Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

lunes, 19 de marzo de 2012

"Tan fuerte, tan cerca" Las personas...





"Pero las personas no son números 
son más cómo letras...
Y esas letras están tratando
de convertirse en historias.
Y papá decía que 
las historias deben ser compartidas..."


"Tan fuerte, tan cerca"

Título original: Extremely loud and incredibly close.  
Dirección: Stephen Daldry.  
País: USA. Año: 2011. Duración: 129 mi

domingo, 18 de marzo de 2012

"El apagón" en el Teatro Alcazar en Madrid



Ayer estuve en el teatro viendo "El Apagón" de Peter Shaffer, un clásico de la comedia de enredo. 

En este caso ha sido la compañía Yllana la que nos la devuelve a las Salas de Madrid con actores como Gabino Diego, Eva Santolaria, Aurora Sánchez, Diego Molero, Paco Churruca, Ramón Merlo y Ana Arias.
 
Gabino Diego se mete dentro de un personaje que se ve envuelto en un lío tremendo cuando tiene lugar un corte de luz. 

A partir de ahí los personajes ya no ven nada y andan por el escenario como si estuvieran a tientas y tú ya comienzas a reírte con ese espiral de contratiempos que no dejan de ocurrirles. 

Había ocasiones en que te reías tanto que ya no podías escuchar a los personajes lo que seguían diciendo. Gabino Diego, que a mí reconozco que me cae muy bien, siempre en su faceta cómica me gusta aún más. No puedo decir que ninguno de los actores me haya parecido que no lo hacía bien, no, todos están muy metidos en su papel y resultan bastantes graciosos. Pero tengo que destacar que me encantó Aurora Sánchez como la vecina Miss Furnival, te partes con ella, un esperpento total. Y también Paco Churruca en su papel de Coronel destaca bastante.

Lo que es la vida misma. Te apagan la luz, ya no te ven los demás y sale lo que te empeñas en esconder a su vista.

Es ese tipo de humor de gestos, de interpretación del actor moviéndose por el escenario de forma bastante hilarante. Pasamos una tarde entretenida, amena. La verdad es que nos reímos mucho.








viernes, 16 de marzo de 2012

"100% Residencia.Una tradición recuperada (1910 - 2010) la exposición de la Residencia de Estudiantes



Os propongo una exposición  para este largo fin de semana en Madrid.
La exposición 100% Residencia: Una tradición recuperada (1910-2010).

Yo creo que puede ser un buen lugar para disfrutar del ocio y de la tranquilidad, para pasear un rato. Esos edificios rodeados de jardines, en la que Juan Ramón Jiménez denominó La colina de los Chopos, a donde se traslado en 1915 la Insitución y donde sigue.
La Residencia de Estudiantes es un lugar sereno dentro del bullicioso Madrid. 


Es una exposición muy interesante sobre toda su trayectoria en estos 100 años. Conocer cómo se inspiró en la Institución Libre de Enseñanza de Giner de los Rios, cual era su primera ubicación, cuántas personalidades de la cultura la frecuentaron, los Premios Nobel que salieron de ella, cómo tras la guerra se dejó de lado, cómo resurgió...


Os la recomiendo.














jueves, 15 de marzo de 2012

"El olvido que seremos" Hector Abad Faciolince




"Han pasado casi veinte años desde que lo mataron, y durante estos veinte años, cada mes, cada semana, yo he sentido que tenía el deber ineludible, no digo de vengar su muerte, pero sí, al menos, de contarla. (...) Es posible que todo esto no sirva de nada; ninguna palabra podrá resucitarlo, la historia de su vida y de su muerte no le dará nuevo aliento a sus huesos, no va a recuperar sus carcajadas, ni su inmenso valor, ni el habla convincente y vigorosa, pero de todas formas yo necesito contarla. Sus asesinos siguen libres, cada día son más y más poderosos, y mis manos no pueden combatirlos. Solamente mis dedos, hundiendo una tecla tras otra, pueden decir la verdad y declarar la injusticia. Uso su misma arma: las palabras. ¿Para qué? Para nada; o para lo más simple y esencial: para que se sepa. Para alargar su recuerdo un poco más, antes de que llegue el olvido definitivo" (Págs. 254-255).


