Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

sábado, 19 de abril de 2025

El Cristo de los huevos de Madrid

 


Y le dije a la Mila que nos acercáramos a ver al Cristo de los Huevos y que luego una buena torrija. Y ella que me mira con ojos espantados y me salta que no me tenía por tan deslenguada, y para más inri ¡piripi! y que con el cariño que siempre me tuvo ¡había que ver cómo me había vuelto! Resumiendo: que la llame solo para planes como ¡Dios manda! “Pero ¿Y esto que es? ¿Pues no te comenté ayer que estaba pasando las de Caín y que mejor saliéramos a merendar? Y me respondiste que antes la obligación que la devoción, que me iba a sentir mejor… Pues eso te propongo pasar primero por el Cristo de los Huevos que nos pilla de paso y así le rezas, sobre todo tú, que sé que tampoco te vas a quedar tranquila si por acompañarme no te acercas, siendo los días que son...”

¡Ni terminar me ha dejado! otra vez ha empezado con la matraca de que si encima con recochineo, que cómo me gusta poner el dedo en la llaga, que no respeto sus creencias, que la traigo por la calle de la amargura, qué menudo calvario de vecina, y va y cierra la puerta. ¿Cómo? A todo esto, yo, aguantando de pie derecho el sermón de la Mila, en el rellano también, abriendo mi puerta, sin saber ni qué relataba porque me urgía entrar en casa para poner en agua el bacalao. Pero no contenta con el responso, sin decir hasta luego siquiera, va y me cierra la puerta en las narices. ¿Será posible? Pero claro ni pararme quise porque me corría prisa lo del potaje.

Pero ¡ay! una vez que lo hilvané en un santiamén de pronto caí en el guiso sí, pero en el que se estaba haciendo la Mila en su cabeza, así que dejé el tinglado cociendo muy lentito, y con las mismas, abrí otra vez mi puerta y toqué a la suya y nada más abrir la espeté: “Pero tú ¿¡Qué potaje te estás haciendo en la cabeza?!”  Y sin dejarla ni contestar, seguí con mi filípica. “Que el Cristo de los Huevos es de verdad, Mila, de verdad, que aquí no hay palabrotas que valgan, que tiene ¡4 huevos! Por falta de uno. Y está por Malasaña y yo te voy a llevar allí, aunque sea atada, vamos. ¡4 huevos de avestruz! Qué ya te veo en los ojos que vuelves a crucificarme… Y luego además, para que veas que no soy rencorosa de que hayas pensado tan requetemal de mí, iremos a La Duquesita a tomarnos unas torrijitas con las que te vas a chupar los dedos ¿Estamos? Que piensas unas barrabasadas Mila, unas barrabasadas que ya te vale… Que una cosa es que yo no esté para jolgorios, con esta procesión que llevo por dentro por el Judas de mi marido y otra que no respete tu fe y tus tonterías. Que tengo que tener contigo más paciencia que el santo Job, Mila. Que una cosa es que no esté hecha una magdalena y otra que no tenga sentimientos, no fastidies, con lo buenas vecinas que hemos sido toda la vida de Dios… Venga anda, avíate y aquí paz y después gloria.




Cristo de los huevos de la Iglesia de Nuestra Señora de Montserrat en la calle San Bernardo de Madrid. Barrio de Malasaña. "El Cristo de Burgos, un Cristo con pelo natural realizado en el XVIII en Burgos, al que los castizos conocen como “el de los huevos”, por cuatro huevos de ñandú colocados a sus pies que fueron traídos de América por un devoto." Dicen también que tiene los huevos porque lo encontraron en el mar, flotando, con un nido de huevos de gaviota entre los pies. 

El Monasterio y la Iglesia de Montserrat de la calle San Bernardo fueron fundados por Felipe IV en 1642 para acoger a los monjes castellanos que tuvieron que abandonar Montserrat durante la sublevación de Cataluña que se produjo ente 1640 y 1652. Entonces El monasterio de Montserrat era el centro Benedictino más importante de Cataluña. Los monjes castellanos fueron expulsados del monasterio durante la insurrección y fueron acogidos en esta iglesia construida al efecto.



jueves, 17 de abril de 2025

"Hasta que empieza a brillar" de Andrés Neuman. Reseña literaria

 



Uno de los primeros premios que me otorgaron por uno de mis cuentos consistía en un vale con dinero para gastar en una librería concreta. ¿Sabéis en cuál se me fue la mitad del premio? En el Diccionario de uso del Español, de María Moliner. La mejor inversión en palabras. El primer diccionario que tuvo mi casa. El mejor. Era de justicia poética que yo lo contara antes de comenzar a reseñar el último libro que me he leído: "Hasta que empieza a brillar" de Andrés Neuman. Una especie de biografía novelada sobre la vida de María Moliner que me ha encantado. La autora del diccionario que escogí para tener en casa. 

