Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

miércoles, 2 de abril de 2014

Kamikaze





Cómo me ha gustado esta película...

"Siempre hay alguien que sufre más que tú, 
y no hay más que dos opciones: 
O pudrirte por dentro, o bailar al ritmo de la vida"

lunes, 31 de marzo de 2014

Efemérides del mes de Marzo



Se va marzo... 

Ese mes en el que murió Julio Verne y Walt Whitman, se suicidó Virginia Woolf, pero se publicó La Cabaña del tío Tom.

Se va marzo...

Ese mes en el que Camús publicó El extrajero, Hypatia fue lapidada, pero también Alfonso XIII autorizó que las mujeres españolas pudieran realizar estudios superiores.

Se va marzo...

Ese mes en el que murió Josefina Aldecoa y Zelda Fitzgerald, pero Miguel Hernández consiguió su único premio literario y nació Gertrudis Gómez de Avellaneda.

Se va marzo...

domingo, 30 de marzo de 2014

03/04/2014: Lectura colectiva en Madrid de los autores de la Tertulia Literaria RASCAMÁN



Jam Session
Buena parte de los autores de la Tertulia Literaria Rascamán...
Poemas
Relatos

Y yo participo...



Vendréis...

¿Verdad?

jueves, 27 de marzo de 2014

"Eres una bestia, Viskovitz" Alessandro Boffa


Os invito a leer este cuento pequeñito. Merece la pena. Siempre me ha gustado mucho, me hace sonreír, desde que me lo leyó hace mucho tiempo una compañera de letras: Mercedes Codesal.

Ay qué peligro tienen algunos amores, qué pena.

El libro está agotado, otra pena.

Eres una Bestia, Viskovitz - Alessandro Boffa


Cómo era papá? –le pregunté a mi madre.
–Crujiente, un poco salado, rico en fibra.
–Quiero decir antes de comértelo.
–Era un mequetrefe inseguro, angustiado, neurótico, un poco como todos vosotros, los machitos, Visko.
Me sentía más cercano que nunca a aquel genitor al que no había llegado a conocer, que se había descompuesto en el estómago de mamá mientras yo era concebido. De quien no había recibido calor, sino calorías. Gracias, papá, pensé. Sé lo que significa, para una mantis macho, sacrificarse por la familia.
Me detuve un instante, en grave recogimiento, ante su tumba, es decir, ante mi madre, y entoné un miserere.
Al poco rato, como pensar en la muerte nunca dejaba de provocarme una erección, consideré llegado el momento de reunirme con Ljuba, el insecto al que amaba. La había conocido más o menos un mes antes, en el matrimonio de mi hermana, que por otra parte era también el funeral de mi cuñado, y había quedado prisionero de su cruel belleza. No habíamos dejado de vernos desde entonces. ¿Cómo había sido posible? Dios me había bendecido con el don más apreciado por nosotros, los mantis: la eyaculación precoz, condición indispensable de cualquier historia de amor que aspire a no ser efímera. La primera semana había perdido sólo un par de patas, las raptatorias, la segunda el prototórax con sus anexos para el vuelo, la tercera...
–¡No lo hagas, Visko, por amor de Dios! –empezaron a gritarme mis amigos Zucotic, Petrovic y López, encaramados en las ramas más altas.
Para ellos la hembra era el demonio, la misoginia una misión. Desde la metamorfosis sufrían algún tipo de desviación o disfunción sexual, habían adoptado los votos del sacerdocio y se pasaban todo el santo día mascando pétalos y recitando salmos. Eran muy religiosos.
Pero no había oración que pudiese detenerme, no ahora, que oía el gélido suspiro de mi amada, el sombrío rumor de sus membranas, su fúnebre y burlona sonrisa. Me moví frenéticamente en dirección a aquellos sonidos, con la única pata que me quedaba, apoyándome en mi erección, esforzándome por llegar a visualizar la gloria de sus formas, ahora que no podía verlas porque ya no tenía ocelos, ahora que no podía olerías porque ya no tenía antenas, ahora que no podía besarlas porque ya no tenía palpos.
Por ella había perdido ya la cabeza.

Alessandro Boffa

miércoles, 26 de marzo de 2014

"Pescado" de Aureliano Cañadas




 
PESCADO


Y me enganchó la boca
con el terrible anzuelo de su boca,
me arrastró hasta la luz del sol, el aire,
y me dejó morir sobre la arena
                                                  despacito.



Aureliano Cañadas
"Doble vida"

martes, 25 de marzo de 2014

"Inexplicable" de Juan Jacinto Muñoz Rengel




Inexplicable
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Tenía dos hijos gemelos, idénticos. Ella los vestía con la misma ropa, y les preparaba simétricos desayunos cada mañana. Ellos se comportaban de la misma manera y parecían tener una única personalidad. Los dos sacaban las mismas notas en el colegio, se magullaban la misma rodilla —el mismo día, a la misma hora—, les gustaba la misma chica, hablaban a la vez para decir una frase semejante. Ella los arropaba por igual cada noche, en sendas camas gemelas, cada uno bajo su propio edredón azul de plumas. Luego, se acercaba con sigilo a uno de ellos, siempre el mismo, y le susurraba al oído: «Tú eres mi favorito».
 
 
 
Juan Jacinto Muñoz Rengel
El libro de los pequeños milagros
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