Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

lunes, 21 de mayo de 2012

Escribiendo donde no se debe...



Todos los días paso por delante de estos árboles, dos o cuatro veces. Y siempre pienso lo mismo: qué lástima...

Mira que a mí me gustan los letreros, los nombres de las cosas, las frases, las palabras. Me gustan tanto que en cuánto me cruzo con cualquiera de ellos que me llama la atención ya me los estoy llevando en la cámara...


Pero jo, en los árboles, en las plantas... ¡vaya ideas! 

Ya en otras ocasiones lo he visto, acordaros también de aquellas pobres plantas que me traje de mi viaje a Sicilia:

Pero da igual el lugar del mundo que sea... En todas partes hay vándalos, está visto.

Pobres árboles.






domingo, 20 de mayo de 2012

Javier Díaz Gil en el Ateneo. Viernes 25 de mayo de 2012



Que dice Javier Díaz Gil que va a actuar el viernes, en el Ateneo.

Y que digo yo que podíamos ir ¿no? Que seguro que está bien. Que va a presentar su último poemario. Sí, el de "Vivo extramuros" y "El ángel prometido". Y que además leerá algunos de sus poemas inéditos.

Entonces ¿Qué? ¿Te animas? Mira que es en el Ateneo... Que el Ateneo es el Ateneo... Ya sabes...

Va a estar bien, ya verás... 

Venga, venga pues anota:

Viernes, 25 de mayo de 2012.
 20:00 horas
 
Ateneo de Madrid.
Sala de Conferencias. 
C/ Prado, 2 Madrid
Presentan: El editor y poeta JOSÉ MARÍA HERRANZ  
y los poetas JOSÉ CEREIJO y PALOMA SÁNCHEZ.


Y para que vayas haciendo boca te dejo con uno de sus poemas inéditos:
LLUVIA

La historia cuenta lo que sucedió; la poesía lo que debía suceder.
(Aristóteles)


Hemos llegado tarde
a nuestra cita con la lluvia.
No nos dio tiempo a alcanzar la calle,
a que asomaras siquiera
la punta de tu nariz
para besar el agua.

Cayó
tamborileando sobre los techos
de los coches vacíos,
poblando la mañana y el silencio,
como un mar acostumbrado
a los naufragios.

El sol ahora,
evapora celoso,
las últimas gotas de los parabrisas.

Para que no quede rastro
de una lluvia

que no debió suceder jamás.

© Javier Díaz Gil
Agosto de 2007

sábado, 19 de mayo de 2012

"Don de gentes" de Elvira Lindo




 "Yo tuve una vez un niño negro. Destaco el color porque eran muchas las veces que me quedaba hipnotizada mirándole su piel chocolate, tersísisima y brillante después de que le pusiera crema protectora: "Aunque la leyenda dice que los negros no nos quemamos -decía el niño sabihondo- , tenemos la piel muy sensible". Este niño inesperado era mucho más cariñoso que nuestros niños blancos de toda la vida. Nuestros niños blancos observaban con resentimiento a ese nuevo niño que se dejaba besar y que mostraba un abierto entusiasmo pr todo, por la gambas, por el jamón, por la tortilla de patatas. Nuestro niño negro no fue un niño deseado; se podría decir, más bien, que se trató de una esas situaciones abusrdas que uno no busca, pero tampoco rechaza. No le daré más misterio a la historia, la cuento: durante un año trabajó en mi casa como limpiadora una guineana enigmática que nos trataba con afecto, distancia y mano de hierro. Se inventó un pasado..."
Bienaventurados los mansos
Elvira Lindo

Qué buena Elvira Lindo. No me digais que no os apetece seguir leyendo. Es tan refrescante, tan irónica, tan fluida su narración... 

Pues este artículo pertenece a uno de los últimos libros que he leído. Sí, tengo un poco de atraso en haceros las reseñas. Siempre me pasa lo mismo. Me lío, me lío... Pero voy rápidamente a ponerme al día.

Os decía que me leí "Don de Gentes" de Elvira Lindo. Y me encantó. ¿Ah que eso no os lo había dicho? Pues os lo digo ya, que es lo más importante.

Se trata de una recopilación de artículos, recogidos en este libro, de su serie dominical de El País.

