Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

lunes, 2 de abril de 2018

La Biblioteca Marsh de Dublín










Y después de que nos tomemos uno de esos cafés irlandeses con nata y bayleys que nos caliente el corazón, con su sabor todavía en los labios, volveremos a visitar mi biblioteca preferida de Dublín: La biblioteca Marsh, también la más antigua de Irlanda.

Tiene tanto encanto esa biblioteca tan antigua... Está muy cerca de la Catedral de San Patricio, a la vuelta, en el lugar apacible que se merece una biblioteca como ella. Por supuesto que te recordaré de donde viene su nombre, porque fue fundada en el año 1707 por el Arzobispo Narcissus Marsh, quién le donó muchísimos de sus valiosos libros.












 La pasearemos muy despacio, aspiraremos su olor a tiempo y letra impresa, para finalmente sentarnos frente a las tres jaulas donde los lectores que pedían libros raros, tenían que hojearlos, para evitar tentaciones de llevárselos. Tentaciones que eran de lo más frecuente.

Y cuando hayan pasado muchos años, cuando ya nuestro viaje a Dublín esté lejano en el tiempo, todavía sonreiré recordando cómo nos disfrazamos con la peluca de bucles blancos, esa de lord del siglo XVIII, que probablemente aún colgara de aquel perchero.








miércoles, 28 de marzo de 2018

"Gerda Taro, la sombra de una fotógrafa" de Francois Maspero



"...todo en ella es política. Su vida, su comportamiento, sus fotos. Política en el sentido más amplio y más justo, que es sentirse concernido por su tiempo. De vivirse como sujeto y no sólo como objeto. Sujeto de la Historia y sujeto de su propia historia". -
Maspero



En un mercadillo veraniego y virtual de Ediciones La Fábrica encontré este libro de escasas cien páginas por un módico precio.

No me pude resistir.

Siempre me ha atraído la figura de esta fotógrafa Gerda Taro. Murió pocos días antes de cumplir 27 años aquí en España, durante nuestra Guerra Civil, en el frente de Brunete donde estaba como reportera gráfica. Durante un ataque de la aviación franquista, en la confusión de la retirada republicada, sufrió un accidente y la atropelló un tanque. Aunque fue trasladada a un hospital en El Escorial, murió a las pocas horas. Ha sido considerada como la primera fotógrafa de guerra en primera línea de fuego, y también la primera en morir como tal.

En este libro el escritor y editor francés Francois Maspero combina varios géneros: la ficción, el ensayo y hasta la investigación fotográfica.

Está dividido el libro en tres partes:
-En el primer capítulo, que me sorprendió muy gratamente, está la parte de ficción. Se trata de una entrevista entre el autor y la fotógrafa, imaginando que ella no murió, y por tanto inventando la vida que podría llevar cuando ya fuera una señora mayor. Es original la verdad.
El segundo capítulo está dedicado ya a la vida de la fotógrafa: a los inicios de Gerda en la fotografía, cuando conoce a Robert Capa, sus viajes... Cómo fue desarrollándose su relación.
Y el tercer capítulo ya trata de analizar su figura tras su muerte.

Además en el libro hay unas veinte fotografías tanto de Gerda Taro, como de Robert Capa, como de Stein.

Como os decía me gustó el arranque de este ensayo, esa primera parte donde está la ficción. Maspero comienza el libro imaginando cómo habría sido la vida de esta fotógrafa si no hubiera muerto en la contienda. Se imagina que va a verla y habla con ella. Es original.

En la segunda parte se centra más en su vida. En sus orígenes, su salida de Alemania, su paso por Francia, y su llegada a España. También por supuesto trata su relación con André Friedman, o más conocido como Robert Capa, que fue su pareja tanto en lo personal como en lo profesional. Tampoco Gerda Taro era el verdadero nombre de la fotógrafa, se llamaba Gerta Pohorylle y había nacido en Stuttgart el 1 de agosto de 1910, en una familia judía de origen polaco.

