He terminado de leer "La mujer de la libreta roja" volando.
Se trata de una de esas historias de "aquí va a pasar algo bonito" que tiene su parte original y lo mejor es que, en mi opinión, no llega a ser empalagosa con los sentimientos.
Es una novela corta y amable, que cuenta la historia de un parisino Lauren Letellier. Un librero que una mañana cualquiera se encuentra un bolso malva de mujer abandonado en un cubo de basura. Dentro del bolso no encuentra nombre ni dirección de la dueña pero a base de mirar los objetos que contiene, y sobre todo tras leer lo escrito en una libreta roja donde la mujer iba anotando listas de sus pensamientos, da comienzo su búsqueda, decidido a devolvérselo. Al mismo tiempo la dueña del bolso, a quién el ladrón, al arrebatarle el bolso le ha dado tal golpe que le ha dejado en coma, está en un hospital ingresada ajena a todo.
Estamos ante una historia ambientada en París, en la actualidad, y según lo vas leyendo respiras su ambiente elegante de cafés con su terracita, el atractivo innegable de sus preciosas librerías y edificios señoriales. La ambientación justa para sentir que haces una escapadita a la capital del país vecino. Está bastante lograda.
Yo lo he leído con mucha tranquilidad. Tiene un ritmo pausado pero fluido, los cortos avances en la trama logran que se mantenga la curiosidad por saber, según iba acercándose el librero a su misteriosa dueña del bolso, cómo al fin lograría llegar a ella. Ya casi al final tiene un punto de giro y es curioso ver cómo lo resuelven.
Una novela escrita con una prosa sencilla, con un narrador en tercera persona, donde además el autor ha ido intercalando los diálogos entre la prosa, creando una suerte de estilo indirecto al irlo contando.
No es una novela trascendental ni trepidante, es ligera, simplemente una lectura agradable, con encanto, que te deja un poso de bienestar al terminarla, lo que de vez en cuando viene muy bien para descansar entre lecturas más densas o sesudas. A mí me ha entretenido la historia de estos personajes típicamente parisinos, no son unos jóvenes atolondrados, son una pareja de unos cuarenta años y profesiones interesantes, bien perfilados en su madurez y experiencias, que viviendo esa historia curiosa consiguen transmitirte, que si fuera el día está tormentoso y feo, haces muy bien en arrebujarte entre las páginas de un libro para pasar un rato más grato.
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