Don de gentes (Alfaguara) se estructura en seis apartados o capítulos: Berlanguiano y woodyallenesco, donde el cine y los actores protagonizan los artículos; Negro sobre blanco, con los libros y la escritura como tema central; Sube el volumen, retrata su relación con la música y los cantantes que han compuesto la banda sonora de su vida; Entre Manhattan y Colorado nos traslada a Nueva York, una ciudad que ya no es familiar, pero que tras leer estos artículos se hace nos hace más; Cosas nuestras, donde ya estamos, porque son las costumbres españolas las que salen a la palestrao y Don de gentes, artículos donde la autora pone su mirada en el día a día. 

Yo lo iba leyendo en el metro y la verdad es que estaba tan entretenida que hasta me molestaba que llegara mi estación y tener que cerrar el libro. Me ha gustado mucho.Os copiaría muchos de esos artículos: "Tápese la nariz" me parece buenísimo. Todos los de la segunda parte la de "Negro sobre Blanco", muchos de la última... Bueno que os copiaría casi todo el libro. Ameno, entretenido, sentimental... Pero claro no es cuestión. Así que os dejo con un par de parrafos, que no son los mejores, pero bueno algunos tenía que seleccionar.

Me gusta la forma de escribir de Elvira Lindo. Y me gusta "Don de gentes".

"...De unas perchitas diminutas de la pared cuelgan: la bolsa del pan; una bolsa de plástico del Mercadona en donde guarda pan duro para rallar: el dispositivo que la comunica en el caso de que sienta un desvanecimiento con el servicio de urgencias de "mayores": el móvil; unos paños de cocina que sólo son de adorno y dos calendarios, el de 2011 y el de 2002, que no tiró en su día y hasta hoy. En un rincón que quedaba libre su hijo le colocó una televisión que les sobraba cuando ellos pusieron la extraplana. La tele tiene tanto fondo y se la han colado tan arriba que parece la tele de un bar. La abuela se coloca enfrente de la pantalla a la hora de la cena y cuando acaba siente un agudo pinchazo en las cervicales. Para el día, prefiere la radio, está mal sintoniñada y tiene un esparadrapo sujetando la tapa de las pilas, pero y qué, la puede llevar de un cuarto a otro. Cuando vienen sus hijos tratan de tirarle cosas que según ellos están inservibles. La cafeterilla con el asa rota, por ejemplo. Pero por qué tirarla, se pregunta, si ella se las apaña para agarrarla con un trapo sin quemarse. Cuando vienen sus nieto le trastean por todas partes. Les gusta rastrear su niñez que aún anda entre los cajones, porque no ha tirado nada, ni una foto de comunión, ni un trabajo manual del colegio, ni un muñezo de Bola de Dragón. Antropologia pura. ..."
Cosas de abuelas
Elvira Lindo 


jueves, 17 de mayo de 2012

World Press Photo en el Centro Cultural Moncloa de Madrid, una buena exposición de fotografía




Terminaba hoy, 17 de mayo de 2012,  la exposición World Press Photo en el Centro Cultural Moncloa de Madrid. 
 
Afortunadamente yo pude ir a visitarla, en honor a la verdad, dos veces. Porque la primera vez hacía tanto calor, había tanta gente y yo tenía la cabeza tan preocupada por otras cuestiones que apenas me enteré de nada. Sin embargo repetí la experiencia días despues y ya sí, ya sí que pude disfrutar de esas 160 fotografías seleccionadas de entre todas las instantáneas que han participado en el concurso de fotoperiodismo más importante del mundo, que este año ha estado protagonizado por la primavera árabe.
Seguía habiendo cola, pero era mucho más temprano, ya tenían el aire acondicionado y yo estaba mucho más fresca, así pude pasearla despacio y sin demasiados agobios.


Por supuesto allí estaba la foto que hemos visto en todos los carteles que anunciaban la exposición. La foto del ganador de la edición de 2011, un ganador español, Samuel Aranda, quien presentó una fotografía tomada en la ciudad de Sanaa, Yemen, un retrato de una mujer con velo estrechando entre sus brazos a su hijo herido, realizada para el periódico The New York Times.
 
