Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

sábado, 22 de octubre de 2011

Precioso discurso de Leonard Cohen en los Premios Príncipes de Asturias...



Cuánto me ha gustado...

Si no lo habéis escuchado no podéis perderoslo... Lo podéis ver y leer...

Entrañable, poético y precioso.

http://www.rtve.es/noticias/20111021/premios-principe-asturias-2011/469977.shtml


Es un honor estar aquí esta noche, aunque quizá, como el gran maestro Riccardo Muti, no estoy acostumbrado a estar ante un público sin una orquesta detrás. Haré lo que pueda como solista. Anoche no logré dormir, pasé la noche en vela pensando en qué podía decir hoy aquí. Después de comerme todas las chocolatinas y cacahuetes del minibar garabateé unas pocas palabras pero dudo que haga falta referirse a ellas. Obviamente, estoy muy emocionado por el reconocimiento de la fundación. Pero he venido esta noche a expresar otro tipo de gratitud que espero poder contar en tres o cuatro minutos.

Cuando estaba haciendo el equipaje en Los Ángeles me sentía inquieto porque siempre he tenido cierta ambigüedad sobre la poesía. Viene de un lugar que nadie controla, que nadie conquista. Es decir, si supiera de dónde vienen las canciones las haría con más frecuencia. Es difícil aceptar un premio por una actividad que en realidad no controlo. Haciendo el equipaje para venir, cogí mi guitarra Conde, hecha en España hace 40 años más o menos. La saqué de la caja y parecía hecha de helio, muy ligera. Me la puse en la cara y la olí, está muy bien diseñada, la fragancia de la madera viva. Sabemos que la madera nunca acaba de morir y por eso olía el cedro, tan fresco, como si fuera el primer día, cuando compré la guitarra hace 40 años. Y una voz parecía decirme: "Eres un hombre viejo y no has dado las gracias, no has devuelto tu gratitud a quien la merece: el suelo, la tierra, al pueblo que te ha dado tanto. Porque igual que un hombre no es un DNI, una calificación de deuda tampoco es un país. Ustedes saben de mi fuerte asociación con Federico García Lorca y puedo decir que mientras era joven y adolescente no encontré una voz y solo cuando leí a Lorca, en una traducción, encontré una voz que me dio permiso para descubrir mi propia voz, para ubicar mi yo, un yo que aún no está terminado.

Al hacerme mayor supe que las instrucciones venían con esa voz. ¿Y qué instrucciones eran esas? Nunca lamentar. Y si queremos expresar la derrota que nos ataca a todos tiene que ser en los confines estrictos de la dignidad y de la belleza. Así que ya tenía una voz, pero no tenía el instrumento para expresarla. No tenía una canción. Y ahora voy a contarles brevemente la historia de cómo conseguí mi canción.

Yo era un guitarrista indiferente. Solo me sabía unos cuantos acordes. Me sentaba con mis amigos, bebía y cantaba, pero nunca me vi como un músico o un cantante. Un día, a principios de los años sesenta, estaba de visita en casa de mi madre. Su casa estaba cerca de un parque con una pista de tenis donde íbamos a ver jugar al baloncesto. Era un lugar que conocía de mi infancia. Me paseé por allí y encontré a un joven tocando una guitarra flamenca. Me encantó, estaba rodeado de algunas chicas y me senté a escucharlo, me cautivaba, yo quería tocar así, aunque sabía que nunca lo lograría.

Me acerqué a él y nos entendimos medio en francés medio en inglés y pactamos unas clases en casa de mi madre. Era un joven español. Al día siguiente se presentó. Me dijo: "Déjame escucharte tocar algo". Lo hice y declaró que no tenía ni idea. Él cogió la guitarra, la afinó, me la devolvió y dijo: "No suena mal. Ahora tócala de nuevo". No cambió mucho. La cogió otra vez y me dijo: "Te voy a enseñar unos acordes". Tocó una secuencia rápida de acordes y luego me explicó dónde tenía que poner los dedos y me dijo otra vez: "Ahora toca". Pero fue un desastre.

Al día siguiente, empezamos de nuevo con esos seis acordes. Muchas canciones flamencas se basan en ellos. Al tercer día la cosa mejoró. Aprendí los seis acordes. Al día siguiente el guitarrista no volvió por casa. Dejó de venir. Como yo tenía el número de la pensión donde se alojaba fui a buscarlo para ver que le había pasado. Allí me contaron que aquel español se había suicidado, que se había quitado la vida. Yo no sabía nada de él, de qué parte de España era, por qué estaba en Montreal, por qué estaba en la pista de tenis, por qué se había quitado la vida.

