Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

Mostrando entradas con la etiqueta Libros leídos en 2012. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Libros leídos en 2012. Mostrar todas las entradas

viernes, 8 de junio de 2012

"Dientes de leche" Ignacio Martínez de Pisón



"Había muchas cosas que Raffaele no entendía del comportamiento de los españoles, tan semejantes a los italianos en algunos aspectos y tan distintos en otros. A veces les daba por insultarse de unas trincheras a otras. Casi siempre recurrían a rimas elementales. Desde la trinchera de enfrente alguien gritaba "¡fascistillas, os vamos a hacer papilla!", y en la suya se levantaba una voz que contestaba "¡marranos republicanos!". Y a eso seguían, en uno y otro lado, unas carcajadas demasiado ruidosas. En otras ocasiones, para desmoralizar al enemigo, se reunían dos o tras soldados y le cantaban canciones y los otros no tardaban en replicar. En una trincera cantaban A las barricadas o La internacional y en la otra el Cara al Sol o el himno de la Legión, y al cabo de un rato, acababan cantando entre todos algunas canción de la época en la que los españoles vivían juntos y en paz..."



Acabo de terminar de leer "Dientes de Leche" de Ignacio Martínez de Pisón y me ha gustado mucho.

Es muy agradable de leer, poco a poco te vas sumergiendo en la historia de la familia Cameronni y ya no quieres dejar de leer su historia. La novela empieza con el nieto acompañando al abuelo a un aquelarre fascista, aunque luego vuelve al principio y cuenta la historia de la familia Cameroni a lo largo de tres generaciones, desde que Raffaele, combatiente fascista, viene a luchar a la Guerra Civil para dejar de ser pobre en su Italia, y se queda porque se enamora de una jóven enfermera, cuya familia es de izquierdas. 
 
Los personajes están muy bien construídos, vas leyendo a medida que van creciendo los tres hijos de la familia: Rafael, Alberto y Paquito. Son personajes complejos, muy bien perfilados. Aunque parecen mucho más protagonistas las dos mujeres del libro: Isabelita, la madre, y Elisa, la mujer de Alberto. Ellas son las que van sosteniendo la línea argumental con paso firme.  

Es una historia que no puedes dejar de leer.

En esta novela están representandos: el antagonismo ideológico, la venganza, la piedad, la búsqueda de los orígenes, el amor, el paso del tiempo con los avatares de la vida y de la historia.

Muy bien estrucrurado, todos los capítulos tienen entidad en sí mismos y un final efectivo. Y la historia abarca desde la Guerra Civil hasta los años ochenta. Su desarrollo es líneal, pero con elipsis que logran que la historia vaya avanzando, de forma muy conseguida. Es una estructura aparentemente sencilla, pero muy compleja.

La ambientación está muy lograda también. Están narrados los acontecimientos sociales más relevantes y sus personajes son de marcado carácter político, pero todo es pura literatura, sin lucir tintes reinvindicativos.

Creo que este autor domina la narración de forma impecable, sabe hacer malabarismos con la estructura exhibiendo una forma de escribir sencilla pero con una maquinaria muy completa en la estructura sobre la que va como dibujando la historia. 

Me ha gustado mucho, es una historia de nuestro país, con algo de nostalgia, pero de esas que se quedan en la memoria porque se te hace entrañable.

 "Alberto esperaba en el salón, instalando el trípode y los focos y haciendo mediciones con el fotómetro, y mientras tanto la tía Milagros se encerraba a arreglarse en el dormitorio. Así lo exigía el ritual. Para cada sesión fotográfica debía ponerse ropa distintas, y a ella le hacía gracia volver a ponerse algunos de los muchos vestidos que a lo largo de las décadas se habían ido acumulando en su ropero. Los primeros retratos se los había hecho con piezas de su vestuario más reciente. Solo cuánto éste se hubo agotado, recurrió a las prendas pasadas de moda, primero a las de los últimos años y después a las más antiguas, remontándose por tanto en el tiempo recorriendo a la inversa las pequeñas efemérides de la historia familiar; éste me lo puse cuando el entierro de Isabelita, éste para el bautizo de Paquito... El contraste  era curioso  y (¿Por qué no decirlo?) desasosegante: mientras la tía Milagros envejecía despacio, su ropa rejuvenecía a toda velocidad, y las dos sesiones que mediaban entre una sesión fotográfica y la siguiente podían suponer un retroceso de varios años en su vestimenta."

