Tal y como es la foto que encabeza esta entrada, así era el mundo el pasado miércoles 25 de enero de 2011, desde las seis y pico de la tarde hasta las nueve de la noche. El mundo, mi mundo, el mundo de la tertulia Rascamán de la que soy integrante.
Estamos en el Café Ruiz donde nos reunimos todos los miércoles. En la foto está Javier Díaz Gil (poeta y coordinador de nuestra tertulia) a la izquierda con jersey lila y la derecha está José Cereijo con jersey beige mientras recitaba para nosotros, como invitado, poemas y pequeños (por su extensión) relatos de su último libro publicado "Antología personal" editado por Polibea.
Al fondo, alrededor, nos veis en el cristal, estamos los demás, escuchando, tomando notas, grabando (podéis incluso verme a mí a la derecha con la cámara mientras tomo esta foto), disfrutando de la voz y la sensibilidad de este poeta.
¿Conocíais a José Cereijo? ¿Conoceis su forma de hacer poesía? ¿Sus versos? ¿Su voz? Pues aquí os lo traigo para que ya podáis ver y escuchar cómo lo hace. Con que naturalidad escribe y cómo desde la memoria te cuenta. Porque de memoria que te recita todo, es increíble...
¿Qué os puedo contar? Yo ya le conocía, teneis en este blog otras lecturas suyas a las que he asistido. Pero claro es un lujo tenerle tan cerca, solo para nosotros, hablándonos de literatura.
Comenzamos con el Quijote. ¡Vamos que empezamos a lo grande!. Según Cereijo Cervantes es el mayor autor de prólogos. Y ahí le tenías recitándonos de memoria todo el prólogo. Así, de pronto... Este hombre es una biblioteca andante. Nos señalaba ese ritmo que tiene que existir también detrás de la prosa.
De ahí a hablar de los talleres de escritura, un paso. Cereijo confesó no haber ido nunca a un taller de escritura, dice que como el maestro de Raymond Carver, él las contempla con cierto escepticismo: "Se pueden aprender buenos modelos en la mesa, pero la comida hay que traerla...".
Aunque por supuesto Cereijo se considera un aprendiz. Procura estar siempre aprendiendo.
Ente convesación y conversación Cereijo iba desgranandos sus poemas. Sus poemas de amor. Cómo este del vídeo que os dejo. Abajo os dejo escrito el poema, por si no lo escuchais bien. Pero fijaros, fijaros qué voz tiene este poeta...
NUNCA
Nunca dormí en tus brazos.
Nunca me desperté de madrugada y vi el armario, la
(la ventana, los libros,
o escuché el ruido de las cañerías, los pasos solitarios en la
(calle,
y pensé, incrédulo, que, puesto que todo aquello era real,
tú también debías serlo.
No supe a qué sabían tus labios, o tu risa.
No te vi desnudarte.
No supe ni sabré jamás cómo tus ojos, en el acto del amor,
(incendiaban la noche.
Esa ausencia es, lo sé bien, una mutilación irremediable;
es un triste muñon, que llevaré conmigo hasta la muerte.
También es, a su modo, forma y prueba de amor, de
(lúcido y humillado amor,
de devastado y verdadero amor, que ofrezco a tu recuerdo.
Cereijo publicó su primer libro en el año 94, pero ya no se identifica mucho con los poemas que contiene. Él se empieza a identificar con la poesía de su segundo libro. Aunque reconoce que esa primera poesía le ayudó para aprender a escribir, son prácticas de escritura. Se considera profesionalmente un lector que escribe. Porque las lecturas suelen ser su punto de partida.
Y Celia Cañadas llegó un punto en que le preguntó: Hemos hablado de los talleres de escritura ¿Pero y las escuelas de lectura? Cereijo confesó que él sabe que le ha ayudado mucho su voz. Para él mismo no las ha considerado necesarias. Pero desde luego comprende que es importante la lectura en público de los poemas, y no es necesario para eso tener una voz bonita. Lo que hay que conseguir es dar al poema una vitalidad que no tiene la palabra escrita.
