Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

martes, 22 de abril de 2014

"El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares" de Ransom Riggs



“Dejé de pedir a mi abuelo que me contara historias, y creo que secretamente se sintió aliviado. Una atmósfera de misterio rodeó los detalles de sus primeros años. No curioseé. Él había pasado por un calvario y tenía derecho a sus secretos. Me sentí avergonzado por haber tenido celos de su vida, considerando el precio que había pagado por ella, e intenté sentirme afortunado por la vida segura y nada extraordinaria que disfrutaba y que no había hecho nada por merecer.
Entonces, unos pocos años más tarde, cuando yo tenía quince, sucedió una cosa extraordinaria y terrible, y a partir de ese momento sólo hubo un Antes y un Después.”
 
Me acabo de terminar el libro “El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares”. 

La novela es curiosa, la verdad. Y digo que es curiosa, no solo por la historia que cuenta, sino porque está salpicada de fotografías con aire vintage de personas “peculiares” como dice el título, personas diferentes, que van saliendo en la narración. Luego entonces el libro en sí como objeto está muy bien, es bonito. Además por ese lado fantástico la historia tiene interés, es entretenida, aunque es una novela juvenil. Aunque tengo que admitir que la parte final del libro ya no me ha gustado tanto, me resultaba un poco más tediosa.
El argumento nos cuenta de un chico de dieciséis años, Jacob, cuyo abuelo siempre le contaba historias, cuando era pequeño, de niños invisibles, niños que levitaban…  Historias fantásticas que le encantaban. Sin embargo cuando fue haciéndose mayor dejó de creer en ellas, y así se lo dijo a su abuelo, quién para probar que eran ciertas le enseña unas fotografías, de las que Jacob no duda que son montajes. Con los años el abuelo comienza a hablar de monstruos y de que le persiguen, y la familia comienza a pensar que está senil. Hasta el día que el abuelo muere de forma violenta, y una terrible visión hace que Jacob comience a ver también monstruos…

Como os decía el argumento es muy curioso. Y la cuidada edición es digna de mención. Casi toda la novela tiene ritmo y está dosificada la intriga de forma que te mantiene entretenido buena parte de la historia. 

Las coordenadas de espacio y tiempo cambian agilizando la narración. Se desarrolla tanto en Estados Unidos en la actualidad como en una isla de Gales en torno al 3 de septiembre de 1940, cuando los bombardeos en la Segunda Guerra Mundial. Luego hay un viaje en el tiempo.

Los personajes están bien construidos y a la mayoría de ellos su peculiaridad les hace muy atractivos para el lector. Además las imágenes te permiten visualizar lo que ya de por sí está bien descrito por el narrador, con lo cual aumenta el atractivo para el lector. Puedes leer y ver, y la riqueza de la historia es mayor.



Sin embargo, yo creo que en los últimos capítulos la trama decae. Es más flojilla la novela hacia el final. Como ya os contaba, se hace un poco más pesada porque ya no hay demasiado por descubrir y te ves venir el desenlace que ocurre un poco atropelladamente para dejarte además con un final bastante abierto. Esto es lo que menos me ha gustado. 

Es curiosa, desde luego, sobre todo si te gusta la literatura fantástica.

lunes, 21 de abril de 2014

"El cojo de Inishmaan" en el Infanta Isabel de Madrid


Ayer hablábamos de la obra de teatro “Los miércoles no existen” y hoy quería hablaros de “El cojo de Inishmaan”. Éstas son las dos obras de teatro que he visto esta Semana Santa. Nada que ver la una con la otra, aunque me han gustado las dos. 

 En ésta que vi en el teatro Infanta Isabel de Madrid, “El cojo de Inishmaan”, me parece que está muy cuidado todo, la dirección (Gerardo Vera), la interpretación, la escenografía… Me gustó mucho. Es de esas veces que sales pensando que has visto teatro en mayúsculas. Teatro elegante. El elenco de intérpretes está genial, empezando por las buenísimas Marisa Paredes y Terele Pávez, hasta los jóvenes Irene Escolar y Ferran Vilajosana haciendo del jóven Billy, que lo hace fenomenal, bien, bien.

