"En los buenos tiempos, las
jovencitas se casan por amor. En los malos, muchas lo hacen por interés. Yo me
casé con un preso en los peores, por dos multicopistas que nadie sabía poner en
marcha. Tenía dieciocho años, y hasta que a mi hermano se le ocurrió
complicarme la vida, ni siquiera sabía que existieran máquinas con ese nombre.
—¿Pero tú estás tonto, o qué?
—le interrumpí a voz en grito—. ¡Sí, hombre, como si no tuviera yo ya
bastantes...!
Problemas, iba a decir, pero
Toñito se levantó de un salto para sujetarme la cabeza con una mano mientras me
tapaba la boca con la otra.
—¡Que no chilles! —susurró,
con tanta violencia como si pudiera triturar cada sílaba entre los dientes—.
¿Tienes una idea de la cantidad de policías que puede haber ahí abajo? —asentí con
la cabeza, los ojos cerrados, y me fue soltando muy despacio—.
Tú sí que estás tonta,
Manolita. "
Tenía pendiente escribir la
reseña de la última novela que he terminado. Y resulta que casi tengo ya que
hacer la siguiente, así que voy a ello rápidamente.
“Las tres bodas de Manolita” de
Almudena Grandes me ha parecido una novela absolutamente recomendable.
Forma parte de esa saga que la
autora está escribiendo sobre la guerra civil, “Episodios de una guerra
interminable” que nos recuerda, salvando todas las distancias, a los “Episodios
Nacionales” de Galdós. Los dos libros anteriores también están reseñados en el
blog. Cuando vi que Almudena Grandes ya iba a sacar el cuarto, me apresuré a
leer el tercero que todavía lo tenía por leer.
Lo cierto es que ha superado mis
expectativas para bien. Cada una que leo me parece más entretenida e intensa
que la anterior.
El argumento os lo resumo en tres
líneas: Manolita,
una joven de dieciocho años, recién terminada nuestra guerra civil tiene a su
padre y su madrastra encarcelados, mientras que su hermano mayor, Antonio, está
escondido en un tablao flamenco, por lo que tiene que hacerse cargo de su
hermana Isabel y de otros tres más pequeños. A Antonio se le ocurrirá una
manera desesperada de prolongar la resistencia en los años más terribles de la
represión: utilizar unas multicopistas que nadie sabe poner en marcha para la
propaganda clandestina. Y querrá que sea su hermana Manolita, la señorita “Conmigo
No Contéis”, quien visite a un preso que puede darles la clave de su
funcionamiento. Poco puede imaginar Manolita lo importante que llegará a ser
este preso en su vida.
El tema de esta novela es la pobreza y la tristeza
que se respiraba recién terminada la guerra civil española. Las desigualdades y
la lucha por la supervivencia. La
resistencia antifranquista y el abuso de poder. Las ganas de vivir y la
solidaridad. Aunque hay que reseñar que lo más triste es el tema del abuso
sobre los niños. El tema es la posguerra española desde el punto de vista de
los perdedores. Pero tampoco trata en ningún momento de ser una novela objetiva
sobre aquel tiempo.
No todo es ficción en esta novela. La autora lo ha
dicho ya en múltiples ocasiones. También lo dice al final de la novela donde
nos dice que existió de verdad uno de sus personajes: Isabel Perales. A quién
conoció porque se acercó a ella en una ocasión para contarle su historia.
Isabel Perales es la hermana pequeña de Manolita que sufre abusos por parte de
algunas monjas en el colegio donde estuvo internada en Bilbao. Por otra parte
muchas escenas están también sacadas de la realidad, como también otro de los
personajes. Todo lo cuenta al final de la novela la autora.
Doscientas pesetas, un kilo de
pasteles y un cartón de tabaco por cada pareja, todo multiplicado por dos,
porque si no había padrinos, no había boda. Era muy caro, pero desde hacía unos
meses, por cuatrocientas pesetas, dos kilos de pasteles y dos cartones de
tabaco, dos mujeres podían comprar una hora a solas para encontrarse con dos
presos de Porlier. Aquel negocio, que estaba haciendo rico al capellán de la
cárcel y a los funcionarios conchabados con él, era un puro invento, una
fachada que no comprometía a nada. No hacía falta aportar papeles, no se
celebraba ninguna ceremonia y no quedaba constancia alguna de aquellos
simulacros de matrimonio.» (Página 241)
Como os decía está ambientada en los años cuarenta en
adelante y en la ciudad de Madrid. No es lineal, sino que hay muchos saltos en
el tiempo, tanto para contar la vida de cada uno de los personajes (su pasado,
su presente) como la de la propia Manolita que sí linealmente avanzará según va
transcurriendo la novela.
Es una novela coral. Tenemos muchos personajes, a
cual más rico y poliédrico. Tengo que rendirme siempre ante los personajes de
Almudena Grandes. Qué vidas inventa… absolutamente atractivas. Además hace un
análisis de cada personaje tan exhaustivo, sobre todo en su interior, que te
permite conocerlos tanto que podrías tanto enamorarte de alguno de ellos como
aborrecerlo intensamente. Entre mis preferidos de esta novela estarían Palmera
o Eladia.
Eso es parte del estilo de esta autora, ese acierto
en su forma de contar que trasmite tanto. A mí es una de las características de
su escritura que más atractivas me resultan: ese poder que tiene para partir de
la emoción y trascenderla hasta tal punto que tú percibes esa emoción. Los
personajes de Almudena Grandes duelen. Y su forma de contar diseccionando los
sentimientos hace que vuelva a ella cada vez que publica una nueva novela.
Por otra parte hay que reseñar que en este libro la
autora hace un homenaje al libro de Robinson Crusoe. Recordareis que en la
segunda entrega de esta saga “El lector de Julio Verne”, se aludía a este autor.
Aquí en cambio incide sobre Robinson cuando llega a la época de Cuelgamuros, o
lo que ahora conocemos como el Valle de los Caídos donde muchos presos redimieron
condena trabajando.
A mí me parece que esta novela, que no creo que sea
una más sobre las consecuencias de la guerra civil, es absolutamente
recomendable. Porque a pesar de contar tanta desgracia y penuria, no es una
novela triste. La autora quiere contar, quiere partir de algunos datos y
personas reales para escribir ficción y contar muchas cosas que se han callado.
La autora habla de nuestra guerra civil, pero lo que en esa se cuenta podríamos
extrapolarlo a cualquier otra guerra civil de otro país. Cómo perviven más allá
de la paz años y años, porque es una guerra entre personas, entre amigos, que
ya se conocían de antes de la contienda. Y parece mentira cómo eso las hace aún
más sangrientas y dolorosas.
Y desde luego la forma de contar de Almudena Grandes
yo la recomiendo siempre, porque sus novelas además de estar bien escritas con un lenguaje elaborado
y muy rico, siempre emocionan.
"...con el tiempo
comprendí que la alegría era un arma superior al odio, las sonrisas más útiles,
más feroces que los gestos de rabia y desaliento."
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