Vamos a ver si ponemos orden en las reseñas de libros leídos porque tenemos ya otra vez una fila... ¡¿Pero qué pasa con el tiempo?! Se nos va, se nos va, y no hay forma de sacarle más jugo.
Bueno el 7 de abril del año pasado os hacía la reseña conjunta de dos libros que me habían gustado mucho. Me estoy refiriendo a "El verano de los juguetes muertos" y "Los buenos suicidas" ambas de Tony Hill, un autor catalán.
Os contaba entonces que me habían encantado, que me habían parecido muy entretenidas y bien escritas. Entonces me las leí las dos seguidas, porque pertenecían a una trilogía. En la primera el equipo investigaba si la caída de un chico desde un balcón había sido un accidente o había algo más. Y en la segunda se ocupaban del presunto suicidio de la secretaria de unos laboratorios cosméticos, a quién habían empujado al metro.
No me leí la tercera de la trilogía porque aún no había salido. Estas navidades salió y claro me puse con ella rápidamente: "Los amantes de Hiroshima", que también devoré rápidamente.
El argumento de ésta tercera es el siguiente: "En una casa abandonada cerca del aeropuerto habían sido descubiertos dos
cadáveres.Los
cuerpos, apenas reducidos a piel y hueso, están abrazados y envueltos en
un hule de flores amarillas que a modo de sudario les protege al tiempo
que oculta una enorme cantidad de dinero. En otra línea de investigación
paralela, aunque no oficial, Héctor sigue buscando el paradero de Ruth,
su ex mujer, desaparecida sin dejar rastro hace ahora seis meses..."
Esta novela que cierra la trilogía es tan entretenida y trepidante como las anteriores. La he leído muy rápido porque la trama te atrapa y quieres saber rápidamente que ha pasado tanto en el crimen que nuestros protagonistas investigan, como en el que sufren ellos mismos: Ruth la mujer del inspector Salgado desapareció seis meses atrás sin dejar rastro y sigue sin aparecer.
Tiene mucho ritmo la novela. Porque la prosa del autor es ágily se lee muy bien. Porque el lenguaje es claro, sencillo, directo y tiene bastantes diálogos, lo que imprime a la acción un ritmo más rápido, más desenvuelto y ayuda
mucho a la caracterización de los personajes por medio de su lenguaje. Además el autor, a la hora de contar, va dosificando los hallazgos de forma tan acertada a cuentagotas que el lector no puede dejar de leer.
En cuanto la ambientación yo creo que está muy lograda. La acción transcurre como las anteriores en Barcelona, pero se mueven los personajes tanto en las calles céntricas como en el extrarradio. Y eso se refleja en los personajes que pivotan por la historia. El autor ha sabido caracterizar muy bien los barrios más prósperos y los más periféricos donde unos han tenido más éxito y han salido del barrio humilde, y otros siguen moviéndose en esos ambientes más modestos, más precarios, de los negocios pequeños, las casas pequeñas, la vida del bloque, juntarse en el parque... Esos lugares donde todo el mundo se conoce y se sabe que ha sido de sus vidas con el transcurso del tiempo. En cuanto a la ambientación temporal también está bien plasmada. Es mayo del 2011 y desde la calle han llegado hasta las páginas del libro los movimientos "indignados" que vivimos en todas las ciudades. Es el momento del 15M cuando se descubren los cuerpos y empieza la investigación. Pero el autor juega con el tiempo y la narración corre dando saltos hacía adelante y hacia atras, ayudando también este motivo a que sea más ágil la historia.
En cuánto a los personajes, a mí me gustan mucho los protagonistas. Por un lado está el inspector Salgado, Héctor Salgado. Me gusta porque te lo crees. Está bien perfilado en sus contradicciones y en sus inseguridades: Fuma, pero le gusta correr; es buena persona pero a veces se equivoca, es como cualquiera. Yo creo que está bien reflejado el lado humano de estos personajes. También pienso que es muy creible Leire Castro: es mujer, es jóven, acaba de ser madre, pero me gusta mucho que dude de sus afectos, y que le cueste tomar decisiones en cuánto a su futuro por muy resolutiva y decidida que sea en muchas ocasiones. Me parece que ambos están llenos de aristas, son complejos y eso hace que no sean predecibles en sus acciones o sentimientos y te puedan sorprender. Leire va ganando protagonismo novela a novela.
