Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

domingo, 15 de abril de 2012

"Ese chispazo" de Antonio Muñoz Molina




Me ha gustado mucho este artículo que ha publicado Antonio Muñoz Molina en El País hoy. Bueno viendo ya la hora que es, lo publicó ayer.

Leedlo despacio, no tiene desperdicio.


http://cultura.elpais.com/cultura/2012/04/11/actualidad/1334142105_573404.html

IDA Y VUELTA

Ese chispazo

"Una de las maravillas de vivir en estos tiempos es la posibilidad de asistir a la confluencia entre la poesía y el conocimiento"

14 ABR 2012 - 12:58 CET




De pronto hay algo donde antes no había nada. De un momento a otro la desolación se ha convertido en fervor y la esterilidad en deslumbramiento. En la conciencia vacía o en la hoja o en la pantalla en blanco ahora hay una primera frase o un verso completo. En la imaginación ha surgido una música llegada de no se sabe dónde. Las horas o días de trabajo tedioso quedan cancelados por una súbita sensación de ligereza. Lo imposible ahora se ha alcanzado sin apariencia de empeño. Lo que era difícil se ha vuelto fácil o ha resultado ser difícil y fácil a la vez. El esfuerzo consciente se ha revelado superfluo porque alguien que no parece exactamente uno mismo ha susurrado una solución. A partir de ahora el trabajo no será menos exigente, pero sí más fluido y más grato.

La palabra susurrar es adecuada: la inspiración es un soplo. Las imágenes que aluden a esa experiencia contienen el aliento y también la luz: la claridad súbita que revela lo hasta entonces oculto. En el querido vocabulario de los cómics la idea súbita es una bombilla que se enciende en el cerebro o encima de él, quizás derivada de las lenguas de fuego que señalaron la presencia del Espíritu Santo sobre las cabezas de los apóstoles. Los símbolos evolucionan con la tecnología: la inspiración es una llama cuando la noche se iluminaba con candelas de aceite y una bombilla en la era de la electricidad.

Cualquiera que haga tareas que requieren algún tipo de invención conoce tales momentos, pero elude mencionarlos, por miedo a los malentendidos: a no ser tomado en serio, a ser tomado por un místico o un romántico, a que se piense que si todo depende de una ocurrencia súbita no hay mayor mérito en el logro, o cualquiera puede aspirar a él. El problema se agrava en sociedades ásperas que desconfían de la inteligencia y consideran parásitos o estafadores a quienes de un modo u otro dedican sus vidas a trabajos relacionados con ella.

Para que los profesores lo miren con la adecuada seriedad y para que sus paisanos no lo apedreen o al menos no lo miren como a un payaso el escritor, el artista o el músico engolan la voz al hablar de sus oficios, y resaltan con razón la parte que hay en ellos, siempre, de entrega y disciplina, de tesón y control, de revisión permanente. Pero rara vez hablan, hablamos, de aquello sin lo cual todo el esfuerzo y toda la perseverancia no sirven para nada y no llevan a ninguna parte, esa revelación súbita de la que nace muchas veces una canción, una historia, un poema, el prodigio inexplicable de lo que no es el resultado del pensamiento racional, ni del propósito consciente, sino del más puro azar, lo que llega no cuando se lo busca y se lo espera, sino precisamente cuando se ha dejado de buscar, cuando se estaba buscando con obstinación otra cosa.