sábado, 19 de mayo de 2012

"Don de gentes" de Elvira Lindo




 "Yo tuve una vez un niño negro. Destaco el color porque eran muchas las veces que me quedaba hipnotizada mirándole su piel chocolate, tersísisima y brillante después de que le pusiera crema protectora: "Aunque la leyenda dice que los negros no nos quemamos -decía el niño sabihondo- , tenemos la piel muy sensible". Este niño inesperado era mucho más cariñoso que nuestros niños blancos de toda la vida. Nuestros niños blancos observaban con resentimiento a ese nuevo niño que se dejaba besar y que mostraba un abierto entusiasmo pr todo, por la gambas, por el jamón, por la tortilla de patatas. Nuestro niño negro no fue un niño deseado; se podría decir, más bien, que se trató de una esas situaciones abusrdas que uno no busca, pero tampoco rechaza. No le daré más misterio a la historia, la cuento: durante un año trabajó en mi casa como limpiadora una guineana enigmática que nos trataba con afecto, distancia y mano de hierro. Se inventó un pasado..."
Bienaventurados los mansos
Elvira Lindo

Qué buena Elvira Lindo. No me digais que no os apetece seguir leyendo. Es tan refrescante, tan irónica, tan fluida su narración... 

Pues este artículo pertenece a uno de los últimos libros que he leído. Sí, tengo un poco de atraso en haceros las reseñas. Siempre me pasa lo mismo. Me lío, me lío... Pero voy rápidamente a ponerme al día.

Os decía que me leí "Don de Gentes" de Elvira Lindo. Y me encantó. ¿Ah que eso no os lo había dicho? Pues os lo digo ya, que es lo más importante.

Se trata de una recopilación de artículos, recogidos en este libro, de su serie dominical de El País.

Don de gentes (Alfaguara) se estructura en seis apartados o capítulos: Berlanguiano y woodyallenesco, donde el cine y los actores protagonizan los artículos; Negro sobre blanco, con los libros y la escritura como tema central; Sube el volumen, retrata su relación con la música y los cantantes que han compuesto la banda sonora de su vida; Entre Manhattan y Colorado nos traslada a Nueva York, una ciudad que ya no es familiar, pero que tras leer estos artículos se hace nos hace más; Cosas nuestras, donde ya estamos, porque son las costumbres españolas las que salen a la palestrao y Don de gentes, artículos donde la autora pone su mirada en el día a día. 

Yo lo iba leyendo en el metro y la verdad es que estaba tan entretenida que hasta me molestaba que llegara mi estación y tener que cerrar el libro. Me ha gustado mucho.Os copiaría muchos de esos artículos: "Tápese la nariz" me parece buenísimo. Todos los de la segunda parte la de "Negro sobre Blanco", muchos de la última... Bueno que os copiaría casi todo el libro. Ameno, entretenido, sentimental... Pero claro no es cuestión. Así que os dejo con un par de parrafos, que no son los mejores, pero bueno algunos tenía que seleccionar.

Me gusta la forma de escribir de Elvira Lindo. Y me gusta "Don de gentes".

"...De unas perchitas diminutas de la pared cuelgan: la bolsa del pan; una bolsa de plástico del Mercadona en donde guarda pan duro para rallar: el dispositivo que la comunica en el caso de que sienta un desvanecimiento con el servicio de urgencias de "mayores": el móvil; unos paños de cocina que sólo son de adorno y dos calendarios, el de 2011 y el de 2002, que no tiró en su día y hasta hoy. En un rincón que quedaba libre su hijo le colocó una televisión que les sobraba cuando ellos pusieron la extraplana. La tele tiene tanto fondo y se la han colado tan arriba que parece la tele de un bar. La abuela se coloca enfrente de la pantalla a la hora de la cena y cuando acaba siente un agudo pinchazo en las cervicales. Para el día, prefiere la radio, está mal sintoniñada y tiene un esparadrapo sujetando la tapa de las pilas, pero y qué, la puede llevar de un cuarto a otro. Cuando vienen sus hijos tratan de tirarle cosas que según ellos están inservibles. La cafeterilla con el asa rota, por ejemplo. Pero por qué tirarla, se pregunta, si ella se las apaña para agarrarla con un trapo sin quemarse. Cuando vienen sus nieto le trastean por todas partes. Les gusta rastrear su niñez que aún anda entre los cajones, porque no ha tirado nada, ni una foto de comunión, ni un trabajo manual del colegio, ni un muñezo de Bola de Dragón. Antropologia pura. ..."
Cosas de abuelas
Elvira Lindo 


