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lunes, 26 de octubre de 2015

Mambrú se fue a la guerra... Origen de la canción




Es lunes. Qué difíciles son los lunes ¿verdad? ¿No os parece que necesitamos una veleta para que nos señale con determinación el final de la semana? Parece que viendo una luz al final del tunel uno se anima.

Bueno pues la veleta de hoy es una muy famosa. ¿Os acordais de Mambrú? ¡Sí! El Mambrú que se fue a la guerra... Bueno pues hay una veleta en un pueblo de Guadalajara que dicen que es Mambrú. El pueblo se llama Arbeteta. 

"Arbeteta es un pequeño pueblo de la provincia de Guadalajara situado a mil metros de altitud entre los valles del Tajo y el Guadiela.  En su iglesia parroquial construida en los siglos XVII-XVIII, con esbelta torre barroca diseñada por el arquitecto Pando. Y sobre ella hay una gran veleta, a la que llaman “el Mambrú”, porque según dicen, de lejos, tiene figura de hidalgo caballero inglés"... Ésto nos cuenta Carmen Gozalo de Andres, en su artículo "Mambrú, la legendaria giraldilla de Arbeteta".




 



¿Quién era Mambrú?

Mambrú en realidad era Marlborough, pero lo españolizamos fonéticamente en su día para poder decirlo. 

Efectivamente este señor existió y era un militar inglés. Cuentan que los soldados francedes fueron quiénes inventaron esta canción a comienzos del siglo XVIII, para celebrar la supuesta muerte de este militar inglés Duque de Marlborough que los había derrotado muchas veces.

La canción original decía:

«Marlborough s’en va-t-en guerre. Mironton, Mironton Mirontaine, ne sais quand reviendra» [Marlbourough se fue a la guerra. Mironton, Mironton Mirontaine, no sé cuando volverá].


El caso es que se dejó de cantar por las tropas francesas porque el Duque en cuestión no había muerto. Sin embargo la canción, que ya estaba viva, había seguido ya su camino por el boca a boca hasta llegar a una de las nodrizas de Luis XVI, que se la cantaba al pequeño para dormirle. A la Reina María Antonieta, la madre del pequeño, le hizo gracia y la aprendió difundiéndola por palacio en las fiestas de la Corte. 

 Como la corte francesa estaba muy relacionada con los borbones llegó la canción hasta España y como todo lo francés estaba tan de moda tuvo mucho éxito. Y al final todas las niñas cantaban aquello del tal Mambrú, que ya hemos comentado que fue la españolización del Marlborough.  
Y ya veis, tres siglos que llevamos cantándole a Mambrú.  

Fuentes:

Mambrú , la legendaria giraldilla de Arbeteta- Carmen Gozalo de Andrés (Historiadora)

Ya está el listo que todo lo sabe - Blog de 20 mn de Alfred López

 

viernes, 4 de septiembre de 2015

Dolores Redondo, el Valle del Baztán y yo


“Duerme pequeña zorra, la amá no te comerá esta noche”


Tenía muchas ganas de conocer este lugar de la foto. Es bonito ¿verdad? Verde, elegante, fresco, con clase... y de un tiempo a esta parte un lugar muy literario también.

¿Sabéis cual es?

Está en España, en Navarra, en el Valle del Baztán... Ahora ya sí que lo sabéis ¿no? Elizondo. 

A partir de la trilogía del Baztán de Dolores Redondo se ha hecho muy conocido. "El guardian invisible", "Legado en los huesos" y "Ofrenda a la tormenta". Los tres libros reseñados ya en el blog, os copio el enlace:


Pues el pasado mes de julio estuve visitándo todo el Valle del Baztán, precioso. Y estuve alojada en Elizondo, por supuesto.

Me ha gustado mucho toda la zona, no la conocía, y ha sido un gran descubrimiento. Tras leer la trilogía tenía ya muchas ganas de visitarla y la verdad es que no ha defraudado mis expectativas. Me ha encantado. 

