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sábado, 3 de noviembre de 2012

La casa de la Familia Rosales en Granada




"En este momento no hay en casa de los Rosales ningún hombre. Luis y José están en el frente; Antonio, Gerardo y su padre se encuentran en diferentes puntos de la ciudad, y Miguel está de servicio en el cuartel de Falange. Así que la señora Rosales tiene que enfrentarse sola con Ruiz Alonso. Se opone rotundamente a que se lleve al poeta. ¿Con qué derecho se presenta en una casa falangista una persona para ella desconocida? ¿Y qué quieren con García Lorca? Según Esperanza Rosales, que escucha aterrada la conversación, Ruiz Alonso declara categóricamente que al poeta le achacan el contenido de sus escritos. Supone que las autoridades querrán interrogarlo por ese motivo. (...)
Al despedirse Federico de Esperanza, susurró, según ella: "No te doy la mano porque no quiero que pienses que no nos vamos a ver otra vez". 
Luego salió a la calle acompañado de MIguel Rosales y de Ramón Ruiz Alonso..."

Pág. 242 y 243
Cuatro poetas en guerra
Ian Gibson


Ya sabéis que he estado en Granada el fin de semana pasado. El motivo fue la lectura que hice allí para EncuentrosLiterarios, pero ya que estaba aproveché para visitar de nuevo la ciudad. No es la primera vez que paseo Granada, pero siempre queda algo por ver.

Recordareis que el año pasado fui con algunos compañeros de mi tertulia literaria a pasar un fin de semana que dedicamos a Lorca. 


 Esta vez volví a visitar la primera de las anteriores, pero además me acerqué a dónde vivió sus últimas horas, en la casa de la familia Rosales. Encabeza esta entrada una foto del hotel que hay ahora allí, El Hotel Reina Cristina.

La chica que estaba en recepción, muy amablemente, nos contó de nuevo un poco la historia que ya todos conoceréis, que no estaba ninguno de los hijos en el momento en que vinieron a buscarle, y que la madre se enfrentó a ellos (arriba os he copiado también un fragmento del libro de Ian Gibson donde se cuenta).

Quería dejaros también con una foto del interior del hotel, que parece ser que es lo único que se conserva de la primitiva casa, el patio interior. 

Y también una foto de la puerta por la que sacaron a García Lorca (según esta misma chica de recepción), que está en un lateral.

Patio interior de la casa de Los Rosales en Granada. Ahora recepción del Hotel Reina Cristina




Puerta lateral del Hotel Reina Cristina, o puerta por la que se llevaron a Lorca
Granada, 26 de octubre de 2012

Si queréis volver a echar un vistazo a todas las casas de escritores que ya llevamos vistas en el blog, son ya unas cuántas, podéis hacerlo pinchando en el vínculo de debajo:

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Los gatos de Hemingway

  Hoy vamos a abrir una nueva etiqueta en este blog que vamos a titular: Las mascotas de los escritores. 

 Vamos a empezar con un artículo sobre Hemingway y sus gatos. Le encontré por pura casualidad pero me pareció muy curioso. No os puedo dejar de dónde lo copié porque he extraviado el vínculo, pero lo he leído en varios sitios distintos. Siento no poder copiaros ahora mismo dónde.

En cualquier caso, espero que a vosotros también os guste. Aquí os lo dejo.


Los gatos de Hemingway



En los años 30 el escritor Ernest Hemingway recibió un original regalo por parte de un capitán de barco, era una gatito llamado Snowball, que tenía la particularidad de ser polidáctil, es decir tenía un dedo de más en todas sus patitas, lo que le daba el aspecto de usar mitones. Heminway se sorprendió cuando Snowball fué papá de cachorros y todos heredaron esta característica aunque la madre fuera normal.

Heminway y su familia felina vivieron durante muchos años en una casa de Key West, Florida, donde el escritor se dedicó a crear grandes obras como "Por quien doblan las campanas" o "Las nieves del Kilimanjaro" y Snowball a aumentar la población de gatitos con polidactilia.