Los retratados son una madre y su hijo, de 36 y 18 años, respectivamente, a quienes el fotógrafo visitó meses después de la captura de esta imagen.  Se ha comparado la composición y la expresión corporal de sus protagonistas con la famosa Pietá de Miguel Ángel.
Paul Ruseler, miembro del World Press Photo, ha destacado que la fotografía ganadora de esta edición "tenía que estar dentro de la primavera árabe". La pasión, ternura y el coraje, así como la relación entre el hombre y la mujer que se observa en esta foto, fueron los motivos por los que la imagen de Aranda resultó ganadora, según ha explicado.
 
 
 
Otro español Joan Costa resultó ganador del 2º Premio en la categoría de Naturaleza con una fotografía de una heteropoda, "un organismo muy pequeño y muy desconocido", según ha explicado. Esta imagen, que también podrá contemplarse en esta muestra, fue realizada durante la expedición científica Malaspina, organizada por el CSIC. Pero me temo que de ésta no tengo foto para que podáis verla. Pero en cambio os he traído otra, la de encima de éste párrafo, que me gustó mucho, los nadadores del mundial de natación entre los peces. Y aquí debajo otra durante los entrenamientos.



Las demás fotos eran del tsunami de Japón, de la masacre en la isla de Utoya (Noruega), los asesinatos a causa del narcotráfico en Acapulco (México), interrogatorios en Ucrania, bases militares en Afganistán, los mundiales de natación o cuevas en Vietnam...
 
Os dejo con algunas de las que a mí más me impactaron: Una especie de exorcismo con sangre de cordero...
 
 
 
Una trabajdora del sexo que decía que ella no tenía VIH
 
 
Tras un ataque terrorista...
 
 
Unos entrenamientos en Sudafrica
 
 
Una curiosa forma de pescar, abriendo la boca...
 
Me hubiera traído las 160 fotos... pero claro, no era plan.
 
(Ya sabéis que siempre, si haceis doble click sobre las fotografías se agrandan...)

miércoles, 16 de mayo de 2012

Lugares de libros que visitaré algún día...








Hoy voy a abrir una nueva sección en el blog, que se va a titular "Lugares de libros que visitaré algún día...".
Y para inaugurarla os dejo con este vídeo donde hay un pueblecito... 
un pueblecito que me está esperando.

Si os gustan tanto los libros como a mí, echar una ojeada al vídeo... y luego me contestais,

¿No os apetecería una escapadita a este lugar?

lunes, 14 de mayo de 2012

Presentación de "Corazón, mano, corazón" de Juana Cortés Amunarriz



El jueves pasado, el 17 de abril del 2012, en la librería Tipos Infames se presentó el libro juvenil "Corazón, mano, corazón" de Juana Cortés Amunarriz, ganador del III Premio "Avelino Hernández" de novela juvenil.

Os quería dejar con muchos momentos de esa presentación, tan entretenida y amena.

A Juana la conozco gracias a los relatos. Coincidimos, ambas como premiadas, en un concurso de relatos de Cádiz. Allí nos conocimos y desde aquel momento hemos seguido teniendo contacto, girando siempre en torno a esta pasión por las historias que compartimos.

A Juana yo la admiro mucho. Siempre está escribiendo. Por encima de las cuestiones laborales, de las familiares, que lógicamente te absorben, ella siempre encuentra ese rato para escribir. Y así, a fuerza de trabajo, trabajo, y trabajo,  poco a poco pero con pie firme se está haciendo un hueco en este mundo. 

Juana Cortés, licenciada en Filosofía  por la Universidad del País Vasco y ganadora de muchos certámenes de relatos. Entre ellos algunos tan importantes como el Segundo Premio Hucha de Oro, el Gaceta de Salamanca, o el premio Alcalá de Narrativa. En el año 2009 publicó su primera novela "Memorias de un ahogado".
http://rociodiazgomez.blogspot.com.es/2009/06/juana-cortes-amunarriz-feria-del-libro.html

En 2010 publicó su libro de relatos "Queridos niños" en Alcalá Narrativa y ahora, cuando a punto está de publicar otro libro de relatos, presenta esta novela juvenil.



Con  esta obra  Corazón, mano, corazón, su primera incursión en  la literatura  juvenil, Juana Cortés Amunarriz ya os he comentado al comenzar esta entrada que obtuvo el III Premio “Avelino Hernández” (2011), organizado por el Ayuntamiento de Soria. La novela,  publicada por la editorial Everest, es un relato realista, pero lleno de misterio, escrito con esa prosa tan característica de ella, siempre intensa y emotiva, hilada de frases cortas.