Y de aquí a abrir el diccionario por la palabra que procede, solo hay un paso. Dice "el Moliner" sobre la palabra reseñar 2. Dar noticia en un periódico de una obra literaria o científica haciendo una crítica o algún comentario sobre ella. 

¡Qué buena esta historia novelada sobre la vida de María Moliner! Ese es mi comentario. La proeza que hizo la lingüista creando su diccionario de Uso de nuestra lengua, después de haber dedicado toda su vida a los archivos y las bibliotecas se merecía un libro tan entrañable como éste. Qué cercanía transmite la pluma de Neuman contándonos su biografía novelada, qué prosa tan rica hablando de una mujer apasionada por las palabras y digna de toda admiración. Qué gusto leerlo. Me he hartado de subrayar párrafos, por interesantes, por amenos, por poéticos e instructivos, por todo. Habría subrayado casi todo el libro.

El punto de partida elegido por el autor para acometer la historia es el año 1972, cuando María Moliner no fue elegida para formar parte de la Real Academia de la Lengua, y su amigo Dámaso viene a decírselo. No fue elegida, a pesar de haber escrito un diccionario de más de 80.000 términos. Un diccionario exhaustivo, escrito ficha a ficha y tras muchas horas encorvada sobre su olivetti a distintas horas del día. Un diccionario escrito ya en su madurez, pero después de haber aprobado unas oposiciones y llevar trabajando toda la vida en archivos y bibliotecas. Por no hablar del tiempo que dedicó a alfabetizar por los pueblos con las Misiones Pedagógicas, visitando biblioteca tras biblioteca rural. Dámaso acude a su casa para intentar ¿justificar? que no la eligieran... Ahí arranca: con la técnica literaria de media res, y a partir de ahí da un salto en la narración y enlaza con su origen, su infancia, su familia y ya de ahí en adelante, aunque irá haciendo más saltos con el tiempo, recurriendo a aquella importante visita.

Quizá por eso todas las partes de este libro llevan el mismo título: "La visita": "La visita I 1900-1930", "La visita II. 1930-1950"... y así sucesivamente hasta la última parte: "El cristal". El epílogo. Qué triste fin tuvo esta intelectual, ella que quería tanto a las palabras y cómo se le escapaban al final de sus días.


-¿Te parece increíble que lo haya hecho yo?

-Lo que no entiendo es cómo haces.

-Nada del otro mundo: escribo una palabra y me quedo mirándola hasta que empieza a brillar.

¡Qué forma tan preciosa de señalar la maravilla del lenguaje!


La escritura del autor, Andrés Neuman, me ha encandilado con ese tono tan variante y al mismo tiempo tan profundo: ahora académico, ahora irónico, ahora tierno, ahora desgarrador. Visita a visita recorremos la vida de esta mujer singular y especial que no fue suficientemente reconocida. Al mismo tiempo recordaremos la historia de España a través de su vida, y su vida en cada modificación que va haciendo en las definiciones de sus fichas para el diccionario. Todo está ahí, capa a capa, empapándose su vida de la política y los cambios históricos, del mismo modo que el diccionario se empapaba sutilmente de su propia vida. 

Buena literatura sobre una mujer que dedicó su existencia a las palabras. Conocimiento y compromiso. Prosa y poesía. Todo está aquí. Un binomio perfecto. No se puede contar, hay que sumergirse en su lectura. Haceros un regalo y disfrutad de este libro.




martes, 15 de abril de 2025

Los borrosos

 


Me gusta encontrar un sentido a las fotos que, en principio, borraría. 

Me detengo a pensar que quizá sean las más verdaderas. Las que no son perfectas. Las que atraparon todo, lo que está quieto y lo que está en movimiento. Las que atraparon las prisas. 

Vivimos a contra reloj. Y más en las ciudades grandes, con muchas distancias, donde empleamos tanto tiempo en desplazarnos. Vivimos con prisas. 

Y eso somos. Los que corremos. Los que andamos deprisa. Los que salimos borrosos. Los que estamos borrosos. Los borrosos. 


Siempre pienso que me habría encantado tener el don de la ubicuidad. Estar en dos sitios al mismo tiempo, no perderme nada, vivirlo todo.