En la memoria de los libros que voy leyendo, éste del que os quiero hablar hoy lo leí hace dos historias. Ahora estoy en la novela negra de Suecia, pero entonces pase una temporada en Colombia, donde transcurre "El olvido que seremos".

¿No os habéis leído este libro? Pues hacedme el favor y hacéroslo de leerlo. Qué historia tan entrañable, además de cierta. ¿Qué más se puede pedir como lector?

Es uno de esos libros que te dejan huella.

En agosto de 1987, cuando Abad Faciolince aún no había escrito ni un libro, su padre fue asesinado en su ciudad natal, a manos de un par de sicarios frente al Sindicato de Maestros de Medellín. Tenía 65 años y en el bolsillo de su pantalón llevaba un soneto de Borges, cuyo primer verso dice: "Ya somos, el olvido que seremos".

El autor del libro, su hijo, necesitó veinte años para escribir estas memorias. Estas memorias que son también una novela sobre su padre. Sobre el amor filial.

El padre fue una persona que había sido amenazada varias veces, pero aún así seguía batallando con su compromiso social, luchando por los desprotegidos. Era médico, y pensaba en otra idea de la medicina. También era un padre amoroso, que pensaba que a los hijos hay que hacerlos lo más felices posible, porque ya viene después la vida a demostrarles lo dura que es. Un padre que confiaba en el amor, en la paz, en la justicia. Un padre que carcajeaba y lloraba a raudales al mismo tiempo. Un padre que amaba el arte. Y que cuando atravesaba malos momentos se encerraba en su despacho a escuchar música clásica y a llorar a solas.

Está contado de forma cronológica. Comienza cuando Hector Abad es un niño, el único hijo con cinco hermanas. Y termina 28 años después cuando el padre muere. Pero hay algunos saltos en el tiempo anticipando acontecimientos.



Es también un libro sobre la sociedad de Colombia en ese tiempo, sobre la violencia que había, sobre el nacimiento de grupos paramilitares que no tienen ninguna contemplación en quitar de enmedio a quiénes les molestan.

En fin... La historia de una familia, de una sociedad. Una biografía, unas memorias, que hay que saborear despacio. No es un libro ñoño, es un libro emotivo, sentimental. Habla del amor, de la vida, de la muerte con detenimiento, con un detalle que te hace sufrir, es cierto. Pero también con una prosa sencilla, delicada, tocando los temas sin caer en la sensiblería.

"Yo recordaba que muchas veces mi papá me había dicho que todo ser humano, la personalidad de cada uno, es como un cubo puesto sobre una mesa. Hay una cara que podemos ver todos (la de encima); caras que pueden ver algunos y otros no, y si nos esforzamos podemos verlas también nosotros mismos (las de los lados); una cara que sólo vemos nosotros (la que está al frente de nuestros ojos); y una cara oculta a todo el mundo, a los demás y a nosotros mismos (la cara en la que el cubo está apoyado). Abrir el cajón de un muerto es como hundirnos en esa cara que sólo era visible para él y que solo él quería ver, la cara que protegía de los otros: la de su intimidad..."




Un libro intenso, que conmueve.


EL OLVIDO QUE SEREMOS
Hector Abad Faciolince


“Amaba a mi padre por sobre todas las cosas... Amaba a mi papá con un amor animal. Me gustaba su olor, y también el recuerdo de su olor... Me gustaba su voz, me gustaban sus manos, la pulcritud de su ropa y la meticulosa limpieza de su cuerpo”.

martes, 13 de marzo de 2012

Dimensión Vocal en el Café Violín de Getafe



 Hoy os quería hablar de un grupo de música vocal que como su propio nombre indica se llaman...
 Ta, ta ta, chin... redoble de tambores...

¡Dimensión vocal!

¿Que no sabéis de quién os hablo? ¿Que nunca les habéis escuchado? Pues perdonadme que os diga pero no teneis ni idea de lo que os estais perdiendo... No, no, no lo flipo... Que yo bien que me divertí con ellos el otro día. ¿Cómo que qué día? El viernes pasado. Sí ,sí éste, el 9 de marzo de 2012. En el Café Violín de Getafe.