Un libro, en mi experiencia, no es la realización de un proyecto, un edificio que deriva exactamente del trazado de los planos. Es algo que llega de pronto y que uno sigue medio a tientas, guiado como máximo por algo parecido a esa brújula de la que habla Javier Marías; una brújula, en cualquier caso, de eficacia incierta, de movimientos caprichosos de aguja: quizás una brújula que hay que consultar de noche a la luz de una llama que en cualquier momento puede apagarse. Uno no escribe para contar lo que sabe, sino para saber lo que cuenta. El plano, cuando llega a existir, existe como un fogonazo, y lo que ilumina son casi siempre conexiones inesperadas entre cosas que hasta ese mismo momento parecían muy alejadas entre sí. Marcel Proust creyó que estaba escribiendo un ensayo sobre el crítico Sainte-Beuve que a él mismo le parecía tedioso y en el que había trabajado con desgana durante años: de pronto, una tarde, instigado por el sabor más célebre de la literatura, el tedio se convirtió en arrebato y la dificultad de inventar en un casi delirio de imágenes y situaciones. En el duermevela del despertar Richard Wagner escuchó el acorde del que derivaría todo el inmenso edificio sonoro del Anillo del Nibelungo. El máximo desaliento había precedido a la mayor enajenación creadora.
Desde los griegos la inspiración inventiva se asoció a lo sobrenatural: en la etimología de la palabra entusiasmo está la idea de la posesión por un dios. Una de las maravillas de vivir en estos tiempos es la posibilidad de asistir a la confluencia entre la poesía y el conocimiento científico. Escáneres e imágenes magnéticas están favoreciendo una precisión cada vez mayor en el estudio de los procesos cerebrales, al mismo tiempo que la biología molecular permite conocer el sustento físico de la imaginación y la memoria. Jonah Lehrer, un divulgador de éxito especializado en la neurociencia, acaba de publicar Imagine: How Creativity Works, un libro sobre los descubrimientos en ese campo que parecía el más escurridizo y misterioso de todos: de dónde viene lo que parece surgido instantáneamente de la nada; lo intuido, lo medio soñado, lo que se escribe o se toca en un estado como de sonambulismo, la ocurrencia de un poema o de una melodía y también la de una de esas modestas invenciones que en seguida se vuelven obvias pero en las que nunca había pensado nadie: la cinta adhesiva, por ejemplo, el post-it, la canción Like a Rolling Stone de Bob Dylan, la mopa desechable, un poema de Auden, el eslogan I Love New York con el corazón rojo en el centro, el velcro, los primeros dramas históricos de Shakespeare; tantas de las cosas que implican el que según Lehrer es el más importante de nuestros talentos: la capacidad de imaginar lo que nunca antes ha existido.

En todos estos hallazgos dispares hay un cierto número de elementos comunes. Hay una mezcla de tozudez y capitulación: justo cuando se abandona después de un largo esfuerzo que no ha tenido fruto es cuando aparece lo que ya no se buscaba. Hay disciplina pero también hay jubiloso abandono: después de haberse adiestrado durante muchos años en el control absoluto de su instrumento un músico de jazz puede permitirse improvisar en un estado en el que el flujo de la electricidad y de la sangre en su cerebro se parece mucho al de la mente que sueña. Hay una memoria operativa que puede trabajar al mismo tiempo con una rica variedad de ideas e imágenes y hallar conexiones y similitudes sorprendentes. El inventor del velcro pensó de pronto en esas semillas pinchudas que se le quedaban adheridas en el lomo a su perro lanudo. El del post-it, un hombre muy religioso, perdía siempre los papelitos con los que separaba las páginas de su libro de himnos, y se acordó de un pegamento muy débil del que había oído hablar distraídamente hacía algún tiempo. Joyce conectó el mito de Ulises y el del Judío Errante con un día en la vida de un pobre hombre cualquiera de Dublín.

Chispazos así llegan de tarde en tarde, si llegan. Uno trabaja a diario con la esperanza, con la superstición de merecerlos.

Corrección: la semana pasada escribí que no hay una buena biografía de Luis Cernuda. Jordi Doce y otros lectores se han apresurado a corregir mi inexcusable ignorancia: Tusquets ha publicado una gran biografía de Cernuda escrita por Antonio Rivero Taravillo.

Imagine: How Creativity Works. Jonah Lehrer. Houghton Mifflin Harcourt, 2012. 279 páginas.

jueves, 12 de abril de 2012

"La vida después" de Marta Rivera de la Cruz




Este libro desde que salió estaba en mi lista de libros que iba a leer. Sí o sí. Más tarde o más temprano. Pero yo lo iba a leer. Porque he leído casi todas las novelas de esta escritora, Marta Rivera de la Cruz, me gusta siempre cómo escribe, me gustan sus historias. La descubrí con En tiempo de prodigios (2006), de todas sus novelas, mi preferida y que siempre recomiendo.Y luego me ha vuelto a gustar mucho en "Que veinte años no es nada" o "El inventor de historias" por citar algunas.

Y ya me he leído su última novela: "La vida después". ¿De qué va?

El argumento es el siguiente: Victoria tiene aparentemente una existencia envidiable en Nueva York; es profesora en la universidad, tiene un marido millonario y apuesto y un ático en el Upper East Side. Cuando le notifican el fallecimiento de Jan, su mejor amigo, vuelve a Madrid para asistir a su funeral.

 Allí se topará con la refinada Chloe, antiguo amor de Jan; con su hija, la inconformista Solange; con Marga, su esposa; con su extravagante suegra, Shirley... Un vuelco de los sucesos forzará a Victoria a quedarse en Madrid, donde tendrá que hacer frente a la suspicacia de cuatro mujeres que jamás creyeron que su amistad con Jan fuese totalmente sincera.

 El tema de la novela principalmente es el de la amistad entre los hombres y los mujeres. ¿Es posible? Luego aborda muchos más temas: la muerte de un ser querido, el amor, el desamor. Los celos, la desconfianza, la ternura o la incomunicación, el paso del tiempo y las oportunidades perdidas.

Hay muchas historias dentro de la historia principal, y a mí me gusta mucho eso, bucear en todas ellas e ir descubriéndolas. Historias que se entrelazan y se cruzan hasta configurar un mosaico.

No está contada la historia de forma lineal, sino que la narración va dando saltos por el mundo y por el tiempo. Se rompe constantemente la linealidad lo que la agiliza mucho, variando de época y de ciudad: De la actualidad en Madrid y en Nueva York, parte como una historia contemporanea, saltamos al París de los años 60, al Berlín de los años 30, a la Inglaterra de los 70... Está muy bien la ambientación la verdad. A mí me ha gustado mucho cómo la escritora logra hacerlo.

Los personajes de la novela, como siempre ocurre con esta escritora, están muy bien dibujados. Son unos personajes de carne y hueso: sufren, aman, tienen miedo... Hay varias mujeres y sabe muy bien contar cómo somos más "complicadas" por decirlo de algún modo. Los personajes de Marta Rivera son cercanos y algunos se te hacen inolvidables. En esta novela no me gusta especialmente la protagonista, Victoria, pero en cambio hay dos personajes, tan importantes como los de las mujeres con las que arranca la novela, que son de esos que siempre te hubiera gustado inventarlos a tí. Me refiero a Douglas Faraday, un anciano anticuario de Londres, un caballero. Y Arvid Soderman. Me gustan mucho estos dos personajes. Y luego claro está Greta Garbo, que también forma parte de los personajes...

 Ahora que ya he terminado de leer la novela, puedo decir que creo que mejora bastante según la vas leyendo. Es una historia que al principio me parecía un poco superficial. No sé, no me gustaba mucho ni cómo era la protagonista ni lo que contaba. No terminaba de engancharme, me parecían "los ecos de sociedad". Pero si aguantas ese principio, luego la historia se complica, se multiplica y te puedes sumergir en ella a disfrutar. Y piensas, que ahora sí, que ahora ya es otra historia de esas de Marta Rivera de la Cruz que te gustan tanto. 

Creo que es la única pega que le encuentro al libro, que cuesta entrar en la parte interesante. Cuesta un poco. Pero luego merece la pena, desde luego. Las historias de Douglas Faraday y Arvid Soderman son de los más entretenido, son tiernas, inolvidables. 



Os dejo con la entrevista que le hizo Pepa Fernandez en "No es un día cualquiera", por si os apetece escucharla.


 http://www.rtve.es/alacarta/audios/no-es-un-dia-cualquiera/dia-cualquiera-vida-despues-marta-rivera-cruz/1289242/

 
La vida después
Marta Rivera de la Cruz
Planeta

miércoles, 11 de abril de 2012

Más nombres de tiendas y la palabra "Abacería"


"El papel protagonista" para una papelería del centro de Madrid









"Farmacia de Guardia" para un bar

"Don Dedal" para una mercería

Pues sí, otra vez estoy aquí con los nombres de las tiendas a vueltas. Es un filón...

Hoy os traigo una papelería, un bar y una mercería. Ya veis cada cual con su nombre más peculiar... Todas ellas están en Madrid. No me digáis que no es gracioso ponerle "Farmacia de guardia " a un bar... ¡Que cosas!

Pero además os dejo con un regalo que me ha hecho Marina (http://accesoriosfimo.blogspot.com.es/), una fotografía de otra tienda con nombre curioso. Una "abacería" me ha gustado mucho esta palabra, apenas se oye. Debajo os pongo el significado tal y como viene en la rae. Tal y como parece, viene del arabe. Y le gustó el nombre y me lo regaló: "Mata el gusano". Qué gracioso.

Aprovecho para dejaros el vínculo a su blog, ahí encima lo tenéis, porque Marina es una artista. Ya veréis...





abacería.
(De abacero).

1. f. Puesto o tienda donde se venden al por menor aceite, vinagre, legumbres secas, bacalao, etc.


abacero, ra.
(Del ár. hisp. *ṣaḥb azzád, el de los víveres).

1. m. y f. Persona que tiene abacería.




martes, 10 de abril de 2012

Lewis Hine - Fotografía en la Fundación Mapfre Recoletos


 
En la Fundación Mapfre, en Recoletos, hay una exposición sobre el fotógrafo estadounidense Lewis Hine (1874-1940). Es bastante interesante.

Son 170 imágenes que ofrecen un recorrido por toda su trayectoría, centrada sobre todo en fotografía documental y de denuncia social.

Educador y sociólogo, todo comenzó cuando el director de la Escuela donde trabajaba le puso en las manos una cámara. Con ella se fue a fotografiar a los inmigrantes que llegaban a la Isla de Ellis. 



Cuatro años después, dejaría la educación para volcarse en la fotografía, con la que quería documentar sus investigaciones, reflejar toda la injusticia social y así contribuir al progreso social. Y ya acompañó a los inmigrantes no solo a su llegada, sino también a sus viviendas, y a sus trabajos.

Más tarde se dedicaría a fotografíar a los niños, gracias a un trabajo que encontró en una Organización destinada a combatir el trabajo infantil. Les fotografiaba en los distintos empleos que tenían y documentaba la fotografía con la historia de cada uno: nombre, altura, edad, historia laboral... 



Después realizaría un viaje a Europa donde fotografiaría a los refugiados de los campamentos en Grecia, Francia y Serbia.

Volvería a Estados Unidos y otra vez a fotografíar a los trabajadores. Pero esta vez con la intención de dignificar su labor con su serie "Retratos laborales", quería resaltar como el trabajo dignifica al ser humano. Culminando esta etapa con la serie de fotografías que hizo en el 1930 y 31 de los trabajadores que construían el Empire State de Nueva York. Quería hacer un permanente recordatorio de que las ciudades no se construyen solas.








Al final con el cambio en el mundo de la fotografía, cada vez encontraba menos empleo y terminó muriendo en la más absoluta pobreza en el año 1940.


Hasta el 29 de abril de 2012 la Sala Recoletos de la Fundación MAPFRE 
Entrada gratuita

HORARIOS

Lunes de 14.00 a 20.00 hrs.

De martes a sábado de 10.00 a 20.00 hrs

Domingos y festivos de 11.00 a 19.00 hrs.

lunes, 9 de abril de 2012

El Café Gijón y su caída...





Buenos días,

Os quería dejar hoy con una artículo relacionado con el legendario Café Gijón. La crisis llega a todas partes y la literatura y sus cafés no son menos. Qué lástima.

Imagino que habréis oído que no está atravesando un buen momento el Gijón. Pero por si acaso no es así, o solo lo habéis oído de pasada os dejo con un artículo sobre este tema.

Espero que os guste el artículo pero que se resuelva cuánto antes y bien este problema. Sería una pena quedarnos sin este Café.



LA NUEVA ESPAÑA, 1 de abril de 2012


Café Gijón descafeinado

La pérdida de la concesión de la terraza del paseo de Recoletos aboca al cierre al mítico establecimiento madrileño, que debe su nombre a un emigrante gijonés y patrocina un premio de novela que financia el Ayuntamiento

Gijón, F. G.

El mítico Café Gijón, emblema y santuario del Madrid intelectual desde hace más de un siglo, parece abocado al cierre. El célebre establecimiento, que lleva el nombre de la ciudad natal de un gijonés que hizo fortuna en Cuba, Gumersindo García, retornado indiano con ínfulas de mecenas de finales del XIX, podría cerrar sus puertas tras la más que probable pérdida, por decisión administrativa, de la explotación de la terraza que en pleno bulevar del paseo de Recoletos se ha convertido en el principal sustento económico del viejo café.

Las cosas de palacio están así: el Café Gijón explota una terraza en Recoletos desde el año 2000 en régimen de concesión. El plazo expira y el Ayuntamiento de Madrid ha anunciado un nuevo concurso. Por lo que se sabe, varias firmas han presentado ofertas económicas más sustanciosas que la que está dispuesta a asumir la actual propiedad del conocido y tan literario establecimiento. Sin la terraza, el Gijón muere, como han ido muriendo, década tras década, los genios de las letras españolas que buscaron acomodo en sus mesas, de un pasado glorioso de literatura y mármol blanco. De Baroja a Galdós; de Valle a Gómez de la Serna; de Fernán Gómez a Umbral? Hubo un tiempo, se dice, en que era más difícil encontrar una silla libre en el Gijón que un sillón en la Real Academia.

El vicealcalde de Madrid, Miguel Ángel Villanueva, hace oídos sordos al tumulto surgido tras el SOS de los dueños del café, que sin la terraza verían menguar enormemente su cuenta de resultados. Villanueva, mano derecha de Ana Botella, ha respondido a las llamadas a favor de los actuales propietarios que «no se puede pedir al Ayuntamiento que prevarique adjudicando a dedo la terraza del Café Gijón; eso sería vulnerar la ley».

A sabiendas, sin embargo, de que extirparle la terraza al Gijón es encaminarlo a una muerte lenta por inanición económica, el Ayuntamiento de la capital parece dispuesto a ofrecer a los dueños del establecimiento del paseo de Recoletos 21 una solución alternativa: solicitar una terraza equivalente en superficie y en un espacio contiguo a la actual, incluso con cerramiento estable. El vicealcalde reiteró en las últimas horas la «voluntad del Ayuntamiento de que el Café Gijón siga con su labor».

Numerosos avatares ha sufrido a lo largo de su extensa historia este establecimiento del Madrid de la tertulia literaria y artística desde mayo de 1888, año de su apertura, que perteneció a un gijonés hasta 1910. Gumersindo García, su fundador, vendió el café en 1910 a un barbero del barrio en el que el local se asienta, Benigno López, que fue quien acometió la primera gran reforma. Gumersindo y Benigno eran amigos y tras acordar el precio, el emigrante que había hecho capital en La Habana sólo puso al nuevo dueño una condición: que nunca podría cambiar el nombre al café, que debería llamarse por siempre «de Gijón», como recordatorio perpetuo a su lugar natal.

En 1949, una de las tertulias del café ideó la creación de un premio literario que pretendía hacerle sombra al «Nadal». El actor Fernando Fernán-Gómez financió de su bolsillo el coste de la primera edición de un certamen que contaría en el futuro con ganadores ilustres, como César González Ruano, Ana María Matute y Carmen Martín Gaite en su primera época; o Eduardo Mendicutti y Luis Mateo Díez en décadas más recientes. El premio Café Gijón de novela tuvo un decaimiento en los década de los ochenta del pasado siglo que obligó al Ayuntamiento de Gijón a tomar las riendas -organizativas y financieras- del certamen para evitar que se perdiera. Y así ha sido desde 1989 hasta hoy, con los gobiernos municipales de izquierdas, si bien se desconoce si la actual Corporación, ahora en manos de Foro Asturias, seguirá patrocinando económicamente el premio literario que lleva el nombre del establecimiento. Lo que parece seguro es que el Ayuntamiento de Gijón menguará la asignación, cifrada hasta la fecha en 30.000 euros.

Lo cierto es que ni el café ni el premio literario pasan por sus mejores días, ahora que la terraza a la que tantas tardes soleadas se asomó Valle-Inclán va a cambiar de propietario y que el certamen de novela puede ver recortada su soldada. Aun así, un amplio movimiento cultural capitalino parece dispuesto a reclamar del Ayuntamiento de Madrid generosidad con un local que ha sido estandarte de la ciudad durante décadas, amén de Premio Nacional de Hostelería en 2008.

Tal como escribió el dramaturgo francés y poeta satírico Georges Courteline: «Se cambia más de religión que de café». E incluso del sitio donde tomarlo, cuando uno se codea con la flor y nata de la intelectualidad en esta primavera en que el bulevar de Recoletos se llena de libros de antiguo y ocasión que ojean los fantasmas gloriosos de las letras que un día sentaron cátedra y reales en el Café Gijón.



 

domingo, 8 de abril de 2012

"Elling" con Carmelo Gómez y Javier Gutierrez




Una obra de teatro sobre la gente que no es "normal" para los "normales", una reflexión sobre la locura,  una historia de amistad.

¡Y qué bien, qué bien lo hacen!

http://www.ellingteatro.es/




viernes, 6 de abril de 2012

Aurora Boreal de Asa Larsson


Me gusta leer novela negra. Me gusta intercalarla entre otras lecturas. 