jueves, 12 de abril de 2012

"La vida después" de Marta Rivera de la Cruz




Este libro desde que salió estaba en mi lista de libros que iba a leer. Sí o sí. Más tarde o más temprano. Pero yo lo iba a leer. Porque he leído casi todas las novelas de esta escritora, Marta Rivera de la Cruz, me gusta siempre cómo escribe, me gustan sus historias. La descubrí con En tiempo de prodigios (2006), de todas sus novelas, mi preferida y que siempre recomiendo.Y luego me ha vuelto a gustar mucho en "Que veinte años no es nada" o "El inventor de historias" por citar algunas.

Y ya me he leído su última novela: "La vida después". ¿De qué va?

El argumento es el siguiente: Victoria tiene aparentemente una existencia envidiable en Nueva York; es profesora en la universidad, tiene un marido millonario y apuesto y un ático en el Upper East Side. Cuando le notifican el fallecimiento de Jan, su mejor amigo, vuelve a Madrid para asistir a su funeral.

 Allí se topará con la refinada Chloe, antiguo amor de Jan; con su hija, la inconformista Solange; con Marga, su esposa; con su extravagante suegra, Shirley... Un vuelco de los sucesos forzará a Victoria a quedarse en Madrid, donde tendrá que hacer frente a la suspicacia de cuatro mujeres que jamás creyeron que su amistad con Jan fuese totalmente sincera.

 El tema de la novela principalmente es el de la amistad entre los hombres y los mujeres. ¿Es posible? Luego aborda muchos más temas: la muerte de un ser querido, el amor, el desamor. Los celos, la desconfianza, la ternura o la incomunicación, el paso del tiempo y las oportunidades perdidas.

Hay muchas historias dentro de la historia principal, y a mí me gusta mucho eso, bucear en todas ellas e ir descubriéndolas. Historias que se entrelazan y se cruzan hasta configurar un mosaico.

No está contada la historia de forma lineal, sino que la narración va dando saltos por el mundo y por el tiempo. Se rompe constantemente la linealidad lo que la agiliza mucho, variando de época y de ciudad: De la actualidad en Madrid y en Nueva York, parte como una historia contemporanea, saltamos al París de los años 60, al Berlín de los años 30, a la Inglaterra de los 70... Está muy bien la ambientación la verdad. A mí me ha gustado mucho cómo la escritora logra hacerlo.

Los personajes de la novela, como siempre ocurre con esta escritora, están muy bien dibujados. Son unos personajes de carne y hueso: sufren, aman, tienen miedo... Hay varias mujeres y sabe muy bien contar cómo somos más "complicadas" por decirlo de algún modo. Los personajes de Marta Rivera son cercanos y algunos se te hacen inolvidables. En esta novela no me gusta especialmente la protagonista, Victoria, pero en cambio hay dos personajes, tan importantes como los de las mujeres con las que arranca la novela, que son de esos que siempre te hubiera gustado inventarlos a tí. Me refiero a Douglas Faraday, un anciano anticuario de Londres, un caballero. Y Arvid Soderman. Me gustan mucho estos dos personajes. Y luego claro está Greta Garbo, que también forma parte de los personajes...

 Ahora que ya he terminado de leer la novela, puedo decir que creo que mejora bastante según la vas leyendo. Es una historia que al principio me parecía un poco superficial. No sé, no me gustaba mucho ni cómo era la protagonista ni lo que contaba. No terminaba de engancharme, me parecían "los ecos de sociedad". Pero si aguantas ese principio, luego la historia se complica, se multiplica y te puedes sumergir en ella a disfrutar. Y piensas, que ahora sí, que ahora ya es otra historia de esas de Marta Rivera de la Cruz que te gustan tanto. 

Creo que es la única pega que le encuentro al libro, que cuesta entrar en la parte interesante. Cuesta un poco. Pero luego merece la pena, desde luego. Las historias de Douglas Faraday y Arvid Soderman son de los más entretenido, son tiernas, inolvidables. 



Os dejo con la entrevista que le hizo Pepa Fernandez en "No es un día cualquiera", por si os apetece escucharla.


 http://www.rtve.es/alacarta/audios/no-es-un-dia-cualquiera/dia-cualquiera-vida-despues-marta-rivera-cruz/1289242/

 
La vida después
Marta Rivera de la Cruz
Planeta

viernes, 6 de abril de 2012

Aurora Boreal de Asa Larsson


Me gusta leer novela negra. Me gusta intercalarla entre otras lecturas. 