 Los gatos de Heminway
Con el tiempo la casa de Key West se convirtió en museo y los gatos pasaron a ser parte de él, incluso se creó una excepción en la ley de Florida que prohibe que haya más de cuatro animales por casa.

Los gatos de seis dedos de Heminway no verán perturbada su existencia. La mayoría tienen nombres famosos (Colón, Pablo Picasso, Charlie Chaplin, Audrey Hepburn,...) y son primorosamente atendidos por los responsables del museo. Todos están castrados, salvo dos machos y dos hembras que aseguran la perpetuación de los gatos de Hemingway y mantienen su número en aproximadamente sesenta.



miércoles, 6 de junio de 2012

La casa de Vicente Aleixandre, una lástima ese abandono...





 "En mayo de 1927, Vicente Aleixandre se trasladaba en compañía de sus padres, Elvira y Cirilo y de su hermana Conchita, a un chalé de dos plantas con jardín, sito en la calle de Wellingtonia, en un antiguo extrarradio de Madrid, al final de la avenida de la Reina Victoria. La nueva casa se hallaba en el parque urbanizado por la Compañía Urbanizadora Metropolitana entre 1920 y 1925 que fundaron los hermanos Otamendi y Juan Carlos Mendoza. Según rezaba la propaganda de la Compañía se propusieron «crear un parque urbanizado con hoteles modestos, rodeados de jardines y huertas, donde la clase media, al terminar sus ocupaciones, gozara del reposo y tranquilidad del hogar». De esta casa hará nuestro joven poeta su residencia definitiva hasta el mismo año de su muerte en 1984..."
 Alejandro Sanz
Presidente de la Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre
«
La calle de la poesía»
(2010)


 Ya sabéis que en este blog tenemos una sección dedicada a las casas de los escritores:

Ya hemos hablado de las casas de Blas de Otero, de Unamuno, de Miguel Hernández, de Neruda, de Lorca... Pues bien hoy le toca a una que está en Madrid y que es la de las fotos de esta entrada.

Ultimamente he pasado varias veces por delante de esta casa. Es la que habitaba Vicente Aleixandre en el Parque Metropolitano de Madrid, una zona de chalets muy tranquila, muy cerca de la Ciudad Universitaria. 

Está en el núm. 3 de la calle que ahora lleva su nombre "Vicente Aleixandre" pero que de toda la vida se conoció como la calle Velintonia. Una casa ahora cerrada y abandonada. Qué lástima. Con la cantidad de poetas y escritores que la visitaron durante años. 

Os copio un artículo relacionado con ésto de Antonio Colinas. Y os dejo con el vínculo que lleva a la página de la Asociación de Amigos de Vicente Aleixandre, donde hablan del deterioro de esta casa y de sus infructuosos intentos para que la Administración junto con sus herederos llegue a un acuerdo, la haga resurgir y pueda volver a tener la importancia en la vida cultural de Madrid, que tuvo un día. 




http://www.vicentealeixandre.es/textos.html


Antonio Colinas
«Salvar Velintonia 3»
La Gaceta de Salamanca
(2009)
Siempre entramos en la festividad de San Juan de la Cruz, el día 14, con la poesía cerca. Este día recibimos en Fontiveros al nuevo juglar, el poeta salmantino José Luis Puerto, una de las voces más decantadas y hondas de la poesía española actual, continuadora de la de nombres cimeros, como Claudio Rodríguez o Valente. Una voz, por otra parte, original, muy de Puerto. Pero el día anterior llegábamos de Madrid, de recordar el abandono de la casa del premio Nobel Vicente Aleixandre, uno de los asuntos más lamentables de la cultura española de los últimos años, en el que ha faltado una absoluta voluntad política por parte de todos, pero también intelectual. Los hechos son tercos y conviene recordarlos.