Sin embargo, en estos días santos rezaré por alcanzar algún día el don que tienen los que no salen borrosos en las fotos, el maravilloso don de la serenidad. 


domingo, 13 de abril de 2025

"Música para Hitler" en los Teatros del Canal

 


"Europa se desangra, ¿Y qué hago yo para evitarlo? ¿Tocar el violonchelo?"

¿Te acuerdas cuando fuimos a ver la casa de Pau Casals? Aquel verano que pasamos una semana en tierras tarraconenses. Primero fuimos a ver la preciosa casa azul de Carlos Barral en la playa de Calafell y desde allí nos acercamos al pueblecito de El Vendrell para visitar la de Casals. Era menos vistosa pero con cuánta pasión nos la enseñó aquella mujer. Daba gusto escucharla. 

¿¡Cómo no acordarnos?! Sobre todo viendo la obra "Música para Hitler" sobre el desplante que dio el famoso músico a los nazis que vinieron a invitarle a tocar para Hitler en la Segunda Guerra Mundial. Qué bien lo hace Carlos Hipólito, muy bien en su papel del músico, primero deprimido y después fiel  a sus convicciones, rotundo y claro en su respuesta.

Yolanda García Serrano y Juan Carlos Rubio han escrito esta obra de teatro recreando cómo pudo haber sido aquel hecho real. Carlos Hipólito en el papel de Pau Casals, Kiti Mánver en el de su pareja, Cristóbal Suarez haciendo del oficial nazi y Marta Velilla de su sobrina. Todos hacen una interpretación muy creíble pero Carlos Hipólito me pareció que lo hacía tan, tan natural... 

Representándose ahora en los Teatros del Canal de Madrid, en la Sala Roja, el texto me encantó, con esos diálogos tan salpicados de ironía entre el músico y su pareja que te hacen reír en alguna ocasión. Y después cuando se pone más serio en la conversación con el nazi, qué intensidad cobra, qué fuerza. Quizá sea algo estática la obra, no hay nada de acción, pero para mí es una obra de altura, teatro del bueno con una interpretación digna de un largo aplauso. La escenografía era simple pero también muy delicada, circular y sutil en sus cambios de escena.

Hay música, por supuesto, la suite nº 1 para violonchelo de Bach, muy apropiada, sobrevuela toda la obra, pero tengo que confesar que eché de menos "El canto de los pájaros" interpretado también por Casals, hubiera sido la guinda perfecta, para esta obra profunda y recomendable.





viernes, 11 de abril de 2025

Coral Real Casino de Madrid. Concierto de Semana Santa

 



Y ocurre que hay veces que los jueves dan una pirueta y parecen sábados. Se estira, se enreda y la última hora de la tarde brilla distinta, gracias a la música de la Coral Real Casino de Madrid que te regala una tarde mágica. 

Por supuesto que antes tienes que poner de tu parte: guardarte el cansancio de la semana en el bolsillo, doparte contra el virus que se te sobrevuela, pedir permiso para salir antes y ¡correr! Correr al bus, correr por la acera, correr para conseguir alcanzar el principio de la fila y sobre todo, dar ¡las gracias! a todas las personas (la amiga de tu amiga, tu amiga, tu jefa...) que lograron que tú, de forma casi improvisada y acelerada, te veas allí. 

Después toca sentirte un poco intrusa entre esos socios que se saludan y besan efusivos. Pero ¡vamos! ¡a la fila! Es la segunda vez que entras en el precioso y vetusto Casino, la primera vez por un recital de poesía en otra de las salas. Ahora es en otra planta, el Salón Real, más grande, más sobrecargado y llegará a llenarse. Cuánta cultura cabe en ese edificio. Pero ya, ya estás ahí. Te empeñas en estar cerca, con tanto que corriste al menos verlos bien, te dices. Y al fin, te obligas a estar quieta en tu silla, tranquilizarte, interiorizar donde estás y, agradecida, esperar con oídos bien atentos. 

Y ya antes de comenzar vas sintiendo que estás donde tienes que estar. Una hora de concierto de voces increíbles en un marco único como es el edificio del Casino de Madrid. Una coral primero cantando algunos temas de Shubert, Salieri, Mozart... y después su fusión con una orquesta en lo que denominaron un "RoQuiem", mezcla de rock y requiem, que te encantó. El concierto va a más con cada una de las canciones, sube, sube, bien elegido no solo el repertorio sino el orden del mismo. La música os va atrapando, título a título, y os secuestra. Un Director Juan Vida Romeu. Tres solistas de lujo. Y sentir que te vas contagiando del entusiasmo y la pasión de los protagonistas por lo que hacen. Sin vender humo ni florituras. Con talento y alma. Un placer.  