Buscaló, buscaló... Ya verás cómo es cierto. Allí que estuvieron. Los seis: el bajo, el barítono, los tres tenores y el "beat-box". ¿Que no sabes lo que es un "beat-box"? Un poco de culturilla... ¿eh?

Esos, son esos de ahí arriba... Sí, sí esos que encabezan la entrada. Que sí... los seis.

Ah ¿Qué te creías? 

Desde Stand by me o California dreaming hasta "Aquí, aquí, aquí no hay quién viva..." Sin un solo instrumento, solo con sus voces. Buenísimos. Y eso que los vídeos, ya veréis, no les hacen justicia, porque apenas había luz, que los técnicos del Café ya podían haberles puesto algún foco de más... Pero no dejéis de escucharles, porque os entrarán ganas de verles mejor, de oírles mejor, de disfrutarlos.

Cómo lo oyes... Entretenido, fresco, alegre, un espectáculo que nada tiene que envidiar a otros que hay por ahí por el mundo... Ya te digo.

Así que ya sabes en cuánto alguien te pase un evento de este grupo por el facebook, por el boca a boca, por dónde sea, no te despistes... Y toma nota.

Ya sabes... ¡Dimensión vocal!

¡No te lo pierdas!




















lunes, 12 de marzo de 2012

Rutina de Hector Abad Faciolince




¡A por el lunes!


RUTINA
Esa felicidad,
esa seguridad
de repetir los mismos gestos cada día.
Exprimir las naranjas,
preparar el café,
tostar las rebanadas
de pan,
untar la mermelada.
Darle a la vida
el ciclo regular de los planetas,
acostarse a las once,
levantarse a las seis,
sentir que cae el agua
tibia, plácida,
encima de tus hombros,
usar siempre
el mismo jabón, el mismo champú,
la misma loción
–la que usaba tu padre–.
Protestar por lo malo
que se ha vuelto el periódico,
el de toda la vida,
el pan de cada día,
y volver a comprarlo
con ese mismo asco resignado
de tener que cagar
una mañana sí y otra también.
Usar siempre los mismos
viejos zapatos que se parecen
más a ti que tus pies.
Vestirte
con el eterno azul
que te vuelve invisible,
felizmente invisible.
Sentir que tú eres tú,
que yo soy yo.
Ir a los mismos sitios,
comer las mismas cosas,
jueves frijoles,
lunes pescado,
sábados arroz...
Visitar a tu hermana todos los veranos
y pensar que envejece,
pero decirle siempre que no cambia,
que no cambie.
Recordar a los muertos
en cada aniversario;
enviar tarjetas cursis
en cada cumpleaños.
Planear de nuevo el viaje
que nunca emprenderemos.
No poder soportar
que ya no haya tranvía,
que hayan movido
la parada del bus
a la otra manzana,
que hayan quebrado los ferrocarriles,
que nadie escriba cartas
y haya que adaptarse
al correo electrónico,
tan vulgar, tan urgente,
la vida un permanente
telegrama.
Resistirse a llevar en el bolsillo
un teléfono,
detestar que el dinero
sea de plástico
y no de plata, de oro o tan siquiera
de papel.
Que el mismo corte de pelo
te lo haga siempre el mismo peluquero,
que tengas siempre gripe por enero,
que el primero
y el quince
llegue la quincena.
Desayunar trancado,
almorzar abundante,
cenar poco,
quejarse de la gota, de la bilis,
de la memoria y de la digestión.
Creer que nunca sueñas.
Recordar ese chiste
de tu única esposa:
“Aquí se picha los viernes
estés vos o no estés vos”,
y hacer hasta lo imposible
cada viernes
por encaramarte en ella
con ganas o sin ganas
porque l’appetito vien mangiando
como dicen en Turín.
Negar que eres un soso,
un rutinario
con el verso aprendido de un amigo:
“La vida se soporta
tan doliente y tan corta
solamente por eso”.
Caminar por la calle ensimismado,
ausente de este mundo,
rumiando en tu cabeza
historias, frases, viajes, desventuras,
crímenes, adulterios, melodramas, incestos,
abortos, heroínas, traiciones, sacrificios,
saber que todo drama
está en tu calavera,
que la gran aventura
ocurre en las paredes de tu cráneo,
que nunca habrá más grande sensación
(orgías, drogas, sueños)
que aquello que imaginas.
Que la vida consiste en perdonarnos
las ofensas que hacemos,
los gestos que no hicimos,
los silencios cobardes,
los fingidos afectos,
las mentiras.
Y escribir cada día,
ganar la lotería
de al menos una frase
que nadie ha dicho nunca,
tener un pensamiento
que todos han tenido,
pero decirlo bien
con todas las vocales,
con todos los sonidos,
con todos los sentidos.
Lograr que la aventura de tu vida
esté en las páginas que escribes,
en los ojos que ahora
pulen un heptasílabo,
quitan o ponen una coma, una tilde, un acento,
en los ojos que ahora se detienen
complacidos tal vez
o entretenidos
en un punto, este punto.