Capa y ella se conocieron en 1934 en París. Y a partir de aquí ya fueron creciendo en paralelo. Fue éste quién la inició en la fotografía. En el año 36, cuando nuestra Guerra Civil, ambos viajan a Barcelona y empiezan a hacer fotografías en distintos lugares. También ambos cambiaron sus nombres originales y firman juntos algunas fotografías, naciendo como un solo fotógrafo ficticio, un americano elegante con un nombre sonoro Robert Capa que eran en realidad los dos. Al principio ellos fotografiaban las mismas situaciones, los mismos lugares pero con cámaras diferentes. Ella utilizaba  una Rolleiflex y él una Leica. Ambos fotografiaron juntos en nuestra Guerra Civil, aunque también viajaban. Eran una pareja moderna, según el ensayo.

La carrera de esta fotógrafa desgraciadamente fue muy corta, pero fue ganando poco a poco en autonomía y llega a firmar algunas fotografías como Taro. Se centró exclusivamente en la Guerra Civil Española.

Una vez que falleció su figura se fue difuminando y muchas de sus fotografías acabaron mezcladas con las de Robert Capa. Y cuando terminó la 2ª Guerra Mundial ya casi su nombre había desaparecido porque sus fotos eran normalmente atribuidas a Capa que la había eclipsado.

Sin embargo de un tiempo a esta parte ha sido recuperada tanto su biografía como su obra. Quien abordó de un modo ejemplar esta tarea fue la investigadora alemana Irme Schaber a principios de los años noventa. Porque en 1994 publicó el libro Gerda Taro. Una fotógrafa revolucionaria en la guerra de España, una exhaustiva biografía. Después se han hecho algunas exposición, en Nueva York, en Cataluña...

De este libro me han entretenido mucho sus dos primera partes, pero según iba avanzando se me ha hecho un poquito cuesta arriba, la verdad. Y eso que es muy corto. Pero bueno para el objetivo que yo pretendía, que era indagar más en la vida de esta fotógrafa me ha venido muy bien. 


domingo, 25 de marzo de 2018

Frases hechas del lenguaje religioso, que pasan a ser del lenguaje coloquial


A veces viene bien detenerse en las palabras que decimos, saborearlas, indagar por qué hablamos con ellas, de quién o quiénes las hemos heredado.

A veces viene bien volver la vista atrás y repasar lo que ya hemos aprendido, porque la memoria es frágil y para que quepan más vamos perdiendo datos por el camino.

En este blog ya lo hemos dicho muchas veces, tenemos en nuestro lenguaje coloquial muchas frases hechas que decimos sin pensar. 

Estamos en Semana Santa: ¿Cuántas de esas frases que decimos sin pensar, frases hechas, hemos heredado de estos días religiosos? 

Repasamos algunas de ellas. Sí, ya las hemos comentado otros años, pero seguramente ya ni nos acordaremos.


"EL DOMINGO DE RAMOS, EL QUE NO ESTRENA NO TIENE MANOS"
No tener manos quería decir en las épocas clásicas y medievales no tener trabajo, no participar en las labores productivas de la comunidad y por tanto carecer de los mínimos recursos económicos.
En esas épocas era común celebrar la llegada de la primavera con el estreno de alguna prenda de vestir, que significara también la renovación del cuerpo. El que no tenía dinero para adquirirla o medios para hacérsela, el que "no tenía manos" no estrenaba.
Las celebraciones pascuales se relacionan con ritos antiquísimos de primavera, de resurrección.
Litúrgicamente, diremos que se conmemora la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, según narra el evangelio de San Marcos, a lomos de un burro. 

De Herodes a Pilatos:
Se suele decir cuando te mandan de una persona a otra para resolver alguna cuestión burocrática, y mientras tanto se pasa el tiempo y no se resuelve el tema.
"Hay que tener en cuenta que los dos caúces por donde discurrió nuestra cultura popular durante siglos fueron la comedia y el sermón. (...) El evangelio nos cuenta como Jesús fue llevado de Anás a Caifás, de Herodes a Pilatos, en el proceso de su Pasión que terminó con su condena en la cruz.
Poner o Meter el dedo en la llaga
Se suele decir cuando hablas de algo de tal forma que la preocupación por ello aumente.
Viene de el episodio en el que Jesús ya resucitado le pide a Tomás, que no cree que haya resucitado, que meta el dedo en la llaga. 
poner el ~ en la llaga.
1. loc. verb. Conocer y señalar el verdadero origen de un mal, el punto difícil de una cuestión, aquello que más afecta a la persona de quien se habla.
 