Un placer el concierto y un placer la compañía del "después del concierto". Gracias por la conversación, por la complicidad, por contar conmigo. Gracias por ese juernes de brindis y música. 












jueves, 3 de abril de 2025

En los días lluviosos

 


Mi ánimo es cien por cien algodón y cuando llueve se me encoge sin remedio. Debería dejarlo en casa los días lluviosos. Pero me he hecho cómoda y llevo el bolso lleno de porsiacasos.  

Esas dos que me habitan también discuten los días lluviosos. Sobre todo discuten los puñeteros días lluviosos. La fuerte se empeña en admirar el mundo bello y sugerente que nos muestran los charcos, las aceras espejadas, los cielos del color de la mina de los lapiceros. La frágil se relaja echando la vista atrás mientras hace picadillo jugoso de nostalgias y ausencias. 

Esas dos que me habitan nunca se pondrán de acuerdo, eso ya lo aprendí con los años, pero en los días lluviosos se vuelven francamente insoportables y juegan a la comba con mi ánimo.

Los días lluviosos, mi ánimo cien por cien algodón y las dos que me habitan no son buena compañía. 

Yo lo sé.

Y también lo sabe esta lluvia mansa e incansable de hoy.

Pero como quién oye llover... 

 

 





miércoles, 2 de abril de 2025

"Asesinato en la Casa Rosa" de Arantza Portabales. Reseña Literaria

 



Me sigo poniendo al día con las reseñas literarias, y le toca el turno a "Asesinato en la casa rosa" de Arantza Portabales. Novela negra contemporánea "de casa" de la que merece la pena. 

Yo suelo leer solo por las noches, pero sin faltar ni una, claro. Pero me ha gustado mucho este libro, me ha enganchado tanto que estaba deseando llegar al metro y sentarme para poder ir avanzando durante el día. Ya me había ocurrido con otros libros de la autora. 

El argumento es el que podéis encontrar en cualquier reseña del libro: "La inspectora Iria Santaclara ha abandonado el servicio activo para cuidar de Ángel, su marido, convaleciente tras sufrir un ictus, cuando recibe la misteriosa llamada de Ulises Villamor, una de las fortunas más importantes del país y dueño de un imperio vinculado al ámbito sanitario. El empresario le pide que se traslade a su mansión de Loeiro, en la que vive con sus hijos y nietos, para tratar de investigar de manera extraoficial la muerte de su mujer, pues sospecha que esta fue asesinada hace cuatro años por un miembro de su propia familia."

Está estructurado en capítulos cortos en los que siempre encontramos un punto de giro en la historia que te la desbarata. Nuevo cebo cada pocas páginas, y tú pues nada a picar y seguir leyendo. A mí me ha resultado muy entretenido, la intriga está bien dosificada. 

La pareja de investigadores son Iria Santaclara que está de baja cuidando a su marido, como ya hemos dicho, pero investiga. Y cuando ya va un poco adelantada la historia se le unirá su antiguo jefe. Forman un buen tandem. Los demás personajes son los miembros de la familia y allegados, personajes que tienen mucha historia detrás, claro. Son personajes mucho más profundos de lo que parece a primera vista. Tienen muchos matices, pero son creíbles. Muy bueno el personaje de "la Gestapo", una antigua maestra que no tiene ningún empacho en confesar que fisga todo lo que puede y más. 

Ambientada en el norte de España en el año 2024, la historia va y viene gracias a la madre de la familia que muere en el año de la pandemia, con lo cual la acción oscila entre los dos años y ese cambio temporal imprime también más ritmo a la narración. 

Si apetece leer novela negra escrita aquí, las novelas de esta autora, en general, me parecen muy recomendables y ésta desde luego no ha hecho más que reafirmarme en mi opinión. 


domingo, 30 de marzo de 2025

"Brillantes y olvidadas. Las mujeres del 27" de Giselfust. Reseña literaria

 



Hace dos libros, si medimos la vida en lecturas, terminé "Brillantes y olvidadas. Las mujeres del 27" de Giselfust y lo disfruté mucho. Pero ya estaba retrasándome en su reseña.

Se trata de un libro ilustrado de solo 144 páginas que te lees volando y que me pasó mi amiga Julia ("Éste es de los tuyos, he pensado que te gustaría"), y tenía toda la razón me ha gustado mucho.

