Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

viernes, 19 de junio de 2015

Siete casas vacías de Samanta Schweblin



 
Terminé de leer el libro de relatos "Siete casas vacías" de Samanta Schweblin. Libro ganador del IV Premio de Narraciones Cortas Ribera de Duero y una de mis adquisiciones de la Feria del Libro.

La verdad es que me lo he leído muy rápido. Son siete relatos, uno de ellos más largo, pero los demás más cortos y se leen volando. 

El tema de éstos relatos es de alguna manera "la locura". Aunque como ella decía cuando la escuché presentar el libro "la locura" no es mas que es una etiqueta que ponemos al hacer un promedio entre dos extremos... Entonces quizá el tema sea esa normalidad "rara" que te empuja a coger un invisible bisturí y diseccionar tu alrededor.

La estructura del libro, como ya os decía, son siete relatos, que ocupan cada una de esas casas vacías. Hay seis más cortos, de los cuales uno no estaba inicialmente en el libro sino que ha sido añadido durante el proceso de edición, y que fue el ganador del Premio Juan Rulfo de Francia. Y en la parte central hay un relato más largo. Son relatos de casas sí, pero también de cajas, de mudanzas, de situaciones familiares de incomunicación, de desasosiego.

La prosa de la autora es una buena prosa, sobria, cuidada, con muchos modismos argentinos. A mí me gustan esos modismos, le dan un toque distinto, casi exótico. Y como os decía es sobria, apenas hay adjetivos, y te envuelve en un clima de inquietud porque la atmósfera se hace un poco opresiva, cuando no claustrofóbica.

Los personajes son personas "extrañadas" con su entorno. Personas obsesivas, que analizan sus relaciones con sus seres queridos, o cercanos, o simplemente con quién les toca relacionarse. Son personas que tienen conflictos con sus vecinos, con sus familiares, con su mundo. Personajes desnortados, a la deriva...

A mí no me ha encantado este libro. Reconozco que está bien escrito, pero encuentro un poco "fría" la prosa que tiene. No llega a conmoverme. Y a mí me gusta la literatura que me conmueve.

De los siete relatos hay tres que sí que me han gustado bastante sobre todo por la situación que plantean, que me ha parecido original, y por la forma por parte de la autora de conducir la trama. Me estoy refiriendo al primer relato "Nada de todo ésto" donde los personajes son una madre y una hija que se dedican a un "peculiar" entretenimiento por parte de la madre y al que empuja desde niña a su hija. Este relato tiene un cierto humor un poco ácido. No quiero contaros más porque os destripo el relato. También me ha gustado mucho "Mis padres y mis hijos" donde los abuelos y los nietos se hacen cómplices de pronto en una situación que me hace mucha gracia a mí como lectora, y ninguna, en cambio, a la madre de las criaturas. Y por último también me ha gustado mucho el de la niña y sus  bragas, que fue el que ganó el Premio Rulfo. Yo creo que éste es el que más me ha gustado de todos.

Sin embargo los otros cuatro me han gustado bastante menos. Me agobiaban un poco, sobre todo el más largo de ellos.

Tengo una opinión un poco desigual para con este libro, de pronto me gustaba mucho, y sin embargo en otros relatos ya no me gustaba tanto. 



Samanta Schweblin es conocida por haberse llevado a casa reconocimientos como el primer premio del Fondo Nacional de las Artes de Argentina en 2001, el Premio Casa de las Américas de Cuba en 2008 o el Premio Internacional de Cuento Juan Rulfo de Francia en 2012.

 

Siete casas vacías

Editorial Páginas de Espuma
Colección Voces Literatura, Número 213
Fecha de edición mayo 2015 · Edición nº 1

Idioma español

EAN 9788483931851
128 páginas
Libro Dimensiones 150 mm x 240 mm

jueves, 18 de junio de 2015

La Biblioteca Pública de Guadalajara


Hoy os quiero dejar con otra entrada dedicada a las Bibliotecas.

