Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

martes, 8 de octubre de 2024

8 de octubre, otra vez.

 



Todavía no soy capaz de leer todas las cuartillas que escribió mi madre cuando aprendió de nuevo a hacerlo. El ictus no sabía con quién estaba tratando y aunque le obligó a aprender a hacer de nuevo todas las tareas, le obligó a reescribir su vida entera con la mano izquierda, no pudo con ella. Tenía entonces mi madre justo la edad que tengo yo ahora. 

Hay días que uno va esquivando los recuerdos para no caer de bruces en ellos. 

Me conmueven esos renglones que no consiguen parecerse ni de lejos a la letra que tenía mi madre, aquella caligrafía tan igualita que le enseñaron sus monjas. Me conmueven las faltas de ortografía que me pidió que le corrigiera y ahí quedaron porque seguramente, tonta de mí, me distraje con otra cosa infinitamente menos importante. Me conmueve la fuerza de voluntad que se escapa por esos trazos que ella intenta ajustar a las líneas del papel contando cómo conoció a mi padre y cómo se portó con ella en aquel primer cumpleaños que vivieron juntos, otro ocho de octubre como hoy de hace ya unos cuántos años. 

Hay días en los que no caben más palabras que éstas. Días que se debe escribir lo que no se dice. Días de dar gracias. Gracias porque nos tocó a nosotros cinco ser sus hijos. Qué orgullo.

Feliz no cumpleaños mama. 


2 comentarios:

  1. Me emocionas, Rocío, el amor por tu madre me trae el amor recibido de la mía, con sus sombras y luces. Lo común entre ellas, el afán y el anhelo para insuflarnos la belleza y la palabra hermosa. Gracias por ese homenaje que en tu madre habla de todo lo mejor de ellas, su fuerza y su amor por sus hijos. Abrazo enorme, Cinta.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Cinta, por tu comentario, por leerme, por acompañarme en este viaje de las letras y de la vida. Un beso muy grande

      Eliminar

Tus comentarios me enriquecen, anímate y déjame uno