurrió crear los años bisiestos. Si cada año nosotros contamos esos 365 días, perdemos esas 5 horas que deberemos recuperar. Durante tres años contamos esos 365 y al cuarto recuperamos el día que falta, los 29 días que tiene febrero, el año bisiesto. Si no añadiéramos un día completo cada cuatro años, las estaciones acabarían descompasadas del calendario, de tal manera que después de unos 700 años, en el hemisferio norte la Navidad caería en mitad del verano. Al revés, en el hemisferio sur.

Pero cómo este blog es de palabras y del lenguaje. Nuestra pregunta es: ¿De dónde viene la palabra "bisiesto"? ¿Cual es su origen?

Pues del latín. Directamente del latín. ¿Y por qué? Pues porque en latín no existía el día 29 cada cuatro años, lo que existían eran ¡dos días 24! 

¿Y eso por qué? Os preguntaréis... Pues bien la historia nos dice que:


En los tiempos de Julio César, el primer día de cada mes se llamaba calendas, el séptimo eran las nonas y el décimoquinto día eran los idus. En lugar de decir 28 de febrero, los romanos decían primum dies ante calendas martias (primer día antes de las calendas de marzo). El 27 de febrero era el secundum dies ante calendas martias (segundo día antes de las calendas de marzo), el 26 de febrero, tercer día y así sucesivamente. 

Para introducir su novedad, el año bisiesto, Julio César intercaló un día entre el sexto y el quinto día antes de las calendas, o sea entre los días que hoy son el 23 y el 24 de febrero.

Entonces ellos para nombrar al día 24 decían: "Diem sextum ante calendas martias" que es lo mismo que decir: "Día sexto antes del primero de marzo". Porque cómo ya hemos dicho "calendas" eran todos los días primeros de cada mes. 

Pero cómo cada cuatro años ellos tenían dos días 24 de febrero, por ese día adicional que Julio Cesar incluyó, pues al 24 bis le denominaban: bis sextus dies ante calendas martias, o sea, "segundo día sexto antes de las calendas de marzo" y el año que contenía ese día se llamó por eso bissextus.

Pues bien, de ese "bis sextum", nos ha llegado la palabra "bisiesto".


viernes, 26 de febrero de 2016

Las perdices y el lenguaje coloquial + Perdix, el mareo y la felicidad



Hoy vamos a hablar de un par de expresiones que seguro habéis escuchado mucho. ¡Cómo le gustan a este blog las frases hechas!

Pero primero os voy a copiar una historia:

Según la mitología griega, Dédalo, el padre de Ícaro -los dos que escaparon volando del laberinto de Minos, aunque el segundo se acercó tanto al sol que se le derritieron las alas- tenía un sobrino llamado Perdix, al que custodiaba y protegía. Perdix era de una inteligencia sobrenatural y estaba dotado para hacer cualquier trabajo. Dédalo, que era arquitecto, envidioso de los conocimientos de su sobrino, capaz de trazar planos y levantar edificios más rápidamente y mejor que él, lo arrojó desde lo alto de una torre. Antes de estrellarse contra el suelo, Atenea, diosa de las artes, lo recogió, pero a cambio de su vida lo transformó en perdiz.

Pues sí... vamos a hablar de Perdices.

La primera expresión se ha ganado una entrada porque una amiga mía, Yolanda de Zaragoza, me envió un guasap para que investigara sobre ella, porque al escucharla se acordó de mí. Bueno pues cómo no es cuestión defraudar a los amigos, aquí está:

Marear la perdiz

¿A qué la habéis escuchado muchas veces? Es muy coloquial.

Nos dice el Diccionario de la Real Academia Española:

marear alguien la perdiz

1. loc. verb. coloq. Hacer perder intencionadamente el tiempo en rodeos o dilaciones que retrasen u obstaculicen la resolución de un problema.


¿Cual es el origen de esta expresión?

He buscado en varias fuentes y todas coinciden en que es una expresión coloquial que tiene su origen en la caza. En el deporte de cazarlas, deporte cinegético, los ojeadores asustan y acosan con perros a las perdices: Se las "marea". A simple vista parece que están retrasando su caza. Pero se trata de cansarlas primero, ya que esta ave no resiste mucho tiempo en el aire, es de vuelo corto, entonces se las cansa primero para que luego ya fatigadas puedan ser cazadas por los cazadores con mucha mayor facilidad.