Giselfust es, en realidad, el seudónimo de Gisela Navarro, la autora e ilustradora de este viaje por las primeras décadas del siglo XX, donde a través de la voz de la pintora Maruja Mallo vamos a recordar desde otro punto de vista esa época y sobre todo a sus contemporáneas. 

En este libro ilustrado la protagonista es la pintora. Ella misma, como narradora, nos va a relatar su apasionante vida desde sus comienzos en el norte de España, la llegada a Madrid con su familia (vivía en la calle Manuel Cortina, que me ha hecho mucha gracia porque en ella he trabajado yo los últimos años), su paso por la Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde coincidiría con Dalí y los intelectuales importantes de la época. Sus amigos y sus amores. La guerra, el exilio, la vuelta a España en los años ochenta... 

Yo creo que todos conocéis a Maruja Mallo, pintora de "Las Sinsombrero". Tan extravagante en sus últimos años, pero tan lúcida. La memoria viviente de aquel tiempo, por ella supimos de la anécdota que les ha valido el sobrenombre, cuando cruzaron la calle sin el sombrero Dalí, Lorca, Margarita Manso y ella y les llamaron la atención por el atrevimiento pues era todo un atentado a las buenas formas. Gracias a ella hemos podido saber mucho más de aquel tiempo y sobre todo de sus protagonistas femeninas. Merece mucho la pena leer este libro para ahondar en su vida y la de los que la rodearon. 

En conjunto este bonito libro ilustrado es otra forma de reivindicar a las talentosas mujeres de la Generación del 27, tan brillantes y, sin embargo, tan olvidadas como bien dice el título. 

Es un libro chulo, donde encontramos biografía, literatura, historia e ilustración. Además aquí la autora nos ha dejado también extractos de poemas. Últimamente estoy leyendo más libros ilustrados, intercalándolos entre otras lecturas, tienen el disfrute añadido de sus imágenes, que enriquecen mucho la lectura y son un placer para la vista. 



sábado, 29 de marzo de 2025

Danza contemporánea en los Teatros del Canal: Sharon Eyal y su compañía

 



Decimos siempre en mi tertulia que los poemas no hay que entenderlos, que te llega su belleza, su sonoridad, te transmite unas sensaciones, te conmueve... O no te llega. 

Creo que con la danza contemporánea ocurre un poco lo mismo. 

Aunque tengo que confesar que como yo tengo alma de cuentista, lo primero que hago, casi sin pensar, es buscarles su historia. A veces se la encuentro, a los poemas y a la danza contemporánea, pero hay veces que me cuesta más y tengo que decirme: "Que no Rocío, que no, cambia el chip, que lo único que tienes que hacer es dejarte llevar por las sensaciones que te provoca".

Ayer fuimos a ver un espectáculo de danza contemporánea. Y subrayo espectáculo, porque lo era en el mejor sentido de la palabra. La compañía de Sharon Eyal con su coreografía "Into the Hairy" (¿En lo peludo?) nos tuvo ensimismados casi una hora pendientes de la sincronización perfecta de aquellos siete bailarines al ritmo de una música que sonaba a tribal y a génesis. 

Me hipnotizaron con el perfecto engranaje de sus preciosos cuerpos moviéndose al unísono, unas veces como si fueran solo uno y otras como si todos formaran otra cosa, a veces una máquina con sus mecanismos precisos, a veces un extraño animal mitológico, y en la mayoría de las escenas, os confieso que no sé el qué. Era un todo sinuoso, muy sinuoso, pero de un virtuosismo impecable. Las manos aleteaban expresivas, los cuerpos se acomodaban como fichas de un puzzle, y unos seres expresivos que se movían de puntillas, como si tuvieran patas, habitaban gráciles en un planeta oscuro, metálico, lejano y profundo.

La danza contemporánea, a veces, es difícil de explicar, como ocurre con algunos poemas. Es críptica, pero te subyuga, te suscita incógnitas, mientras los "bravos" comienzan a sonar y el público de aquella gran sala roja comienza a levantarse para aplaudir entusiasmados. 

En la última escena ¿No os parecía una mantis encerrando al macho? Mis chicas me miraron con otras preguntas dibujadas en sus ojos: "¿Una mantis? ¿Qué mantis?" Y los chicos ni sabían ni contestaban porque, buscando aparcamiento, llegaron diez minutos más tarde y no les dejaron ni pasar. 