Llevo semanas para recordar aquí con vosotros este lugar tan precioso. Porque un año más he tenido la suerte de poder visitar la preciosa Biblioteca Pública de Guadalajara. Es una de las bibliotecas más bonitas que he visitado. Desde hace ocho años celebramos un encuentro entre la tertulia poética Fernando Borlán que se reune allí y la tertulia literaria a la que yo pertenezco.

Esta primavera ha sido nuestro último encuentro y quería dejar constancia de nuevo de este lugar de Guadalajara que merece tanto la pena.



martes, 16 de junio de 2015

"El alma del mundo" de Alejandro Palomas


 “No hay mejor música que la de un corazón afinado. Solo entonces suena el alma del mundo.”


Terminé ya de leer "El alma del mundo" de Alejandro Palomas. 

Es el segundo libro que leo de este autor, el primero fue "El tiempo que nos une" y me había gustado mucho y éste, la verdad, es que también.

Es un autor del que me gusta mucho su prosa cuidada y sentimental. Y tiene también algunos diálogos muy buenos. 

Pero vamos por partes.

El argumento nos cuenta que Otto Stephens y Clea Ross ingresan al mismo tiempo en una residencia para ancianos ricos. Y ambos solicitan que les cuide la misma cuidadora: Ilona, una mujer de unos cuarenta años, hungara, a quién no hace mucho tiempo que se le murió su madre.

Durante tres meses al mismo tiempo que sus vidan se van entrelazando vamos conociendo a nuestros tres personajes principales.

El tema del libro es la soledad sí, pero también las nuevas oportunidades, la esperanza. Y sobre todo aborda la amistad.

Los personajes de Alejandro Palomas siempre me gustan, son tan poliédricos como las personas de carne y hueso. Además en ambas novelas, al menos uno de los personajes, tiene mucho sentido del humor, en este caso Clea que por otro lado se muestra implacable cuando algo no le gusta. Están bien perfilados estos personajes. Se distinguen por un mundo interior muy rico, por ser muy sentimentales y están tan bien escritos que esos sentimientos se transmiten. Son personajes más caracterizados por su mundo interior que por su apariencia física o sus gestos, pero éstos también están presentes. Sus caracterizaciones son completas, verdaderos retratos, porque en literatura cuando la descripción del personaje es física (prosopografía) pero también moral (etopeya) se etiqueta como "retrato".

"Desde la ventana, Rocío leyó en la espalda de Ilona y en la nube que la blanqueaba que aquel cuerpo ocultaba algo, que la que miraba el mar desde abajo era una mujer hecha de capas de cosas no dichas y no compartidas que había aparecido para cambiar algo, porque seguramente algo cambiaba siempre allí donde llegaba. Leyó durante unos segundos entre esos dos hombros una marea de palabras, de gestos y de dudas enmarcados por una extraña plenitud que la puso sobre aviso y que encendió en ella una pequeña luz de alarma. Había demasiadas cosas en el gesto de aquella espalda, demasiadas cosas por resolver".

 
Los personajes de la obra son cuatro. Los tres que ya hemos dicho: Otto (un anciano seductor, encantador y caballeroso) y Clea (una violonchelista que en su juventud que abandonó su carrera por su matrimonio y que tiene un humor mordaz) ambos muy ancianos, e Ilona (una hungara que vivió en su infancia el terror soviético) que es su cuidadora. También está Rocío, la Directora de la Residencia, aunque su papel es menos importante que el de los otros tres. 

“Y si quieres abrazos, atrévete a pedirlos. Y si te abrazan mal, atrévete a huir. No hay nada más triste que una vida arrepentida, hija, ni nada más pobre que una muerte quieta.”

En cuánto a su prosa es cuidada, sencilla pero rica, casi lírica. Es de fácil lectura aunque los temas que trata son profundos. Está muy salpicada de diálogos, y cómo os decía antes, hay diálogos muy bien escritos, de una naturalidad muy conseguida. Por otro lado la historia va avanzando sin que pierdas el interés por la vida de esos personajes. Es entretenido y ameno y te encariñas con ellos. 