La última que he leído ha sido "Aurora Boreal" de Åsa Larsson (Upsala, Suecia, 1966).

Tenía curiosidad por ver cómo escribe esta novelista, cuyo apellido tan corriente en Suecia se hizo antes famoso con Stieg Larsson y su trilogía. Pero parece ser que esta novela es anterior a esa trilogía y dice en la contraportada del libro que el mismo Stieg se pasó una noche en blanco leyéndola de un tirón sin poderla dejar.

Bueno más allá de la publicidad, yo también creo que es una novela bastante entretenida. Y para mí está mejor escrita que las de Millenium, que también devoré en su día y cuyo personaje principal, Lisbeth, a mí me gusta mucho, la verdad.

Pero vamos a ésta. El argumento de "Aurora Boreal": El cuerpo de Victor Strandgard, el predicador más famoso de Suecia, yace mutilado en una remota iglesia, en lo más alto de una montaña, en Kiruna, una ciudad del norte sumergida en la eterna noche polar. La hermana de la víctima ha encontrado el cadáver, y la sospecha se cierne sobre ella. Desesperada, pide ayuda a su amiga de infancia, la abogada Rebecka Martinsson, que actualmente vive en Estocolmo y que regresa a su ciudad natal dispuesta a averiguar quién es el verdadero culpable. Durante la investigación sólo cuenta con la complicidad de Anna-Maria Mella, una inteligente y peculiar policía embarazada. En Kiruna mucha gente parece tener algo que ocultar, y la nieve no tardará en teñirse de sangre. 

La novela describe los siete días a partir del asesinato.  Ese es el lapso de tiempo que abarca.

El lugar y el paisaje que cuenta ya lo veis. Es sobre el hielo de la ciudad de Kiruna, 145 km al norte del Círculo Polar Ártico, y bajo la aurora boreal,  "ese dragón que atraviesa impasible la bóveda celeste con sus velos blancos y verdes". Estas tormentas luminosas. Me gusta mucho como está descrito  el ambiente, ese paisaje nórdico que sabe venderte con sus palabras, ese frío, ese hielo y ese cielo, que desde luego debe ser digno de ver. Son descripciones muy logradas.

Y los personajes me gustan, sobre todos los principales, las dos mujeres que investigan el caso: La abogada Rebecka Martinsson y la policía Anna-María Mella. Yo creo que la novelista consigue que te creas estos personajes, que sientas con ellos sus sentimientos, sientas como aman y odian, y como tienen miedo, eso desde luego. Y creo que es una novela de mujeres, desde luego. Son las mejor caracterizadas y las que salen mejor paradas.

En cuánto a la trama, ya os digo que a mí me enganchó. Yo creo que es muy entretenida, y tiene varios giros interesantes. Me la leí muy rápido. Pero... lo que menos me gustó de todo es el final. No me gusta cómo termina esta novela. No sé, yo creo que no está bien cerrado. Un poco rocambolesco. O al menos a mi eso es lo que me pareció. Me decepcionó un poco la verdad.

Pero bueno ya se sabe que los gustos literarios son muy personales, y que influye mucho el momento en que lees...

Pero aún así, yo quiero leerme alguna novela más de esta autora. Acaba de sacar otra novela aquí en España, y el otro día la entrevistaron en Página2, el programa de libros que hay los domingos en la 2. Y me apetece leerme alguno más... para tener una opinión mejor formada sobre su forma de escribir.



Asa Larsson.- Nació en Kiruna en 1966; actualmente vive en Mariefred. Estudió Derecho en Uppsala y, al igual que su personaje, Rebecka Martinsson, durante un tiempo ejerció como abogada fiscal. En 2003 publicó Aurora boreal (Seix Barral, 2009), por la que le concedieron el Premio de la Asociación de Escritores Suecos de Novela Negra a la Mejor Primera Novela y que fue llevada al cine. Es autora también de Sangre derramada (2004; Seix Barral, 2010), galardonada con el Premio a la Mejor Novela Negra Sueca; La senda oscura (2006; Seix Barral, 2011) y Guds starka arm (2009, de próxima publicación en Seix Barral). Sus libros han sido un éxito inmediato: han obtenido el elogio de la crítica y han sido publicados en veinte países. Ha sido galardonada con la Pluma de Plata de la Feria del Libro de Bilbao.


martes, 27 de marzo de 2012

"Paisajes de invierno" de Milagros Frías Albalá




Me tropecé con esta novela "Paisajes de Invierno" en una tienda de segunda mano de libros. Nunca había oído hablar de esta autora Milagros Frías Albalá, sin embargo vi la carátula, leí la contraportada y me la traje a casa. La novela ha esperado pacientemente su turno y la verdad es que apenas la comencé la he leído en poco tiempo.