Hay días que todo se alborota, días que quizá todos acabamos también danzando "conte", como dice mi Marina.





sábado, 22 de marzo de 2025

Madrid este marzo

 



En marzo el Manzanares ya no es el domesticado río al que estábamos acostumbrados los madrileños. Ha crecido y se ha revuelto quejoso mientras los pavos reales del Palacio también Real chillan desatados, no sabemos si por esta lluvia que nos tiene aburridos, por marcar territorio o por lucirse frente a esas pavas que se suben a los mismos árboles que él a cuchichear y dejarse mimar. 

En marzo hemos tenido el día de la Felicidad, el de la Meteorología, el del agua y la poesía. En Marzo por celebrar hasta llegó la primavera, aunque por aquí nadie se ha dado cuenta, bastante teníamos con mirar el cielo, mirar al río, mirar a las baldosas sueltas y las traicioneras hojas que nos hacen casi resbalar tantas mañanas. 

Ahora que lo pienso quizá sea eso, quizá el pavo real esté gritando a Noé para que no le deje en tierra. ¿Cómo no me di cuenta?

Dios de la lluvia dile al bueno de Noé que tenéis que hablar... Id juntitos a un rincón discreto y lejano a hablar de vuestras cosas y dejadnos un poquito de bonanza que se nos está enguachinando hasta el ánimo. ¿No lo veis? Si hasta el pavo llora lastimero.









jueves, 20 de marzo de 2025

"Gregorio y yo. Medio siglo de colaboración" de María de la O Lejárraga (María Martinez Sierra). Reseña literaria

 


“En este libro, sin continuidad rigurosa ni pretensión autobiográfica, quiero consignar el recuerdo de unas cuantas horas, que acaso alguien pueda leer con interés, no por ser parte de mi vida…sino porque esta vida mía anda mezclada con otras de los que han hecho más o menos ruido en el mundo de la literatura, de la música, del arte dramático y, hablando en términos más generales, de la inteligencia española desde 1898 a 1947.


Terminé de leer "Gregorio y yo. Medio siglo de colaboración" de María de la O Lejárraga. 

Me arrastran más las novelas, me embaucan, me secuestran, casi. Pero tengo también que hacer huecos para leerme libros de biografías o ensayos sobre algunos temas con los que puedo aprender más. Me entraron ganas de leer este libro, del que ya había oído hablar en alguna que otra ocasión, después de ir a la exposición de esta escritora en la Biblioteca Nacional. 

Reconozco que siempre me había causado curiosidad, bueno no sé si ésta es la mejor palabra, o quizá sea inquietud, lo de que sus libros, los de su marido y ella, se firmaran con el nombre solo de él: Gregorio Martínez Sierra. Cuando todos los rumores dicen que en realidad los escribió ella sola. 

Y, tras leerlo, puedo decir que claramente en este libro de memorias no lo dice pero, vamos, da toda la impresión de que ahí la que escribía las obras de teatro era ella. Él se ocupaba mucho más de esperar a que ella se las enviara terminadas para montarlas, ocuparse de gestionar los teatros donde se iban a representar y demás asuntos de su puesta en escena. Pero lo que se dice escribir, escribir... no parece que él escribiera mucho. Y cuando estrenaban y había éxito, él estaba abajo codeándose con unos y con otros, actores y público, recibiendo honores y ella viéndolo todo desde un palco alejado. Pero también es cierto que, según sus memorias, porque ella lo quería así, porque no era de jolgorios, ni tumultos. 

María Martínez Sierra, o María de la O Lejárraga que era como se llamaba antes de casarse, escribió dos libros de Memorias cuando él murió (años antes él se había ido con una actriz) ya con su propio nombre de María, para ganar algo más de dinero con ellos y poder reclamar sus derechos de autor.   

En éste segundo libro que nos ocupa, que en un principio se iba a titular "Horas serenas", no quería hablar de política ni de religión para no tener problemas con la censura. Solo quería hablar de la vida literaria con su marido, es decir, de sus horas serenas. Pero aún así, tampoco la censura le dejó publicarlo en España, y tuvo que hacerlo finalmente en el 1953 en México. "Horas serenas porque son las únicas que quiero recordar" dice al comenzar el libro que finalmente se tituló "Gregorio y yo. Medio siglo de colaboración".

A mí el prólogo me ha parecido bastante largo, la verdad. Pero cuando ya ha empezado en sí el libro de Memorias, lo cierto es que lo disfrutaba porque era pura literatura, escribía muy bien esta autora. No me extraña que tuviera tantos libros, sobre una centena. Es un lenguaje rico, algunas de sus palabras ni las conocía, con muchas imágenes, muy visual. Da gusto leerlo. 

