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domingo, 11 de abril de 2010

Dos lobos en mi corazón...


Un viejo indio estaba hablando con su nieto y le decía:

"Me siento como si tuviera dos lobos peleando en mi corazón. Uno de los dos es un lobo enojado, violento y vengador. El otro está lleno de amor y compasión"

El nieto preguntó:

"Abuelo, ¿Dime cual de los dos lobos ganará la pelea en tu corazón?"

El abuelo contestó:

"Aquel que yo alimente."


De la propaganda de la tienda Natura

martes, 26 de enero de 2010

"Escribir..."



"Escribir es defender la soledad en que se está"


María Zambrano
Por qué se escribe



http://www.babab.com/no10/maria_zambrano.htm



viernes, 15 de enero de 2010

"Las penas de amor son como marearse en un barco: tú te siente morir pero a los demás les produces risa" Alejandro Gándara. Artículo - Rosa Montero


Tengo varias cosas que contaros, pero mientras encuentro el momento, aquí os dejo con un artículo de Rosa Montero, aparecido en el suplemento EPS del domingo 10 de enero.

Supongo que ya otras veces os he hablado de esta autora porque a mí me gusta bastante cómo escribe. "Historia del Rey transparente" es uno de mis libros preferidos.
Bueno aquí os lo dejo, espero que os guste.



ROSA MONTERO MANERAS DE VIVIR

Corazones de alcachofa


ROSA MONTERO
10/01/2010


Si Cupido se representa tradicionalmente con el aspecto de un angelote rollizo de corta edad, algo así como una especie de lechoncillo seráfico, es para simbolizar que en el amor todos somos eternamente niños, que no aprendemos jamás, que no evolucionamos, que amamos una y otra vez con la misma pureza, es decir, con la misma ignorancia y repitiendo todos los errores. De hecho, a menudo amar, a medida que uno crece, es ir desarrollando cierta esquizofrenia, porque por un lado el cerebro enciende las alarmas y avisa de las trampas que uno mismo se pone; pero, por otro, el corazón se emperra en seguir a lo suyo, encendiendo el mundo de colores y deshojándose como una trémula alcachofa.
“Aunque se sobrelleve silenciosa y platónicamente, el amor en la vejez es algo muy común”

Vista desde fuera, la pasión siempre tiende a resultar un poco ridícula; como dice mi amigo y estupendo escritor Alejandro Gándara, las penas de amor son como marearse en un barco: tú te sientes morir, pero a los demás les produces risa. Y esa vertiente una pizca grotesca que tienen los enamoramientos desenfrenados se va multiplicando con la edad: cuanto más viejo seas, más chistoso resultas. En parte, supongo, es cosa de esa esquizofrenia de la que antes hablábamos, del chirrido que provoca ver a personas mayores que se siguen comportando como críos, pero en parte también debe de ser una consecuencia del prejuicio. Ya se sabe que vivimos en una sociedad que idolatra la apariencia de juventud y desdeña a los viejos, y la idea de un anciano o una anciana enamorados produce mofa e incluso cierta repugnancia, porque en el fondo nos repugna la idea de nuestra propia vejez, de la decadencia inevitable y de la muerte. Por lo general, todo eso no lo tenemos nada trabajado, y así nos va.

Pero lo más curioso es que el personal se suele sorprender ante la idea de que los mayores se enamoren, como si fuera algo poco común. Las convenciones dictaminan que con la edad se apagan esos fuegos y la gente se sigue tragando esa mentira, aunque la realidad nos demuestre abundantemente lo contrario. Ahí está Liliana Bettencourt, la octogenaria dueña de L’Oréal, regalando mil millones de euros a un fotógrafo; y aquí mismo tenemos a la Duquesa de Alba, cuya vida se ha visto bastante agitada últimamente a consecuencia del amor. Desde luego las mujeres parecen tenerlo un poco peor; los resabios machistas hacen que todos tendamos a ver más risibles a las señoras mayores que se enamoran, pero lo cierto es que, salvo excepciones, a los varones tampoco se les perdona. El viejo verde es un personaje socialmente ridículo.

Recordemos, por ejemplo, al gran Goethe, un hombre de talento universal que, además de ser uno de los mejores escritores de la historia, desarrolló una intensa carrera política y fue un científico más que notable. Pues bien, este personaje inmenso consiguió perder por completo su lucidísima cabeza a los 74 años, cuando se enamoró como un becerro de Ulrike, una muchacha de diecinueve, hasta el punto de que, cada vez que la oía pasar junto a su ventana, abandonaba el trabajo y salía corriendo detrás de ella sin sombrero ni bastón, detalle que, a principios del siglo XIX, denotaba a las claras lo trastornado que estaba. Ni que decir tiene que nadie pareció entender esa pasión tardía; los conocidos se burlaban y el hijo de Goethe se enfureció muchísimo. El escritor pidió a Ulrike en matrimonio y fue rechazado, y el disgusto fue tan grande que el pobre hombre se puso malísimo. Avisado de su enfermedad, el mejor amigo de Goethe, el músico Carl Zelter, acudió desde Berlín a visitarlo. Y después escribió en una carta con inmensa sorpresa: “¿Y qué me encuentro? A alguien que parece que tuviera en el cuerpo todo el amor con toda la angustia de la juventud”. Ya digo, en la pasión no envejecemos.

