Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

Mostrando entradas con la etiqueta Mis viajes. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Mis viajes. Mostrar todas las entradas

jueves, 30 de agosto de 2018

El Farol de Santa María en la Isla de Culatra


Llegar volando hasta él como hacen las gaviotas. 

Descubrirle veraneando bajo el sol en aquella isla cerca de Olhao. Encontrar sus puertas abiertas y poder saborear su interior como si fuera el helado de nata y fresa más apetecible.


Subir los primeros 150 escalones y saberte ahí, en su vientre fresco, ascendiendo su columna vertebral, respirando su aliento de siglos y salitre. 


Y seguir recorriendole, subiéndole, para en lo más alto poder admirar su sombra a tu lado, tumbada en la arena de aquella inmensa playa de la Isla de Culatra.

Despacio dar la vuelta a su linterna, contemplando, interiorizando, el horizonte que él ve.

Para poder bajar de nuevo, peldaño a peldaño, asomándote por cada una de sus ventanas, peldaño a peldaño, pisando cada uno de los baldosines ajedrezados de su casa en penumbra.

Suspirar. 

Estás aquí. Estás.

Y despedirte con una sonrisa y un insignificante gracias por su enorme hospitalidad.










#Faros #Portugal #Olhao #Culatra #Viajes #Faro de Santa María

sábado, 18 de agosto de 2018

Biblioteca Pública Municipal Mercedes Gaibrois en Tarifa (Cádiz)



Nada más verla pensé que sería perfecta para la colección de "La vuelta al mundo en 80 bibliotecas" del blog.

La descubrimos por casualidad paseando por Tarifa, y relucía al atardecer, como vestida para recibir visitas, la nuestra.

No necesitaba hacer nada especial. En la plaza Santa María, una plaza recoleta y tranquila estaba alojada, ocupaba un edificio de estilo neo mudéjar de primeros del siglo XX, qué lujo. Y fue fundada en el año 1958.

Debe su nombre a la escritora Mercedes Gaibrois de Ballesteros.

Mercedes Gaibrois Riaño (París, 18 de septiembre de 1891-Madrid, 25 de enero de 1960), más conocida como Mercedes Gaibrois de Ballesteros fue una escritora, erudita e historiadora colombiana nacionalizada española.


Sus orígenes fueron internacionales, su abuelo paterno era originario de la Suiza francófona, su bisabuela fue inglesa y el resto de sus ascendientes nacieron y vivieron en Colombia. Sus primeros años los repartió entre París y Bogotá, ciudad esta última donde realizó sus primeros estudios. En esos primeros años prendió en Mercedes Gaibrois el amor por las lecturas históricas que ya nunca abandonaría.Su educación fue autodidacta, no alcanzó titulación académica alguna, en su lugar recibió clases en su casa por profesoras particulares que le fueron dando una exquisita educación.

Fueron muchos los reconocimientos que recibió gracias a su labor investigadora: correspondiente de la Academia de Buenas Letras de Barcelona y de la Sociedad de Americanistas de París; primer miembro femenino de la Real Academia de la Historia, desde el 24 de febrero de 1935, y bibliotecaria perpetua de esta institución. En 1933 recibió la valiosa condecoración colombiana de la Orden de Bogotá, que al ser obtenida por primera vez por una mujer, precisó la reforma de sus estatutos y un acuerdo especial del Parlamento de aquel país.

http://www.rah.es/10339-2/


Así que la biblioteca necesitaba ser incluida en nuestra colección particular de bibliotecas por méritos propios.


Y mi blog contentísimo, un regalo.







lunes, 13 de agosto de 2018

El bunker de Zahara de los Atunes


Nos gustaba divisarlo en la lejanía desde el Faro de Camarinal.
Admirar ese enclave privilegiado en el que estaba situado, entre dos playas larguísimas
y sobre unas rocas casi en medio del mar.

Veraneábamos en Barbate, en Zahara de los Atunes, en Atlanterra, donde el bunker.
Nos gustaba ir dando nuestras coordenadas así, cómo si fuéramos abriendo muñecas rusas, empequeñeciendo ese mundo paradisíaco hasta hacerlo manejable.

Si es que tenía algo de manejable un viejo bunker militar de los años 40 que hablaba de un pasado de intrigas durante la II Guerra Mundial, un pasado de enclaves estratégicos e invasiones anfibias, pero que ahora estaba abandonado a su suerte en medio de esas aguas frescas y cristalinas.

Primero jugábamos a hacer carreras y llegar hasta él.
Trepar las rocas sobre las que se elevaba su estructura rectilínea de hormigón y, gracias a la cuerda que alguien había dejado colgada, lograr entrar en su vientre sucio pero misterioso.
No nos costaba nada imaginar ametralladoras y hasta algún cañón,
para nuestra mente infantil y despierta no había nada más atractivo ni sugerente en todo el entorno donde quemar nuestras energías.

Con el tiempo solo íbamos paseando toda la orilla,
acercándonos a él despacio,
conversando mientras nuestros pies hacían el difícil camino sobre la tierra mojada
y los pedacitos de caracolas que el mar enfurecido había olvidado en ella.
Había que caminar mucho hasta tenerlo cerca,
caminar mucho hasta ir distinguiéndolo cada vez más nítido desafiando al oleaje,
más grande, más raro allí colocado.
Pero eso te aseguraba poca compañía y tranquilidad absoluta
en la pequeña cala resguardada del levante.
 Ideal para aquellos primeros encuentros románticos de nuestra adolescencia. 

