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Cuando crucé el umbral, la casa se abalanzó sobre mí. Siempre pasa lo mismo con este montón de ladrillos y mugre, se lanza sobre cualquiera que atraviese la puerta y le retuerce las tripas hasta dejarle sin respiración. Mi madre decía que esta casa hace que se te caigan los dientes y se te sequen las entrañas, pero mi madre se fue de aquí hace mucho y yo no me acuerdo de ella. Sé que decía eso porque me lo ha contado mi abuela, aunque no hubiese hecho falta porque yo ya lo sé. Aquí se te caen los dien-tes y el pelo y las carnes y a la que te descuidas te andas arrastrando de un lado para otro o te echas en la cama y no te levantas más. Dejé la mochila encima del arcón y abrí la puerta del comedor. La abuela no estaba allí. Tampoco bajo la mesa de la cocina ni en el armario de la despensa. Decidí probar suerte en el piso de arriba. Abrí los cajones de la cómoda y las puertas del armario, pero tampoco la encontré. Vieja de mierda. Entonces vi las puntas de unos zapatos que asomaban por debajo de una de las camas...
Así empieza la última novela que he leído: "Carcoma" de Layla Martínez.
Me la recomendó mi amiga J. y la verdad es que la he leído rápido, no solo porque apenas llegue a las 150 páginas, que por supuesto ayuda, sino porque se lee muy bien, tiene una narración muy fluída, ágil, que te atrapa y ya no te suelta.
Dicen en las sinopsis que es de terror, pero a mí no me agradan demasiado las novelas de terror y desde luego ésta no me lo ha "aparecido", así con esta incorrección adrede escrita, porque de terror no es pero de "aparecidos" sí, y un rato... Porque tiene mucho de realismo mágico, de pies que asoman por debajo de la cama de los que ya no están y de santas que se sientan a la mesa a comer como uno más. Pero no dan miedo.
Es una historia contada por dos narradores, una historia a dos voces, la de una nieta y una abuela que conviven. Cada capítulo lo cuenta una de ellas y así entre lo que una y otra van diciendo se va tejiendo su pasado y su presente.
Está ambientada en un pueblo español de la España más profunda. Uno de esos pueblos donde el caciquismo y el clasismo se respira, se hereda, se mastica y te lo tragas sí o sí. Está muy bien ambientada con una crítica social constante.
El tema principal es la venganza.
Y lo que más me ha gustado es esa forma de contar de la autora entre el realismo mágico y el realismo más descarnado. Ese estilo directo que te va sacando presencias y ausencias, antepasados y misterio en una casa que pasa de generación en generación. Un estilo de frases cortas, un bombardeo de ellas que te va impregnando de cierto desasosiego porque te das cuenta que de esa frase corta se desprende algo mucho más largo... Lo que va haciendo la carcoma.
No os cuento más, pero merece la pena.
Habrá que estar muy atento a otras novelas de esta autora.
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