No existe ningún otro lugar en el mundo en el que la casa de un poeta Premio Nobel haya sido sometida a tal grado de incomprensión; hecho quizá unido al desconocimiento en que ha caído su obra. Mal sintoniza, en verdad, la poesía cosmovisionaria de Aleixandre, su riqueza y fulgor, con las poéticas del simplismo, lo plano y lo hueco. Y volvemos a insistir en el extraordinario valor simbólico que posee la casa. Por ella pasaron no menos de cinco generaciones de poetas, desde la del 27 (con Lorca, Cernuda o Neruda), la del 36 (con Miguel Hernández entre los mejor acogidos), la de la inmediata posguerra (Montale, Quasimodo), la de los 50 (Claudio Rodríguez, Brines), y la de los Novísimos. Este sentido de acogida radicaba en el carácter liberal de Aleixandre, en su fidelidad a la amistad y, sobre todo, como ya señaló en su día Cernuda, en el don que este poeta poseía para resolver problemas, aunar voluntades y activar el diálogo.

Valor simbólico de la casa, ideal para hacer en ella un museo del propio Aleixandre o un centro dedicado a la poesía española de posguerra, que él tanto siguió y apoyó. Como ya he dicho, la voluntad política e institucional falta absolutamente y la amenaza viene de que la casa no sólo puede ser vendida, sino que puede ser derribada, pues (sorprendentemente) estando protegido por ley el hermoso cedro del jardín no lo está el edificio. Quizá el protegerlo sería el primer paso que habría que dar. El segundo que, en tiempos de obras y gastos inconmensurables, no constituiría un problema si Gobierno, Comunidad, Ayuntamiento y herederos se pusieran de acuerdo. Pero este acuerdo no se ha dado nunca.

Así que, bajo la batalladora iniciativa de Alejandro Sanz, se abrió la casa abandonada a un grupo de poetas y músicos para recordar al maestro. No fue un acto contra nadie sino una sencilla toma de conciencia, un recordatorio, una muestra de fidelidad y de afecto hacia una persona, humanísima, que coronó su obra con el reconocimiento universal. Paradójicamente, mientras la casa de la calle Velintonia 3 se abandona, la casa de verano del poeta en Miraflores de la Sierra («Vistalegre») se respeta y enriquece con el esmero que ha puesto en ella su nuevo propietario, el escultor Miguel Rius. Y el Ayuntamiento del pueblo tiene en marcha un Centro de recuerdo para el poeta. Dos grandes y loables ejemplos de cómo se deben hacer las cosas: con voluntad y amor. Simplemente lo que en Velintonia con la placa de la calle aún vergonzosamente machacada!) falta.





viernes, 15 de julio de 2011

Casa Museo de Miguel Hernández en Orihuela







Hace un par de entradas os contaba que este verano he estado en la Casa de Alberti en el Puerto de Santa María. http://rociodiazgomez.blogspot.com/2011/07/la-casa-de-alberti-en-el-puerto-de.html


Pues algunos días más tarde, he visitado la Casa de Miguel Hernández  (Orihuela, 1910-1942) en Orihuela. Este verano de pura casualidad resulta que estoy visitando varias casas de escritores famosos, hace un mes más o menos estuve en Granada y visitamos las de Lorca (también os lo dije en varias entradas).

Claro cada casa tiene su encanto y sus particularidades.

En este caso se trata de una casa mucho más modesta, que no tiene nada que ver por ejemplo con la de Juan Ramón Jiménez en Moguer, que visité el verano pasado. Quizás tiene más que ver con la natal de Lorca en Fuente Vaqueros. Con ésta sí que se podría establecer alguna similitud.

La Casa de Miguel Hernandez es la que habitó el poeta junto a sus padres y sus hermanos en lo que llamaban la Calle de Arriba 73, que ahora se llama Calle de Miguel Hernandez. Fue restaurada en el año 85 y desde ese momento convertida en museo.

Es un típica casa de pueblo con escasas habitaciones provista del mobiliario y el ajuar de entonces. También hay fotos por todas partes de distintos momentos de la vida del poeta y de su familia.

A mí la cocina me gustó mucho, podéis verla en las fotos.