Y ya que estamos con la perdiz, tendríamos que hablar de otra expresión que no tenéis perdón si no os suena:

Y fueron felices y comieron perdices

 ¡¡Sí!! Del final de los cuentos.

He consultado varias fuentes y este archiconocido broche final existe no solo porque rima, sino también porque las perdices eran un signo de riqueza, era un manjar caro que solo se lo podían permitir personas de alta cuna, como los príncipes o los reyes. Luego es un final que no solo augura felicidad sino también bienestar, social y económico. 

Varias fuentes consultadas aluden a que se trata de una expresión medieval. Entonces las perdices era unas aves que solo podían permitirse las clases acomodadas. Y muchas fuentes lo sitúan en Francia.

"La que, según la mayoría de los historiadores, tiene más credibilidad es la que se ubica en la corte de Margarita de Valois, cuyo astrólogo decía: «Maridos que deseáis ser amados por vuestras mujeres, mujeres que deseáis ser amadas por vuestros esposos, no tenéis más que coger una perdiz y sacarla el corazón: a la mujer, el del macho; al hombre, el de la hembra, y así seréis felices eternamente»."
En la corte francesa de Catalina de Medicis, la perdiz fue considerada como «carne buena y fácilmente digerible, que refuerza el cerebro, facilita la concepción y despierta el deseo semidormido de los placeres venéreos», según se relata en el libro De honesta voluptate et valetudine del autor Bartolomé Platina.




Al hilo de lo anterior he encontrado que alguna vez se ha modificado la expresión. Como en el caso de Saturnino Calleja Fernández (Burgos 1853-Madrid 1915) era un editor, pedagogo y escritor español, ya sabéis el de "Los cuentos de Calleja". Parece ser que Calleja, por obra y gracia de una ocurrencia de su hijo Rafael, transformó la coletilla y le añadió otra frase:

Comieron perdices y fueron felices 
y a mi no me dieron porque no quisieron. 


https://books.google.es/books?isbn=8479603461
Diccionario del origen de las palabras de Alberto Buitrago y J. Agustín Torijano

jueves, 25 de febrero de 2016

Momentos de la última lectura: 23 de febrero lectura literaria en la Biblioteca Pública María Moliner



Hoy me gustaría dejaros con algunos momentos de la lectura que hicimos Javier Díaz Gil y yo, este martes pasado, el 23 de febrero, en la Biblioteca María Moliner de Villaverde Alto en torno al tema del amor.

Javier Díaz fue leyendo sus poemas y yo algunos de mis relatos. Textos antiguos y nuevos, pero siempre trenzando los sentimientos con las palabras.



Siempre me resulta complicado elegir los relatos a leer, algunos son demasiados largos, otros ya los he leido en otras ocasiones, pero al mismo tiempo quieres que la lectura abarque diversos modos de la creación literaria: cartas de amor, microrrelatos, cuentos, unos más narrativos, otros con más diálogo... en fin, que no es sencillo, ni fácil. Al menos para mí.

Quieres poner tu voz a los relatos, trasmitir mejor el ánimo con el que fueron escritos, el tono que quieres otorgarle, quieres ayudar a que los personajes que están sobre el papel cobren vida. Sin embargo, la timidez, la vulnerabilidad, el querer hacerlo lo mejor posible a cambio te devuelve muchos nervios. Después por lo general, es gratificante sentir que a la mayoría, a todos es imposible, parece que llegan e interesa.

En fin, ya pasó nuestra lectura. Tanto pensar, tanto preparativo y después qué rápido pasa. Como ocurre con todas las cosas que te importan.

Desde aquí quiero agradecer a todos los que nos regalaron su tiempo y sus orejas. En día laborable y con lo grande que es Madrid, sabemos que cuesta desligarse de las obligaciones o las rutinas. Por ello no puedo dejar de dar las gracias a todos los que nos acompañasteis. Porque ésta es nuestra pasión, lo que nos llena y teneros ahí es muy importante para nosotros. Y desde luego, nos hicisteis más felices, eso seguro.

Os dejo con algunos momentos: