Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

viernes, 10 de septiembre de 2010

Una feria del libro en Portugal, en Tavira...




Coincidiendo con mi visita de este verano a Tavira, en el Algarve Portugués, era la XV Feria del Libro o mejor dicho la XV Feira do Livro, ya lo veis en el cartel.

Fue toda una suerte la coincidencia, porque así pudimos pasearnos un rato por ella.

Me llamó mucho la atención porque había muchas diferencias con nuestra feria del Libro. Mucha menos gente, todo más tranquilo, se podía ver despacio, sin empujones, ni calor, porque aunque era pleno verano, o supongo que precisamente por eso, su horario era por la tarde ya casi anocheciendo.

Aquí os dejo unas fotos para que podais estar allí mismo vosotros también, aunque solo sea durante unos minutos...






miércoles, 8 de septiembre de 2010

"Bitacora de un miércoles enladrillado de principios de septiembre" Rocío Díaz




Hoy termina la tanda de tertulias literarias Rascaman de este verano. La verdad es que cuando nos despedimos a principios de julio, dijimos que nos veríamos algún miércoles de agosto porque estar sin vernos hasta octubre  era demasiado tiempo... Y así hicimos, nos juntamos el segundo miércoles, el 11 de agosto, como siempre en el Café Ruiz. Pero después del segundo miércoles, vino el tercero y el cuarto... total que nos hemos seguido reuniendo todos hasta hoy, 8 de septiembre, segundo miércoles de este mes, y ya definitivamente último del verano.Cinco miércoles al final y eso que pensábamos solo en uno.

Ya os he hablado otras veces de nuestra tertulia, muchas veces. Nos juntamos y leemos poemas y relatos nuestros y de otros. Y pensareis: "Que rollo ¿no?". Pues no, claro que no es un rollo, sobre todo porque disfrutamos muchísimo de todo eso, que si mejor porque no escribir esto así, o asá, o qué qué bien como me ha gustado... Pero además también conversamos sobre otros libros o películas, o exposiciones o en general cualquier acto cultural. Aprendemos mucho los unos de los otros. Y después plasmamos esos miércoles en lo que llamamos "cuaderno de bitácora" de la tertulia, un blog donde cada vez uno contamos cómo fue el miércoles anterior, para que los que no pudieron ir sepan de que se habló, y para dejar constancia de las recomendaciones literarias o culturales que hicimos ese día. Y bueno... porque qué van a hacer unos locos por las palabras que gustan de escribir y contar, pues eso empezar por contar, lo que han vivido juntos.

Hoy, me da un poco de pena que ya se acaben los miércoles de tertulia hasta octubre. Después siempre los echo de menos... Pero claro ¿habrá que irse de vacaciones no? Como dice un amigo mío habrá que empaparse de experiencias para luego poder contarlas.

Y ya que os he hablado de esto, os dejo con la bitácora que escribí sobre el último miércoles. Está recogida en http://bitacoratertuliagaldos.blogspot.com/2010/09/44-jornadaiii-ano-miercoles-1-de.html, el blog donde podéis acudir para saber de nosotros siempre que querais.

Bueno pues aquí os la copio, se titula "Bitácora de un miércoles enladrillado de principios de septiembre" y dice así:




Al niño Javier nunca le operaron de anginas, y eso que todos los inviernos padecía lo suyo de la garganta. La niña Rocío, en cambio, aún se acuerda de aquella lejana masacre infantil, de cómo les decían “vamos a jugar a los vaqueros y a los indios”, de cómo a su hermano y a ella los ataron a aquellas sillas con promesas de helados y zumos de naranja que luego dolió tanto tragar. El niño David aún se acuerda de ir corriendo y espantado a decirle a su fumadora madre cómo había oído que los que fumaban se morían, aún escucha cómo su madre contestó: “Si morirnos nos vamos a morir todos…”

Hubo un momento que llegó a aquellas tres vidas el dolor y la muerte, la verdad y la realidad. “Cuando cuentas cuentos nunca cuentas cuantos cuentos cuentas…” ¿Qué tenían aquellos filetes de hígado que comían día sí, día también? ¿Qué componente extraño además de calcio guardaban aquellas enormes botellas blancas para que años después, muchos años después pudieran disfrutar tanto de la literatura y las conversaciones juntos? ¿Que quedaba de aquellos tres niños, que aún palpitaban, esa tarde gris de primeros de septiembre que los reunió? Tres tristes tigres comen trigo en un trigal.