Y si un cerebro privilegiado como el de Goethe es capaz de achicharrarse así, ¿qué no puede sucedernos a los comunes mortales? Me parece que, aunque por lo general no se comente, aunque se sublime, aunque se sobrelleve silenciosa y platónicamente, el amor en la vejez es algo muy común. Y no hablo ya de pasiones arrebatadas, sino de ese aleteo en el estómago, de ese desasosiego y esa alegría. Muchos ancianos y ancianas están secretamente enamorados de sus médicos, de las enfermeras que les toman la tensión, del vecino encantador que les ayuda a bajar los escalones del portal. Y qué maravilla que sea así. Qué maravilla constatar que, cuando todo decae y todo se hunde, sigue habiendo dentro de ti un adolescente emocionado e irreductible.

lunes, 28 de diciembre de 2009

"Madrileños. Un álbum colectivo". Una exposición. Una frase



"No hay ni una sola fotografía que no sea en sí misma un viaje,
del pasado hacia nosotros, de nosotros al pasado"


Cuando la leí, me gustó mucho esta frase. Es cierto. Hay mil y una historias detrás de cada fotografía. Hay también como dice la frase dos viajes, uno hacia el pasado y otro hacía el hoy. Además de todos los cortos viajes que te das cuenta que surgieron, si piensas unos momentos, durante todo ese trayecto.

Las fotografías y los viajes, dos de mis aficiones.

La frase la leí en un panel de la exposición en la que estuve el sábado.



“MADRILEÑOS. UN ÁLBUM COLECTIVO”.
SALA DE EXPOSICIONES CANAL DE ISABEL II, MADRID.


"El Archivo Fotográfico de la Comunidad de Madrid comenzó en abril de 2007 a través de un llamamiento a los ciudadanos de la Comunidad para que aportasen sus fotografías personales y familiares, desde la creación de la fotografía en 1839, hasta el año 2000, con el objetivo de reunir y dar a conocer las imágenes que los madrileños guardan en sus álbumes familiares y que constituyen la guía sentimental de nuestra existencia. Una cámara digital conectada a un ordenador ha sido el medio necesario para obtener estas reproducciones que, además, han sido descritas por los mismos protagonistas de esas imágenes a veces de manera anónima, otras con nombre y apellidos."


Me gustó mucho esta exposición. Muy curiosa. Las fotos estaban ordenadas por temas: Familia, fiesta, retratos, gente... Y según ibas subiendo por la escalera las ibas encontrado.


Todas ellas, junto a su información correspondiente, pueden ser vistas en www.madrid.org/archivofotografico.


La sala de exposiciones del Canal que está en la calle Santa Engracia 125, es un lugar digno de ver. Yo ya había estado en otra ocasión, pero me gustó volver. Dentro de los espaciosos jardines con los que cuenta en pleno centro de Madrid el Canal de Isabel II, se ha habilitado uno de los deposítos antiguos del agua, para dedicarlo a esposiciones. Por dentro en circular vas ascendiendo por las escaleras metálicas a los estrechos pasillos de las plantas superiores. En la Plaza Castilla también hay otro de estos antiguos depósitos pero me parece más pequeño.


En este caso, en el centro de la sala pueden verse unas tiras enormes que caen desde la parte superior, a modo de negativos de película fotográfica, donde se leen los nombres de todos los participantes en el proyecto del Archivo Fotográfico de la Comunidad de Madrid. También en el hueco de la escalera se presentan los dos audiovisuales con unas 1.000 imágenes.


"Las tres plantas superiores contienen cada una dos temas presentados al inicio. RECUERDO trata imágenes de nuestra historia, de las costumbres y modas del pasado siglo en nuestra comunidad; FAMILIA se plantea como una sección donde reconocernos en los tipos, las modas, y la evolución de una sociedad; FIESTA representa el rito, el ocio, y las fiestas populares que nos acompañan generalmente en verano por toda la sierra; RETRATO nos muestra la evolución del género fotográfico, desde los retratos caseros a los de estudio, los modelos, las posturas y la evolución de la sociedad a través de los mismos.Por último, LUGAR nos cuenta el cambio de las ciudades y pueblos como la Plaza Mayor, o el Acueducto de Segovia; y GENTE pone en relación diferentes grupos de persona como el de reinas del baile, quintos en fiestas, etc."


A mí me gustó mucho. Las fotos de cómo eran la Plaza Mayor, Cibeles, el Manzanares o el Paseo de Recoletos son muy interesantes. Es una exposición entretenida y curiosa.


"El comisario de la muestra es Chema Conesa (Murcia, 1952). Periodista, fotógrafo y editor gráfico, Conesa ha sido jefe de Fotografía en el semanario El Globo, editor gráfico en El País Semanal, y actualmente es subdirector de Fotografía del Magazine de El Mundo. Dirige la colección de monografías de fotógrafos españoles PHotoBolsillo, y es asesor de la Fundación World Press Photo. Como comisario ha realizado diversas exposiciones, como Contactos, de Ramon Masats, y Lusofonías. Pisadas sonánmbulas, de Navia.


Con motivo de la exposición se ha realizado un catálogo con textos del comisario Chema Conesa y del escritor Andrés Trapiello."

La exposición Madrileños. Un álbum colectivo estará abierta al público de martes a sábado, de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.30 horas, y el 24, 31 diciembre, domingos y festivos, de 11.00 14.00. Los días 25 diciembre, 1 y 6 de enero y los lunes permanecerá cerrada. Asimismo, se realizan visitas guiadas gratuitas los sábados a las 12:00, 13:00, 18:00 y 19:00 horas, y los domingos a las 12:00 y 13:00 horas.

viernes, 20 de noviembre de 2009

La frase del día: Luis Landero


"Nuestra vida
se parece mucho a una colección de cuentos"


Luis Landero
En el Ojo Crítico (20 noviembre 2009)
RNE

miércoles, 7 de octubre de 2009

Frase del día 7 de octubre















“¿Cuándo fue la última vez que sentiste algo por primera vez?”