En cuánto a la estructura tiene un giro casi al final de la historia que está logrado, porque aunque yo lo imaginé antes del desenlace, la verdad es que me tuvo mucho tiempo engañada.

Me gustan las novelas de Alejandro Palomas.



– ¿Sabe usted por qué firmé el contrato, señora Ross?

Clea se encogió de hombros y sus dedos apretaron el cuero de la correa. No hubo respuesta, solo espera. Una gaviota chilló en el aire, quizá avisando. Luego, silencio.

– Porque vi líneas en blanco entre las que me envió, señora Ross – dijo Otto Stephens, rompiendo el silencio – . Una melodía extraña como el canto de un chelo cuando el chelo tiene cuerpo y el aire se llena de frases que despiertan cosas no siempre hermosas, aunque reales. Llámeme loco, si quiere, pero yo oí esa melodía y sigo oyéndola todavía cuando comparto esos paseos con usted. Está ahí, en lo que usted es y en lo que intuyo que ha sido. “Suena un chelo”, pensé mientras leía, “y yo quiero un poco de esa música en esto que es ahora mi vida”. – Guardó un instante de silencio y después añadió con un pequeño suspiro – : Por eso firmé, señora Ross. Por eso estoy aquí.

Sobre el blanco de la grava, Clea curvó la espalda unos milímetros hacia delante y durante una décima de segundo, sus dedos huesudos se posaron con delicadeza en la nuca desnuda, frotando la piel. Luego la mano desapareció y volvió a erguir la espalda. Rita se levantó del suelo y echó a caminar alegremente, tensando de nuevo la correa un par de metros por delante de su dueña.

– Le espero esta noche en el cenador, señor Stephens – dijo Clea en un murmullo antes de reemprender la marcha – A las nueve. No me falle.

domingo, 14 de junio de 2015

Clara Obligado, Nuria Barrios y Samanta Schweblin




El sábado 6 de junio, que estuve visitando la 74 Feria del Libro de Madrid, me acerqué hasta la caseta de la Editorial Páginas de Espuma a comprarme algún libro de varios relatistas que tenía anotados. La Editorial Páginas de Espuma es especialista desde hace quince años en publicar a cuentistas.

Cuando llegué allí me apetecía comprarme varios de ellos ¿¡Cómo no!? Pero claro hay que elegir, al final siempre hay que elegir...

Finalmente me decanté por "Ocho centímetros" de Nuria Barrios y "Siete casas vacías" de Samanta Schweblin. 

Y tuve la suerte de escuchar por megafonía que justo esas autoras junto a Clara Obligado tenían un "Encuentro con los lectores en el Pabellón de Actividades". Qué casualidad que justo yo fuera ese día y que justo me hubiera comprado dos de los libros del Encuentro. Así que para allá que me fui.

Me gustó mucho. Clara Obligado, a quién conozco de oídas por sus talleres de creación literaria y a la que tengo muchas ganas de leer, me pareció una persona de lo más amena y distendida hablando. Eso me afianzó aún más en las ganas de leerme sus dos últimos libros de relato que tengo en mi lista de libros pendientes.

Y también estuve escuchando hablar de sus propios libros de relatos a Nuria Barrios (de quién había oído hablar por sus anteriores libros en el programa de radio El Ojo crítico) y Samanta Schweblin (una relatista argentina de quién no sabía nada pero que con este libro acaba de ganar el IV Premio Internacional de Narrativa Breve Ribera del Duero, uno de los mejores certámenes de relatos que existen).

Os quería dejar con algunos momentos del Encuentro que me pareció muy interesante y muy entretenido. Las tres autoras, cada una de una generación, hablaban de sus obras y de la creación literaria. Estuvo muy bien, sobre todo para los que escribimos.












sábado, 13 de junio de 2015

74 Feria del Libro de Madrid - Estampas variadas


Me gustaba dedicarle un par de entradas a la Feria del Libro de Madrid. Ya vamos por la 74... Y es toda una fiesta para los lectores. Es primavera y el Retiro está precioso de flores, aunque este año se nos haya echado encima el verano mucho antes del "40 de mayo" y después las tormentas casi nos inunden...

