Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

lunes, 8 de julio de 2019

"Hacerse el sueco" o Vicky el Vikingo o la vida misma


Espero que no pensaráis que me había olvidado de vosotros, que no. Ni eso ni que me estaba "haciendo la sueca" con nuestras cosas del blog... que tampoco.

Porque no, para nada. Palabra. 

Es solo que he estado un poquito lejos, haciendo justamente eso "la sueca".

Que noooooo, que tampoco, no me he hecho la sueca, pero sí que he estado viajando y viajando y viajando hasta llegar a ¡Suecia! Y tengo muchas cosas que contaros de allí, muchas bibliotecas que traeros, caminatas literarias, murales y un montón de esas cosas que nos gusta compartir.

Pero mientras tanto... Vamos a empezar por la expresión ¡Hacerse el sueco! y nunca mejor dicho.

Leo por aquí y por allí distintos orígenes de nuestra expresión. 

Uno de los más extendidos dice que dicha expresión no viene de los habitantes de Suecia, sino que viene de la palabra latina "soccus", que era una especie de pantufla, un calzado que llevaban las mujeres y los cómicos del antiguo teatro romano. En contraposición al que  los trágicos llevaban: "coturnos".

Pero lo que nos interesa es que de esa misma palabra derivarían otras palabras como zueco, zocato o zoquete que es un tarugo de madera. 

 Zoquete
  1. m. Pedazo de madera corto y grueso.
  2. Pedazo de pan grueso e irregular:
    guardo los zoquetes para hacer pan rallado.
  3. Persona torpe e ignorante:
    no aprobará nunca porque es un zoquete. También adj.
Luego gracias a la tercera acepción, decimos que es un zoquete, un tarugo, al hombre torpe y obtuso... De ahí vendría la expresión "hacerse el sueco", hacerse el obtuso, el tonto, el que no entiende...

Eso dice una de las explicaciones a esta frase hecha.

Mientras que para otros linguistas "hacerse el sueco" vendría de los tiempos en que los marineros suecos, marineros que de verdad venían de la lejana Suecia, atracaban en nuestros puertos, y aprovechaban que no entendían bien nuestro idioma, para desentenderse también de lo que entendían pero no les convenía saber... Con lo que se hicieron merecedores de la expresión. Vamos que se "hacían los suecos".

Hay quien opina también que dicha frase es la versión española de la frase francesa “Faire la sourde oreille” (Hacer oídos sordos). Su origen vendría de los intentos fallidos de Napoleón en negociar con un diplomático sueco, que fingía no entenderle para así no acceder a lo que el francés le pedía.


El caso es que ya hace un tiempito que usamos esa frase puesto que parece ser que la RAE asegura que fue utilizada por primera vez en un texto escrito en 1841 en la obra de teatro 'Dios los cría y ellos se juntan' de Manuel Bretón de los Herreros. 




Y por último me vais a permitir, como unas cosas me llevan a otras y será porque la cabeza no deja de hacer asociaciones libres, o porque a Suecia la llevo dentro desde ni me acuerdo, que os deje una de mis sintonías preferidas desde hace muuuuuchos años:





Todo ésto para deciros que ya ando por aquí otra vez, cerquita de mi blog, y por tanto de vosotros. Y prometo solemnemente volver muy pronto a compartir "estas cosillas nuestras del lenguaje, de Madrid y la cultura" con más asiduidad.



#Hacerse el sueco
#Frases hechas
#Vicky el Vikingo  

miércoles, 3 de julio de 2019

Placas de autores por Chamberi: Manuel Machado y Carmen de Burgos



Algunos días, para espantar la desmemoria, recordar la literatura que nos enseñaron un día y fijar esas coordenadas suyas, que ahora eran las nuestras, nos echábamos a la calle buscando las señas de los escritores que nos precedieron.



Por Chamberí nos encontramos la casa donde habitó Manuel Machado. Vivió en la calle Churruca, y en esta casa, 30 años, desde 1917 hasta su muerte en 1947.

Manuel Machado escribió varios libros de poemas y también dos obras de teatro con su hermano Antonio, entre ellas "La Lola se va a los puertos".

Fue director del cercano Museo, ahora Museo de la Historia de Madrid, y también trabajó en la Biblioteca Municipal de la calle Fuencarras. Fue columnista de El Liberal y fundó varias revistas.









Y muy cerca, a pocas calles, está la casa donde vivió Carmen de Burgos, o Colombine cómo se hacía llamar. En la calle Nicasio Gallego núm. 1 vivió esta mujer luchadora por la igualdad de la mujer y primera periodista española profesional.

Nació en 1867 y se casó joven en Rodalquilar (Almería) pero no fue nada feliz con un marido mujeriego y alcohólico. Con su pequeña (la única que le sobrevivió de cuatro) consiguió venir a vivir a Madrid, después de estudiar Magisterio y mientras trabaja de profesora, empezó a escribir en varios periódicos de la época todo tipo de columnas, desde domésticas hasta reivindicativas de los derechos de la mujer. Escribía como Colombine. 

Vivió muchos años con Ramón Gómez de la Serna, hasta que éste, bastantes años más jóven, tuvo una historia sentimental con su hija que apenas duró un mes. Sin embargo fue suficiente para que se rompiera la pareja aunque ellos siguieron siendo buenos amigos. 