No me voy a extender más en otros personajes que también conocemos desde la primera novela de las tres porque ya hablé de ellos en mis otras reseñas como la Subinspectora Martina Andreu, el comisario Jefe Lluis Savall, o el agente Roger Fort. Pero sí decir que son personajes que van creciendo novela a novela y por tanto tiene su explicación que ya aparezcan en la primera y no dejan de tener su peso en toda la historia.
Como os decía, en general, me ha gustado mucho toda la trilogía. La tensión es palpable a lo largo de las tres novelas. Por supuesto pienso que hay que leerlas en el orden cronológico en que fueron escritas, puesto que la trama principal que afecta al protagonista es la que se continúa; además lo ideal sería leerlas no muy alejadas en el tiempo la una a la otra ahora que todas están en el mercado. Pero un punto a favor también de este autor es que nos refresca de vez en cuando situaciones que se vivieron en las dos novelas anteriores para que al lector le resulte mucho más fácil seguir la historia aunque haya pasado tiempo desde que leyó las dos primeras.
Esta novela tiene un ritmo muy fluído y tiene mucho jugo porque cuenta mucho de todos sus personajes, por lo que ha dado lugar entre mis amistades a muchas conversaciones a raíz de su argumento. Eso está muy bien. Es lo ideal ¿no? que uno termine una novela, y te haya entusiasmado tanto que el eco del argumento se quede ahí días y días en tu cabeza. Eso es de nota para el escritor.
Aunque, y quizás por eso mismo, yo le pondría un par de "peros" a esta última novela. Creo que hay un exceso de personajes secundarios en esta tercera entrega. Es cierto que eso hace que la trama sea más compleja, esté mucho más enrevesada, y por tanto el lector más perdido y con más ganas de desentrañar el misterio. Pero el final resulta, en mi opinión, un pelín atropellado, algo rápido creo en el desenlace, porque hay muchas subtramas bajo la trama principal, que hay que desembrollar al mismo tiempo y existe el riesgo de que al lector con tanto saltar de un personaje a otro, de su subtrama a la otra uniendo cabos, algo se le escape...
A mí personalmente no me gusta mucho cómo se resuelve finalmente el enigma de lo que pasó con la mujer del protagonista, algo forzado me parece, creíble sí, pero no acaba de gustarme. Creo que la resolución está más lograda en las dos primera novelas. En cambio me gusta el tema que subyace a ese largo argumento.
Me gusta también mucho esta trilogía porque además de tener misterios que resolver, hurga mucho en el interior de sus personajes, en su perfil psicológico. Me gusta porque trata grandes temas humanos como la amistad, la lealtad, la pasión y el amor y por consiguiente su vertiente oculta: los celos. Las dos caras de nuestra humanidad, lo mejor de nuestros sentimientos y lo peor.
Y también comentar que el autor deja el final lo suficientemente abierto como para que pueda retomar a estos protagonistas en futuras novelas. Ha sabido crear empatía entre ellos que viven entre las páginas de sus novelas y nosotros los lectores. Por supuesto todos los misterios se resuelven, pero ahí quedan sus personajes con el suficiente peso para que el escritor pueda volver a ellos y regalarnos más casos del Inspector Héctor Salgado y la agente Leire Castro. Y los lectores estoy segura de que hasta se lo agradeceríamos.
Toni Hill nació en Barcelona en 1966 y es licenciado en psicología. Los
últimos diez años de su vida los ha dedicado a la traducción literaria y
a la colaboración editorial en distintos ámbitos. Su estreno como autor
surgió en 2011, cuando se publica su primera novela ‘El verano de los
juguetes muertos', vendida a una veintena de países y con un gran éxito
de crítica y ventas.