Al fondo de la casa tenemos acceso al huerto. Ese huerto de sus poemas. En él hay un pozo y una pila para lavar. También en otro rincón hay un lugar para guardar la leña y al lado un pequeño aseo.

El huerto está distribuído en forma de terrazas. Subes unas escaleritas y das a donde estaban los animales. Y de ahí subes otra vez y vas a dar al pedacito de patio donde está su famosa higuera, enorme.

En las fotos os podéis hacer una idea.






Está bien la casa. Es curiosa. Muy típica y modesta.

En la foto superior de la entrada podéis ver que estaba situada en una plaza grande donde estaban otros edificios más dedicados al estudio de la obra del poeta.

Si pasais por Orihuela no dejéis de verla. La visita se hace en nada y yo creo que merece la pena. Además es gratuita, por ahora es la única casa de escritores que he encontrado que es gratuita.

Y muy cerca, prácticamente al lado está el Colegio de los Dominicos, mirad si está abierto porque también se puede visitar su Iglesia, que no es para el público en general sino solo para los alumnos, y es preciosa, merece mucho la pena verla, así como los claustros.

En general Orihuela merece la pena ser visitado, tiene bastantes lugares para visitar, y una zona peatonal algo monumental muy agradable para pasear.

Así que ya sabéis si este verano pasais por allí... bueno o en cualquier otra estación, no dejeis de visitar esta casa, os llevará poquito tiempo pero merece la pena. Solo de pensar que allí comenzó la vida de Miguel Hernández...




viernes, 8 de julio de 2011

La casa de Alberti en el Puerto de Santa María de Cádiz


La fachada de la casa de Alberti en la calle Santo Domingo, 25

Este verano de pura casualidad estoy visitando algunas casas de escritores. Hace nada estuve en las casas de Lorca de Granada, la de la Huerta de San Vicente y la de Fuente Vaqueros, de las que ya os he hablado en el blog.

La semana pasada estuve en la casa de Alberti en el Puerto de Santa María. La verdad es que si alguna vez estais allí (y os interesan estos temas, claro) no dejéis de visitarla. Porque merece la pena.

Por fuera, como veis en la foto de arriba, es la típica casa de estos pueblos andaluces blancos, con un toque de color (en este caso) azul añil. El tono del mar de Alberti.

Por dentro tiene dos plantas. 

En la planta de abajo hay una constante muestra de su obra gráfica. Cómo iba entremezclando el lenguaje con la imagen. Es una casa con muchísimo color en todos sus rincones. Y después hay una exposición con los momentos más destacados de su vida y de su obra. Tiene varias partes: 1902-17: años infantiles y adolescencia en el Puerto de Santa María. 1917-30: Traslado a Madrid de la familia Alberti-Merelló. Vocación inicial hacia la pintura. Residencia de Estudiantes. Premio Nacional de Literatura. Amistad con el grupo de poetas conocido como la Generación del 27. 1931-39: Matrimonio con María Teresa León. República y Guerra Civil. Compromiso social y político. Secretario de la Alianza de Intelectuales Antifascistas. 1939-77: El exilio: Francia, Argentina e Italia. Nostalgia de España y plena dedicación a la literatura. Retorno a la Pintura. 1977-99: Regreso a España. Diputado del PCE por Cádiz en las primeras Cortes Democráticas. Activa participación como poeta en la calle. Premio Nacional de Teatro y Cervantes de Literatura. Nuevo Matrimonio con María Asunción Mateo.

Y en la planta de arriba hay también una muestra de su obra gráfica, hay una parte dedicada íntegramente a su primera mujer María Teresa León, y una parte de biblioteca. 

Os dejo con varias de las fotos que hice para que os podais hacer una idea. La verdad es que fue una exposición muy interesante, un recorrido muy detallado y a la vez entretenido por toda su vida y obra de forma amena y coloreada siempre con sus palabras y sus dibujos de fondo.



Un detalle de la planta de abajo, hay muchísimas fotos y poemas muy coloreados

Un detalle de la planta de arriba de la casa.
De las cuatro estaciones, la primavera.