 
 
 "TRAER POR LA CALLE DE LA AMARGURA"
Traer por la calle de la amargura es atormentar a alguien hasta la desesperación, hacerle la vida imposible.
Tiene relación con los itinerarios de las procesiones de Semana Santa o con los recorridos penitenciales de los cofrades, hacia el lugar donde se representa la Pasión de Jesús.
En algunas ciudades españolas existe una calle con ese nombre.
 
 
" SUDAR SANGRE"
La expresión "sudar sangre" ha pasado al vocabulario común para describir un esfuerzo físico sobrehumano. 
¿Se puede realmente sudar sangre? El sudor es una secreción de unas glándulas de la piel que, como todas, están rodeadas de pequeños vasos capilares. En determinadas circunstancias, sobre todo en esfuerzos físicos, o en situaciones de mucha tensión emocional, no es extraño que se produzcan en la piel pequeñas hemorragias, como picaduras de pulga, que casi todos hemos tenido ocasión de notar alguna vez.
Pues bien si la rotura de esas venitas ocurre en las que rodean a las glándulas sudoríparas, la sangre se mezcla con el sudor y sale al exterior por los poros. 
Y ésto es lo que le ocurrió a Cristo en el huerto de Getsemaní; hasta tal punto llegó su estado de tensión, de angustia y desasosiego. Por eso se dice que Jesús era, además de Dios, verdadero hombre con un organismo y una fisiología en todo similar a la cualquiera de nosotros.
 
 
 
Dar la matraca
Dar la matraca es burlarse con pesadez de alguno, molestar, agobiar, insistir con impertinencia en algo que enfada a otro.
La matraca era y es un instrumento de madera construido con una o dos mazas que forman una especie de aspas de tablas en la que cuelgan mazos que al girar producían un ruido muy molesto. Se utilizaba en algunos conventos para llamar a maitines y todavía se utilizan en semana santa para anunciar los actos religiosos los jueves y viernes santos porque no se pueden utilizar las campanas de la Iglesia por haber muerto Cristo.


 
La procesión va por dentro:
Expresión que se aplica cuando una persona parece estar aparentemente tranquila, aún cuando sabemos que íntimamente está pasando por un momento delicado. Por fuera es una persona medida, serena, e incluso puede parecer divertida, pero por dentro está seria -como se marcha en las procesiones- porque sufre.
Os copio aquí el único origen de la expresión que he encontrado:
 
¿Por qué decimos que LA PROCESIÓN VA POR DENTRO para significar que alguien no exterioriza el pesar o la pena que siente en su interior?
 
La expresión hace referencia a la antigua costumbre de realizar las procesiones religiosas en el claustro del templo o bajo cubierto los días de lluvia.
Los oficios no dejaban de realizarse, aunque se hacían de manera menos vistosa, sin la pompa habitual de las procesiones públicas.
Aunque los cofrades mostraban la alegría propia de la celebración, en su fuero interno se sentían contrariados, pero no dejaban que esa tristeza se reflejara en su cara.
 
 
 
 
Fuentes:
Historias curiosas de la Iglesia de José Ignacio de Arana. Edit. Espasa Calpe.
www.1de3.com

Abecedario de dichos y frases hechas de Guillermo Suazo Pascual. 
 
 

viernes, 23 de marzo de 2018

El autor Fernando López Guisado visita nuestra Tertulia Literaria Rascamán




De izda a dcha: El poeta Fernando López Guisado, nuestro coordinador Javier Díaz y el poeta José León


"Soy un extraño en todos los campos"




Sabíamos de la visita del poeta. Y que se llamaba Fernando López Guisado.

Sabíamos del nombre de sus poemarios:
Aromas de Soledad, El Altar de los Siglos, Porque nunca fue suyoLa Letra Perdida (finalista del premio de la Asociación de Editores de Poesía 2012, 2ª edición 2014, edición ecuatoriana 2015 en El Quirófano Ed.) y Rocío para Drácula (premio de la Asociación de Editores de Poesía 2014).

Sabíamos incluso algunos de sus poemas. Y nos habían gustado tanto que los recordábamos. Como el de "Mazinguer" y el de la carnicera.


Lo que no sabíamos es que nos iba a faltar tiempo para escuchar más poemas y algún que otro relato suyo. Porque nos leyó uno de sus relatos de fantasmas, y sonaba muy bien con ese olor a salitre y aire de abandono. No sabíamos que el poeta se iba a confesar narrador de terror, dándole una vuelta de tuerca al monstruo.