“Javierito” nos clavó un clavito y nos dejó balanceando de un largo poema titulado El coleccionista:

Tomé mis precauciones.

Conservar la pieza
era más importante que la captura.

Desestimé las armas de fuego y toda arma blanca
cuyo filo pudiera lastimar
la fragilidad de su carne.

¿Al niño Javier siempre le gustó la poesía? A todos les gustó siempre leer, pero escribir ¿Desde cuando? Ahora devoran libros de y sobre Ángel González, de Lorenzo Silva y Kirmen Uribe, de Luis García Montero y Rosa Huertas. Mientras comentan errores ortográficos en un libro sobre Miguel Hernández y su centenario. Mientras inventan una novela estación tras estación, o improvisan relatos que anudan al tiempo y a las contrariedades.

El cielo está enladrillado ¿Quién lo desenladrillará? Esa tarde un cielo gris comienza a deshacerse sobre Madrid y sus conversaciones. ¿A quién le importa? Al resguardo del Ruiz los niños se hacen preguntan de mayores: ¿Cuánto influyen nuestras decisiones en los demás? ¿Cuánto influye el azar? ¿Necesitamos estar en algún momento solos? ¿Somos egoístas por ello? “La vida siempre va por delante de mí y yo siempre tengo la impresión de ir detrás”. “¡Qué triste estás, Tristán, con tan tétrica trama teatral!”

Una cerveza, otra cerveza, y faltaba un pedazo de bizcocho en una tarde que ya era dulce de por sí: “Hasta la semana que viene no nos traen…”. “Tras tres tragos y otros tres, y otros tres tras los tres tragos, trago y trago son estragos, travesuras de entremés”. “Julio por favor nos traes dos cervezas más y unos vasos de agua… gracias” “Tenéis que ir a ver la película de Woody Allen porque claro a mi me apetecería que comentáramos muchas cosas…” “Yo una vez leí que para escribir sus películas Woody Allen cada vez que tenía una idea la apuntaba en un papelito y la tiraba a una cesta, y entonces cuando ya llegaba el momento de ponerse a hacer el guión volcaba la cesta y la construía con todos esos papelitos…” “¿Y por qué no comentamos la de “Madres e hijas” que la hemos visto los tres?” “Por cierto ¿A vosotros no os parece que los personajes de esa película son demasiado buenos?” “Y esa escena, la de… ¿no os parece que…?” “Hombreeee, a mí también me dejó muy sorprendida…” “A mí el que me gusta un montón es el personaje de la chica ciega, me parece un acierto…” “¿Y habéis visto “9 vidas”? es también de Rodrigo García, y también es así, varias historias que se cruzan…”

Una tarde de miércoles muchos años después se cruzarían las vidas de tres niños, la de aquel a quién nunca operaron de anginas pese a estar todos los inviernos quejoso de ellas, la de aquella niña que aún recuerda aquellos helados de premio que ya nunca le gustaron, y la de aquel niño moreno que un día supo que “morir, morir nos íbamos a morir todos…”. Un miércoles 1 de septiembre aquellos niños entrecruzaron sus recuerdos y su presente, e inventaron una tertulia que sobrevoló al margen de cuánto habían escrito y leído hasta aquel día, tomando tierra finalmente al abrigo de esta bitácora.

©Rocío Díaz Gómez



martes, 7 de septiembre de 2010

Una librería especial en Tavira: A Lura dos Livros



Llevo unos días de atraso en el blog. La vida va más deprisa que yo y comienza a echarme encima días y días y no encuentro el tiempo lo suficientemente tranquilo para dedicarlo a todo lo que me gustaría.

Voy a intentar ponerle remedio. Y para empezar a hacerlo os quería dejar con las fotos de un descubrimiento que hice este verano. Bueno no le hice sola, sino que me llevaron y la verdad es que me gustó mucho. Se trata de una libreria muy acogedora que había en Portugal, más concretamente en la ciudad de Tavira. Se llama A Lura dos Livros, y ya veis por las imágenes que uno curiosando allí dentro tampoco sentía que se pasaba el tiempo. Era como una casa, con suelos de esos antiguos decorados tan bonitos, con vidrieras, un pequeño patio interior y arcos de madera separando las estancias.

Si alguna vez vais por allí y os gustan los libros como a mí, no dejeis de acercaros. Había libros en varios idiomas, mesas, sillones, radios antiguas, y dejaros embelesar por ese ambiente literario y acogedor que transpira...









miércoles, 1 de septiembre de 2010

La frase del día: La suerte...