Aquí empieza la parte de la exposición dedicada a su vida

Claro hay muchas alusiones a Lorca, a su amistad.

De la parte de su vida cuando conoce a su mujer.


Éstas dos últimas fotos son una broma, un honor más bien, posar aquí para la posteridad con la Generación del 27...

jueves, 30 de junio de 2011

Casa natal de Federico García Lorca en Fuente Vaqueros




En la ruta Lorquiana que hicimos la tertulia Rascamán, después de visitar la casa de la Huerta de San Vicente, visitamos el Museo Casa Natal Federico García Lorca de Fuente Vaqueros.

La casa natal de Lorca es una típica casa de labranza, donde nada más entrar sientes el fresco que guardan estas casas antiguas, hacía un calor... Nos contó el guía que en un principio la casa era de la primera mujer de Federico García Rodríguez (el padre de Lorca) de Doña Matilde Palacios. Después cuando ésta muere se casa con Doña Vicenta Lorca Romero que era maestra en este pueblo. Y aquí nace el 5 de junio de 1898 Federico García Lorca. Había fotos en la casa de los niños de la clase, y como su madre era maestra pues el pequeño Lorca sale en las dos fotos, con los niños y con las niñas.

Aquí también nacieron sus hermanos, había un hermano nos dijo el guía que se llamaba Luis y que nunca nombran porque se murió muy pequeño.

En esta casa como en la anterior hay objetos de la familia porque aunque cuando murió el padre volvió a manos de la familia de la primera mujer, puesto que era suya, la Diputación de Granada la adquirió en 1982, y a partir del 86 empieza a funcionar como museo.

Es una casa típica de pueblo, como ya he dicho, el comedor, la cocina, los dormitorios, y el patio... Guarda la cuna de los pequeños, el tacatá, otro piano de Lorca, parte también de la vajilla de la madre... y muchas fotos. Es una casa que tiene un patio interior muy agradable con un pozo y flores. Y desde este patio se accede a lo que antes eran los graneros y que ahora han convertido en más habitaciones para exposiciones.

En este momento estaba una exposición sobre Lorca en Cuba donde fue en 1930, donde se puede profundizar en esta etapa de la vida del poeta. Otra ves sus cartas, sus dibujos, sus poemas... Esta exposición estará hasta mayo del año que viene. 

Fue allí donde nos pusieron las únicas imágenes grabadas que existen del poeta con el grupo de teatro La Barraca montando unos escenarios, con un jersey sobre los hombros... y durante también su viaje a Uruguay, a Montevideo. Y con ello finaliza este viaje por el pasado de este autor.

Yo creo que está bien visitar las dos casas, quizás haya más que ver en la primera, en la de la Huerta de San Vicente, pero ésta tiene mucho encanto también con ese patio interior y la exposición y las imágenes de un Lorca aún moviéndose...

Cuesta 1,80 euros y la visita es guíada cada hora.



lunes, 27 de junio de 2011

La casa-museo de Huerta de San Vicente de Federico García Lorca en Granada




"Luego todo el verano lo pasaremos juntos,
pues tengo que trabajar mucho y es ahí
en mi Huerta de San Vicente,
donde escribo mi teatro más tranquilo."

Federico García Lorca, 1933


Ya os comenté que el fin de semana pasado estuvimos haciendo una ruta Lorquiana por Granada los componentes de la tertulia Rascamán.

Lo primero que visitamos fue la casa-museo de la Huerta de San Vicente. Fue la casa de verano de la familia García Lorca entre 1926 y 1936. Claro entonces la casa estaba fuera de Granada, en la Vega. Había seis casas de verano ,entre ellas, ésta. Ahora mismo al ir creciendo la ciudad, pues está dentro, bajando

Rodeada de casi dos hectareas de tierra, son dos casas unidas y conserva parte del mobiliario original.