Quería dejaros con lugares de Elizondo y alrededores de los que habla Dolores Redondo en sus novelas. Allí estaban, tal y como ella nos había narrado. Y hasta me llovió, como no podía ser de otra manera. Así que pude sentir esa humedad, esa lluvia que sufre la inspectora Amaia Salazar cada dos por tres. Lluvia que no hace más que dejar todo mucho más brillante y sereno. 

Qué buena visita, si no lo conocéis no os lo perdais. Y si os gusta la novela negra, preferiblemente visitarlo después de imaginarlo leyendo esta trilogía. 


 La foto de arriba es de una librería de Elizondo. 

Y las fotos de debajo son todas de lugares de los que habla la protagonista: La tienda de ropa Belzunegui donde su madre les compraba la ropa cuando eran pequeñas. El autoservicio Adela donde le mandaba a comprar. Los calzados Virgilio donde les compraba los zapatos... De todos estos lugares tan cotidianos habla Amaia cuando vuelve a Elizondo y recordaba su infancia.







La escuela de Elizondo "Ikastola" Baztán

Cómo no incluir una foto de la escuela, la "ikastola", bien bonita por cierto...


El cementerio de Elizondo
 Y por supuesto del cementerio. Donde enterraban a las niñas asesinadas en el primero de los libros y donde de alguna manera arranca la historia. Vemos en la foto que además de las cruces hay alguna que otra estela discoidal, esas piedras de forma circular unidas al rito mortuorio que se utilizaron en Navarra hasta principio del siglo XIX.




Y también se mencionan en la trilogía otros pueblos del Valle del Baztán como Amaiur/Maya (en la foto de arriba) o Arizcun, en la de debajo, donde se ambienta el principio de la segunda novela que comienza con unos actos de profanación en la Iglesia de Arizcun.



Bueno, ya no os dejo con más fotos (que podría... de tantas como hice) porque yo creo que con éstas ya queda un poco ilustrado el ambiente de la trilogía del Baztán.

domingo, 30 de agosto de 2015

Embalse de La cuerda de el Pozo, pueblo sumergido de La Muedra. Ruta machadiana Alvargonzalez

Embalse La cuerda del pozo (Soria)


En este blog tenemos una etiqueta para atesorar esos "lugares y objetos sugerentes literariamente hablando". Dentro de ese apartado tenemos a los faros y a las veletas, que ahora mismo recuerde, porque al verlos tan lejanos, tan altos, tan inaccesibles pero con tanta antiguedad, invitan a inventar, a imaginar, a escribir. 

Hoy quería que dentro de esa categoría metiéramos a esos pueblos que permanecen sumergidos dentro de algunos embalses. 

Fijaos en la foto ¿No es sugerente? Se trata del Embalse de La cuerda del pozo. Cómo asoma la torre del campanario de la antigua Iglesia, qué inquietante, qué curioso. La de historias que permanecen ahí sumergidas a la espera de que las saquemos a la superficie. 

Pero además de por ser un lugar sugerente para la literatura, este embalse tiene otra particularidad que para nosotros, amantes de la literatura, tiene su importancia. Este embalse pertenece a lo que se denomina la ruta machadiana de Alvargonzález, porque el poeta pasó por aquí en un viaje que hizo en el año 1910 y que ya contamos en otra entrada.

Hoy hablamos en concreto de este embalse, La cuerda del pozo, situado a 45 km. de Soria, en el término municipal de Vinuesa. Se llama también de La Muedra, porque así se llamaba el pueblo que tiene sumergido en su interior. Se terminó de construir en 1941. 