La trama del libro se centra en Izaskun, una niña diferente que vive en un caserío con su familia.  A ella no le gusta jugar con las muñecas, ni espera la llegada de un príncipe azul. Izaskun es una niña especial, separada de los demás, cuyas fantasías le sirven de “puente” para conectar con el “otro lado”, su mundo mágico y secreto.




Aquí en este vídeo de arriba tenemos el comienzo de la presentación cuando Juana Cortés daba las gracias...





¿A qué apetece mucho leerlo? Pues ya sabéis...

Mientras, podéis disfrutar de algunos momentos de esa reciente "puesta de largo" de la novela en Tipos Infames, una librería bien chula. El jueves pasado se iba llenando de gente para estar ahí con la escritora. Al final había tantas personas que muchas se tuvieron que quedar de pie, escuchando. Pero valió la pena. Porque allí se habló mucho de escritura y de cuentos. Se habló de historias circulares y momentos mágicos. Sobre todo, de momentos mágicos. Ya veréis, escuchad, escuchad...



"Es normal, dijo el médico ante los comentarios de la madre. Tiene que trabajar la memoria y el pensamiento, como tiene que trabajar cada músculo. Hay que tener paciencia y no presionarla. El recuerdo aflorará mejor libremente, en un ambiente tranquilo y relajado. Lo mejor son los juegos. Sus hermanas la ayudarán.
Y así fue. Además de las cucharadas de caldo reconstituyente y los purés de verdura, Arantxa se fue alimentando de trabalenguas, de adivinanzas, de cuentos e historias.
El perro de San Roque no tiene rabo porque Ramón Ramírez se lo ha cortado. Lo repetían una y otra vez, hasta que lo decían de carrerilla. Ane, Eli. Ahora te toca a ti, Arantxa.
— ¿Quién es San Roque? ¿Quién es Ramón Ramírez? ¿Por qué le cortan el rabo al pobre perro?
Arantxa se había vuelto muy preguntona. Entonces Izaskun ponía a funcionar su imaginación. Las historias misteriosas. El hombre con la navaja. El sacrificio.
El cielo está enladrillado. ¿Quién lo desenladrillará? El desenladrillador que lo desenladrille, buen desenladrillador será.
Se morían de la risa. Otra vez, otra vez.
— ¿Por qué van a enladrillar el cielo?
— Arantxa, es un trabalenguas.
— ¿Nadie va a enladrillar el cielo?
— Claro que no. ¡Es imposible!
— Menos mal, no me gustaría mirar al cielo enladrillado.
Y después de unos minutos insistía.
— Si hacen un muro de ladrillo, ¿en qué lado estarán las nubes?..."

Extracto del libro "Corazón, mano, corazón"

Corazón, mano, corazón  
Juana Cortés Amunarriz.  
Editorial Everest, 2012,
 III Premio “Avelino Hernández”  de novela juvenil. 
8,50 euros.



Toda la suerte para "Corazón, mano, corazón" y para Juana Cortés.

sábado, 12 de mayo de 2012

"La percha de Mingote" un artículo de Arturo Pérez Reverte





Os quería dejar con un artículo que me ha hecho llegar uno de mis hermanos. Me gustó mucho. Es de Arturo Pérez-Reverte y lo escribió tras la muerte del dibujante Mingote.

En este artículo habla de un perchero único, el perchero de la RAE.

Espero que os guste.

Arturo Pérez-Reverte

La percha de Mingote


Una tarde de hace nueve años, mientras esperaba en mi entonces mesa habitual del café Gijón a que los miembros de la RAE votaran sobre mi candidatura, uno de los viejos camareros, que me conocía desde que entré por primera vez en el café siendo un jovencito imberbe, me dijo: «Hubo un tiempo en que tener una silla reservada aquí era más importante que tener un sillón en la Academia». Y tenía razón. Pero lo que pude averiguar más tarde, una vez dentro, es que había algo aun más importante que un sillón con tu letra en la sala de plenos, e incluso que una mesa reservada en el Gijón: el perchero del vestíbulo de la RAE, con sus perchas de bronce y su bastidor de madera con huecos para el bastón o el paraguas. 