La última que he leído ha sido "Aurora Boreal" de Åsa Larsson (Upsala, Suecia, 1966).

Tenía curiosidad por ver cómo escribe esta novelista, cuyo apellido tan corriente en Suecia se hizo antes famoso con Stieg Larsson y su trilogía. Pero parece ser que esta novela es anterior a esa trilogía y dice en la contraportada del libro que el mismo Stieg se pasó una noche en blanco leyéndola de un tirón sin poderla dejar.

Bueno más allá de la publicidad, yo también creo que es una novela bastante entretenida. Y para mí está mejor escrita que las de Millenium, que también devoré en su día y cuyo personaje principal, Lisbeth, a mí me gusta mucho, la verdad.

Pero vamos a ésta. El argumento de "Aurora Boreal": El cuerpo de Victor Strandgard, el predicador más famoso de Suecia, yace mutilado en una remota iglesia, en lo más alto de una montaña, en Kiruna, una ciudad del norte sumergida en la eterna noche polar. La hermana de la víctima ha encontrado el cadáver, y la sospecha se cierne sobre ella. Desesperada, pide ayuda a su amiga de infancia, la abogada Rebecka Martinsson, que actualmente vive en Estocolmo y que regresa a su ciudad natal dispuesta a averiguar quién es el verdadero culpable. Durante la investigación sólo cuenta con la complicidad de Anna-Maria Mella, una inteligente y peculiar policía embarazada. En Kiruna mucha gente parece tener algo que ocultar, y la nieve no tardará en teñirse de sangre. 

La novela describe los siete días a partir del asesinato.  Ese es el lapso de tiempo que abarca.

El lugar y el paisaje que cuenta ya lo veis. Es sobre el hielo de la ciudad de Kiruna, 145 km al norte del Círculo Polar Ártico, y bajo la aurora boreal,  "ese dragón que atraviesa impasible la bóveda celeste con sus velos blancos y verdes". Estas tormentas luminosas. Me gusta mucho como está descrito  el ambiente, ese paisaje nórdico que sabe venderte con sus palabras, ese frío, ese hielo y ese cielo, que desde luego debe ser digno de ver. Son descripciones muy logradas.

Y los personajes me gustan, sobre todos los principales, las dos mujeres que investigan el caso: La abogada Rebecka Martinsson y la policía Anna-María Mella. Yo creo que la novelista consigue que te creas estos personajes, que sientas con ellos sus sentimientos, sientas como aman y odian, y como tienen miedo, eso desde luego. Y creo que es una novela de mujeres, desde luego. Son las mejor caracterizadas y las que salen mejor paradas.

En cuánto a la trama, ya os digo que a mí me enganchó. Yo creo que es muy entretenida, y tiene varios giros interesantes. Me la leí muy rápido. Pero... lo que menos me gustó de todo es el final. No me gusta cómo termina esta novela. No sé, yo creo que no está bien cerrado. Un poco rocambolesco. O al menos a mi eso es lo que me pareció. Me decepcionó un poco la verdad.

Pero bueno ya se sabe que los gustos literarios son muy personales, y que influye mucho el momento en que lees...

Pero aún así, yo quiero leerme alguna novela más de esta autora. Acaba de sacar otra novela aquí en España, y el otro día la entrevistaron en Página2, el programa de libros que hay los domingos en la 2. Y me apetece leerme alguno más... para tener una opinión mejor formada sobre su forma de escribir.



Asa Larsson.- Nació en Kiruna en 1966; actualmente vive en Mariefred. Estudió Derecho en Uppsala y, al igual que su personaje, Rebecka Martinsson, durante un tiempo ejerció como abogada fiscal. En 2003 publicó Aurora boreal (Seix Barral, 2009), por la que le concedieron el Premio de la Asociación de Escritores Suecos de Novela Negra a la Mejor Primera Novela y que fue llevada al cine. Es autora también de Sangre derramada (2004; Seix Barral, 2010), galardonada con el Premio a la Mejor Novela Negra Sueca; La senda oscura (2006; Seix Barral, 2011) y Guds starka arm (2009, de próxima publicación en Seix Barral). Sus libros han sido un éxito inmediato: han obtenido el elogio de la crítica y han sido publicados en veinte países. Ha sido galardonada con la Pluma de Plata de la Feria del Libro de Bilbao.