Ni sabíamos de sus poemas oscuros que sin embargo iluminan, poemas de Drácula y seres del otro lado.
No sabíamos que íbamos a charlar sobre poesía y literatura, pero también sobre concursos literarios y vidas complicadas, sobre el negocio editorial y los nuevos poetas de moda, sobre "El ojo poético", como denomina el autor a "la mirada" que te distingue de los demás. "Soy yo el único contra el que tengo que pelear, o al menos pelear por escribir como yo quiero".


Tampoco sabíamos que iba a ser una tarde tan tranquila salpicada de conversación entre verso y verso. Tarde de literatura y hasta cine, en buena compañía con este poeta cercano.


Fue un descubrimiento su literatura. Un lujo tenerlo para nosotros solos  un miércoles cualquiera de marzo.


Hay que agradecerle que hiciera el cambalache doméstico para poder estar con nosotros un par de horas que se pasaron tan volando como si hubieran sido veinte minutos. Agradecerle también a Javier Díaz que nos gestione estos encuentros de autor en los que nos enriquecemos tanto.





















ROSEBUD


Toma forma de muñeco de Mazinger Z.
Lo tenía mi primo, en su casa de campo.
Deseamos siempre lo ajeno con envidia;
no importaba lo mucho que jugásemos
juntos durante aquellos largos veranos.

Ese articulado robot era mi héroe; mi primo,
su piloto. Lo hacía emerger de la piscina
para reparar el mundo, dar una paliza
a los malos, superar sin miedo a la muerte.

Recordábamos aquello,
pasando ya de adolescentes.
Durante tardes de fútbol,
en el estadio, en invierno,
con las gargantas ardiendo y los pies helados.

Un año, ganamos la copa,
fuimos a celebrarlo
bañándonos en una fuente.
Él se tendió,
sumergido por completo,
suspendido en el tiempo,
parecía en paz.

Surgió de aquellas aguas como el Mazinger Z:
un titán bautizado,
lleno de victoria y fuerza.

Hace seis años no pudo asistir a mi boda.
Prometí ir a verlo, al hospital, tras el viaje
de luna de miel. Resultó demasiado tarde.
No brotará del agua a ver ganar otra copa
al igual que no he podido volver al estadio.

En una vitrina, guardo un muñeco de Mazinger.
Cada año, en mi aniversario, le quito el polvo
recordando en silencio aquella casa de campo.
Los pies se me hielan,
la garganta me arde
y se me van haciendo

muy cortos los veranos.


Fernando López Guisado









martes, 20 de marzo de 2018

La biblioteca del Trinity College




Este pasado fin de semana, el sábado 17 de marzo de 2018, fue San Patricio.

En este blog vamos a celebrar la muerte del patrón de Irlanda a nuestra manera. Sin cerveza y con libros. Y le vamos a dedicar una entrada a una de las más maravillosas bibliotecas del mundo, sí, la que está en Dublín, exactamente en la Universidad mas antigua de Irlanda, el Trinity College. Porque para los irlandeses este día es el de la Patria y el orgullo nacional. Y desde luego es para que se sientan muy orgullosos de este tesoro.

Este enero pasado he cumplido uno de esos sueños que yo tenía: Visitar esta biblioteca.

Construída entre 1712 y 1732 esta biblioteca alberga más de 200.000 libros antiguos. Para ellos tuvieron que hacer una remodelación en la década de 1850 porque ya no les cabían.

Desde 1801 recibe un ejemplar de todos los libros publicados en Irlanda y Gran Bretaña.

Lo primero que ves es la exposición dedicada al Libro de Kells, que también por supuesto puedes admirar. Es un libro que data del siglo IX y que contiene un texto en latín de los cuatro evangelios.

Y después es cuando al fin llegas a La Long Room: esa sala increible y larguísima, de casi 65 metros que aparece en todas las fotografías. Con esa hilera de bustos de filósofos y escritores también tan fotografiados y cuya colección también comenzó en el 1743.