Teníamos una guía que no nos dejaba tocar, nada más entrar nos dijo que por favor las mochilas en la parte delantera, que nos tocáramos nada porque era original, que tampoco tocáramos nada de las cosas de bronce porque venía una persona especialmente a abrillantar todo... vamos tanto nos dijo que no tocáramos que ya hasta nos daba nosequé tocar la barandilla para subir al piso de arriba. Pero pronto vimos que era una persona muy preparada, que sabía mucho sobre la vida y la obra de Lorca.

El suelo era original, muy bonito, así como los muebles. Estaba el piano de cola que sale en todas las fotos de Lorca tocando, donde él hacía música con las canciones tradiciones para que luego las cantara La Argentinita. También en las paredes había obras de autores importantes: Dalí, Alberti, Hermenegildo Lanz... y dibujos hechos por Lorca, así como decorados de una fiesta de marionetas o títeres que le había hecho a su hermana Isabel en su cumpleaños. La cocina también llamó mucho nuestra atención, antigua e implecable con parte de la vajilla de la señora Vicenta, la madre de Federico.

En la parte de arriba de la casa normalmente se hacen exposiciones. Nosotros pudimos estar en la habitación de Lorca donde había escrito algunas de sus obras de teatro más importantes: "Así que pasen cinco años", "Bodas de sangre", Yerma o Diván del Tamarit.

Lo que a mí me gustó mucho son las cartas que se conservan que escribía Federico García Lorca a su familia. Me gustaba el tono en el que estaban escritas, recuerdo una que había mandado desde el Monasterio de Silos donde comentaba cómo eran los monjes y cómo le daban de comer. Todo ello en un tono muy distendido y a veces gracioso.

Nos contaba la guía muchas cosas de la vida de Lorca. Que su familia tenía mucho dinero, que se habían enriquecido con la caña de azúcar. Pero en cambio que les gustaba vivir con cierta humildad, no dilapidando el dinero. El padre quería que Federico (el mayor de los cuatro hermanos) estudiara una carrera, porque él quería ser músico. Pero el padre insistía en que él no quería un "hijo pijo". Así que al final estudió derecho, pero tardó diez años en terminarla, y la mayor parte de las asignaturas las fue aprobando por enchufe.

Al final él quería ser músico pero acabó siendo poeta. Uno de los mejores. Nos contaba también anécdotas de cuándo escribió "El Público", de cuando gastó 60.000 pesetas de entonces en ramos de rosas para convender a Margarita Xirgú para representara su Mariana Pineda, de muchas cosas.

La verdad es que a mí me gustó mucho la visita. Fue muy interesante.


"Era un campo habitado,
civilizado, hecho a la medida
del ser humano. Parecía pensado
para vivir gozando de una
naturaleza domesticada,
de refinamiento impensable
hoy día".

Isabel García Lorca.





Os recomiendo que si visitais Granada y os interesa la literatura, o más concretamente, la obra de Lorca no dejéis de visitarla. Es una lugar agradable con tanto jardín alrededor, decía la guía que algunos de los árboles eran los originales. Cuesta 3 euros entrar y está abierto por la mañana y por la tarde, merece la pena.

lunes, 9 de agosto de 2010

La casa de Juan Ramón Jiménez en Moguer... "M.P.S." Meditado para Siempre


Si alguna vez vas a Moguer no dejes de visitar la Casa-Museo de Juan Ramón Jiménez...


Es la casa donde pasó la juventud. Nos dijo la guía (una chica morena que explicaba muy bien, de forma muy amena y completa) que Juan Ramón Jiménez prefirió expresamente esa casa para Museo que la que nació, que está en el barrio de los pescadores, porque en ella pasó menos tiempo, creo que hasta los cinco años, porque parece ser que se mudaron a ésta nueva porque la zona en la que está les gustaba más a los padres para que creciera su hijo. Entonces la que más recordaba Juan Ramón era ésta casa y por eso dice que sea en ella donde se instalen todos los enseres que el matrimonio Jiménez-Camprubí legó, para formar la Casa-Museo. Más tarde cuando murió, en el año 1958, se decide instalar allí también su completa biblioteca.


