En estos días quién no tiene algunas palabras haciendo chupchup en sus cocinas.
En un Viernes Santo como hoy, Viernes de Cuaresma, como consecuencia de la directriz religiosa de no
comer carne basada en el sacrificio de la
abstinencia y el ayuno, toda la vida ha sido tradición comer el Potaje de Vigilia, o de Cuaresma. Y por ese que vamos a empezar con el menú.
La palabra "Potaje" en español se escribe con "j".
Etimológicamente parece que sí que procede del frances, de la palabra
"potage". Ésta a su vez vendría de unir el sufijo "aje" o "age" con
"pot". Pot sería una palabra del latín vulgar, y se referiría al
recipiente en el que se echan los alimentos para que hiervan, ya sea una
olla o un puchero. Luego potaje se referiría a los alimentos variados
que se mezclan y se cocinan en ese "pot", esa olla.
En fin, lo hemos explicado a grandes rasgos, pero es la idea.
Y si estamos en Semana Santa y tenemos que hacer un potaje "como Dios manda", no hay potaje sin garbanzos. La palabra garbanzo resulta que es de etimología desconocida. No procede de
ninguna parte conocida. Lo único que parece es que su sufijo es de origen
preindoeuropeo, quizá de unos pueblos que -por lo visto-
hablaban corinto o laberinto.
Pero lo tenemos tan arraigado en nuestra gastronomía, son tan tradicionales en nuestra alimentación que quizá venga de ahí el resumir en ellos la comida, la manutención, el alimento necesario, y por tanto el sustento necesario. De ahí el origen de la frase hecha:
buscarse alguien los garbanzos:
¿Y qué os parece si para acompañar a los garbanzos le acompañamos de las sabrosas tajaditas de bacalao?. La palabra bacalao parece ser que viene del neerlandés ant. bakeljauw, y ésta sería una variante de otra palabra con el mismo origen kabeljauw. Aunque nuestro diccionario de la Real Academia también señala como origen una palabra vasca bakailao.
El bacalao desecado servía para alimentar a los esclavos que trabajaban en las plantaciones de caña de azúcar de las regiones caribeñas. A la hora de la comida, los pobres esclavos hacían fila para recibir su ración. ¿Y quién era el que repartía? Pues el capataz era el encargado de trocear el bacalao y repartirlo. De esta práctica colonial proviene el dicho de "El que corta el bacalao", o sea el que manda.
Y nos falta el postre por excelencia. Yo no sé vosotros, pero a mí que por nada del mundo me dejen sin torrijas.
La palabra "torrija"
estaría formada a partir de la unión del sufijo "ija" que se usa para
algo de poco valor o despectivo, con la palabra latina "torrar" que
sería tostar. Parece ser que en un principio las torrijas no eran fritas
sino tostadas al horno. Y luego se les añadía la miel.
Ls
torrijas son un postre casero muy, muy antiguo. Ya se habla de torrijas
en recetarios de los siglos IV y V. Ya las comían los Romanos en el
siglo I. Lo de hacerlas también con huevo y azúcar, llegó a Europa con
los arabes. Igual que lo de la leche, es muy posterior. Se les daba
mucho a las parturientas por aquello de que "de lo que se come, se
cría". Otro día os lo cuento mejor.
Bueno pues hasta aquí con el menú de hoy. Mañana más y mejor.
#Potaje
#Garbanzos
#Bacalao
#Torrijas
#Palabras
Salivando estoy ahora mismo Rocio.
ResponderEliminarLo que daría yo ahora por estar comiendo con mis padres un plato de potaje con bacalao y unas torrijas, hechos por mi madre. Esos sabores de nuestra casa que forman parte de nuestro ADN y a los que ningún chef de 5 estrellas Michelín, podrá nunca acercarse.....
Y gracias por la información cultural añadida.
Tienes toda la razón del mundo, yo quiero muchas veces que alguna comida me quede como sabía la de mi madre, y nunca me sabe igual, nunca. Pero ahí tengo el sabor en la memoria que no se olvida. Y muchísimas gracias a ti por tu atención y tu comentario. Me da mucha alegría leerte Víctor. Un besazo
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