Por otra parte, te lleva volando hasta la intelectualidad que la rodeaba y con quienes se relacionaban de forma estrecha. Gracias a sus palabras da la impresión de que los conoces mejor. Jacinto Benavente, Juan Ramón Jiménez, Los hermanos Quintero, Santiago Rusiñol, o Galdós de quién os copio un fragmento... 

"Le visitamos varias veces. Decíase que había elegido tal emplazamiento para estar cerca de su gran amigo don José María Pereda, autor de esa joya de la literatura española, Sotileza,  y de tantas otras novelas admirables…De una  de sus visitas a la casa de Santander guardo un suave recuerdo. Ya estaba casi ciego [+ 1920], pero quiso, con graciosa cortesía, salir a despedirnos y, en el jardín, buscando a tientas una mata de hierbaluisa, cortó para mí un inmenso ramo de fragantes hojas. Largos años las he conservado hasta que se convirtieron en polvo”.

También, claro, tuvo muchísima relación con algunos músicos con los que trabajaron: Manuel de Falla, Usandizaga, Turina... Da gusto leer los párrafos en los que habla de todos éstos artistas, cómo los describe, se palpa la cercanía con todos ellos. 

Fue una mujer muy viajera, teniendo en cuenta que estamos a principios del siglo XX, y hay muchos fragmentos que parecen verdaderos cuadernos de viajes. Habla de muchas ciudades, de París, Bélgica, Berlín, de Florencia, de Milán... Era nómada, pero iba escribiendo por todas partes mientras visitaba y vivía los lugares. 

“Siempre me gustó Berlín en verano…Antes de 1914, y a pesar de los gastos de tren, resultaba el veraneo más barato que yendo a El Escorial o Cercedilla…La tierra alemana me es simpatiquísima… En la Selva Negra he pasado semanas de soledad inolvidables…, huella profunda han dejado en mi espíritu mis vagabundeos por Heidelberg, Francfort, Hamburgo; mi estancia en la casa de un guarda forestal en los Vosgos…"


Esta riojana, nacida en el año 1874, se consideraba de la Generación del 98, la generación de los escritores de los últimos años del siglo XIX. 

Maestra de primera enseñanza desde el año 1895, en alguna ocasión dijo que comenzó a escribir con el nombre de su marido para que sobre ella, siendo maestra y desempeñando un cargo público, no cayera la dudosa fama de ser una mujer literata... 

Fue una mujer muy culta, adelantada a su tiempo, con muchos deseos por aprender y escribir. Una mujer que hizo mucho por las letras y el teatro español. 

Sus obras no solo se estrenaron en varios de nuestros más importantes teatros: el Eslava, el Lara de Madrid, el Novedades de Barcelona, sino que saltaron a Londres e incluso Nueva York. 

Es una pena que no se la diera el lugar que merecía y que aún hoy muchos no sepan de su existencia. 







“Gregorio Martínez Sierra jamás escribió nada que circulase con su nombre. Ya fuese novela, ensayo, poesía o teatro. Eso es algo que Juan Ramón Jiménez. Ramón Pérez de Ayala y yo sabemos muy bien. Eso es algo que Usandizaga sabía muy bien; sabía que el libreto de Las golondrinas era de María. Turina sabía que el libreto de Margot era de María. Falla sabía que las directrices para los ballets de El sombrero de tres picos y El amor brujo eran de María. Eso es algo que Marquina sabía muy bien; El pavo real fue escrito por María y puesto en verso por Eduardo. Arniches lo sabía: los dos actos de La chica del gato eran de María, etc. Pero quienes mejor lo sabían eran los actores, que siempre estaban nerviosos cuando salían de Madrid y en especial cuando viajaban por América: “El tercer acto que tiene que enviar doña María no ha llegado todavía y tendremos que suspender los ensayos”.

Pedro González Blanco, crítico y escritor.




domingo, 16 de marzo de 2025

"1924. Otros surrealismos" - Exposición en la Fundación Mapfre de Madrid

 



En mi tertulia, cuando aún éramos taller de creación literaria, alguna vez disfrutamos de ese famoso juego surrealista de los "cadáveres exquisitos". Se trataba de escribir en un papel una frase al azar. Y cuando te llegaba el papel ya con algo escrito que tenías que tapar, y sin ver lo ya escrito por el anterior, apuntabas tu frase y pasabas la hoja al siguiente. Al final se leía seguido el texto entero formado por las frases escritas por todos y era muy curioso lo que podía salir de tantas imaginaciones y caligrafías. La obra final era el resultado de ir sumando contribuciones improvisadas de todos los que estaban en la mesa. Una obra surrealista.

