Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

viernes, 14 de agosto de 2020

Faro de Chipiona. Álbumes de faros


De niños, en vez de coleccionar álbumes de cromos, coleccionaban álbumes de faros.

En aquella casa no estaba "El porqué de las cosas" de Bimbo, el "Vida y color" o cualquiera de aquellos atestados de caras sonrientes de futbolistas y titulados "Campeonatos de la liga 1970 y tantos" que se repetían en todas las casas. 
En aquella, quién sabe por qué, solo había un tesoro perfectamente ordenado. Un tesoro de álbumes artesanales hechos de cartulinas negras e ilustraciones pintadas con rotuladores de colores, marca Carioca.

El mayor se dedicaba a investigar bibliotecas y libros donde documentarse sobre cada uno de ellos. El mediano, el de mejor memoria, con solo leerlos una vez se los aprendía hasta desgranarlos en pequeñas notas que copiaba al lado de las imágenes con su letra apretada. La niña, la más cuidadosa, confeccionaba con cartulinas negras, y dibujos calcados con el papel de seda de los patrones de su madre, las ilustraciones de cada uno de ellos. Y el pequeño, el más rubio y nervioso, los repasaba por si se les había olvidado algo, pasando las páginas con su mano derecha, mientras con la izquierda sostenía el bocadillo de pan con chocolate. 

Eran un equipo perfectamente sincronizado.
Un equipo que atesoraba faros.

Aquella tarde tocaba el faro de Chipiona. 

El más alto de España. 
El que había sustituido a otro viejo faro de tiempos de los romanos.
El que se construyó para orientar a los barcos que querían ascender por la desembocadura del Guadalquivir. 
El que también, solo unos pocos privilegiados lo eran, se utilizaba para guiar a los aviones.

El faro de Chipiona, el construído con roca ostionera, el que se erguía altivo sobre las sombrillas de colores y los corrales de pesca, fue el ejemplar elegido para iluminar también, aquella tarde, en casa de los cuatro hermanos.









#Faros
#Cádiz
#Chipiona

miércoles, 12 de agosto de 2020

"El paseo de los Canadienses" de Amelia Noguera. Reseña Literaria



 «Mi madre mató a Jacinto una mañana clara. Era febrero. Hace mucho tiempo que todos los años, a esa misma hora y esté donde esté, veo sus ojos. Es mi memoria, no quiere olvidar; aunque lo contrario del olvido no es el recuerdo, sino la verdad».

He leído varios libros estas vacaciones que aún no he tenido tiempo de reseñar.
No querría que la fila fuera creciendo, así que voy a ver si pongo un poquito de orden.
Cómo me iba a ir a pasar unos días a Málaga y Cádiz, quería leer alguna novela que se desarrollara en estas tierras.

Y la primera que encontré "El paseo de los Canadienses" de Amelia Noguera, me ayudó a trasladarme a las tierras malagueñas, antes de poner un pie allí.


«Como decía Gerald Brenan, Los españoles, tan humanitarios habitualmente, tienden en momentos de entusiasmo a un frenesí histérico de muerte y destrucción». (Página 281)

La novela es una ficción ambientada en un hecho histórico, lo que se ha llamado "La desbandá" o "La desbandada". Imagino que muchos sabréis a qué estoy aludiendo. A uno de los episodios más desgraciados de la guerra civil. El que se produjo con la matanza de muchas personas, muchos civiles, muchas mujeres y niños, en una carretera que unía Málaga y Almería. 

Comprendereis que ambientada la novela en este trágico episodio, no es muy alegre. Ni falta que hace.

Arranca la historia justo cuando una gran parte de la población civil abandona Málaga en dirección a Almería. Febrero de 1937. Estaban esperando ayuda del gobierno republicano, pero como no llegaba, ante el empuje de las tropas fascistas emprenden la huida. Y aquello es una matanza, porque les bombardearon desde el aire con los aviones, y Queipo de Llano desde el mar también.  