"Fue en 1923 cuando se aprobó la construcción de un pantano en la cabecera del río Duero. El 9 de septiembre de 1941, 18 años después, se inauguró la presa de La Cuerda del Pozo, que tapó el pueblo de La Muedra, nombre por el que muchos conocen el embalse regulador de la cuenca alta. La obra fue proyectada por Pedro Pérez de los Cobos y construida por las empresas Granero y Córdoba.
Los vecinos de La Muedra -un pueblo pequeño con 341 habitantes y unos 90 hogares en 1931, ubicado entre Vinuesa y El Royo- emigraron en su mayoría a la localidad visontina, a cinco kilómetros de la población. También, parte de las familias se trasladaron a Molinos de Duero, Salduero, El Royo, Abejar y El Burgo de Osma, entre otros núcleos cercanos. “¿Ya han pasado 60 años?”, pregunta Marisol. “No creo”, dice ella a sus 78 años. Cuando su familia dejó La Muedra tendría tres o cuatro años. El desalojo y las obras provocaron que La Muedra se quedara despoblada unos años antes. Por aquí pasó el poeta Antonio Machado en 1910 en el viaje de autobús que le llevó a Urbión, en un recorrido en el que recogió la leyenda de La Tierra de Alvargonzález, de cuya publicación se cumple el próximo año el centenario. “Allí se vivía bien”, coinciden en señalar José Luis, Dolores, Marisol, algunos de quienes recuerdan historias que sus padres les contaban de la población. Era un pueblo de labranza, con la economía doméstica de la que se vivía en muchos otros núcleos, y en los que no se pasaba hambre. “La gente vivía con unas gallinas, el cerdo, unas cabras, y lo que traía del monte”."

La foto la hice yo al pasar por Soria.

lunes, 29 de junio de 2015

Faros del Cabo de Gata



Hace muuuuucho calor este verano que acaba de asomar la patita por debajo de la puerta, como decíamos en el cuento de El lobo y los siete cabritillos. ¿Os acordáis? Yo me acuerdo de cuándo nos lo contaba mi madre...

En fin, pues que cómo está ardiendo la calle en este junio de 2015, he pensado que era el mejor momento para volver a nuestras entradas veraniegas (o no) de los faros. 

Me gustan los faros, me gustan mucho. Me parecen muy sugerentes a la hora de escribir, de inventar. Ya tenemos más entradas en este blog de otros con los que me he topado en mis viajes.

Hoy para refrescarnos os voy a dejar con dos nuevos para nuestra particular colección. Están en el Cabo de Gata. El de la foto que encabeza esta entrada y las siguientes son del Faro que está en el mismo cabo. Donde se puede decir que termina el sur oriental de la peninsula. Y ahí también está el Mirador de las Sirenas.

"En 1863 se construyó el faro y ya en el siglo XX el resto de dependencias que lo completan. Se edificó sobre las ruinas del castillo de San Francisco de Paula, que formaba parte de la batería de defensa marítima existente en la costa almeriense y que fue destruido durante la Guerra de la Independencia. Construido sobre un acantilado de 50 metros y con una altura de torre de 18 metros, los destellos del faro son visibles a 30 millas de distancia, unos 45 kilómetros, complementado por una sirena acústica que los días de espesa niebla se activa avisando a los barcos de su presencia."




Y de aquí hasta abajo las fotos son de otro faro: Faro de la Mesa Roldán. 

También está en Almería, muy cerca de la Playa de los Muertos

"El faro se construyó por efecto de una Real Orden de 18 de diciembre de 1857, que colocaba una luz entre Cabo de Gata y Cabo Tiñoso, ya que cuando se doblaba el morrón de los Genoveses se perdía de vista el faro de Cabo de Gata y aún no se veía el de Cabo Tiñoso, haciendo imprescindible colocar un faro entre los dos. El proyecto fue hecho por el ingeniero Antonio Molina en el año 1861, con un presupuesto de 180.131,62 reales."

 He encontrado en internet un documento escrito por el último farero de este faro muy interesante, os dejo el enlace por si os apetece la historia:


No me digáis que estos faros, uno al lado del Mirador de las Sirenas y otro al lado de una playa con ese nombre de Playa de los Muertos, no invitan a inventarse una historia...