Pues ese juego nos llegó del movimiento surrealista, del que ahora podemos ver una exposición en la Fundación Mapfre de Madrid, y que estará hasta mayo. 

Se titula "1924. Otros surrealismos", donde con la excusa de que ha hecho cien años de la publicación del "Primer manifiesto del surrealismo" de André Breton se pretende ver la repercusión que tuvo en España dicho movimiento, también en las mujeres del grupo. 

Es un gusto volver a los cuadros de Rosario Varó, de Ángeles Santos, de Delhy Tejero, Leonora Carrington, Maruja Mallo... Me parecen muy interesantes. Su pasión por lo improvisado, por los sueños, por el inconsciente y el deseo, la búsqueda de la piedra filosofal, las ciudades, el Cosmos... Sus grandes temas están recogidos en las distintas secciones y en estos cuadros tan imaginativos.

















viernes, 14 de marzo de 2025

Pasear con "pa" de pájaro

 



Pasear Madrid, temprano, es un regalo para los sentidos. 

Sentir el viento en la cara y, bajo los pies, las aceras casi vacías, despejadas. 

Caminar deprisa pero tan en silencio que ni los pájaros se inquieten cuando pasas por su lado. Pidiéndoles casi permiso por invadir su hora y su paz.


Pasear. 

Sentir como los alborotados pensamientos van posándose despacio dentro de la cabeza, livianas hojas, frágiles plumas, notas de música que, al fin, encuentran su melodía. 

Pasear. Pensar en ti. Encontrarle a todo un sentido. 

Con esa "pa" de pájaro, de paciencia, de pausa y paz.

Pasear.










jueves, 13 de marzo de 2025

"Carmen de Burgos, Colombine (1867-1932). La modernización de España." y "María Lejárraga. Una voz en la sombra". Dos exposiciones en la Biblioteca Nacional

 




Una tarde cualquiera salí de la oficina y necesitaba sentir que ese día había hecho algo más que trabajar. Me podía haber ido a comprar un libro o un vestido (consuelos banales pero que a corto plazo cumplen su función), sin embargo, me fui corriendo a la Biblioteca Nacional para ver un par de exposiciones que tenía ganas de ver. 

Tuve que correr mucho pero llegué a tiempo. 

"Carmen de Burgos, Colombine (1867-1932). La modernización de España." y "María Lejárraga. Una voz en la sombra". Ambas tenían que haber acabado en enero, pero gracias a que las prorrogaron llegué a verlas, porque definitivamente las cerraron el 2 de marzo. Y merecían mucho la pena. 

Qué tranquilidad se respiraba mientras paseaba por aquellas dos exposiciones, éramos muy poquitos, quedaba una hora para cerrar, y  podías detenerte todo el tiempo que quisieras delante de los paneles, de las fotografías, ir y volver, si querías remirar. 

La exposición de Carmen de Burgos era naranja, la de María de la O Lejárraga era verde, pero estaban la una justo a continuación de la otra. Qué dos vidas más interesantes, qué mujeres tan intelectualmente preparadas, tan viajeras, luchadoras, incansables, qué vidas más ricas y, por tanto, cuánta riqueza dejaron tras su camino.

Carmen de Burgos, almeriense, aterrizo en Madrid en 1901 y se convirtió en la primera redactora de un periódico bajo el seudónimo de Colombine. Periodista, conferenciante, escritora que dejó casi trescientos títulos con su nombre. Pareja durante mucho tiempo de Ramón Gómez de la Serna y pionera en la lucha por la igualdad de los derechos de la mujer. 

María de la O Lejárraga (San Millán de la Cogolla, 1874 - Buenos Aires, 1974), maestra. Ocultó su nombre tras es el de su marido Gregorio Martínez Sierra y bajo ese nombre común se supone que escribían ambos, pero sobre todo fue ella la que escribió un montón de obras dramáticas que tuvieron muchísimo éxito. Además de para el teatro, escribió novelas, artículos, y libretos para óperas u otras composiciones musicales. Escribió codo a codo con importantes músicos como Falla, Turina o escritores como Juan Ramón Jiménez, Benavente, los Hermanos Quiroga... 

Indagad sobre ellas, conocedlas, sabed cuánto hicieron por nuestra cultura, en unos tiempos que no era nada fácil para las mujeres. 

Y la Biblioteca Nacional, lo cierto es que nos ofreció dos exposiciones muy exhaustivas y muy interesantes.