Es una novela sencilla que habla de sentimientos, habla de las relaciones entre las personas. De cuánto pesa el pasado en el presente. Habla de los vínculos entre los familiares, entre los amigos. Cuenta la vida, las motivaciones que te hacen más o menos vulnerable, los caminos que decidimos recorrer. Habla de lo que nos une con nuestros ascendientes, de lo que influimos unas personas en otras, de lo que "nos debemos". Un entramado sentimental.

La forma de narrar es a través de un conjunto de voces que se van relevando  unas a otras para contar la historia, siempre en primera persona. Por tanto está contada desde el multiperspectivismo.

Son varios los personajes: Carmen una jóven que en ese momento está en medio de una relación entre dos hombres, que son por tanto dos personajes más que cuentan la historia: Alberto que decide dar un giro de 180 grados a su vida y Carlos, que solo quiere encontrar el amor de su vida. Por último también está Violeta, la abuela de Carmen, una anciana que le pide ayuda desde su pueblo. Es por tanto una novela coral.

De todos ellos a mi los pasajes que me gustaban más son los que contaba la abuela, con ese lenguaje tan característico del mundo rural, de las personas entradas en años, de su forma de ver la vida, me parecen los más logrados por la prosa de la autora.

"Me miro y no me reconozco. Toda arrugada que estoy; las venas de las manos y de las piernas tan abultadas que me parece feo que se vean; esta desgana tremenda para hacer un mandado, y luego ese empeño de la cabeza por estar a todas horas reviviendo cosas pasadas, momentos que se fueron y que dejaron un rastro imborrable y luego no acordarme de dónde puse el pan, que lo tengo delante y no lo veo."


Y quizás lo que menos me haya gustado ha sido el final. Creo que está precipitado porque añade una situación que quizás según mi critero no era necesario... Pero claro ésto es una opinión.

Aunque en general me ha gustado esta novela. Es una forma de escribir íntima, cercana y sencilla.

"Carmen tiene su propia teoría: los finales no siempre llegan porque los marque el destino, sino porque nos empeñamos en que todo concluya, en poner un punto allá donde el recuerdo o el abismo de lo imprevisto aparecen en nuestras vidas."




Milagros Frías Albalá (Jerez de los Caballeros, 1955) es licenciada en Ciencias de la Información y diplomada en Sociología por la Universidad Complutense de Madrid. Es periodista y en la actualidad trabaja en el sector editorial. Cuenta en su haber con las novelas “El verano de la nutria” por el que obtuvo el XXI Premio Torrente Ballester. Paisajes de invierno (2003), Ars Amandi (2000) y La sal de la vida (1999). Ha publicado el relato "L' Ennui" en la colección La casa ciega (2005) y es coautora de los títulos Sobre raíles (2003), Relatos de viajes (2000) y del volumen Suiza y la migración: una mirada desde España (2004).




jueves, 15 de marzo de 2012

"El olvido que seremos" Hector Abad Faciolince




"Han pasado casi veinte años desde que lo mataron, y durante estos veinte años, cada mes, cada semana, yo he sentido que tenía el deber ineludible, no digo de vengar su muerte, pero sí, al menos, de contarla. (...) Es posible que todo esto no sirva de nada; ninguna palabra podrá resucitarlo, la historia de su vida y de su muerte no le dará nuevo aliento a sus huesos, no va a recuperar sus carcajadas, ni su inmenso valor, ni el habla convincente y vigorosa, pero de todas formas yo necesito contarla. Sus asesinos siguen libres, cada día son más y más poderosos, y mis manos no pueden combatirlos. Solamente mis dedos, hundiendo una tecla tras otra, pueden decir la verdad y declarar la injusticia. Uso su misma arma: las palabras. ¿Para qué? Para nada; o para lo más simple y esencial: para que se sepa. Para alargar su recuerdo un poco más, antes de que llegue el olvido definitivo" (Págs. 254-255).