 










domingo, 5 de agosto de 2018

Veletas y días felices


Cádiz. Junio 2018


Había días que nos mirábamos al espejo
y no reconocíamos la cara que nos contemplaba.
Días que no habían nacido para pensar ni decidir.

Entonces,
nos desenroscábamos la cabeza con cuidado
 y la dejábamos dentro de la vitrina donde teníamos la vajilla buena.

Respirábamos profundo y 
echábamos a andar sin más rumbo
que el señalado por la primera veleta que encontrábamos.
Hasta que tropezábamos con la segunda
y cambiábamos nuestra dirección,
que duraría hasta dar con la tercera, 
y luego la cuarta, la quinta, la...
dejándonos llevar.

Y así, solo así,
recordábamos los días felices.

Conil de la Frontera. Junio 2018



Mazagón. Julio 2018

Faro (Portugal) Julio 2018

Almancil (Portugal) Julio 2018

viernes, 3 de agosto de 2018

Los nombres de las tiendas, enésima parte. Por los pueblos de Cai...


Mari, qué buena tarde la de ayer...

Mira que te cuente: Comenzamos con el cafelito en "La taberna de Maikel". Una taberna de siempre, muy chica sí, pero con un nombre de lo más internacional, porque nosotras lo valemos y da mucho "glamur", ¿se dice así no?, decir que estuvimos con "Maikel".

De ahí, y ya más contentas, hicimos una paradita en "El tobarato" donde nos gastamos "los cuartos" que llevábamos y los que no llevábamos, que mañana a ver si nos pasamos otra vez y le pagamos al muchacho lo que nos fíó, que mira que no nos conocía y lo requetebien que se portó con nosotras que nos volvimos locas con lo barato que tenía todo...

Y más contentas que ná, con nuestro humilde "botín" de "El tobarato", cómo no podía ser de otra manera,  terminamos en el bar "Hasta aquí llegué", donde nos jartamos de pescaíto frito, puntillitas, tortilla de camarones... y todo lo que se nos apeteció... Qué te voy a contar, que estaba todo para rechupetearnos los dedos. 

Ay Mari, qué buena tarde hija por los pueblecitos de Cai, qué buena...







domingo, 29 de julio de 2018

El Faro de Trafalgar


Toda la naturaleza se alió para ofrecernos su mejor perfil. 

El sol, el más tímido, se quería esconder en el horizonte. 
Aunque su silueta, ruborizada, siguió reflejándose en el oceano.

Las dunas de arena que el mar olvidó, blandas, mullidas, 
dejaban que nuestros pies se hundieran en ellas,
como hospitalarias alfombras veraniegas.

Africa nos contemplaba en la lejanía mientras
las gaviotas revoloteaban dandonos la bienvenida. 

Y el faro, el faro de Trafalgar, se dejaba fotografiar sabiéndose el protagonista del lugar. Descendiente de una torre vigía del siglo IX hispano musulmana, 
se erigía sobre un lugar impregnado de historia. 
A su alrededor yacimientos arqueológicos de un templo romano y una factoría de salazones. 
Y desde el pasado, el eco de la Batalla de Trafalgar, en 1805, 
donde perdimos tantas vidas y tanto poder frente a la Armada Británica.

Cuánto nos podrían contar ese sol y esas dunas, esas aves y el Faro de Trafalgar. 
Cuánta historia han vivido, conocen y guardan.

Aquella tarde de junio nos la susurraron solo a nosotros. 

Nosotros, que en verano, cazábamos faros.










miércoles, 25 de julio de 2018

Murales en Olhao


Pasar por esta calle de Olhao (Portugal) es trajinar entre pescadores.

Dos calles de una zona cercana al Puerto están completamente decoradas en blanco y negro con escenas de la vida pesquera de este pequeño pueblo.

Los artistas han recreado esa vida marinera, nos han situado en el centro de ella, y además
han embellecido esa parte cercana al puerto.

Qué suerte descubrirla por casualidad.
















lunes, 23 de julio de 2018

De imágenes que valen más que mil palabras



No lo pude evitar. Vi los dibujitos de las puertas y no tuve más remedio que traérmelos a mi blog porque provocaron una sonrisa en mí nada más descubrirlos. Ocurrió en Moguer.
La vida misma.


También me hicieron gracia los dibujitos de debajo de éstos párrafos. Esta vez fue en Conil.
Unos pececitos para una villa marinera, nada más adecuado.

Seguiremos con los ojos bien abiertos.





martes, 17 de julio de 2018

La biblioteca Pública Municipal "Zenobia y Juan Ramón" de Moguer (Huelva)


Siempre que vuelvo a Moguer me llevo algún regalo.

Me gusta mucho ese pueblo de calles blancas con ribetes de color albero. Ese pueblo de enormes ventanas con rejas negras. Ese pueblo que conjuga la historia con la poesía y en el que palpita Juan Ramón Jiménez y su maravillosa Zenobia a cada paso que uno da.

Allí, unas veces en Moguer y otras en San Juan del Puerto, vivo dias felices en los que siento que la amistad es unos de los sentimientos más transparentes, incondicionales y absolutos que existen. 

Pero además esta vez he conocido su biblioteca. Qué joyita. Con su patio interior típico andaluz, también blanca y espaciosa. Fresca y silenciosa. Es preciosa. Y el nombre que tiene: "Biblioteca Pública Municipal Zenobia y Juan Ramón". Con ese "Zenobia" primero, qué alegría.

Así que me la tenía que traer para mi colección de "La vuelta al mundo en 80 bibliotecas". Quien dice 80...

No me digais que no es acogedora. Mi blog está bien contento de tenerla. 

Pues no dejéis de visitarla si pasais por Moguer.