"Hasta que en 1863 se inauguró el faro construido en sus inmediaciones, la torre de La Mesa Roldán (1766), se estuvo utilizando para hacer el servicio de señalización de la costa, por medio de una hoguera, que prendía en su cima el vecino de Carboneras Antonio José Belmonte. En 1978 se abrió una cantera en la cima de Mesa Roldan, cuyas continuas voladuras han afectado a la integridad de la torre, la cual se encuentra parcialmente en ruinas, y transformada.
El acceso al exterior es libre. Fue declarada Bien de Interés Cultural (BOE del 29 de junio de 1985)."






Aquí estoy yo haciendo las fotos de esta entrada... Faro de la Mesa Roldán - Junio 2015

 Cuánto de soledad, de inmensidad, de vacío, de altura ¿verdad?


Y por si queréis recordarla os dejo también con el enlace a la entrada que hice el año pasado, también en junio, sobre los faros:



domingo, 30 de junio de 2013

El faro de la Mola y Julio Verne en Formentera

¡FORMENTERA! –exclamaron casi al unísono el conde Timascheff y el capitán Servadac.

Era el nombre de una isla del grupo de las Baleares situado en el Mediterráneo. Esto indicaba con claridad y exactitud el punto que ocupaba entonces el autor de los documentos. ¿Pero qué hacía allí aquel francés? Si estaba, ¿vivía todavía?

No podía dudarse que era Formentera de donde había lanzado las noticias indicando las posiciones del fragmento del globo terrestre a que llamaba Galia.
 Julio Verne 
Héctor Servadac pág. 106




Quiero terminar junio con otra entrada dedicada al rastro de los escritores que encuentro en mi camino. Ya os hablé hace nada de que había estado en Ibiza y había visto la casa en la que veraneó Rafael Alberti y María Teresa León en 1936.

Pues bien, hoy quería que esta entrada fuera también de otro escritor con el que he tropezado este mes. Me refiero al monolito que existe dedicado a Julio Verne en el Faro de la Mola en Formentera.



Rebuscando por la red resulta que no está muy claro si Julio Verne conocía Formentera o no, no se sabe a ciencia cierta si realmente estuvo en el Faro de la Mola. Este impresionante lugar que os dejo en mis fotos. Y que si no conoceis deberíais conocer porque es una preciosidad.

De lo que sí que no hay duda es de que Julio Verne escribió su novela Hector Servadac inspirándose en este lugar. Aquí existe un monolito donde un par de placas, fechadas en el año 1978,  hablan de ello.

Hector Servadac es una novela de Julio Verne, publicada en 1877 en el que el protagonista  Héctor Servadac y un grupo de personajes de distintas nacionalidades realizan un curioso viaje durante dos años a través del sistema solar encima de un cometa debido a una catástrofe en la tierra en la que un aerolito gigante arranca un trozo del mediterráneo (donde transcurre la acción) del globo terrestre hacia el espacio exterior.

Parece ser que a Julio Verne le gustaba mucho la forma de esta isla, tan plana pero que sin embargo terminan con una pendiente de entre 120 y 140 metros justo a la altura de este bello faro. Parece ser que le parecía un lugar desde el cual podrían despegar aviones o naves o incluso ovnis.




Y ya que estamos en este lugar aprovecho para contaros que este faro de la Mola fue proyectado por Emilio Pou, y después de estar construyéndole durante unos tres años se inauguró el 10 de junio de 1861. Es el faro más importante y antiguo de Formentera y fue mandado construir por Isabel II.

Tres fareros se encargaban de su funcionamiento y mantenimiento. Y solo en dos ocasiones ha dejado de iluminar, una durante la guerra de Filipinas y otra durante la guerra Civil española. La luz del faro electrificado en 1.973, alcanza una distancia de 23 millas náuticas.


Qué sugerentes son los faros ¿verdad? Son lugares mágicos muy susceptibles de hacer literatura con ellos.