En la memoria de los libros que voy leyendo, éste del que os quiero hablar hoy lo leí hace dos historias. Ahora estoy en la novela negra de Suecia, pero entonces pase una temporada en Colombia, donde transcurre "El olvido que seremos".

¿No os habéis leído este libro? Pues hacedme el favor y hacéroslo de leerlo. Qué historia tan entrañable, además de cierta. ¿Qué más se puede pedir como lector?

Es uno de esos libros que te dejan huella.

En agosto de 1987, cuando Abad Faciolince aún no había escrito ni un libro, su padre fue asesinado en su ciudad natal, a manos de un par de sicarios frente al Sindicato de Maestros de Medellín. Tenía 65 años y en el bolsillo de su pantalón llevaba un soneto de Borges, cuyo primer verso dice: "Ya somos, el olvido que seremos".

El autor del libro, su hijo, necesitó veinte años para escribir estas memorias. Estas memorias que son también una novela sobre su padre. Sobre el amor filial.

El padre fue una persona que había sido amenazada varias veces, pero aún así seguía batallando con su compromiso social, luchando por los desprotegidos. Era médico, y pensaba en otra idea de la medicina. También era un padre amoroso, que pensaba que a los hijos hay que hacerlos lo más felices posible, porque ya viene después la vida a demostrarles lo dura que es. Un padre que confiaba en el amor, en la paz, en la justicia. Un padre que carcajeaba y lloraba a raudales al mismo tiempo. Un padre que amaba el arte. Y que cuando atravesaba malos momentos se encerraba en su despacho a escuchar música clásica y a llorar a solas.

Está contado de forma cronológica. Comienza cuando Hector Abad es un niño, el único hijo con cinco hermanas. Y termina 28 años después cuando el padre muere. Pero hay algunos saltos en el tiempo anticipando acontecimientos.



Es también un libro sobre la sociedad de Colombia en ese tiempo, sobre la violencia que había, sobre el nacimiento de grupos paramilitares que no tienen ninguna contemplación en quitar de enmedio a quiénes les molestan.

En fin... La historia de una familia, de una sociedad. Una biografía, unas memorias, que hay que saborear despacio. No es un libro ñoño, es un libro emotivo, sentimental. Habla del amor, de la vida, de la muerte con detenimiento, con un detalle que te hace sufrir, es cierto. Pero también con una prosa sencilla, delicada, tocando los temas sin caer en la sensiblería.

"Yo recordaba que muchas veces mi papá me había dicho que todo ser humano, la personalidad de cada uno, es como un cubo puesto sobre una mesa. Hay una cara que podemos ver todos (la de encima); caras que pueden ver algunos y otros no, y si nos esforzamos podemos verlas también nosotros mismos (las de los lados); una cara que sólo vemos nosotros (la que está al frente de nuestros ojos); y una cara oculta a todo el mundo, a los demás y a nosotros mismos (la cara en la que el cubo está apoyado). Abrir el cajón de un muerto es como hundirnos en esa cara que sólo era visible para él y que solo él quería ver, la cara que protegía de los otros: la de su intimidad..."




Un libro intenso, que conmueve.


EL OLVIDO QUE SEREMOS
Hector Abad Faciolince


“Amaba a mi padre por sobre todas las cosas... Amaba a mi papá con un amor animal. Me gustaba su olor, y también el recuerdo de su olor... Me gustaba su voz, me gustaban sus manos, la pulcritud de su ropa y la meticulosa limpieza de su cuerpo”.

lunes, 5 de marzo de 2012

Espectros de Manuel Vicent




...Cuando llegué a la Residencia corrían leyendas. Esa misma habitación la habían ocupado alternativamente García Lorca con Dalí y luego Dalí con Buñuel. Se decía, por ejemplo, que cuando Dalí y Lorca vivían juntos se peleaban todos los días y pasaban tiempo sin dirigirse la palabra, hasta el punto de llenar de arena el cuarto y hacer caminitos individuales desde la puerta a la cama y desde la cama al lavabo. Ponían macetas en los bordes para caminar sin rozarse. Por la Residencia venían mucho Unamuno, Antonio Machado y Ortega con la condesa de Yebes. Un día incluso vino el Rey. El conserje gritó: “¡Que viene el Rey!”. Y Buñuel, que se estaba afeitando en la habitación, salió al patio en pelotas con la cara enjabonada, y se puso un sombrero para poder saludar.
...
Gatos en la Residencia.
Espectros
Manuel Vicent





Tengo atraso en las reseñas de libros que he leído ultimamente. No quiero dejar pasar más días porque estoy a punto de terminar el que estoy leyendo en este momento y se nos va a acumular la tarea.