El argumento se desarrolla en un medio rural en la Irlanda más profunda. En ese lugar, Billy el Cojo (Ferran Vilajosana) descubre que el famoso documentalista Robert Flaherty va a ir a su isla para rodar un documental para Hollywood y quiere marcharse para dejar de ser el tullido y convertirse en una estrella.
 
La escenografía se resuelve con una pantalla que ayuda a la imaginación a volar hasta esa isla gris en Irlanda, en esa época.

Y el argumento comienza a fluir despacio, es una obra reposada, lenta. Y en su lento discurrir te da varios giros que hace que no pierdas la atención porque lo parece luego no es, pero un poco después... tampoco. Es una obra sobria, profunda.




Lo que más me gustó de todo, cómo ya os he dicho, fue la interpretación de los actores. Se lucen todos, yo creo. Las maestras Marisa Paredes y Terele Pavez, haciendo de tías de Billy. Kate (Paredes), como la tía sensible a un paso de la locura hablando con las piedras; Terele Pávez haciendo de la otra tía, Eileen, rolliza, fuerte, apuntalando a la familia. También me gustó bastante la interpretación de Teresa Lozano como esa anciana nonagenaria y alcohólica, desinhibida, de vuelta de todo y madre de Johnnypateenmike, ese personaje cuasi ridículo con su traje de cuadros llevando y trayendo chismes interpretado también de forma muy desenfadada y jovial por Benavent y que al final se descubre cómo diferente de lo que parecía. Por supuesto mención especial para los jóvenes, Ferrán Vilajosana como el cojo protagonista, qué bien, bien lo hace. Tan bien que se hace querer. O su amada interpretada por Irene Escolar, estupenda en su papel de descarada. Es la última de la saga de esos grandes actores, los Gutierrez-Caba y parece ser que fue quién descubrió el texto y se lo llevó al Director Gerardo Vera para que se representara. En fin, que todos los actores me parecían que lo hacían muy bien. Porque también está fenomenal Bartley, el adolescente cortito obsesionado con los telescopios que interpreta Adan Jezierski; o Marcial Alvarez como Babbybobby, el barquero solitario que luego se destapa como agresivo a pesar de su contención; o incluso el Doctor McSharry, interpretado por Ricardo Joven, con un papel menos lucido pero también en su punto. Todos son muy creíbles, todos se crecer al empezar a moverse por el escenario.

Me parece que se puede destacar como notable la escena en la que están viendo la película, todos sentados de frente a el público mostrándose cómo son. Muy buena esa escena. Me gustó mucho. 



En fin, que totalmente recomendable. Aunque me temo que solo estaba hasta el fin de semana pasado. Pero si vuelve, no dudeis en ir, porque merece la pena.

 El cojo de Inishmaan
Autor: Martin  McDonagh
Dirección: Gerardo Vera.
Reparto: Marisa Paredes, Terele Pávez, Enric Benavent, Irene Escolar, Marcial Álvarez, Ferran Vilajosana, Teresa Lozano, Adam Jezierski, Ricardo Joven.
Lugar: Teatro Infanta Isabel
Fechas: Hasta el 20 de abril.

domingo, 20 de abril de 2014

"Los miércoles no existen" en el teatro Lara




Bueno, bueno, bueno, tenía yo una cuenta pendiente este año con el teatro a la que he intentado poner remedio éstos días de Semana Santa.

Dos obras de teatro he visto. Dos obras muy diferentes pero que me han gustado, la verdad.

Vamos a dedicar esta entrada a hablar de una de ellas, y en otra ya comentaramos la que nos queda. Ahora vamos a centrarnos en "Los miércoles no existen" en el teatro Lara de Madrid.

Me ha gustado, está graciosa. Pasas un buen rato con ese grupo de treintañeros y sus visicitudes sentimentales. 