La suerte está echada
y tampoco hoy parece que vaya a levantarse...



Me ha gustado mucho esta frase, me ha hecho gracia, la he leído en un blog de los que sigo: http://unamaestrafeliz.blogspot.com/ 

martes, 31 de agosto de 2010

Bilbao-New York-Bilbao de Kirmen Uribe




"Bilbao.
Los peces y los árboles se parecen.
Se parecen en los anillos. Si hiciéramos un corte horizontal a un árbol veríamos sus anillos en el tronco. Un anillo por cada año transcurrido, es así como se sabe la edad del árbol. Los peces también tienen anillos pero en las escamas. Y al igual que sucede con los árboles, gracias a ellos sabemos cuántos años tiene el animal.

Los peces nunca dejan de crecer. Nosotros sí, nosotros menguamos a partir de la madurez. Nuestro crecimiento se detiene, y los huesos comienzan a juntarse. El cuerpo se encoge. Los peces, sin embargo, crecen hasta que se mueren. Más rápido cuando son jóvenes y, a partir de cierta edad, más lentamente, pero no dejan nunca de hacerlo. Y por eso tienen anillos en las escamas. El anillo de los peces lo crea el invierno..."

Así comienza la novela "Bilbao-New York-Bilbao" de Kirmen Uribe, que os adelantaba en la  entrada  anterior como el último libro que he terminado.

Esta curiosa historia, en teoría, cuenta un viaje en avión entre Bilbao y Nueva York. Pero esa es la excusa que utiliza el autor para hablar de tres generaciones de su propia familia. Ese sería el argumento de la novela que quería escribir este autor. Porque al final a esa novela casi ni la ves, ni la lees, sino que la intuyes. Así de curioso es este libro.

En realidad lo que vas leyendo es un tejido que ha confeccionado con anécdotas de la trayectoria vital de parte de su familia, como el abuelo Liborio o su compañera Nerea, por citar a algunos, más algunos buenos amigos como el pintor Aurelio Artera y el arquitecto bilbaíno Ricardo Bastida. Sí. En realidad son fragmentos de la realidad vasca y marinera, contados por un escritor que quiere hacer una novela con ellos. Por eso además de contarte su propia historia y la de su familia te explica el proceso creativo que hay detrás de esa futura novela.

Hay que admitir que es una forma de narrar original y muy entretenida. O al menos a mí me lo ha parecido. Está escrita mezclando un montón de recursos, de generos literarios: notas, wikipedia, correos electrónicos, cartas, entrevistas, prosa y poesía. Y mezclando todo ello, contándolo con una prosa que no es poética, al final sí que consigue cierto tono nostálgico y poético en la narración.

Leerlo es sencillo, cuenta historias sencillas, pero al mismo tiempo es como mecerse en un crisol de pensamientos, curiosidades, reflexiones, anécdotas, sueños... Todo ello lo convierte en una narración rica, nada líneal, un juego entre la técnica y el argumento, un juego entre el autor y el lector, sobre todo si a este lector le gusta escribir.

Un placer leerlo. Un placer.




Por "Bilbao-Nueva York-Bilbao" a Kirmen Uribe (Vizcaya 1970) le han otorgado el premio Nacional de Narrativa 2009. Quién además había publicado el poemario "Mientras tanto dame la mano"  que los críticos celebraron como una "revolución tranquila" y seis libros de literatura juvenil. Este licenciado en Filología vasca, ha cursado estudios de posgrado en Literatura comparada en Trento. Es autor de proyectos multimedia que combinan la literatura con otras disciplinas y ha participado en diversos encuentros en Europa, Asia y América. Ha traducido a Raymond Carver, Silvya Plath, Anne Sexton, Mahmud Darwish y Wislawa Szymborska.


"En otoño de 2005 escribí una columna titulada "San Jerónimo". En ella constaba cómo, siendo adolescente, fui con mis padres a la romería del barrio del mismo nombre. La fiesta se celebra el 30 de septiembre y todos los años llueve. Por eso los del pueblo le llaman "San Jerónimo, el santo meón". El caso es que en aquella ocasión, acudí con mis padres porque en la plaza del barrio tocaba Kaxiano, el acordeonista ciego. En la entrada una mujer me ofreció una carta, como al resto de los chavales. La mujer tenía dos barajas y a los chicos nos repartía una y a las chicas de la otra. Cada uno debía bailar con quien tuviera su misma carta. ¡Que agobio! Sin poder soportar la verguenza, tiré la dichosa carta en un rincón y al final no bailé con nadie. 