Tanto me asombró el descubrimiento, que a las pocas semanas le dediqué un artículo en esta misma página. El perchero de la Academia, se titulaba. En él explicaba su protocolo centenario: cada académico tiene su percha, identificada con el nombre, y debajo encuentra los jueves el correo que recibe. Las perchas, excepto la del director, se asignan por orden de antigüedad. Y con el paso del tiempo, los académicos que mueren dejan su lugar vacante; de manera que los que vienen detrás avanzan percha a percha. Las vacantes deberían producirse entre los académicos de más edad, pero no siempre es así. Nombres de venerables abueletes ocupan desde hace décadas algunos de los lugares más antiguos, enrocados allí mientras compañeros más jóvenes se quedan por el camino. Son loterías de la vida, registrada puntualmente en ese viejo marcador que nos recuerda, cada jueves, cómo, cada uno a su paso, nos encaminamos todos a la muerte. En lo que a mi nombre se refiere, en noviembre del 93, cuando escribí aquel artículo, ocupaba la penúltima percha, entre Margarita Salas y José Manuel Sánchez Ron. Hoy tengo diecisiete por detrás. 

El último hueco en el perchero me ha dejado en el corazón un agujero del tamaño de un disparo de postas: Antonio Mingote era uno de los hombres más afectuosos y cabales que conocí en mi vida. Uno de esos venerables abuelos a los que antes me refería, y que dan a la Academia el tono, el prestigio y la solera. Sobre Antonio se ha dicho tanto en las últimas semanas -algunas veces España deja de ser madrastra ingrata y hace justicia a los mejores,- que insistir aquí sería remachar lo obvio. Pero no puedo dejarlo irse sin más. Desde que entré en la RAE formábamos parte de la misma comisión del Diccionario, la de Ciencias Humanas; y cada jueves, antes del pleno, nos reuníamos para revisar las definiciones que esa semana tocaban en suerte. Su bondad extrema, su fina caballerosidad, los ejemplos gráficos que garabateaba en los márgenes de las definiciones -conservo como un tesoro el dibujo de la palabra canalillo-, lo hacían entrañable. Silvia, la guapa filóloga de nuestra comisión, lo amaba en secreto. O sin él. En realidad lo amábamos todos.

La comisión. No pueden imaginarse lo atrozmente viejo que puedo sentirme estos días, al asistir a ella. Lo incómodamente superviviente, cuando después de colgar mi mochila en el perchero compruebo que la tarjeta con mi nombre se ha movido de nuevo, avanzando otro puesto. Cuando entro en la salita donde nos reunimos, veo desocupado el lugar de Antonio Mingote y pienso en los huecos que he visto producirse en torno a esa mesa: el queridísimo Antonio Colino, el sensato Castilla del Pino, el muy fumador Ángel González, el excéntrico almirante Álvarez-Arenas, a quien cada tarde saludaba cuadrándome con un taconazo que él agradecía con una sonrisa guasona de sus ojos azules... Sólo dos de quienes hace casi una década me dieron la bienvenida siguen en esa comisión: Gregorio Salvador y José Luis Sampedro. Los otros, Javier Marías entre ellos, vinieron después. Sampedro acude siempre que la salud se lo permite, pero el veterano Gregorio no falla nunca. Está allí jueves tras jueves, ejemplo de académicos perfectos, dando tono y magisterio. Él y unos pocos más son los últimos nombres legendarios de aquella Academia en la que ingresé tímido y de puntillas, pidiendo perdón por hacerlo. Todavía lo pido cuando me siento en la comisión del Diccionario, a la derecha de Gregorio Salvador -a la izquierda se sentaba Mingote-, y lo miro respetuoso, como un fiel perro de caza miraría a su amo, esperando el dictamen docto, la autoridad definitiva sobre esto o aquello. En la RAE quedan pocos de los grandes; aunque, por suerte para quienes hablamos la lengua española, allí siguen. Y todavía se les escucha, para irritación de analfabetos e imbéciles. Después, que corra el perchero y el diablo nos lleve a todos.

Arturo Pérez-Revente


Y por si os ha gustado os dejo ahora con el vínculo a otro de Javier Marías que también habla de los percheros...



http://javiermariasblog.wordpress.com/2011/10/09/la-zona-fantasma-9-de-octubre-de-2011-%e2%80%98el-lento-y-rapido-viaje-de-los-abrigos%e2%80%99/