El de las ideas para las exposiciones era Aure, que si con radiografías, luego con guantes y ésta última con hojas.
Y ponte a escuchar a ver qué te decían las radiografías, los guantes, las hojas... Porque para bien mandados "los Rascamanes".
El de las encuadernaciones es José Antonio, y el que organiza, el de los plazos, el que nos trae los cuadros y demás intendencia, es Javier.
Y después de escuchar a todos esos seres inanimados, radiografías, guantes y ahora las hojas, te crees que te han contado una historia y, lo que es mejor, siéntate después y escríbela de forma que pueda llegar al lector o al escuchante... Ahí es nada.
Para que luego "los que piensan y organizan" vengan detrás y te suelten que ahora lo resumas en un cuadro. Pero no así de cualquier forma, sino intentando ser literario, original, diferente, y la biblia en verso.
Y ahí estamos "los Rascamanes" haciendo los cuadros... Porque luego habrá que exponerlos, y después habrá que leerlos con público, y después...
Y así es la vida de Rascamán, esta isla literaria que nos hemos inventado donde nos refugiamos y escapamos del mundo real.
¿La inauguración del 14 de mayo en el Café Fígaro? Muy bien, la verdad. Muchos nervios, mucho bullicio, muchas letras y gente que disfruta muchísimo escribiendo y compartiendo lo escrito. Eso y mucho más. Pero es difícil contarlo, hay que vivirlo. Respirarlo y vivirlo a "lo Rascamán".
Gracias infinitas a todos, a los que ya erais y a los que vinisteis por primera vez. Gracias.