Aquí debajo tenemos los típicos WC para los lectores y las lectoras... ¡Muy importantes! Y cómo siempre el de las chicas con cola... Eso no tiene remedio.




 Y no me ha salido muy bien la foto, pero se trataba de reflejar las colas de lectores bajo el sol impenitente de una mañana de sábado a 30 grados... Pica el sol y lo que no es el sol. Este año muchas de las colas estaban dirigidas hacia la parte de atrás de las casetas donde por lo menos había sombra bajo los enormes magnolios...




 La foto de arriba es una de las que varias que componían en el Pabellón de Actividades una exposición sobre Drácula.



El sábado pasado, 6 de junio de 2015, estaban firmando entre otros: Antonio Muñoz Molina, Rosa Montero, Luis Eduardo Aute, Lorenzo Silva, Almudena Grandes, Javier Urra, Marta Rivera de la Cruz, José Luis Garci, Clara Obligado, Samanta Schweblin, Nuria Barrios (a la presentacion de los libros de estas tres últimas autoras tuve la suerte de asistir y es la foto de debajo)... Porque en la Feria hay muchas actividades: Presentaciones de libros, talleres, coloquios, cuenta cuentos, encuentros con autores, actividades infantiles...

 
Y para esas actividades además de la Biblioteca Pública Eugenio Trías, la que está dentro del Retiro, y la Casa de Vacas, están habilitados varios Pabellones como el de la foto de debajo y el de la de encima. El Pabellón de Actividades Feria del Libro de Madrid (el de arriba), el Pabellón Samsung, el Pabellón Infantil Corazones de Papel, la Jaima de Firmas...




 Y por último una foto para la exposición que siempre hay acompañando a las casetas. Este año se titula "Un mundo de Montañas".

Y poco más, nos queda un fin de semana de Feria del Libro en Madrid, todavía estáis a tiempo de daros por allí más de un paseo... ¡No lo olvidéis! La Feria termina el 14 de Junio.



jueves, 11 de junio de 2015

"Despedirse a la francesa" Origen de la expresión




Hoy vamos a hablar de la expresión "Despedirse a la francesa".

Ya sabéis que normalmente utilizamos esta expresión para decir que alguien se ha ido sin despedirse. Es una paradoja, utilizamos "despedir" cuando alguien no se despide.

¿Pero por qué "a la francesa"? ¿Cual es el origen de ésta expresión?


Bueno pues después de consultar por aquí o por allí parece ser que hay unidad en afirmar que procede del siglo XVIII de la moda que se impuso en Francia, y dentro de la alta sociedad, de tener que irse sin despedirse de nadie, ni tan siquiera de los anfitriones. De hecho lo que era de mala educación entonces era justamente saludar a la hora de irse.  Por eso se acuñó la frase "sans adieu" (sin adios).

Y de ahí nos viene a nosotros esa frase hecha, con su sentido peyorativo de censurar esa práctica cuando la buena educación nos dice que hay que despedirse antes de abandonar una velada o reunión.

Esa moda de la Francia del siglo XVIII también pasó para ellos. Y se volvió a la buena constumbre de sí despedirse a la hora de dejar la reunión.

Pero es también paradójico que en Francia haya una expresión que indique justo lo mismo que para nosotros la que alude a ellos "Despedirse a la francesa". Los franceses para censurar que alguien se ha ido sin decir adiós, en cambio, dicen "Filer à l´anglaise": Despedirse a la inglesa...


Es lo que tienen las fronteras...Es curioso ¿verdad?

martes, 9 de junio de 2015

"Como comportarse en la Feria del Libro" Artículo de Carolina G. Miranda



Os dejo con un artículo sobre la Feria del Libro que me ha gustado, me hizo sonreír. 
A ver que os parece...