Nos leyó Cereijo algunos de sus haikus, que escribió entre el año 1999 y el año 2000. Hablamos para ello de estos pequeños poemas, los haikus, que según Cereijo no tienden hacia un final sino que son solo una sugerencia. El escribirlos le llegó gracias a la lectura de una Antología de poesía china que nos recomendó, porque le fascinó, de Marcela de Juan. Él ha tratado desde su condición de poeta occidental, incorporar el haiku. Con la premisa fundamental que decía que tienen que tener los haikus, el principal escritor japones de ellos, Bashó: "Es importante no perder la naturalidad que viene del corazón".
A mis recuerdos
les pregunté por ti.
aún discuten.
...
Bajo la tierra
repetiré: "estoy muerto",
hasta entenderlo.
También nos comentó Cereijo que puede ser engañoso identificar al personaje poético con el real. Es indudable que hay un territorio dentro de nosotros que no se manifiesta en la vida cotidiana, un territorio que emerge en la escritura. Eso decía Proust. Proust, para Cereijo es, desde luego, un prosista excepcional, cuya primera lectura (con poco más de veinte años) supuso para él una auténtica revelación. Dante (no Proust) le parece un poeta descomunal, seguramente el mayor que él haya leído nunca. Y "La Divina Comedia" su libro.
Era inevitable que ello nos llevaba a la eterna pregunta: ¿La poesía como conocimiento o como comunicación? Una vieja discusión a partir de unas declaraciones de Vicente Aleixandre. Para Cereijo la poesía son las dos cosas: Profundizar en el yo que no manifiestas, un desvelamiento. Y también es comunicación, para que llegue a los demás.
Cómo ya os he dicho Cereijo venía a presentarnos su Antología. En ésta hay tanto poemas como relatos pequeños. Que venían muy "a cuento", nunca mejor dicho, para el tema del que ya habíamos hablado de la necesidad que tiene de ritmo también la prosa. El poeta confesó que él no se propuso hacer relatos breves, pero que inevitablemente él tiende a la contención.
Nos comentó también que él lleva sin escribir desde el año 2010. Espera volver a escribir, por supuesto, pero lo cierto es que en todo el año pasado no lo ha hecho. Tiene un libro inédito que se titula "Los dones del otoño". Su forma de escribir no es escribir libros y luego encajar en él poemas. Sino que él escribe poemas y luego se unen formando un libro.
Varios compañeros le dijeron que por qué esa fascinación que parece tener con el tema de la muerte. Aunque claro algunos contestábamos que son los grandes temas de la literatura ¿no? El amor, la muerte... Cereijo nos dijo que bueno él es gallero y quizás algo le venga por ahí. En algunas aldeas gallegas cuando alguien está a punto de morir, los demás le hacen encargos para resolver en el otro lado... Aunque supone que también esos poemas que tiene de la muerte le viene de la convivencia que tuvo que tener desde joven con la enfermedad de su padre. Él nos comentaba que ya tiene más años de los que llegó a tener nunca su padre, que murió jóven. Y que eso inevitablemente le lleva a pensar algunas veces en ello. Pero que él a la hora de escribir trata de plantearse la muerte no solo desde su lado trágico. Una condición particular y preciosa de la vida es que cada instante es fugaz. Nacemos en blanco y uno va aprendiendo todo, va aprendiendo que existe el amor, que existe la muerte... Que al final es lo único cierto que tenemos. Y por supuesto en literatura, lo más importante es la intensidad. Se puede ser más o menos original, pero si se es intenso, al final se llega a los grandes temas: el amor y la muerte.
En fin... Que ahí pasamos la tarde hablando de literatura, de creación literaria, de poesía, de relatos, de la vida, de la muerte, del amor... Cereijo es un conversador brillante, que tiene dentro de sí todos los libros que ha leído, que te puede recitar de memoria miles de párrafos, de poemas... Da gusto estar con él.
Para finalizar nos dió una lista de las lecturas que él considera importantes.
Fue una tarde intensa que sin embargo pasó volando. Una tarde enriquecedora, llena de palabras escritas y recitadas. Una tarde en la que conversamos sobre muchos temas, una tarde en la que hablamos sobre nosotros como lectores, nosotros como escritores. Un lujo.
Este miércoles repetimos con este autor. Ahí estaremos, aprendiendo. Aprendiendo de un poeta que tiene mucho que enseñarnos. Aprendiendo y disfrutando.