Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

miércoles, 20 de mayo de 2015

Casas de los escritores


Ya sabéis que me gusta mucho cuando paseando por Madrid encuentro las huellas de los escritores que nos precedieron. 

El otro día en la calle Velazquez me encontré con la casa donde vivieron y murieron los hermanos Alvarez Quintero. Serafín Álvarez Quintero (Utrera, 1871 - Madrid, 1938) y Joaquín Álvarez Quintero (Utrera, 1873 - Madrid, 1944) fueron narradores, poetas, periodistas pero sobre todo se les conoce por ser los dramaturgos de principios del XX famosos por sus obras en el llamado "género chico". Sainetes y comedias ingeniosas que transmitían una visión amable de la vida.







Ya en el Paseo de Recoletos encontramos la casa donde estaba la editorial que publicó la primera edición de Platero y yo. En otras entradas de este blog ya hemos dedicado un espacio a las casas de Juan Ramón Jiménez en Madrid y fuera de Madrid. Os voy a pegar el enlace por si queréis recordarlas, ya tenemos un buen montoncito de entradas con Casas de los escritores:

http://rociodiazgomez.blogspot.com.es/search/label/Las%20casas%20de%20los%20escritores






Y por último volvemos a la dramaturgia porque también en la calle Velazquez, encontramos la casa donde vivió Pedro Muñoz Seca (Puerto de Santa María, 1881 - Paracuellos del Jarama, 1936).  

Pedro Muñoz Seca fue profesor en Madrid de latín, griego y hebrero y se hizo famoso como dramaturgo de principios del siglo XX. Es de la misma época que los hermanos Alvarez Quintero de los que hablábamos al princpio de esta entrada. Fue muy famoso por el humor de sus composiciones. En el teatro de Muñoz Seca se va perfilando una peculiar forma de hacer comedia: el astracán, subgénero que exagera y deforma hasta lo increíble los rasgos cómicos utilizando todo tipo de recursos con el único fin de hacer reír. 

Tras el estreno de La venganza de don Mendo, su popularidad alcanzó las cotas más altas y su producción teatral fue muy abundante, cosechando grandes éxitos: La pluma verde (1922), Los chatos (1924), La tela (1925), Los extremeños se tocan (1927)... todas éstas obras en colaboración con Pérez Fernández. En su obra hay una cierta evolución porque abandona el costumbrismo de los Quintero y se afianza en la astracanada con cierto acercamiento a la alta comedia. 




lunes, 18 de mayo de 2015

Exposición "De la Imprenta a la Hoguera" en Guadalajara


Hasta el 30 de mayo en la Biblioteca Pública de Guadalajara se puede visitar una exposición titulada "De la imprenta a la hoguera" muy interesante. Es itinerante, ya ha estado en Ciudad Real, Puertollano, Valdepeñas, Pedro Muñoz, Piedrabuena... y en más lugares. Yo la descubrí de pura casualidad cuando fui a esta Biblioteca al encuentro de tertulias que hacemos todos los años, desde hace ocho, con el grupo poético que se reune allí: la Tertulia Fernando Borlán y la nuestra.

Pues bien, en esta exposición se presenta una visión general sobre los libros que han sido prohibidos en distintas partes del mucho en épocas diferentes. Es un recorrido por la censura y la quema de libros, y por tanto por el miedo al poder de la palabra. 

Se compone de once paneles divulgativos de los distintos tipos de razones que han dado lugar a la censura y por tanto de los libros que la han sufrido. 

Razones ideológicas o políticas, razones morales, razones religiosas han dado lugar a censura en libros de todo tipo, incluídos juveniles e infantiles: Las aventuras de Huckel Berry Finn, El guardián entre el centeno, Las mil y una noches, Harry Potter, Lolita, El amante de Lady Chaterley, muchos de Ramón J. Sender...  Muchísimos libros la verdad.

Es una exposición muy curiosa e interesante, no os la perdáis si tenéis la oportunidad. Tenemos que celebrar todos los días la libertad que tenemos a la hora de escoger y leer. Qué suerte tenemos ¿Verdad?









domingo, 17 de mayo de 2015

39 Feria del libro antiguo de Madrid - 2015



Ya está otra vez en Madrid la Feria del libro Antiguo y de Ocasión. Ya estamos en la edición XXXIX.

La otra tarde estuve de visita, me gusta mucho. Cada año para mí es visita obligada.

Estuve buscando un libro que no encontré por más que preguntamos en distintas casetas. 

Sin embargo encontré otro que no andaba buscando y que me parece que puede estar muy bien: De Fernando León de Aranoa: "Contra la Hipermetropia". Qué suerte tuve de encontarlo, desconocía su existencia. Ya os contaré qué tal, pero creo que me gustará.