A medida que te van enseñando la casa, un lugar fresco y muy agradable,  con algunos de los suelos de entonces, preciosos, se va haciendo un repaso por la vida del autor y de su esposa.  Primero puedes ver un audiovisual sobre su vida, en una sala donde hay muchas fotos que van reflejando los distintos rostros del poema a lo largo de su vida. También en esa sala está el telegrama donde se le dijo que le daban el Premio Nobel de Literatura en el año 1956. Nos contó la guía que ya Zenobia está muy enferma y entonces se lo quisieron decir antes de que muriera, pero probablemente no se enteró. Juan Ramón Jiménez que era una persona toda la vida muy depresiva, además con la pena por su mujer, no fue a recogerlo y donó íntegramente el premio.


"...Poco antes del fin Juan Ramón recibió el Nobel de Literatura: para Zenobia era la confirmación oficial de que su existencia no había sido un desperdicio. Ricardo Gullón cuenta que, cuando le dijeron lo del premio, Zenobia ya no podía hablar; susurró una canción de cuna y murió a los dos días (el 28 de octubre de 1956). Juan Ramón enloqueció literalmente de pena, tuvo que ser internado y no volvió a escribir más. Falleció un año y medio más tarde. Después de su muerte se encontró una libreta que decía "A Zenobia de mi alma, este último recuerdo de su Juan Ramón, que la adoró como la mujer más completa del mundo y no pudo hacerla feliz". Del libro "Historias de mujeres" de Rosa Montero.
El telegrama y una foto de la entrega del Nobel

Después lo primero que te enseñan es la biblioteca personal de Juan Ramón Jiménez. Allí había libros de los dos de todo tipo, no solo de literatura, sino también de filosofía, de música, de antropología, hasta de cocina... y muchos en francés e inglés, por JR Jiménez consideraba que había que leerlos en su lengua. Más de tres mil quinientos libros, con ex-libris, anotaciones, dedicatorias... También hay revistas, periódicos...  Juan Ramón Jiménez acumulaba y acumulaba papel, en los que iba poniendo anotaciones, y entonces  después nunca se quería desprender de ninguno de ellos. Pues muchos de ellos están en la vitrinas y otros nos dijo la guía que los estaban estudiando...


Y después te llevan al que fuera su despacho, donde están también guardadas todas las cajas en las que JR Jiménez iba clasificando todo lo que escribía, era muy, muy organizado, demasiado. Nos contaba la guía que él escribía todo según se decía, sin diferenciar la g de la j, y por ejemplo en la palabra perenne, ponía una n en vez de dos...


Luego era Zenobia la encargada de pasarle todo a máquina e ir cambiando y escribiendo correctamente todas las palabras.




"Juan Ramón pasaba todo el día en casa, trabajando y sobre todo corrigiendo lo que había escrito, revisando su obra una y otra vez de forma enfermiza. Muy pocas veces, en sus papeles aparecía una enigmática anotación: "M.P.S.". Significaba que el poema, el folio, el perfil, lo que fuera estaba Meditado Para Siempre y que se comprometía a no tocarlo más, como la rosa.

La perfección no sólo afectaba a lo escrito, sino también al diseño de los libros, a la calidad de la impresión, al tipo de letra y, por supuesto, a las erratas: "Voy a morir un día de una errata -escribió- que, por cierto, es un verso endecasilabo". Encontrar alguna le molestaba de tal manera que llegó a plantearse instalar una pequeña prensa Minerva en los bajos de su casa para, con un empleado de absoluta confianza, imprimir a su gusto lo que escribía.

"Esta obsesión por conseguir la perfección le llevó a pretender destruir toda su primera obra, deseo que participaba a todas las personas que conocía, a quienes solicitaba la entrega de los libros suyos que tuvieran en sus bibliotecas. No había mejor regalo para él que alguno de sus libros de juventud, que acariciaba con mimo exquisito, diríase que con amor paterno, antes de arrojarlo directamente al fuego." De "39 escritores y medio" de Jesús Marchamalo y Damián Flores.

