Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

lunes, 16 de junio de 2025

Los lunes y su voluntad de indolencia

 



Tienen los lunes voluntad de indolencia. 

Nunca tuviste más ganas de ser un bicho bola, mimetizarte como un camaleón hasta volverte color silla, color mesa del despacho, de pc. Convertirte en ¡chas! la mujer invisible. 

Vale, si yo trabajo... pero no me hables, no me hagas contestar, solo me quedaron fuerzas para convertirme en un eslabón más de esta cadena de montaje. 

¿Ser persona? ¿Para qué?

Si después habré de trabajar ni sé las horas... 

Es más duro siendo persona. 


Un día lejano yo me perdí en un bosque húmedo, me disolví en agua salada, me recosté entre los renglones del aquel libro que me atrapó. 

Un día sí, 

un día fui,

fui persona. 









viernes, 13 de junio de 2025

Murales. Vida. El Hierro


Yo creo que son ellos los que me buscan a mí.

Tropiezan conmigo, se hacen los encontradizos, y terminan posando. 

Pero todos jugamos al despiste, porque al final es eso: Un juego. Otro.

El juego de coleccionar murales, traer al presente colores nuevos, imágenes diferentes, otros personajes en otros paisajes que espantan a la rutina y la obligan, solo por un rato, a quedarse quietecita en un rincón, callada, sin opacarlo todo, cubriéndolo de ese velo invisible de falsa normalidad.

Esta vez me salieron al paso en El Hierro. Esa isla menuda e inmensa, ese descubrimiento para mis sentidos que ya se me quedó dentro. 

Sus murales también se vinieron conmigo, no les convencí, salió de ellos. Pegaron un salto y se me colaron en la misma caja que sus iguales, los presenté y no hizo falta más invitación: se hicieron inseparables. 

En las tardes de viernes están traviesos y les dejo que salgan por casa, que me animen, que me recuerden que a veces soy otra, una que viaja, que ríe, que vive. Otra, más real.






 

















jueves, 12 de junio de 2025

"Josefina" en el Teatro Infanta Isabel de Madrid

 


Cuando la vi anunciada despertó mi curiosidad. Es muy poco lo que se conoce de Josefina Manresa la mujer del poeta Miguel Hernández de quién, en cambio, hemos escuchado sus poemas y su vida a menudo.

Así que me apeteció ver qué nos contaban. 

Natalia Zamora, a quién no conocía, interpreta a Josefina contándonos de forma íntima su vida. Es la voz de la protagonista, son sus ilusiones y sus cuitas. No conocía yo a esta actriz y la verdad es que me pareció que tiene un papel versátil pero creíble. 

La obra, es un monólogo, una pieza teatral con música, danza, poesía, escrito y dirigido por Oriol Pámies. La escenografía es bastante humilde, pero la vida de Josefina lo debió ser bastante también. Se trata de un decorado muy sencillo con luces cálidas que ayudan a esa atmósfera de complicidad para que la protagonista nos cuente sus intimidades. Cestos con hojas que quieren ser higueras y varios enseres domésticos. Después la voz, la luz... 

Lo cierto es que esta Josefina tan de pueblo, tan poco conocida, inspira ternura. Es una Josefina que cose, que se enamora, que baila, que escribe y lee las cartas de su Miguel... Es un homenaje a una mujer que vivió para los suyos en tiempos tremendos y de la que se ha hablado poquísimo.

A mí me gustó, no sé si tanto por lo que quiere decir, por la sencillez y el amor difícil que pretende traslucir, que también, como además por su texto y por su actriz. Sí que me gustó. 

Fue curioso porque a la salida un señor mayor nos preguntó que qué tal, con mucho interés, era el "suegro" de Miguel Hernández... El padre de la actriz, todo orgulloso, que nos contó que ya la habían representando por Orihuela y tierras murcianas y que había gustado mucho. Salía el hombre encantado de la vida. Daba gusto verle y escucharle.

El teatro Infanta Isabel tiene una taquilla que me encanta porque tiene solera. Después entras y está tan viejecito todo el teatro que parece que se va a caer a trozos, y por supuesto no hay que ponerse en la primera fila porque sales con el cuello destrozado, pero ¡ay! tiene una distancia entre las filas de butacas que te deja estirar las piernas y eso... eso es impagable. 