La autora sitúa a las dos protagonistas, Isabel y Fernanda, coincidiendo en esta huida. A ellas junto a sus dos hijas, Azucena y Martina. Las dos mujeres no tienen la misma ideología, y no huyen por las mismas razones, pero aquí el azar hace que ellas, que ya se conocían, vuelvan a coincidir. Y aquí nacerá la amistad inquebrantable entre las dos niñas, sus hijas, que nos cuenta la novela.

Este es el tema principal de la novela, la amistad.  Y la supervivencia.

Los personajes principales de la historia son mujeres, porque además de estas cuatro protagonistas tendremos también a la abuela Ángela, que tendrá mucho peso en la historia. Son unos personajes muy creíbles, muy bien perfilados, con sus contradicciones y sus luces. Los personajes masculinos son más bien secundarios de la historia, aunque alguno de ellos nos dará una buena sorpresa.

Es una novela entretenida, no decae el ritmo. 
Está contada en primera persona por una de las protagonistas, cuya identidad se irá desvelando al transcurrir la historia. Aunque está intercalándose esa narración en primera persona, con otras voces, muchos testimonios reales (entre otros, los de un piloto italiano, un miliciano republicano, un arquitecto canadiense, un falangista del buque Canarias, otro anarquista republicano, una enfermera del Socorro Rojo Internacional, un jornalero, un militar profesional republicano, una presa de la cárcel de mujeres de Málaga), que ofrecerán una visión multiperspectivista de lo que cuenta, que, es mi opinión, ahonda en la riqueza literaria de la novela. 
Es también, dado el momento en el que se desarrolla la historia, una novela muy conmovedora, que narra algunos momentos muy duros de nuestra historia. Pero que se lee bien, como os decía es entretenida, es ágil, tiene un punto de misterio que se irá desvelando, y de paso nos recuerda un hecho histórico de nuestra guerra civil del que no se ha hablado demasiado, y fue una barbaridad.

No conocía a esta autora, no había leído nada de ella, pero no descarto repetir con ella. Además de transmitir con su prosa, ha escrito una novela muy ágil. 
#novela
#Málaga

lunes, 10 de agosto de 2020

Murales y Trampantojos. Estepona (Málaga)

"Día de pesca" de José Fernández Ríos

Casi es un Museo al Aire Libre. O sin casi.
Dicen que son más o menos 50 o 60 murales. No los conté. 
Solo los busqué, o no, solo los encontré sin querer, pero siempre los fotografié.
Murales que duran cinco fachadas, o dos o una. 
Homenajes a tantas cosas... Siempre coloristas, impresionantes, bellos.

Estepona  guarda un tesoro que se titula "Día de pesca" o "Regando el jardín" o de muchas formas más. Son tantos tesoros. Los hay para todos los gustos.

¿Cómo no querer llevármelos?
Traermelos a este Madrid que necesita agua y peces, colores y artistas.

Estepona. Verano 2020




"La huerta de Irene" de Encarna Hoyos

"Chorro Arts"

"Madre amorosa y la mirada de un niño" de Francisco Alarcón

"Almas de mar" de Blanca Larrauri

"Regando el jardín" José Fernández Ríos

martes, 4 de agosto de 2020

Ernesto Cardenal









Al perderte...

Al perderte yo a ti
Tu y yo hemos perdido:
Yo por que tú eras
Lo que yo más amaba
Y tú por que yo era
El que te amaba más.
Pero de nosotros dos
Tú pierdes más que yo:
Porque yo podré amar a otros
Como te amaba a ti,
Pero a ti no te amarán
Como te amaba yo.

Ao perder-te eu a ti
tu e eu teremos perdido.
Eu, porque tu eras
o que eu mais amava;
tu, porque era eu
que te amava mais.
Mas, de nós dois
tu perdes mais do que eu.
Porque eu poderei amar a outras
como amava a ti,
Mas a ti não te amarão mais
do que te amava eu!

   Ernesto Cardenal



sábado, 1 de agosto de 2020

Un balcón




Yo que había tenido un ventanal con unas vistas preciosas, me acostumbre a no tener ventana. 
Nos acostumbramos a todo, incluso a lo que imaginamos imposible.