Por cierto, me gusta también mucho el cartel de este año de la Feria de Fernando Vicente (Madrid, 1963):  “Gráficamente sencillo, representa –en sus palabras– el flechazo que recibimos cuando la lectura nos atrapa y llegamos a pensar del libro que tenemos en la mano que alguien lo escribió para nosotros”.

El lema de esta septuagésimo cuarta edición es “El amor está en lo que tendemos / (puentes, palabras)”. Los dos versos iniciales de uno de los poemas incluidos en el poemario Breve son de José Ángel Valente, a quien así recordamos en el quince aniversario de su muerte.

Bueno os dejo ya con el artículo en cuestión.

Cómo comportarse en la Feria del Libro

Texto:  Carolina G. Miranda
Del 29 de mayo al 14 de junio, Madrid y su querido Parque de El Retiro viven el acontecimiento literario popular más esperado del año. Pero la Feria del Libro no es cualquier cosa: hay ciertas normas de comportamiento y urbanidad que no podemos dejar pasar.
Publicado el 29.05.2015
 

CUÁNDO IR
1) Elije bien la fecha: la feria tienes tres fines de semana. El primero y el último suelen estar de bote en bote. En realidad, los tres está de bote en bote y la gente de bien va entre semana (muuucho más tranquilo). Si puedes, permítetelo.
2) Los fines de semana hay muchas actividades y firmas, sí, pero entre semana también y, repetimos: disfrutarás de un paseo más relajado (luego no digas que no te avisamos).

QUÉ PONERSE
3) Ve bien equipado: agua, gorra, calzado cómodo y ropa fresca. Los hay que salen de allí torrados porque entre tanta lectura uno no se da cuenta de que en esta fecha ya pega.
4) Una cantimplora, pañuelo al cuello, botas de trecking y gorra es un uniforme apto para quienes se sienten guerrilleros de la cultura.
5) Aunque lo suyo es ir arreglado pero informal, con aires de intelectual, pero con sencillez. Sin pedantería, por favor. Con unas gafas de pasta y una camisa de cuadros bastará.
6/ Sabemos que quieres resultar efectista pero recuerda que hará calor.
7) Lleva dinero en efectivo a ser posible. Aunque casi todas las casetas aceptan tarjeta, sé un buen ciudadano y ahórrale al librero la comisión del banco, que ya que hacen descuento...
8) ABANICO que no falte. Si se te olvida, te comportarás como una señora empujando a coger uno de esos que reparten gratuitamente. Y puede quedar feo.

DATOS BÁSICOS


9) 
Para no andar dando tumbos y recorriendo hacia el lado opuesto del que te gusta, o llegar tarde a todas las actividades, una buena idea es leerse el programa.
 
10) Horario: como madrileño de pro que eresdas por hecho que a mediodía está abierta. Error. No vayas a mediodía creyéndote el más listo porque no habrá nadie. Efectivamente, no lo habrá y estará todo cerrado. 
Mira bien el horario para que no te pase esto.
 
11) Las editoriales pequeñas y las más jóvenes tienen allí a sus propios editores, nadie mejor que ellos para aconsejarte, recomendarte un título o hablarte de lo divino y de lo humano (pasan allí todo el día, agradecerán tu conversación y tú la suya).
12) Eso sí, procura no confundir al editor o librero con el escritor y preguntarle al pobre cuánto cuesta un libro que quizás ni siquiera es el suyo.
13) Pero pregunta a los autores tranquilamente sobre lo que quieras, están allí deseando encontrarse con sus lectores más allá de la firma.
14) Casetas: como en todo en la vida, hay categorías. Hay casetas para el gran público (librerías que te lo ponen fácily aglutinan best sellers, libros de cocina, etc.), casetas hipster (editoriales pequeñas y modernosas), casetas familiares (libros infantiles), casetas para concienciados (con libros de política, autoayuda..), y casetas que no le importan a nadie (¿alguien compra en las de los ministerios, por favor?).
15) Las casetas al sol también merecen ser visitadas, bastante mala suerte han tenido ya con que les toque el lado malo. Hay una excepción: las de los ministerios. No le importan a nadie.
 