Dice la publicidad que es una "dramedia" romántica que gira en torno a esas reacciones en cadena derivadas de nuestras decisiones. Bueno pues sí, se podría definir así. Es una obra fresca y simpática.

Es muy curiosa la estructura, porque se trata de un crisol de pequeñas historias urbanas y sentimentales de los mismos seis personajes que aparentemente no tienen ninguna conexión pero que en el fondo sí que están todas relacionadas. Lo que ocurre es que te las muestran, te las cuentan de forma aleatoria sin respetar un hilo temporal. Por supuesto eso lo hace más entretenido. El decorado también es muy curioso pues en una pizarra ya están escritos los títulos pero ellos te los van remarcando a modo de comienzo de cada pieza teatral. Ahí ves la fecha para que mejor te sitúes temporalmente, aunque por el argumento no lo necesitas mucho, pero bueno está bien como guía.

Hay tópicos, claro que los hay. Pero pasas un buen rato. También cantan y bailan... Y hay música en directo que está fenomenal. Vamos que es una obra amena y entretenida, además de graciosa. 


Los seis actores lo hacen bien. Son actores que hemos visto muchas veces en series de televisión. Hay dos grupos de actores, seis y seis que se van reemplazando. En mis seis, tres chicos y tres chicas, estaba Daniel Guzman (Comisario...) que actúa muy bien. También está Irene Anula (Amar en tiempos revueltos), Mónica Regueiro (Nada es para siempre), Armando del Río (Gran Reserva), Bárbara Grandío (Nada es para siempre), Marta Solaz (Los misterios de Laura), Javier Rey (Amar en tiempos revueltos) y Alberto Matesanz a la guitarra. Entre los otros seis están Gorka Otxoa (Vaya Semanita), Diana Palazón (Hospital central), Luis Callejo (Los hombres de Paco, El barco)... 

En cuánto al director y autor se trata de Peris Romano, al que ya conocemos por su película Ocho citas, y ha sido guionista en otras como La sopa boba, Impares y Yo soy Bea, entre otras.

En fin, que la obra está bien. Si quieres ver una obra de teatro distendida, sin pretender más que pasar un buen rato con las historias de esos jóvenes de ahora, ésta es tu obra.



"Poesario: Huesos y Literatura" en Colmenar Viejo



Los componentes de la Tertulia literaria "Rascamán", a la que pertenezco, vamos a poner en marcha de nuevo la exposición "Poesario" que hacemos entre todos.
Ya os he hablado de ella en otras ocasiones, pues expusimos en el Café Galdos, en la Biblioteca María Moliner de Madrid, y la última vez en 2012 en la Biblioteca Manuel Alvar de Madrid. Se trata de obras de literatura visual, en la que a partir de una imagen, una radiografía, hemos escrito un texto, un poema o un pequeño relato. 
Esta vez exponemos en Colmenar Viejo. En la Casa de la Juventud. La inauguración es próximo viernes 25 de abril a las 19 horas, donde algunos de los autores leeremos nuestras obras.
La exposición seguirá expuesta hasta el 9 de mayo. 
Entre el 25 de abril y el 9 de mayo de 2014 en el hall del Salón de Actos de la Casa de la Juventud de Colmenar. Ctra. Hoyo de Manzanares, 16. Colmenar Viejo. Madrid (España). 

viernes, 18 de abril de 2014

Hasta siempre Gabo


"Era inevitable: El olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amores contrariados..."

"Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo..."

"El año de mis noventa años quise regalarme una noche de amor loco con una adolescente virgen..."




Descanse en paz, maestro.

jueves, 17 de abril de 2014

"Instagramers gallery" en el Espacio Fundación Telefónica



Ayer estuve en la Fundación Telefónica visitando la exposición 'Instagramers Gallery Madrid', una muestra  de esos usuarios de la red social fotográfica Instagram, en su mayoría desconocidos, que previa selección de un "comité de expertos" han conseguido que sus fotos cumplan los requisitos de calidad suficiente para aparecer ahí. 

En esta ocasión han seleccionado la foto de la hija de unos amigos míos Irene Dévora. La foto es la que encabeza esta entrada. Está genial ¿verdad?