Bueno pues nada, animaos ¡¡que ya va a terminar!! Que termina hoy día 17 de mayo. Veeenga que os la vais a perder... Ya me contareis qué tal os ha ido.




viernes, 15 de mayo de 2015

"Piel de mail" de Iñaki Túrnez




"Es posible que escribiendo uno aprenda a rebuscarse por dentro, a reconocer en qué lado del corazón se le ubican los cariños y qué entresijo los desengaños, en medio de cuántos intestinos los rencores y en qué puño la rebeldía. Y es posible, también, que todos esos estímulos se acaben transmutando en versos, en historias o personajes, como si tuviéramos la facultad de transformar órganos en palabras y sueños en desenlaces, convirtiéndonos nosotros mismos en literatura."


El último libro que he terminado de leer ha sido la novela "Piel de mail" de Iñaki Túrnez.

Soy una privilegiada porque, aún no estando publicada todavía, el autor que es compañero de tertulia me la ha dejado leer porque ha ganado la IX edición del Premio Novela Corta Encina de Plata que organiza el Ayuntamiento de Navalmoral de la Mata entre 77 presentadas a concurso.

Me ha gustado mucho.

El argumento a grandes rasgos cuenta como el protagonista, un hombre llamado Luis Mario, no muy afortunado en amores, decide entrar en un taller literario por internet y ahí conoce a Eva con la que inicia una relación especial.

Los temas que aborda en la narración son varios: Los distintos sentimientos que albergamos las personas. El amor en todas sus vertientes aunque al final se trate de un solo sentimiento universal y aplastante, devastador e inmenso. Los talleres de creación literaria. Los cursos por internet (sus beneficios y sus desventajas...). En fin, es una novela corta donde se abordan múltiples temas.

Está contada en primera persona, se trata de un narrador testigo, solo sabemos la versión del protagonista. Y es una historia lineal en el tiempo. Por otra parte espacialmente se desarrolla en Bilbao, en Austria, en Cataluña... Y sobre todo en la red, ese espacio vasto y misterioso.

 "Con el paso de los años, el cajón de los asuntos aplazados se rebosa de tal manera que ya no hay quién lo abra, cono si no fuéramos sino un inmenso armario lleno de voluntades insatisfechas."

La trama es interesante, es entretenida y te tiene ahí pillada para ver en que queda esa relación que entabla el protagonista. El protagonista que es un anti héroe. El ritmo no decae en ningún momento.

Tengo que decir también, en honor a la verdad, que casi lo que menos me gusta de la novela es su título. Después de leída me parece que es oportuno, tiene mucho sentido con lo que cuenta la historia, es verdad. Y por ello me gusta mucho que se utilice la palabra piel, sin embargo lo de "mail" no me acaba de convencer mucho, no me gusta esa palabra que no es española para un título. Aunque, repito, tiene mucho sentido haber elegido este título, la idea, pero yo lo habría dicho de otra forma. O lo habría intentado, no sé si lo habría conseguido.

Pero independientemente de eso, me gusta la historia que cuenta, y creo que tiene un punto de giro sorprendente casi al final, que aunque yo imaginaba antes de desverlarse no me importó demasiado porque de todo lo que más me ha gustado es la forma de contar del autor. Ese modo profundo de mirar el mundo. Esa manera de diseccionar los sentimientos al narrar. Esa prosa que incluye tantas imágenes que la vuelven en ocasiones un poco lírica. El manejo del lenguaje que está bastante conseguido, al igual que ese tono melancólico que va en aumento. Hasta el final de la novela que me ha parecido muy bueno.

Sí, creo que el desenlace está muy conseguido, me ha gustado mucho cómo termina. Eso es muy importante y el autor lo ha conseguido. Sobre todo me gusta especialmente la última línea y ese poso que te deja, ese eco que te dura hasta mucho después de terminada de leer.

No puedo decir mucho más, creo que es un premio merecido y espero que no tardemos mucho en ver en papel esta historia, como deberían estar todas las que están bien escritas.



"En aquella madrugada, con el cielo escupiéndonos salivazos de lluvia y pena a partes iguales, la melancolia no era una mala compañera de asiento".

miércoles, 13 de mayo de 2015

"Cuento de verano" de Rocío Díaz Gómez




Hace tanto calor en Madrid en este Mayo 2015 que hasta mis cuentos se resienten...




Cuento de verano

                       
Yo quería escribir un cuento de verano.