Después, ni ventanal ni ventana, tuve un balcón.
Uno por el que entraba el aire y hacía bailar hasta a las cortinas, uno por el que entraba un sol que me daba los buenos días, acariciando con sus rayos la mesa en la que trabajaba.

No hay que acostumbrarse a nada, ni a lo que imáginábamos imposible, ni a lo que nos hace más gratos los días. 

A nada.

El ventanal, la pared rasa, el balcón, está en nuestro interior. Ahí solo.

Como todo.




martes, 28 de julio de 2020

"Verdugos" de Esteban Navarro. Reseña Literaria




El penúltimo libro que me he leído ha sido "Verdugos" de Esteban Navarro.

Nos dice el argumento: "En 1952, las hermanas Encarnación y Matilde Silva Montero fueron asesinadas en el interior del estanco que regentaban en la ciudad de Sevilla. La policía no tarda en detener a los tres autores: Juan Vázquez, Antonio Pérez y Francisco Castro, siendo condenados a pena de muerte mediante garrote vil. El verdugo, Bernardo Sánchez Bascuñana, coincide unas semanas después de la ejecución con un amigo suyo, un guardia civil jubilado, y le cuenta una terrible verdad: los acusados eran inocentes. El guardia civil decide iniciar una investigación por su cuenta para hallar a los verdaderos culpables del doble crimen."


Pues ha sido entretenido. No ha sido tan adictivo como prometía la reseña que había leído, pero bueno entretenido sí. Está estructurado en capítulos cortos y es ágil, se lee bien.

Lo que me ha gustado ha sido esa mezcla que tiene el libro entre hechos históricos que han sido reales, como el asesinato de las dos estanqueras en el año 1952 o que aparezcan las figura de Jarabo, el célebre asesino, o de Salvador Puig Antich, el jóven anarquista que fue el último ejecutado en el año 1974 en nuestro país por el garrote vil. Esa mezcla que tiene el libro entre los hechos históricos y la ficción, me ha resultado curiosa y me ha recordado hechos que sabía y no recordaba o que simplemente desconocía.

También, creo que está bien ambientado el ambiente franquista, los años cincuenta se reflejan bien en las costumbres, las marcas de las cosas...

Pero mediada la novela ya sabes qué ocurrió con el asesinato con el que comienza la novela, y el autor empieza ha dilucidar las semejanzas y diferencias entre ser verdugo y víctima, eso quizá te pueda hacer perder un poco el interés, o al menos creo que eso me ha ocurrido a mí. Aunque por otra parte, he seguido la lectura y bueno no ha estado mal, he estado entretenida, aunque no es la novela negra que yo pensaba que iba a ser.



#Reseña
#Novela



domingo, 26 de julio de 2020

Verano. Es tiempo de...



Es tiempo de:

pasear por la orilla del mar, tener los pies morenos, leer, leer, leer, viajar, trasnochar en una terracita, cazar faros, vestirse rápido, desvestirse aún más rápido, secarse al sol despacio, escuchar a las chicharras, hacer la maleta, no mirar el reloj,ir con chanclas, disfrutar del aire en la cara, oler a bronceador, leer, leer, leer, conocer pueblos nuevos, deleitarse con otras comidas, cambiarse de ropa varias veces al día, leer, leer, leer, ver la tele hasta las mil, desayunar sentados, oler las arizónicas, volver a viajar, pintarse las uñas de los pies, olvidar el secador, escuchar música, conocer gente, leer, leer, leer, echarse la siesta, oler el cloro de la piscina, comer helados, llevar el pelo más claro, tener la piel más oscura, ver atardecer sobre el mar, tomar horchata, leer, leer, leer, tener calor, llevar gafas de sol, no poner el despertador, hacer planes al aire libre, perderse por lugares desconocidos, comer gazpacho, hacer kilómetros, hacer aguadillas, quitarse la arena de los pies, desmemoriarse, conversar sin hora, subirse a los columpios, usar la mochila, enamorarse, leer, leer, leer, descubrir, volar, soñar,

hacer lo que nos de la gana.


#Verano