Sentí una enorme tristeza. Nunca antes había contado esto en público. Esos seis acordes, esa pauta de sonido, ha sido la base de todas mis canciones y de toda mi música y quizá ahora puedan comenzar a entender la magnitud del agradecimiento que tengo a este país. Todo lo que han encontrado favorable en mi obra viene de esta historia que les acabo de contar. Toda mi obra está inspirada por esta tierra. Así que gracias por celebrarla porque es suya, solo me han permitido poner mi firma al final de la última página.

viernes, 21 de octubre de 2011

La penúltima exposición que he visto: "Fotos de la guerra en Dubrovnik"





Tengo un poco de atraso con las cosillas que quiero contaros. Vamos a ver si ponemos un poco de orden. He pensado que hoy os podría dejar un par de fotos de la penúltima exposición que he visto.

Estaba en Dubrovnik y la verdad es que no era una exposición alegre que digamos, pero me gustó verla.

Aunque qué pena da ver cómo estaba en aquellos días una ciudad tan preciosa. Tampoco hace tanto tiempo... Luego sales de la exposición y vuelves a pasar esas calles ya transitadas y alegres y cómo no pensar...



Acabábamos de pasar por esta misma calle de la fotografía, ahora llena de restaurantes con terracitas, y de pronto la ves así vacía, gris, y al niño tan cargado... se te encoge el corazón.


Cuando volví a casa no pude por menos que comenzar a leer "El violonchelista de Sarajevo"...

martes, 18 de octubre de 2011

Algunas librerías del mundo...


Tenía pendiente traeros hasta aquí algunas de las librerías con las que he tropezado este verano. Siempre me gusta poder enseñaroslas.

La de arriba "La Feltrinelli" estaba en Catania. Cuando abrieron, en ella encontré algunos marcapáginas con frases sobre libros que me gustaron mucho.

Ésta de debajo del párrafo estaba en Palermo llenita de estudiantes comprando los libros para el nuevo curso.Ya veis que de "scontos" hacían...


En cambio en la debajo compraban libri...



Este es uno de los quioscos que proliferaban por las calles de todas las ciudades...


Y ésta última es una joyita que encontré en Erice, un pueblecito medieval precioso. En ese momento cayó un buen chaparrón y qué mejor lugar para esperar que escampara. Cómo si yo necesitara excusas... Aquí la teneis "La bottega del libro". Era chula ¿eh?



lunes, 17 de octubre de 2011

Hoy Delibes hubiera cumplido 91 años...



Pues sí, hoy don Miguel hubiera cumplido 91 años. 

Y como pequeño homenaje os quería dejar con un fragmento de una de sus novelas, una de las que más me gustaron cuando la leí: "Señora de rojo sobre fondo gris".

"Ninguno de los dos era sincero pero lo fingíamos y ambos aceptábamos, de antemano, la situación. Pero las más de las veces, callábamos. Nos bastaba con mirarnos y sabernos. Nada nos importaban los silencios. Estábamos juntos y era suficiente. Cuando ella se fue todavía lo vi más claro: aquellas sobremesas sin palabras, aquellas miradas sin proyecto, sin esperar grandes cosas de la vida eran sencillamente la felicidad. Yo buscaba en la cabeza temas de conversación que pudieran interesarla, pero me sucedía lo mismo que ante el lienzo en blanco: no se me ocurría nada. A mayor empeño, mayor ofuscación. Se lo expliqué una mañana que, como de costumbre, caminábamos cogidos de la mano: ¿Qué vamos a decirnos? Me siento feliz así, respondió ella..."

Miguel Delibes

viernes, 14 de octubre de 2011

El inventor de historias de Marta Rivera de la Cruz




Ya he terminado "El inventor de historias" de Marta Rivera de la Cruz. Y la verdad es que como siempre que leo un libro de esta autora he estado de lo más entretenida leyéndolo.

Cuenta la historia de Linus Daff que tiene un curioso oficio: inventor de historias. Se gana la vida cambiando el pasado de los que vienen a pedirle ayuda. 

Está ambientada en la época victoriana. Y va cambiando de escenario: Londres, Nueva York, La Habana, hasta un pueblecito gallego.

Es una novela entretenida, amena, positiva. 

Tiene personajes muy curiosos, desde Linus Daff que es el protagonista, que hace de la mentira  un negocio y su profesión. Se le da tan bien inventar historias que enseguida se corre la voz, y se va haciendo un nombre propio en el peculiar negocio. Pero es un personaje con buen fondo, que miente siempre en beneficio de los demás, no para beneficio propio, y se lo toma como algo absolutamente profesional dedicándole muchísimo tiempo y esfuerzos para que no quede ningún cabo suelto y sus clientes pues vivir con su nuevo pasado sin ningún problema. En contraste también tenemos el personaje de Pedro Almeiras, un caballero que no es capaz de mentir nunca, ni siquiera para salvar sus propios asuntos, su amor. No sabe mentir. Y hasta el final del libro no sabremos por qué. Estos personajes son los principales, los de alguna forma antagónicos, aunque buenos amigos. Pero por supuesto hay más, todos igualmente interesantes: Una cubana de la que se enamoran los dos, un indiano que quiere dejar su legado para hacer una escuela, un irlandés inculto que hereda una gran cantidad de dinero con un condición...

