"Para mi abuela, que aunque un día se olvidó de su nombre, siempre se acordó de nosotras"
A Nuria Gago la descubrí como actriz con la película Héctor del año 2014. Y me pareció muy creíble en su papel, independientemente de que es una película que me gustó mucho. Después, hace nada, me he enterado de que además escribía.
Leí su primera novela "Cuando volvamos a casa" y ahora le ha tocado el turno a la segunda que me ha gustado mucho, la he disfrutado de un tirón en mis últimas vacaciones.
Esta novela obtuvo en el año 2018 el Premio Azorín de Novela. Y lleva la dedicatoria con la que he encabezado esta entrada. Es chula ¿verdad?
El argumento cuenta la historia de una chica treintañera, Lu, que tras dos años en París, a raíz de una decepción amorosa vuelve otra vez a su ciudad, a Barcelona. Pero cuando llega, y sin consultarlo previamente con ella, su madre le ha buscado un trabajo como cuidadora de una señora de ochenta y seis años, Marina. Y de pronto, además de triste, se ve viviendo con ella, e involucrada en su historia y en la de su hermana María, enferma de alzheimer.
Es una novela que habla de la solidaridad entre las personas, de ayudarnos para sanarnos por dentro, para recuperar la ilusión por vivir. Habla de la soledad de las personas mayores, de las relaciones familiares, de los discapacitados, del alzheimer, de la musicoterapia como arma para lidiar con el olvido.
"La música se almacena principalmente en el lóbulo temporal, es la parte del cerebro que va desde la sien hasta la parte posterior del oído, y aunque esa zona es una de las primeras en verse afectadas por el alzhéimer, por algún motivo, ahí tenemos nuestra biblioteca musical. Nuestro propio iPod, para que tengas una idea. (...) Lo que ocurre es que los recuerdos más difíciles de borrar son los que están liados a una vivencia emocional muy intensa; la música trae de la mano a las emociones y estos abren la puerta a algunos recuerdos."
Está ambientada en la actualidad, en Barcelona como decíamos, y comprende un lapsus concreto de una temporada en la vida de la protagonista, el período temporal entre un viaje y otro, entre una decisión importante y otra, entre cerrar una época y abrir otra.
Los personajes de esta novela me han parecido bastante creíbles y algunos se me han hecho entrañables, como Marina o Rita. Me han parecido tan bien perfilados, que no solo te los crees, sino que les coges cariño. La autora ha sabido crear tanto personajes jóvenes como mayores y los ha puesto a interactuar con tanta soltura que han creado su propio universo donde parece que te han permitido colarte para que veas cómo van sus vidas. Es una novela sobre la vida cotidiana, la de todos los días, con personajes normales y corrientes que lidian día a día con sus circunstancias.
Está muy bien descrita la vida del barrio, el retrato de ese microcosmos: El bar de Manolo, el parque donde se les da de comer a los gatos, los vecinos, la residencia de ancianos... Hasta la música que ha elegido me ha hecho sonreír, me ha recordado canciones que tenía un poco olvidadas y me ha gustado reencontrarlas. El título que es el de una canción antigua, me ha parecido otro acierto.
Esta escrita con un estilo muy cercano, salpicado de diálogos ocurrentes, con su dosis de humor en ocasiones y profundidad en otros. Su prosa está impregnada de comparaciones que nos devuelven un lenguaje sencillo, directo, íntimo, cercano.
Yo la he disfrutado mucho. Me ha encandilado y he tenido que leerla rápida. Al final hasta me daba penilla decir adiós a esos personajes.
"En esta vida no se puede tener todo. Si está para ti, ni aunque te quites, si no está para ti, ni aunque te pongas."
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