Un cuento de tergal, ligero, fresco, con párrafos cortos y líneas más cortas todavía. Frases de tirantes, un principio escotado sin cuello, un argumento cien por cien algodón. Un cuento con un desenlace estampado que, por encima de la rodilla, dejara a los lectores con ganas de leer y leer, más y más.

Yo quería escribir un cuento de verano por el que se colara el murmullo del viento moviendo las páginas de los álamos hasta que lo interrumpiera, de vez en cuando, el sonido seco y vertiginoso de un húmedo chapuzón, que refrescara la piel de la historia.

Un cuento con personajes indolentes que se estiraran bajo el sol con vocación reptiliana.

Uno en el que la acción solo fuera existir boca arriba y existir boca abajo, hasta que el conflicto estallara de calma y esos personajes se refrescaran, se secaran, se tostaran, para terminar adormilándose muy despacio otra vez bajo el sopor del sol.

Yo quería escribir un cuento calmo y relajante. Uno corto de verano. Sí.

Pero los personajes, aún no sé por qué, se rebelaron y la abuela del cuento de verano de pronto bajándose el bañador hasta la cintura, hizo top less, y volaron al aire sus pechos pálidos de setenta y tantos, desafiando al decoro y la gravedad, dándose vuelta el argumento como un calcetín. No, no sé por qué el abuelo del cuento encerrándose en el cuarto de baño, escribió con un dedo en el vaho del espejo: “Odio el verano, el calor y el pescaíto frito y no quiero volver nunca más a Benidorm” dejando a la mujer, la nuera y los nietos con el cubo y la pala ya en las manos, sentados en el coche a punto de arrancar pensando ¿Y quién clavará la sombrilla en primera línea del argumento del mar?

Y si la abuela hacía top less y el abuelo no madrugaba para clavar la sombrilla, y si los nietos crecían, y en vez de hacer castillos en la arena, se morían por acariciar con sus dedos el camino que una gota de mar, imparable, vertiginosa, tras tirarse de cabeza desde el pelo chorreante de su amiga, iba dibujando sobre la piel hasta alcanzar y perderse en el misterioso desfiladero que formaban sus recién descubiertos pechos. Aquel desfiladero que los hipnotizaba, aquel por donde ellos, quién fuera gota, también se tirarían de cabeza improvisando una voltereta mortal…

Y si todos, todos mis personajes se rebelaban ¿Qué cuento de verano podría yo inventar?

Sin embargo, yo era disciplinada y tozuda. Yo era de letras y párrafos y argumentos. Yo quería escribir un cuento de verano, sí. Un cuento de tergal, ligero, fresco, con párrafos cortos y líneas más cortas todavía. Y no paré hasta que conseguí escribir el más corto, el más cálido, el más soleado cuento de verano. Y escribí despacio dos palabras, dos, pero que encerraban todas las historias veraniegas posibles, que podrían decir todos los personajes, en traje de baño o no, dos palabras:

Qué calor.


©Rocío Díaz Gómez

Rocío Díaz Gómez



La preciosa Ilustración es de Gurbuz Dogan Eksioglu.

lunes, 11 de mayo de 2015

La Residencia de Señoritas - Exposición Pioneras


Os hablaba el mes pasado de una exposición "30 Pioneras" que había estado visitando en el Centro Cultural Galileo de Madrid:


Me encantó. Os decía entonces que la exposición era un homenaje a esas mujeres del primer tercio del siglo pasado que fueron sobresalientes en muchos campos revolucionando y mejorando la vida española. La Fundación Ortega-Marañón ha colaborado y patrocinado esta esposición.

Pues bien, dicha exposición tiene una segunda parte en lo que en su día fue la Residencia de Señoritas. Se ha cumplido su centenario, pues en el 1915 se creó este grupo femenino en el primer centro creado para fomentar la educación superior de las mujeres en España.

La exposición consta de una serie de grandes fotografías en blanco y negro de aquel tiempo dispuestas en el muro exterior de lo que fue su sede, y que ahora la ocupa la Fundación Ortega-Marañón.

Os quería dejar con las fotografías que he hecho al visitarla. Este lugar de Madrid me gusta especialmente. Parece mentira pensar que hace cien años fue tan importante, tan revolucionario para todas las mujeres. 

Ya os contaba que aquí fueron residentes Victoria Kent, Josefina Carabias, Marina Romero o Dorotea Barnés. María Goyri, María Zambrano y Maruja Mallo formaron parte de su profesorado. En sus actividades participaron pioneras como Clara Campoamor, Zenobia Camprubí o María Lejárraga, además de nombres internacionales como los de Marie Curie, Gabriela Mistral, María Montessori o Victoria Ocampo.