Pero todo lo que os he dicho hasta aquí lo leeis en cualquier sitio. Por eso yo lo que quiero es hablaros de su luz, esa luz anaranjada que entraba en ese día frio de enero pero muy soleado, que parecía acariciar todos esos tomos de antiquísimos libros como si quisiera protegerlos de tanto visitante armado de su cámara. Os quiero hablar también del suelo brillante donde nos reflejábamos al caminarla y servía de espejo a sus altísimas estanterías de madera y su techo abovedado. También cómo no hablaros de su olor a madera antigua envolviéndote. Y de esa escalera de caracol de forja que no pude subir pero que ya me hubiera gustado hacerlo para poder contemplar desde arriba toda la enorme sala. Os quería hablar finalmente de sus filas, filas y más filas de libros. 

Os quería comentar, en definitiva, que no me defraudó en absoluto, si acaso todo lo contrario.

La biblioteca más grande de Irlanda es espectacular. 








domingo, 18 de marzo de 2018

50 Aniversario del Instituto Conde de Orgaz de Madrid



Hay días que te levantas con una sonrisa. 

Aunque estés afónica y te duela la cabeza, la sonrisa no consigues despegártela. 

Hay días que te alegras de desafiar a la lluvia y la pereza. Que te alegras de haber acudido a una de esas convocatorias que solo van a ocurrir una vez en la vida. Que te sacudes de encima treinta años para alegrarte de ver a personas con las que compartiste pupitre y risas, muchas risas.

Hay días que vuelves a entrar al Instituto en el que estudiaste todo el BUP y el COU y al que no habías vuelto. Días que comentas con los demás que las paredes antes eran verde ¿verdad? y no azules, y que las vidrieras, esas sí, siguen siendo las mismas. 

Y por un breve momento te alegrarías de volver a tener quince y dieciseis porque lo único que había que hacer era ir a esas clases y aprender. No había que pensar en mucho más: estudiar y divertirte. Porque con la intensidad que se vive a esa edad, lo bueno y lo malo, ya no lo vuelves a vivir. 

Y tienes tantos nombres con sus dos apellidos en la memoria que de pronto te vienen así a los labios, de carrerilla, y podrías recitar la lista entera entre anécdotas y recuerdos buenos y malos que te hicieron ser quién eres hoy.

Hay días que son un ejercicio de nostalgia y de reencuentro. Días que vuelves a escuchar el sonido de una flauta que comenzó a la vuelta de una acampada. Días que los antiguos apodos vuelven a ser actuales. Días resacosos de emociones. Días que abrazas a los que eran como tú y te alegras sinceramente de verles porque aunque por fuera hayamos cambiado tanto, por dentro seguimos siendo los mismos.

Los mismos en días mágicos.

50 Aniversario del Instituto Conde de Orgaz de Madrid.
17 de marzo de 2018.













jueves, 15 de marzo de 2018

Paco Fenoy, poeta y tertuliano de Rascamán

Paco Fenoy


En este lluvioso marzo de 2018, en la tertulia Literaria Rascamán, nos hemos quedado un poco más huérfanos. Nuestro compañero Paco Fenoy nos ha dejado de pronto, sin darnos tiempo a volver a reír de nuevo juntos, sin darle un último abrazo.

No faltaba nunca a la tertulia y era muy puntual, va a costar mucho no verle más esperándonos, como cada miércoles. Siempre con sus textos bajo el brazo, atento a que "la juventud preparada" o "los intelectuales" como solía llamarnos a los demás, le diéramos nuestro parecer sobre lo que había escrito.

Lo suyo era la poesía social. "Que se te ve el plumero Paco" le decíamos cuando se le iba la mano con soflamas políticas. Y él nos miraba con esa picardía suya o arrancaba a reír.

Porque Paco era de carcajada fácil y nos hemos reído mucho con él. Mucho.

También mucho era cómo escribía, hasta inventó el "fenoyés", un lenguaje propio que me hará siempre sonreír. Y si hablamos de leer, leía aún más. Pero en riguroso orden, eso sí, que Paco era muy suyo para estas cosas, y desde los griegos siempre hacia adelante, año a año cronológicamente.

Humilde y montañero, buen compañero y generoso con sus libros.
Así y mucho más era nuestro Fenoy.


Ya no te van a tener que coger más el bajo de los pantalones Paco, ya no vas a encoger ni un milímetro.

Para nosotros, tus compañeros de Rascamán, tú siempre vas a ser muy grande.
Siempre.