Hay toda clase de libreros.


ACTITUD
16) No te quejes a los cinco minutos de que está lleno, ni del calor, ni de cuánta gente hay. Sonríe, que esto es la fiesta de la cultura
17) Señoras. Señoras que vienen a pasar la tarde a la feria sin otra intención que pasear. Ten compasión. Un día serás una de ellas. 
18) No te entretengas en exceso mirando si notas que te empujan por detrás. Si querías algo más relajado, haber ido entre semana.
19) No empujes (aunque te hayan empujado a ti). Es feo.
20) Si te decides a hacer colas, hazlas con elegancia, sin cara de “esto con la nueva alcaldesa no volverá a pasar”, porque sí: volverá a pasar.
21) Autores modernos: pon cara de que los conoces, puedes decir “ah, pues este título justo no lo he leído”.
22) No le quites la mirada al autor solitario, ese al que nadie le pide firmas. Tampoco le preguntes por el libro de otro. Piensa que siente un poco de pudor por estar tan expuesto, envidia por los que arrasan en la caseta de al lado, y que tiene mucho calor. Si no le vas a comprar, al menos sonríele.
23) Otra opción para no contribuir a hacer el mal es pasar en otro momento si el libro del menos famoso no te interesa.
Puedes encontrarte de todo.

24) Preguntar directamente a los libreros si es verdad que la feria es un poco un club privado y que quien no puede pagar el stand no está puede resultar un poco agresivo.
25) Mira el mapa, ya que si es fin de semana y consigues llegar a un extremo entre la marea humana y descubres que sólo están las casetas de los ministerios, cuando tú buscabas la de aquella editorial nueva de la que te han hablado, te enfadarás y gritarás que te parece que no sirven para nada. Y la feria es un lugar de buen rollo. No están bien vistos los escándalos.
26) Llevar un libro de casa (y no comprarlo) para que te lo firme tu autor favorito está mal visto.
27) Sacarse una foto con él, también (en la cola detrás de ti alguien esbozará una sonrisa malévola). Además, al llegar a casa, el careto del autor te disuadirá de que no le estaba haciendo gracia.
28) Un selfie con el autor sí que no.
29) Si no tienes dinero, puedes llevar libros desde casa y posturear para que parezca que has comprado un montón.
30) Si un periodista viene a preguntarte por cómo va la feria, seas librero, editor, autor o visitante, trata de ser original y (te lo pedimos por favor) no hables del buen o mal tiempo o de la cacareada remontada tras la crisis.
Haz las colas con elegancia.


LA HORA DEL DESCANSO
31) Tendrás que luchar por un hueco en su terraza como si estuvieras en hora punta en Malasaña.
32) Con frecuencia se montan picnics en las praderas cercanas, suma a la experiencia una buena comilona y un rato de descanso fresquito y muy apetecible. Coge una cesta y apúntate tú también.
33) Si prefieres bares y si tu bolsillo no anda muy lleno, prueba con las terrazas que lindan con el parque. Mucho más baratas.

NIÑOS
34) Déjales que miren los libros de superhéroes. No les metas por los ojos los libros que quieres que les gusten. Sé un padre respetuoso (al menos aquí, que hay público).
35) Si te pones nervioso porque los niños se van corriendo y se pierden entre el tumulto, haberlo pensando antes. ¿Dónde creías que ibas? (idea para relajarte: escríbeles con boli tu número de teléfono en un brazo).
36) Acéptalo: hoy te olvidas de la comida sana y la fruta, (además de uno o varios libros) tendrás que comprarles un helado, chucherías, o un globo, o algún merchandising de los espabilados que vienen a la feria y no son libreros. Es algo así como el impuesto revolucionario que hay que pagar por ir con niños.