He pensado que a modo de breve anotación os copio un fragmento de "Espectros" de Manuel Vicent. Un libro que nació de la recopilación de artículos publicados por este autor entre la década de los 80 y finales de los 90.

No es que sea el libro suyo que más me ha gustado, la verdad. Otros me han entusiasmado más. Aunque nunca decepciona leer la prosa de Vicent, solo por eso ya merece la pena.

En su favor tengo que decir que, en este caso, trata temas muy variados y originales: la seguridad de la cámara del "tesoro" del Banco de España, el virus del sida, la orquesta del Titanic, los sotanos de Bérlin... Si tengo que escoger entre todos los artículos aquí recopilados, me quedo con 23F Huyeron los pájaros, con La huerta de las Descalzas Reales, con el del garrote vil y sobre todo con éste del que os he copiado el fragmento: "Gatos en la Residencia" sobre la Residencia de Estudiantes, que me gustó mucho.


jueves, 9 de febrero de 2012

"El cuaderno de Maya" de Isabel Allende




“Soy Maya Vidal, diecinueve años, sexo femenino, soltera, sin un enamorado, por falta de oportunidades y no por quisquillosa, nacida en Berkeley, California, pasaporte estadounidense, temporalmente refugiada en una isla al sur del mundo...»




Os debía la reseña de “El cuaderno de Maya” de Isabel Allende, con lo que me gustó cuando lo leí hace dos libros.

A veces uno podría contar el tiempo y los recuerdos en función del libro que estás leyendo en ese momento, porque quieras o no es la otra vida que andas viviendo cuando ocurren las demás cosas que te rodean.

Hace dos libros yo estaba leyendo “El cuaderno de Maya” y me pasaba la vida saltando de Chiloé, al sur de Chile, a Las Vegas, aunque mi cuerpo físicamente estaba en Madrid.

Hace dos libros yo vivía con Maya la protagonista del ultimo libro de Isabel Allende.

El argumento es que Maya Vidal, una joven estadounidense de 19 años y raíces chilenas por meterse en algunos problemas de drogas termina fugitiva y refugiada en una isla en el archipiélago de Chiloé, al sur de Chile. Maya te va contando su vida, su pasado y su presente.

El tema es múltiple. Aborda temas sociales como el racismo, las drogas, la prostitución, las mafias... Con los temas de siempre: la libertad de la mujer, la falta de comunicación... las relaciones humanas. El amor, la muerte, la fragilidad de la vida…

Está contado en primera persona, lo cuenta la protagonista. Con la que vas creciendo. Como en las demás novelas suyas la protagonista es una mujer, pero mientras que en las otras el tiempo es pasado aquí es completamente actual todo lo que se cuenta.

Aunque no está contado de forma lineal, sino que da saltos en el tiempo, del presente al pasado y de éste al presente, continuamente. Esto hace que la narración sea muy ágil, el ritmo es rápido. El escenario, la localización también varía. Cuando cuenta desde el presente, el “aquí” es el medio rural, la isla de Chiloé, donde llueve tanto y las casas son de colores. Cuando está en el pasado está en un medio urbano, en Las Vegas, donde hace tantísimo calor, en un ambiente degenerado, sórdido de drogadictos, de mafias, de violencia…

A mí me ha gustado mucho. Claro que como todos los libros de Isabel Allende. En cuánto comencé a leerlo, sentí como si hubiera vuelto a casa. Había vuelto a esa forma de narrar que tiene esta autora, a ese estilo tan sencillo, tan cercano, tan entrañable.

Es una novela muy entretenida, muy ágil, donde ocurren muchas cosas. Una novela que ya no podía parar de leer.


Los personajes como siempre están muy bien perfilados. Personajes de carne y hueso, que desbordan naturalidad y se te hacen familiares y cercanos rápidamente. Tanto si se trata de los personajes amables y buenos, como su familia o algunos de los habitantes de la Chiloé, como si son los personajes que rodean a la protagonista en las Vegas, a mí me parecían muy bien inventados, muy creíbles. Hasta algunos de los nombres de los personajes o de los lugares me gustaba mucho, les aportaba mucha personalidad, originalidad y en algunos casos hasta ternura. Un abuelo negro que busca una estrella, una abuela hippie, un superviviente de la dictadura, un perro cojo que la acompaña a todos lados al que bautiza Fakin (por aquello de “jodido perro”)… la taberna del muertito…

A mí me gusta mucho como describe esta autora los sentimientos. Como te hace implicarte con esos personajes, sentirlos. Como te cuenta la historia para que sientas las amistades, los amores. Y como siempre no faltan las pinceladas gastronómicas, de astrología, de viajes… tan características en su forma de narrar.