Éste era el apartado de las fotos de Madrid, donde está la de Irene Dévora. 











Lugar
Espacio Fundación Telefónica
Calle Gran Vía 28 (entrada por la Calle Fuencarral 3) Madrid
Horario
De martes a domingo de 11 a 20 h.

miércoles, 16 de abril de 2014

"Siempre empezando" de Antonio Muñoz Molina



Como hay más tiempo para leer os dejo con una entrada del blog "Escrito en un instante" del escritor Muñoz Molina. Tan buen escritor y tan cercano...

Siempre empezando

Lo bueno de este oficio y lo malo de este oficio es lo mismo: que si a uno no lo ciega o no lo entontece la vanidad, el resentimiento, la arrogancia, la pérdida de sentido de la realidad, está siempre empezado, de un modo u otro, como se empezaba de nuevo el juego del parchís o el del dominó cuando aquellas manos expertas desordenaban el final del juego anterior y mezclaban las fichas. Siempre estás en las mismas. Siempre empiezas un libro y no sabes nada de él. Siempre empiezas un capítulo, o una página, o reanudas la frase interrumpida de ayer, y lo que tienes delante es un espacio en el que no hay nada, en el que será preciso avanzar palabra a palabra y frase a frase, con los breves descansos del punto y del punto y aparte.
Ahora el joven scholar Manuel Ruiz Rico, que tiene tanto amor verdadero por la literatura, da en Granada una conferencia sobre los artículos de mi primer libro y me parece mentira que vaya a hacer treinta años que se publicó.Yo creo que Manuel ni había nacido entonces. Me acuerdo de copiar en mi máquina electrónica, un zeppelin de la tecnología, los artículos recortados del Diario de Granada, de seleccionar unos y dejar fuera otros que ya se habían marchitado, porque los artículos se marchitan, o se pasan de fecha, como los yogures o los congelados. Intentaba corregir errores o suprimir cosas innecesarias mientras copiaba. Quebrar endecasílabos vulgares era una de mis preocupaciones. Todo lo hacía por insistencia de José Gutiérrez y de Rafael Juárez, que me animaban a sobreponerme a la pereza  y a la incredulidad: la pereza de volver a lo escrito; la incredulidad de que un libro publicado a mi costa en Granada pudiera servir de algo, aliviar el complejo de invisibilidad del escritor casi inédito.

Una noche, volviendo a casa, miré el escaparate de la librería Continental, en Puerta Real -los libreros eran dos hermanos extraordinarios, hombre y mujer, entusiastas de la literatura- y allí estaba mi libro, entre las novedades, con su portada color plata que había diseñado Juan Vida, la primera vez que veía un libro mío en un escaparate. Lo que sentí fue pudor sobre todo, yo solo, a la poca luz de las farolas de Puerta Real, por encima del cauce secreto del Darro. En esa librería recalaba con frecuencia la gran poeta Elena Martín Vivaldi, que fue de mis primeros lectores.

Y hace unos días tuve una sensación semejante, al ver por primera vez un libro mío en el escaparate de una librería de Nueva York, en Three Lives, en una de mis esquinas favoritas del Village. Allí estaba, In the Night of Time. Yo volví a sentir pudor, más que orgullo o alegría, el miedo a que nadie se fijara en el libro, a que nadie lo compre, como cuando entraba a las papelerías de Granada donde un amigo me había hecho el favor de repartir ejemplares del Robinson y veía siempre los mismos ejemplares intocados en el mismo sitio, como cuando entro ahora en Book Culture , en Broadway y la 112, y no quiero mirar hacia el expositor en el que está mi novela, por esa aprensión tremenda que nunca se acaba. Tienes 28 años o tienes 58, andas por una calle de Granada o por una calle de Nueva York, y por debajo de todas las diferencias está el mismo temor, la misma ilusión, la misma fragilidad incurable, la misma inseguridad. Se ahorraría uno mucha angustia si encontrara algún antídoto, si pudiera aliviarlas.