Y en tardes, como la de hoy, seremos aves que se dejan llevar por otro viento.
No el viento bravo que, tras los cristales, zarandea cuánto encuentra.
No el viento tirano, cuyo rumbo, obedecen todas las veletas.
En tardes, como la de hoy, seremos solo dos.
Y no habrá empeño, ni desempeño, ni entrega,
Entre nosotros solo cabe aquella suave ligereza.
Sígueme, que solo el viento nos guíe,
que flotemos tenues, melodiosos.
Al fin, en tardes como la de hoy, seremos aves,
aves migratorias extendiendo las alas, rozándose en el aire,
volando indolentes al borde de la insolencia,
al borde de la certeza,
aves, al fin,
meciéndonos entre vientos favorables.
Precioso, como disfrutan las aves los días de viento. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias!! Deberíamos seguir su ejemplo, desde luego. Otro saludo para ti
ResponderEliminarRocío, ¿Un poema? ¿Has escrito un poema? Pues que sepas que me encanta. Un beso grande, amiga
ResponderEliminarJajaja, pero si no había visto este comentario. Yo no sé qué es esto Javier. Dejémoslo en un texto con frases cortitas y ya está. Pero me alegro de que te encante. Mil gracias y un besazo
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