Me gustan estos personajes, son nobles, se les coge cariño.

Y la obra está toda salpicada de referentes históricos muy curiosos que ayudan a la historia a situarse en un determinado contexto tanto temporal como espacial. Tenemos desde Jack el Destripador hasta el hundimiento del Titanic. Dice la autora en una entrevista que había leído una noticia en prensa de que se habían encontrado entre los restos del Titanic  la maleta de un hombre cuya documentación del interior iba a nombre de un tal Irwin Howart, supuestamente un caballero con dinero y bastante cultivado  pues había libros, partituras, y otros objetos que así lo demostraban. Pero paradógicamente esa persona no estaba en la lista de los pasajeros del Titanic. Marta Rivera de la Cruz recoge esta noticia y la lleva hasta su novela...

"El inventor de historias" no es una novela nueva de la autora. Pero ha sido reeditada. 
Yo he disfrutado con su lectura. Aunque es una historia sencilla (como todas las de Marta Rivera de la Cruz)  al menos yo, no la pude dejar hasta que la terminé. Es una novela que tiene un ritmo pausado, van ocurriendo situaciones encadenadas que le tienen al protagonista muy entretenido y a tí también. Vamos saltando de historia en historia, como si fuera una sucesión de relatos. Es una lectura agradable, amena.Y además ahora está editada en bolsillo, así que ya veis, todo ventajas.

En estos días la autora acaba de sacar una nueva novela "La vida después" que estoy deseando leer, la verdad. Pero un poco más adelante, mientras voy a ir leyendo otros libros que ya esperan en casa su turno y que ya os iré contando...


El inventor de historias
Marta Rivera de la Cruz
Editorial Booket
1ª edición en bolsillo, junio de 2011
Género: Novela / Aventuras
368 páginas
ISBN: 9788408102830



jueves, 13 de octubre de 2011

Hoy lee José Cereijo sus poemas...



Os dejo con unas convocatorias (hoy es una de ellas) para escuchar al poeta José Cereijo. Para ir haciendo boca os dejo también debajo un par de poemas suyos...


Dice Cereijo para informarnos:

- El próximo Jueves 13 de Octubre leeré una selección de mi trabajo en la Biblioteca Pública de Retiro (c/ Doctor Esquerdo, 189), a las 19,30, dentro del ciclo de la tertulia "Arco Poético".

- Asismismo, el viernes 25 de Noviembre se presentará una antología de mi obra publicada, dentro de la colección "Los Conjurados" de la Editorial Polibea, en la Cacharrería del Ateneo (c/ Prado, 21), dentro del ciclo "Los viernes de la Cacharrería".






MATERIALES

Aprende a conocer y amar esta existencia
silenciosa, brutal, compleja, insuficiente:
con ese material –no hay otro para nadie–,
Virgilio, Dante, Shakespeare, hicieron su trabajo.

Las trampas del tiempo, 1999.





NUNCA

Nunca dormí en tus brazos.
Nunca me desperté de madrugada y vi el armario, la ventana, los libros,
o escuché el ruido de las cañerías, los pasos solitarios en la calle,
y pensé, incrédulo, que, puesto que todo aquello era real,
tú también debías serlo.
No supe a qué sabían tus labios, o tu risa.
No te vi desnudarte.
No supe ni sabré jamás cómo tus ojos, en el acto del amor, incendiaban la noche.
Esa ausencia es, lo sé bien, una mutilación irremediable;
es un triste muñón, que llevaré conmigo hasta la muerte.
También es, a su modo, forma y prueba de amor, de lúcido y humillado amor,
de devastado y verdadero amor, que ofrezco a tu recuerdo.

martes, 11 de octubre de 2011

"El mundo es un libro, y quienes no viajan leen sólo una página"



Il mondo è un libro 
e quelli che non viaggiano 
ne leggono solo una página.

San Agustín de Hipona



Me gusta viajar.

Sentir que he pasado un par de páginas más en el libro de viajes de mi vida.  Saber que este otoño he leído en italiano, en croata, en bosnio, y ¡hasta en bosniaco! que suena fatal pero existe porque así me lo han enseñado en este último viaje.

Pero me gusta volver. Ver como alguien muy cercano comienza a leer un nuevo libro de biografías,  volver a mi casa caminando despacio desde la suya y oler desde la acera que para cenar habrá tortilla francesa. ¿Para qué más? Qué rica... 

Volver al trabajo, volver a ver a mis compañeros, a mis amigos, a los míos. 

Volver a hablar, volver a estar con las personas que quiero y sentir que siguen aquí, que sonríen porque he vuelto.

Me gusta volver.