En este blog ya habíamos hablado en dos ocasiones de este mágico lugar. Os dejo con el enlace para que podáis repasar aquellas entradas donde hablábamos de lo importante que fue en su día esta institución y de su devenir a lo largo del tiempo y hasta nuestros días:

http://rociodiazgomez.blogspot.com.es/search/label/La%20Residencia%20de%20se%C3%B1oritas%20Mar%C3%ADa%20de%20Maeztu









Podéis ver en la foto justo ese edificio que fue el último en añadirse a la Residencia. Si pinchais sobre la foto podéis verlo mejor.




La biblioteca, qué chula ¿verdad?

domingo, 10 de mayo de 2015

"El año sin verano" de Carlos del Amor, una novela recomendable


«Durante un verano que supuestamente no debió existir, y que de alguna manera no existió para mí, murió mi padre y supe que iba a ser padre».


Así comienza el último libro que he terminado de leer: "El año sin verano" de Carlos del Amor.

Me cae bien Carlos del Amor cuando presenta sus noticias culturales en televisión. Y la verdad es que leí su primer libro de relatos La vida a veces (2013) cuya reseña ya tenéis en el blog y también me gustó. 


Así que cuando ví que había sacado su primera novela no tuve más remedio que leérmela... Además me gustó el título, me parece muy sugerente.

El argumento:
El 2 de agosto dejé el coche en el garaje. Estaba desierto. Al llegar al portal, abrí la puerta y maldije una nueva avería en el ascensor, tan bonito y antiguo como poco práctico. Vivo en un sexto piso de un edificio de siete plantas, así que emprendí la escalada resignado. En el tercero, di una patada a algo, encendí la luz del rellano y vi un enorme manojo de llaves. 
Es pleno verano, Madrid está vacío y hay un periodista que tiene tiempo y ganas de curiosear. Las llaves están hechas para abrir puertas, buzones, coches, sueños. Y vidas ajenas. Aun así, lo que menos se imagina es que se va a encontrar con una historia de amor y con una misteriosa muerte que se verá inevitablemente abocado a investigar. La vida de los otros puede resultar sorprendente.
 Como veis está escrito en primera persona, y el narrador también es un periodista. Por eso al principio tenía dudas de si era una historia autobiográfica. Y no acababa de atraparme. Pero no, es ficción y poco a poco el autor consiguió que me fuera adentrando más en la historia y me fuera gustando más. 

El periodista que cuenta la historia es nuestro personaje principal, aunque luego hay otros personajes en la novela, los habitantes de los otros pisos de su bloque que es donde se desarrolla el argumento. Por ello podemos decir que es también una historia coral. Así tenemos a una portera, Noelia López, que es quién conoce más historias. Tenemos a un vendedor de muebles que tiene engañada a su familia con su profesión: Juan Muñoz y que precisamente vive en el piso que heredó de su tío Héctor que protagonizó junto a otro personaje un drama que se vivió años atrás en ese mismo bloque.

La historia se desarrolla en dos tiempos, el que investiga el protagonista y el actual, un verano en el que el edificio está prácticamente vacío. Eso presta a la historia un ritmo más fluido al ir saltando el argumento del presente al pasado constantemente. Además es ágil la lectura porque además de cambiar de tiempo, el autor va cambiando de personaje y de historia constantemente y claro eso hace la lectura aún más atractiva. El autor abre muchas vías que tú cómo lector quieres concluir, quieres saber a dónde te llevan. El espacio ya os he dicho que es un bloque de pisos de Madrid, en la calle de Alcalá a la altura del Parque de la Fuente del Berro en un verano.

El lenguaje es sencillo, cercano, y muchas veces entrañable. 

Qué maravilla, pensé, qué manera tan hermosa de hacer públicos los sentimientos, qué forma de intentar ganar la batalla al olvido. Un amor del que uno no puede escapar, un amor de esas parejas que desde que nacieron su misión únicamente es recorrer un camino hasta llegar al otro, seguir los pasos que tarde o temprano les lleva a unir sus manos, a ver atardeceres juntos.

La novela es una suerte de historias sentimentales entrelazadas. Y es entretenida y amena. Tiene un misterio que se va resolviendo al mismo tiempo que vas conociendo las vidas de los distintos habitantes del bloque.  Tiene misterio, amor, pasión. Y además también habla del proceso de la escritura.

A mí, ya os digo, que poco a poco a medida que lo iba leyendo me iba gustando más. Es corto y se lee muy bien, de un tirón. Me gusta mucho esa forma de contar dulce que tiene Carlos del Amor.


El año sin verano.  Carlos del Amor.  Editorial Espasa, 2015.  256 páginas.  19,90 €