“Soy Maya Vidal, diecinueve años, sexo femenino, soltera, sin un enamorado, por falta de oportunidades y no por quisquillosa, nacida en Berkeley, California, pasaporte estadounidense, temporalmente refugiada en una isla al sur del mundo...»
Os debía la reseña de “El cuaderno de Maya” de Isabel Allende, con lo que me gustó cuando lo leí hace dos libros.
A veces uno podría contar el tiempo y los recuerdos en función del libro que estás leyendo en ese momento, porque quieras o no es la otra vida que andas viviendo cuando ocurren las demás cosas que te rodean.
Hace dos libros yo estaba leyendo “El cuaderno de Maya” y me pasaba la vida saltando de Chiloé, al sur de Chile, a Las Vegas, aunque mi cuerpo físicamente estaba en Madrid.
Hace dos libros yo vivía con Maya la protagonista del ultimo libro de Isabel Allende.
El argumento es que Maya Vidal, una joven estadounidense de 19 años y raíces chilenas por meterse en algunos problemas de drogas termina fugitiva y refugiada en una isla en el archipiélago de Chiloé, al sur de Chile. Maya te va contando su vida, su pasado y su presente.
El tema es múltiple. Aborda temas sociales como el racismo, las drogas, la prostitución, las mafias... Con los temas de siempre: la libertad de la mujer, la falta de comunicación... las relaciones humanas. El amor, la muerte, la fragilidad de la vida…
Está contado en primera persona, lo cuenta la protagonista. Con la que vas creciendo. Como en las demás novelas suyas la protagonista es una mujer, pero mientras que en las otras el tiempo es pasado aquí es completamente actual todo lo que se cuenta.
Aunque no está contado de forma lineal, sino que da saltos en el tiempo, del presente al pasado y de éste al presente, continuamente. Esto hace que la narración sea muy ágil, el ritmo es rápido. El escenario, la localización también varía. Cuando cuenta desde el presente, el “aquí” es el medio rural, la isla de Chiloé, donde llueve tanto y las casas son de colores. Cuando está en el pasado está en un medio urbano, en Las Vegas, donde hace tantísimo calor, en un ambiente degenerado, sórdido de drogadictos, de mafias, de violencia…
A mí me ha gustado mucho. Claro que como todos los libros de Isabel Allende. En cuánto comencé a leerlo, sentí como si hubiera vuelto a casa. Había vuelto a esa forma de narrar que tiene esta autora, a ese estilo tan sencillo, tan cercano, tan entrañable.
Es una novela muy entretenida, muy ágil, donde ocurren muchas cosas. Una novela que ya no podía parar de leer.
Los personajes como siempre están muy bien perfilados. Personajes de carne y hueso, que desbordan naturalidad y se te hacen familiares y cercanos rápidamente. Tanto si se trata de los personajes amables y buenos, como su familia o algunos de los habitantes de la Chiloé, como si son los personajes que rodean a la protagonista en las Vegas, a mí me parecían muy bien inventados, muy creíbles. Hasta algunos de los nombres de los personajes o de los lugares me gustaba mucho, les aportaba mucha personalidad, originalidad y en algunos casos hasta ternura. Un abuelo negro que busca una estrella, una abuela hippie, un superviviente de la dictadura, un perro cojo que la acompaña a todos lados al que bautiza Fakin (por aquello de “jodido perro”)… la taberna del muertito…
A mí me gusta mucho como describe esta autora los sentimientos. Como te hace implicarte con esos personajes, sentirlos. Como te cuenta la historia para que sientas las amistades, los amores. Y como siempre no faltan las pinceladas gastronómicas, de astrología, de viajes… tan características en su forma de narrar.
¿Qué queréis que os diga? Que a mí me gusta mucho leer a Isabel Allende. Sus novelas son entretenidas, amenas, ágiles, sentimentales, tiernas. Y ésta no ha hecho más que afianzarme en mi opinión.
Allende es mucha Allende.
ResponderEliminarEste no lo he leído, aunque tiene una pinta estupenda.
El año pasado leí "Paula" y me encantó: muy duro pero con mucho amor en las páginas.
Un beso Rocío, que ya se me echa la hora encima de las cenas... Esto de los blog es como un segundo trabajo, ¡madre mía, qué estrés!
Sí que es verdad, sí, que te lías, te lías y lleva trabajo... Pero bueno es un trabajo muy agradable. Yo también pienso que Allende, es mucha Allende. Yo me he leído casi todos sus libros, salvo Afrodita y un par de los juveniles. Pero me he leído todos los demás para mayores que ha escrito. Me gustan mucho, sí. Muchas gracias por hacer un huequecito en las tareas y asomarte por aquí. Un besazo
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