Diciembre
4
Como nosotros, los árboles recuerdan.
Pero ellos no olvidan: van formando anillos en el tronco, y de anillo en anillo van guardando su memoria.
Los anillos cuentan la historia de cada árbol y delatan su edad, que en algunos casos llega a los dos mil años; cuentan qué climas conoció, qué inundaciones y sequías sufrió, y conservan las cicatrices de los incendios, las plagas y los temblores de tierra que lo han atacado.
Un día como hoy, un estudioso del tema, José Armando Boninsegna, recibió de los niños de una escuela argentina la mejor explicación posible:
-Los arbolitos van a la escuela y aprenden a escribir. ¿Dónde escriben? En su panza. ¿Y cómo escriben? Con anillos. Y eso se puede leer.
Pág 382
Los Hijos de los días
Eduardo Galeano
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