En esta casa vivió desde el año 1926 hasta 1932 que murió de repente después de sentirse mal en una tertulia del Círculo Radical Socialista.

Ya os la he recomendado, pero os recuerdo que se podéis vayais a ver la obra de teatro "Tardes con Colombine" en la sala Nueve Norte de Madrid.




#Chamberí (Madrid) y sus escritores
#Manuel Machado
#Carmen de Burgos
#Casas de escritores
#Madrid

domingo, 30 de junio de 2019

Letraherido, la palabra


«Te escribo desde la oficina, mientras en torno cantan el vals de los ventiladores. Realmente no es éste clima para letraheridos: mi cabeza pierde filo y mi caligrafía lleva camino de convertirse en algo infantil». 
Extracto de una carta de Gil de Biedma a Carlos Barral.



https://cvc.cervantes.es/el_rinconete/anteriores/junio_17/09062017_01.htm




Letraherido:

Es un calco del término catalán lletraferit. El Diccionario de uso del español, de Seco, Andrés y Ramos, lo recoge con el significado de ‘aficionado a las letras o a la lectura’.


Cómo me gusta esta palabra.










viernes, 28 de junio de 2019

La literatura y el humor...


No lo puedo evitar...

Me encantan estos chistes literarios, ortográficos, cómo queráis llamarlos.









martes, 25 de junio de 2019

Los murales de Villajoyosa


Nos hablaron de sus casas pintadas
nos hablaron de su fábrica de chocolate, 
hablaron hasta de su amplia playa y 
aquel primer faro que desapareció.

Pero nadie nos habló de sus murales. 
Nadie.
Y allí estaban.
Como recién pintados.
              Esperándonos.

Villajoyosa. Junio 2019







#Murales y trampantojos
#Villajoyosa
#Alicante

viernes, 21 de junio de 2019

"El guardián de los secretos" de Óscar Hernández Campano




Tenía pendiente hablaros de la última novela que he leído: "El guardián de los secretos" de Óscar Hernández Campano. 

Una novela de la que no había oído hablar y que llegó a mí por casualidad pero que me ha parecido muy entretenida. 

Está ambientada tanto en Madrid como en Peñíscola. Temporalmente también se rompe a menudo la linealidad de la historia puesto que la acción salta del Madrid actual a sesenta años atrás para situarnos en la Peñíscola de la Guerra Civil. Los saltos espaciales y temporales imprimen ritmo a la narración.

El tema es el amor entre personas, independientemente del sexo que tengan. Pero también toca nuestra historia, la sociedad española durante la II República, la Guerra Civil, los desaparecidos, el Franquismo. También la culpa y hasta la magia.

El argumento lo podríamos sintetizar contando que un viejo escritor llamado Miguel, contacta con Enara, una jóven enfermera, para que le ayude en sus últimos días. Enara descubre que el escritor está trabajando en lo que será su última novela: Una autobiografia donde habla de su juventud como hijo de un alto cargo de la República, al que envian a Peñíscola para mantenerlo a salvo de la guerra. Allí en el pueblo costero, el jóven Miguel, conocerá a su primer amor. 

Creo que es una novela que está muy bien ambientada, nos podemos sentir tan cerca del mar como sus protagonistas cuando navegan o nadan, como horrorizados dentro de una casa que están bombardeando en ese momento. El autor ha sabido reflejar muy bien las coordenadas de la historia, la ambientación como os decía de los lugares en los que se desarrolla. Está llena de pequeños detalles que se huelen, se escuchan. 

Para trasladarnos del presente al pasado, el autor se ha valido también del cambio de narrador, de la primera persona o la tercera. La primera persona te acerca más al personaje, y le ha venido muy bien para las memorias de Miguel, para que empatizáramos más con el personaje principal. 

Además de ser entretenida, es emocionante. Está impregnada de sentimiento. Es intimista.

No sé si habrá influido que la he leído mientras estaba pasando unos días en Levante, pero a mí me ha parecido que está tan lograda su ambientación como bien definidos los personajes. Son personajes que te caen bien o regular, que te llegan, te los crees, sientes cómo se mueven.

Es una novela que quizás sea en muchos momentos previsible, pero a mí me ha tenido atrapada, me ha entretenido bastante y la he disfrutado.




#Oscar Hernández Campano
#Novela
#El guardián de los secretos

martes, 18 de junio de 2019

Desde donde los Faros miran: Faro de L`Albir.


 


Mis compinches y yo hicimos los cinco kilómetros deprisa, muy deprisa, anochecía.

El camino asfaltado, casi llano, nos conducía sin pérdida hasta el extremo de Punta Bombarda, hasta el Faro de L`Albir.

Ese Faro que lleva allí desde 1863. Muy cerca de dónde estuvo la Torre Bombarda, una torre de vigilancia del siglo XVII que se contruyó para avisar de los ataques de los piratas berberiscos.​ 

Y allí estábamos.  Pisando un trozo de historia.

Y caminar, mientras el aire te da en la cara. 
Y sonreír, mientras vas alcanzando el Faro. 

Porque no hay mejor forma de escapar de la ciudad, de la rutina, del reloj, de todo, que asomarse al océano desde el mejor lugar del mundo:

Desde donde los Faros miran. 





#Faros
#Faro de L`Albir.
#Faros de Alicante