Héctor Abad Faciolince

domingo, 11 de marzo de 2012

"Fotografía sin verdad. El poder de la mentira" una exposición de fotografía que hubo en la EFTI

Como dice la cartela, con dos fotografías se hizo solo una. Mirad detenidamente y veis como se han borrado a algunas personas, se ha puesto al sujeto mirando al frente...

La imagen hecha con honradez supone una de las mejores formas de reflejar la realidad y contribuye de forma muy eficaz a la memoria colectiva. ¿Pero por qué muchas veces nos llegan imágenes retocadas?

Dos periodistas de la agencia EFE y profesores de fotografía en la Universidad San Pablo-CEU han hecho un libro donde han recogido muchas de estas imágenes en las que se nos ha ofrecido una visión distorsionada de la realidad. Ya haya sido por motivos políticos, sociales, o religiosos... muchas veces se ha retocado la imagen ofreciéndonos una visión sesgada de lo que verdaderamente ocurría. Diego Caballo Ardila y Daniel Caballo Méndez nos señalan que estamos viviendo una crisis de la verdad dentro de la gran crisis.

"A veces la verdad es desvirtuada, disfrazada, pisoteada para beneficio de alguien..."

En la EFTI siempre hay exposiciones que me llaman la atención. De vez en cuando acostumbro a consultarlas. En esta ocasión la información me llegó por unos amigos. Enseguida pensé que esa exposición de la que me hablaban tenía que estar aquí, en la EFTI: Escuela de Fotografía y Centro de Imagen.

Ya no podéis ir a verla, terminó en febrero. Lo siento, no he tenido tiempo hasta hoy de colgar las fotos. Pero os dejo con algunas de ellas. Son interesantes, ya veréis. Y así ya conocéis este lugar, pequeñito, céntrico, cerca del Panteón de los Ilustres, en Atocha (Madrid), donde suele haber exposiciones de fotografía dignas de verse.

De hecho, he recordado que os debía la reseña en el  blog de esta exposición, porque hoy me he acordado de que entre estas fotos, había una del atentado del 11 de marzo en Madrid. Estaba la misma foto en diversos periódicos de aquel momento. La misma foto pero retocada... Pero esa no os la voy a dejar aquí, cómo podéis imaginar no es nada agradable, de ahí que la retocaran. Pero su recuerdo vale como homenaje.



A Manuel Chaves le quitan la rosa y le ponen una pistola, o a Barak Obama le vuelven un poco más "blanquito"


Esta foto de la Familia Real se hizo recortando nietos de aquí y de allá hasta ponerlos a todos juntos... Fue un fotomontaje realizado por la Reina Sofia en la Navidad del 2005 como felicitación.

Aquí también retocaron la foto quitando a algunas personas hasta que consiguieron que se viera a Acebes mucho más cerca de Maria del Mar Blanco en una manifestación.

En esta le borran la esvástica del brazo a uno de los legionarios que en la procesión llevaba al Cristo


Y aquí le quitan un michelín a Sarkozy...