Este fin de semana me han dado mi último premio. El viernes último, el 26 de junio, se celebró en Ávila la entrega de premios del XVI Premio de Narrativa de la Asociación de Ávila, donde me han premiado mi relato La piel de la rutina. Es un relato que escribí en el año 2006, pero han tenido que pasar tres años para que tuviera su puesta de largo.
Como suele pasar, pasé muchísimos nervios, hay cosas a las que una, afortunadamente, no se acostumbra nunca. Pero estaba muy contenta y la verdad es que la entrega, que fue en el Palacio Los Serrano de Ávila, estuvo muy bien. Qué gusto.
Os dejo aquí con el principio de mi relato, porque si no sería muy largo, con algunas fotos y una de las noticias que ha salido en los periódicos.
La piel de la rutina
Los lunes de 9 a 10 Doña Pilar tiene “Lengua”. Por eso desde las nueve menos cinco, ni un minuto de más ni uno de menos, porque la puntualidad es principio de Reyes, norma de caballeros y costumbre de gente bien nacida, ella ya está sentada, en su cuarto de estar, con las piernitas juntas y las gafas en la nariz, al lado del teléfono.
A esa hora ella ya ha hecho su cama, se ha duchado y arreglado con esmero y de arriba abajo, con esas prendas que utiliza para estar cómoda en casa pero abrigada, sin estar de punta en blanco pero presentable, por aquello de si tiene que salir a abrir la puerta. Ya está también desayunada, ya se tomó su pieza de fruta, se hizo las tostadas con aceite de oliva, porque junto a las nueces es lo mejor para la circulación, y ya lo ha acompañado de un delicioso y humeante café, descafeinado por supuesto, que la entone para enfrentar un nuevo día.
A las nueve menos tres doña Pilar ya tiene la agenda en la mano y a las nueve en punto coge el teléfono para ir enlazando una conversación con otra y esta con otra, sin descanso pero sin cansarse, hasta las diez menos un par de minutos de la mañana. Momento en que considera que por el lunes, ya se ha puesto al día en todas sus relaciones familiares y de amistades varias, dando por finalizada la “Lengua”.
La piel de la rutina es dura, cuarteada por los años, claro, pero resistente. Eso cuenta doña Pilar. La piel de la rutina te encorseta, pero a la vez te acuna, te mece, te va guiando. Doña Pilar necesita de esa rutina, y la lleva a rajatabla. Atrás quedaron los años de su recién iniciada jubilación. Atrás quedó la euforia de los primeros meses, cuando se creía liberada de los madrugones y de los niños gritones, del bullicio del colegio y de la esclavitud de los temarios, de las épocas de exámenes y de las tediosas recuperaciones. Atrás quedaron aquellos días en que todo era recreo. Puro y bendito recreo.
Los lunes de 10 a 11 doña Pilar tiene “Matemáticas”. Por eso nada más colgar el teléfono se va hasta la mesa camilla y después de beberse un vaso de agua de la jarrita que siempre tiene a punto, se sienta dispuesta a poner orden en las cuentas de la casa. Repasa los recibos que se han ido acumulando desde el jueves a las 12.15 que dejó las matemáticas, apunta y pone al día los gastos diarios de pan y leche, periódico y demás minucias. Y va repasando, mientras puntea más despacio, la cuenta de la compra del viernes, tomando nota fiel de lo que supusieron los descuentos del 2X1, lo cara que está la vida y lo poquísimo que cunde la pensión. Sabe doña Pilar que el camino de la fortuna depende de tres palabras: trabajo, orden y economía, por eso, aunque lo suyo siempre fueron las letras, no deja esta ingrata labor hasta que puede clausurar el cierre de los cuadernos con un largo suspiro de alivio, tras cerciorarse bien de que son las 11 menos tres minutos.
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©Rocío Díaz Gómez
2006
Rocío Díaz Gómez recibió ayer el galardón de la XVI edición del Premio de Narrativa de la Asociación de Periodistas de Ávila, al que se hizo acreedora por el relato titulado ‘La piel de la rutina’
Rocío Díaz Gómez recibe el galardón
David Castro.
David Casillas / Ávila
Rocío Díaz Gómez, ganadora del XVI Premio Nacional de Narrativa de la Asociación de Periodistas de Ávila, recibió ayer el galardón al que se hizo merecedora por el relato corto La piel de la rutina, un atinado cuento sobre la rutina de la vida que el jurado consideró el mejor de entre los más de 380 presentados a concurso y enviados desde varios países de todo el mundo.
La ganadora, madrileña, es licenciada en Psicología, funcionaria del Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino, y en su curriculum de escritora aficionada puede presumir de poseer varios primeros premios de narrativa a nivel nacional.
La obra premiada, que fue elegida como la más relevante por un jurado integrado por los escritores Óscar Esquivias, Clara Janés, Alfredo Pérez Alencart, Antonio Sorel y José María Muñoz Quiros, además de por dos miembros de la Asociación de Periodistas de Ávila (Estela Carretero, como secretaria, y Antonio Mayoral, como presidente del jurado), cuenta la historia de una maestra jubilada que trata de no caer en la desidia y el abatimiento a través de una serie de rutinas semejantes a las que establece un horario escolar.
La consecución del premio, manifestó Rocío Díaz, «ha supuesto para mí una gran alegría», fundamentalmente por lo que «significa de reconocimiento a un esfuerzo creativo previo», que en esta ocasión tomó la forma de la historia de una maestra recién jubilada que para conseguir «que el tiempo no se la coma» se aferra «a la rutina como guía para su vivir del día a día».
Este año era la segunda vez que la autora de La piel de la rutina se presentaba al Premio de Narrativa de la Asociación de Periodistas del Ávila, certamen en el que probó suerte por primera vez en 2008, cuando el ganador resultó, precisamente, «un amigo mío».
El acto de entrega del galardón tuvo como escenario el auditorio del Palacio los Serrano de Caja de Ávila, entidad patrocinadora del premio, sala en la que Rocío Díaz estuvo acompañada por Agustín González, presidente de Caja de Ávila; Antonio Mayoral, presidente de la Asociación de Periodistas de Ávila, y Javier Arenas, secretario de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España.
El primero hizo entrega a la ganadora del cheque, por valor de 3.000 euros, y el segundo hizo lo propio con la escultura del escultor abulense Nacho Martín que se otorga al vencedor del certamen, artista que también estaba presente en el auditorio.Antonio Mayoral mostró su satisfacción por el éxito de este certamen «perfectamente consolidado… éxito que lo es no sólo por que hayamos superado al número de participantes de cualquier otra edición, hasta llegar a los 384» y por el considerable número de trabajos «llegados de otros países», sino, sobre todo, porque «de año en año aumenta la calidad de los relatos presentados al concurso».
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