¿Qué queréis que os diga? Que a mí me gusta mucho leer a Isabel Allende. Sus novelas son entretenidas, amenas, ágiles, sentimentales, tiernas. Y ésta no ha hecho más que afianzarme en mi opinión.


martes, 17 de enero de 2012

Donde nadie te encuentre de Alicia Giménez Barlett





El último libro que he terminado de leer ha sido “Donde nadie te encuentre” de Alicia Giménez Barlett, premio Nadal en el año 2010.

Nunca me había leído ningún libro de esta autora, pero me lo recomendaron y la verdad es que me ha parecido un libro muy entretenido.

El argumento es el siguiente: Un psiquiatra francés Nourissier especializado en mentes criminales viaja hasta España, hasta la Barcelona de 1956 más concretamente, para entrevistarse con un periodista barcelonés Carlos Infante en relación a un artículo que éste escribió sobre una maquis, Teresa Pla Meseguer, llamada La Pastora. Una maquis buscada por la Guerra Civil, acusada de muchas muertes. En realidad lo que quiere el psiquiatra es entrevistarse personalmente con La Pastora. Y en esa aventura se embarcan el psiquiatra y el periodista, para lo cual tendrán que sortear muchos obstáculos que les van surgiendo en el camino.

La forma en que la autora elige contar la historia es muy fluida, muy entretenida. Por un lado va contando cómo se va desarrollando el encuentro y posterior aventura de los dos personajes principales: el psiquiatra francés y el periodista barcelonés, en tercera persona; y por otro lado va contando, en la voz de La Pastora, por tanto en primera persona, la propia historia de la maquis, con sus confesiones escritas además en distinta grafía. Se van alternando capítulo a capítulo, los dos hilos argumentales, lo cual te lleva a una lectura más ágil y amena de la totalidad de la historia.

Los personajes están bien perfilados. Hay tres principales de los cuales ya hemos hablado: el médico, el periodista y la maquis, y luego hay una sucesión de personajes secundarios con los que se van entrevistando los dos primeros.

Está muy bien reflejado el contexto histórico de la postguerra española. Ese ambiente gris, sufridor y opresivo de la Barcelona de 1956. Quedan patentes las miserias de esa época de nuestra historia, los contrastes políticos, la vigilancia de la guardia civil, su poder, la represión, el silencio generalizado, el miedo, los maquis, las guerrillas… el ambiente rural de esa zona entre Teruel, Cataluña y Castellón de esos años.

Yo creo que el tema de esta novela es la soledad, tan bien reflejado en la vida de la protagonista, en la vida de La Pastora.

La autora ha partido de un personaje real, la maquis, que efectivamente existió, para crear una ficción muy creíble. En las últimas páginas del libro te cuentan la historia real de Teresa Pla Meseguer, y la verdad es que me sobrecogió la historia de esta persona, hermafrodita, en la España de aquellos tiempos. Qué infancia más cruel, más dura, que vida más triste, más solitaria debió llevar.

La forma de narrar en esta obra de Alicia Giménez Barlett es sencilla, directa. A mí en particular me gustan más como están escritos los capítulos dedicados a la Pastora, pues el lenguaje es más rico, al tener giros del habla rural.

Me ha gustado mucho esta historia. Sobre todo por la que conlleva de redescubrimiento de una parte de nuestro pasado, la de los maquis, a la que se le quita parte de su "romanticismo". Y además me ha emocionado, me ha conmovido mucho el sufrimiento quedo, resignado, pero muy palpable de la vida de La Pastora, último superviviente de los maquis de la zona del Maestrazgo castellonense. No puedo ni imaginar cómo pudo vivir así. Y yo creo que siempre es un acierto en el modo de contar de la autora que yo haya podido sentirlo así.



Alicia Giménez Bartlett (Almansa -Albacete-, 1951), autora de veinte obras, la mayoría narrativas, aunque conocida y premiada sobre todo gracias a sus novelas protagonizadas por la inspectora de policía Petra Delicado.