Todo esto que os he copiado de un libro nos lo decía también la guía. Después fuimos pasando por las distintas habitaciones: su despacho, su dormitorio, el comedor, el cuarto dedicado a Zenobia...


En la salita tenían enmarcado este precinto. Cuando ya estaban Juan Ramón Jiménez y Zenobia en el exilio, entraron unos ladrones en su casa de Madrid y les robaron bastantes cosas porque dijeron al entrar a la señora que la cuidaba que eran amigos del matrimonio. Cuando salieron y les vió todo lo que se llevaban, la señora que había al cargo de la casa avisó a las autoridades y pusieron este precinto para que no volviera a ocurrir.


Esta foto es de la habitación dedicada a Zenobia. "Zenobia Camprubí nació en la Costa Brava. Era hija de una puertorriqueña rica y de un ingeniero de Caminos catalán: una niña, en fín, de muy buena familia... Era culta, activa, desenvuelta, moderna. Creía en Dios de una manera muy libre y participaba de ese espíritu de servicio a los demás tan típico de la época... Recibía unas pequeñas rentas de la herencia materna que ella complementaba con diversos trabajos. En el exilio fue profesora de Lengua y Literatura, primero en una universidad cercana a Washington, luego en la de Puerto Rico. Antes de la guerra había tenido una tienda de artesanías en Madrid y amueblaba con primor apartamentos de alquiler para extranjeros. De las rentas y los empleos de Zenobia vivió fundamentalmente el matrimonio durante los cuarenta años que estuvieron juntos: los ingresos de Juan Ramón eran escasos e intermitentes". De "Historia de Mujeres" de Rosa Montero.


"Juan Ramón Jimenez era un hipocondríaco y en sus peores momentos creía estar agonizando: no comía, no se lavaba, no hacía planes para el día siguiente porque pensaba que ya habría fallecido. Estaba lleno de manías: acumular cantidades ingentes de periódicos y recortes que luego era incapaz de tirar, por ejemplo, o cerrar las ventanas herméticamente porque no soportaba las corrientes de aire..." De "Historias de mujeres" de Rosa Montero.

 "Juan Ramón odiaba, sobre todas las cosas, el ruido. Era incapaz de trabajar, de concentrarse, de leer si en su vida interfería el más mínimo sonido. De hecho, todas sus mudanzas estaban motivadas por idéntico motivo: de la calle de Conde de Aranda se marchó porque unas cubanas tocaban la pianola en un piso cercano: de Lista, porque un vecino le hacía la vida imposible arrastrando muebles por el piso: de Velazquez 96, porque el sonido chirriante de los tranvías que circulaban por la calle le perturbaba... En la casa que ocupó en la calle Padilla no sólo se quejaba de los vecinos y de las molestias que le ocasionaba un cercano taller de carpintería, sino incluso del alboroto de las bandadas de gorriones que se juntaban al caer la tarde en los jardines del sanatorio del Rosario, frente al que vivía y donde de vez en cuando ingresaba..." De "39 escritores y medio" de Jesús Marchamalo y Damián Flores.

Todo lo que uno va leyendo acerca de este matrimonio le señala a él como un maniático obsesivo e imposible para la convivencia y a ella como la persona de la que depende absolutamente, puesto que se hacía cargo de él y de la economía familiar de los dos. En la visita también la guía nos decía ésto, aunque según ella "los dos eran especiales", porque en aquella época no había muchas mujeres como Zenobia, si no no hubieran podido estar juntos tantos años...

Bueno no quiero extenderme más, porque me gusta este tema y no le veo el fin. Espero que con las fotos os hayais hecho una idea de lo agradable que es esa casa, y lo bien que la tienen preparada para las visitas. La guía conoce muy bien de lo que habla y es muy cercana haciéndolo. Cuando nos despedíamos, un matrimonio le dijo que solo "Hasta pronto, porque volveremos más veces, seguro". Yo también espero volver algún día. Ya sabéis: si alguna vez vais a Moguer no dejéis de entrar...