Desconfiad de mí
No tengo móvil.
Ni siquiera he tenido tentación de comprarme uno.
Leo libros en papel y sonrío
y saludo a la gente con la que me cruzo,
aunque sólo me contestan
los que, como yo,
no llevan el rostro iluminado
por la pantalla que no dejan de mirar.
El espectáculo del otoño y de la lluvia
está delante de mi, son un regalo.
No son vídeos ni fotos repetidas,
iguales para todos, un uniforme del que huyo.
Hablar, acariciarse, pensar...
es un signo de resistencia.
La soledad, un espacio donde encontrarte
y mirar el cielo cada noche,
un firme testimonio de la vida.
Desconfían de mí.
Dicen que estoy loco.
Que vivo en un mundo perdido.
Un mundo que ya no existe.
Seguid mirando vuestras pantallas.
Ahora está amaneciendo.
Javier Díaz Gil
31 de octubre de 2017
Gracias, Rocío, por compartir este poema en tu blog. Signo de los tiempos que vivimos. ¿Sabremos luchas contra esto?
ResponderEliminarUn beso, amiga
Javier
Va a ser dificil la verdad... lo de luchar contra ésto. Pero creo que vamos bien si lo seguimos convirtiendo en poesía, sobre todo tú. Muchas gracias por tu poema. Un beso bien grande
ResponderEliminarTendría que aparecer en el mundo 1500 Javier Díaz y aunque suene imposible, sigue siendo insuficiente. Bicos
ResponderEliminarMaribel, gracias por tu comentario. Eres muy amable. Te mando 1500 besos de cada uno de esos Javier Díaz. Un bico
EliminarTienes toda la razón. Muchísimas gracias por tu comentario!!
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