Este fin de semana he hecho una escapadita a Burgos.
Es una ciudad que da gusto pasearla, la verdad. Su catedral es espectacular, ya lo sabemos, pero además todo el centro está muy limpio y tiene ese sabor a ciudad pequeña pero muy elegante donde se debe vivir tranquilo. Cómo me gustan esos balcones de corredera blancos. Y qué bien iluminado por la noche, tenue pero lo suficientemente iluminado cómo para disfrutar de sus bellos edificios.
Por supuesto que nos ha hecho frío, y nos ha llovido y nos ha granizado, pero también nos ha hecho hasta sol. Muy variado, la verdad.
De regalo del viaje le he traído a mi blog, y a vosotros, dos curiosidades.
La primera es la de la foto que encabeza la entrada y la de debajo de éste parrafo. Está claro que en cualquier lugar uno encuentra literatura y hasta ¡poesía! En nuestro hotel, no importa el nombre, un poema de Alberti. Me extrañó la verdad, ¡Alberti en Burgos! Pues sí, unos de esos poemas que vimos en su casa museo allá en Cádiz, en el Puerto de Santa María (hay una entrada en el blog sobre aquella visita: http://rociodiazgomez.blogspot.com.es/2011/07/la-casa-de-alberti-en-el-puerto-de.html), resulta que estaba en Burgos.
Qué bueno.
Y ¡cómo no! me traje un mural de la calle. Don Quijote y Sancho en una esquina de un colorido mural que no pude por menos que traerme hasta aquí.
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