Siempre me preguntaba quién sería aquella chica a la que dejé plantada con mi misma carta. Si habría encontrado el verdadero amor o si, desde entonces, estaba esperando a que apareciera su pareja de baile.

Eso era lo que contaba la columna.
El artículo se publicó en otoño de 2005. Una noche de aquel invierno Nerea se acercó y me dijo: "Yo era la chica que en San Jerónimo tenía tu misma carta".

Desde entonces no nos hemos separado."

Pág. 34 de "Bilbao-New York-Bilbao". También se lo escuché en el concierto-recital  del 23 de abril de este año en el Círculo de Bellas Artes, el que os contaba en la entrada anterior.



domingo, 29 de agosto de 2010

Kirmen Uribe y Quique González en La noche de los libros de 2010...



Yo estaba ahí, ahí arriba y ahí abajo, cuando se grabaron estos tres videos que os pego hoy. Era el 23 de abril de 2010, la noche de los libros, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Actuaban cantando Quique Gonzalez y recitando Kirmen Uribe (último Premio Nacional de Narrativa).

Eramos muchos, muchos ahí apretaditos y a oscuras. De hecho cuando me harté de dar saltitos a ver si los veía, acabé sentada en el suelo al final  de la sala de columnas, tan a gusto. Ya sí que desde luego  apenas los veía, pero los escuchaba mucho mejor, muchísimo mejor, y ya solo tenía que disfrutar... que era lo que estuve haciendo.

Me gustó mucho. Y os lo cuento ahora, porque acabo de terminar de leerme el libro Bilbao-Nueva York- Bilbao de Kirmen Uribe. Y a ratos cuando lo hacía, me paraba y parecía que en cualquier momento iba a sonar la música de Quique Gonzalez. Algunos textos que leyó aparecen en el libro y era como revivirlo. Pero eso mejor os lo cuento en la siguiente entrada...

Ahora disfrutais de los vídeos (el segundo es un poema de Kirmen cantado por Quique) y vais abriendo boca...



jueves, 26 de agosto de 2010

Cacela Velha, un bonito pueblecito del Algarve con calles de escritores

 

"En este pueblo hay mucha gente muerta..." dijo Pablo mientras empezábamos a caminar por aquellas calles empedradas. "¿Más que viva?". No sé si esta frase que siguió a la anterior la dijo él sin interrogaciones, o la pensé yo con ellas, nada más escucharle. En cualquier caso vino detrás en la conversación. Y no era ninguna tontería de frase aclaratoria. Aunque yo no lo supiera. Porque efectivamente sería después cuando descubrí que en Cacela Velha había mucha gente muerta, más que viva... Pero mejor os lo cuento por partes.

Pablo tiene cinco años. Es moreno, espigado y vive envuelto en una pompa transparente y frágil de fantasia continua. Por eso cuando me dijo aquello de que "En este pueblo hay mucha gente muerta"... Yo, muy en  mi papel de adulta, me permití dudarlo...

Y mientras lo hacía, mientras dudaba de las palabras de mi pequeño acompañante, iba descubriendo un pueblecito precioso y tranquilo, blanco y de color azul a un mismo tiempo. Cuatro calles adoquinadas, una fortaleza, una iglesia y un puñadito de casas blancas en un promontorio frente al mar. Eso es Cacela Velha. Nada más y sobre todo eso. Me encantó.



A medio camino entre Tavira y Monte Gordo, muy cerca de Manta Rota. Dos restaurantes que recuerde. Y todas las calles dedicadas a escritores del lugar. Claro, ese detalle fue el que definitivamente me robó la voluntad a favor de este lugar. Y sus veletas, sus bonitas veletas...

Me volví loca haciendo fotografías, de las vistas, de sus casas, de las placas en las calles... Además tenía muchos carteles de eventos culturales...






Y al final y para mi sorpresa descubrí a toda "la gente muerta", porque en lo alto también tiene Cacela Velha un cementerio con muchos más nichos que casas tiene el pueblo. Muchísimos más...

Esta vez Pablo no había matado tres víboras paseando con sus amigos por Madrid, como hizo en la última aventura que nos había contado, pero me hizo bajar de mi "incrédulo podium de adulta"  para presentarle mis humildes disculpas y darle toda la razón, porque la tenía. Cacela Velha además de ser un pueblecito bien bonito "tenía mucha gente muerta...".

Si alguna vez estas cerca de Cacela Velha hazme caso y no dejes de entrar... Merece la pena.