Dramaturgia, dirección y espacio sonoro: Oriol Pamies

Actriz y co-creadora: Natalia Zamora

Diseño de espacio escénico y lumínico: José A. Villegas

martes, 10 de junio de 2025

"Las fuerzas contrarias" de Lorenzo Silva - Reseña literaria

 


"-Lo he pensado, a lo largo de estas dos semanas, cada vez que me ha pasado. Esta gente es la que nos crio, la que nos dio una educación, la que nos ahorró el hambre y la injusticia que ellos conocieron. Y cuando viene una desgracia que se los lleva por cientos, o por miles, no sólo no acertamos a protegerlos, ni a prestarles socorro, sino que los damos por muertos desde el portal. Sin mirarlos siquiera.

-Resumido así, es demoledor -le concedió Chamorro.

-Entendedme -añadió López-. me hago cargo de cómo van en estos días los médicos, de que ellos mismos se contagian y mueren, de que es normal que piensen que los esfuerzos los deben dedicar a los que aún viven, e incluso hacer lo posible por no pillar el virus para estar ahí y poder seguir curando alresto. No es al médico tal o a la médica cual a quiénes culpo. Aquí, compañero, la hemos cagado y la seguimos cagando todos. Por eso, y con más motivo si he metido la pata con los otros dos, necesito hacer esto como Dios manda. 

-No puede quedarme más cristalino -le reconocí."


Y así, como quién no quiere la cosa, hemos llegado a la novela núm. 14 de la saga de Bevilacqua y Chamorro. Y aquí nos ha tenido Lorenzo Silva pendientes de cómo discurre la vida de esta pareja de guardia civiles que conocimos hace casi treinta años. A su lado hemos ido madurando todos: los personajes, el autor y los lectores. Y aquí seguimos. 

A estas alturas de la saga ya no voy a contar cómo son Rubén y Virginia, porque lo sabemos todos. Otra vez el autor nos regala una novela de sus peripecias, con sus veinte capítulos donde descubrirán a varios asesinos, y avanzarán en su particular relación, junto a los demás miembros de su equipo: Arnau, Inés y demás que también conocemos de sobra. 

Como siempre Lorenzo Silva nos deja títulos de canciones, de novelas, de autores que apuntalan el carácter introspectivo y culto de este Bevilacqua al que ya tenemos tanto cariño: Battiato, Cervantes, Carlos Castán... 

En este caso, ya estamos en el 2020, en la pandemia, y nos moveremos por provincias cercanas a Madrid, un pueblo de Badajoz y un pueblo de Toledo, resolviendo casos de mujeres asesinadas en una doble investigación. No quiero contar nada más. 

Está muy bien ambientada, porque refleja esos tiempos primeros de la pandemia del miedo, el desconcierto, la soledad, la reflexión, la vulnerabilidad de los mayores y siempre la maldad de los que se aprovechan de las circunstancias por malas que sean. 

Ya estamos hechos a la prosa tranquila y meditada de estas novelas, a su ritmo cadencioso, a sus detalles en lo que cuenta. También a la camaradería entre los compañeros y sobre todo a la relación entre los dos protagonistas tan cómplice, que en esta novela, se profundiza más y se hace más íntima. 

Después de 14 novelas el que no haya leído a Bevilacqua ya es hora ¿no? y a los que han leído todos sus libros, no os voy a aportar nada nuevo, que sigáis leyendo, como hago yo, si ya no podemos hacer otra cosa con esta saga de Lorenzo Silva... Es parte de nosotros. 


"Y un agradecimiento final. Pronto hará treinta años que llevé por primera vez al papel las andanzas de Chamorro y Bevilacqua. Que pueda seguir haciéndolo, tras catorce libros y cinco mil páginas, es un regalo y un privilegio que no olvido ni olvidaré nunca que les debo a los lectores."


lunes, 9 de junio de 2025

El Faro de Orchilla en El Hierro

 




Todos somos islas. 

Y faros.

Y luz. 


No descansaré hasta encontrar aquella,

cuyos golfos y cabos, encajen perfectamente en 

mis aristas y paisajes. 

Solo habré de seguir la luz del faro

de cualquier isla.


Y seguir intentándolo. 


Faro de Orchilla. Detrás de los volcanes. Donde una vez estuvo el Meridiano.

El Hierro. Junio 2025.

Donde una vez estuve yo.