Un blog para letraheridos. Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y letras.
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Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let
En la primera foto el Gijón en 1947. En esta de abajo nosotros en el 2009.
Ayer tuvimos tertulia extraordinaria en el Gijón, en la calle Recoletos. Uno de los lugares de Madrid con más solera como Café y como lugar de encuentro de tertulianos selectos.
Quedamos allí todos los compañeros de la tertulia del Galdós, para hacer una tertulia previa, antes de ir a disfrutar de la conferencia de Juan José Millás en la Biblioteca Nacional. Porque fue eso, disfrutar, lo que hicimos en la conferencia. Aunque lo contaré en otra entrada.
El Café Gijón se inauguró el 15 de mayo de 1888 por Gumersindo G. (no me atrevo a decir el apellido porque en unos documentos encuentro García y en otros Gómez), uno de esos indianos que regresaron tras hacer “las Américas”. En homenaje a sus orígenes, le dio el nombre de "Gran Café Gijón". Tras unos años pasó a ser, dicen en Wikipedia que por la módica cantidad de traspaso de 60.000 pesetas, de Benigno López (un barbero del barrio) que prometió no cambiarle el nombre. Y cuando este murió se encargó de él su viuda hasta que murió. Desde el año 1977 es de Gregorio Escamilla, que lo comparte con Ángel, que lleva más de 20 años en el Café, primero como empleado y ahora también como propietario.
En todos esos años se fue convirtiendo en referente cultural de Madrid. Después de la Guerra Civil los tertulianos convencieron a la viuda para que hiciera la primera reforma, que fue en el año 1948 en la que se sustituyeron las lámparas de gas por la iluminación eléctrica, se puso madera de roble en las paredes y se baja el techo. Después hay una segunda reforma a mediados de los años 70.
Escritores, artistas, políticos han frecuentado desde hace más de cien años este lugar. Severo Ochoa, Benito Pérez Galdós, Pío Baroja o Jacinto Benavente han sido asiduos. Después Camilo José Cela y sus coetáneos también se reunieron allí. En tiempos de postguerra lo hicieron los que se llamaron la “Juventud Creadora”. El tiempo ha pasado y más tarde allí también se han reunido otros de la talla de Arturo Pérez Reverte, Paco Umbral, Rafael Alberti o Fernando Fernán Gómez, que ideó la creación del Premio de Novela Café Gijón.
Y así una larga lista de personas célebres, hasta ayer mismo que mientras nosotros estábamos sentados en nuestra mesa, en una de las que están situadas en el lado de los ventanales que dan a la calle (y que cuando yo llegué estaban protegidas por el cartel de “reservadas”), estaba sentado Álvaro de Luna con otros. Yo no distinguí en ese momento a más conocidos de las letras, pero Sagrario, compañera de tertulia, señaló que también estaba Armas Marcelo.
Leo en internet en un artículo de Fabián Barrio en la revista Forumcafé una entrevista con uno de los propietarios donde habla de esos tertulianos de las mesas que están junto a la ventana: "Ahí, en la cuatro, junto a la ventana, se ponen los poetas a las cuatro de la tarde, todos los días, les tenemos la mesa reservada. Buero Vallejo estaba siempre con ellos. Y Vicent viene todos los dias a las cinco a esta mesa que está más acá. Los martes por la tarde tocan los pintores plásticos, todos estos cuadros que ves aquí son de ellos. Y los domingos por la mañana se ponen en aquella esquina del fondo los de Bellas Artes".
De vez en cuando no está nada mal visitar el Gijón, convertirte por unas horas en tertuliana de ese renombrado lugar, pensar que allí mismo han estado sentados tantos importantes de las letras… Allí mismo donde ahora tú estás, aunque un simple café con leche te cueste 3,70 €, o para llegar tengas que atravesar una "pura zanja llamada Recoletos" surcada de obras y semáforos y madrileños y... Pero esa ya es otra cuestión… Pensaremos que unas cosas por otras.
“Principio de Incertidumbre” es una de las novelas que me regalaron en el programa de radio Ojo Crítico este verano como parte del premio en un certamen de relatos veraniegos. También es el último libro que he leído.
El autor es Gustavo Dessal, un psicoanalista argentino de prestigio, afincado en España (Buenos Aires, 1952). Aunque ya tenía publicados algunos libros de relatos, esta es su primera novela, publicada este mismo año en la editorial RBA,
Arranca la historia con el doble crimen de dos mujeres Melinda Rainfield y su compañera de piso Janis Vitola, y cómo este suceso afecta a varios protagonistas, especialmente a Mark Gallaway, novio de la primera, que se viene abajo esa noche. Mientras eso ocurre, la tercera inquilina del piso, la modelo y azafata Rebeca Mendelsohn, masturba un cerdo en directo en un late-show británico.
El esclarecimiento del asesinato es el tema central de la novela, para lo que se apoya en una doble línea argumental: por un lado lo investigará Mark ante el cierre del caso por parte de la policía, y por otro lado lo investigarán en paralelo un inspector y una ayudante porque desembocan en este caso ocupándose de otro.
Reconozco que la novela me ha tenido todo el tiempo atrapada. Tiene un estilo que envuelve. A eso ayuda que esté enfocado desde el multiperspectivismo. Se cuenta desde diferentes puntos de vista, alternando un narrador en primera persona con otros en tercera, de tal forma que se crea un puzzle con retazos de la historia que poco a poco van acoplándose entre sí.
De ahí el título. El Principio de Incertidumbre es una teoría física establecida por Heisenberg, que afirma que es imposible medir simultáneamente de forma precisa la posición y el momento lineal de una partícula. Son tan pequeñas las partículas subatómicas que forman un átomo que un solo fotón de luz las hace cambiar de posición. Tenemos que aceptar la incertidumbre absoluta respecto de la posición exacta de cada partícula. Como nos pasa en esta narración. Cada personaje es una de esas partículas, y desde su punto de vista más o menos atormentado, te cuenta la historia. Estas partículas, estos personajes con su propio universo se entrecruzan, y van tejiendo la historia, van haciendo entero el puzzle.
En muchas de sus frases se nota que está contado por un psicoanalista. Se transparenta que está escrito desde el conocimiento de los impulsos humanos. El narrar a través del multiperspectivismo ayuda a que los distintos personajes se puedan caracterizar mejor, afinando en cada uno. Hay muchas frases que podríamos comentar pero a modo de ejemplo os copio una en la que se dice que la significación con la que construimos nuestra vida pasa primero por “las memorias con las que estamos dotados, la de la punta de la lengua, la que tenemos debajo de las aletas de la nariz, la que yace enroscada en el pabellón de las orejas, la que todo lo guarda detrás de las pupilas, la que se esconde en los poros de la piel desnuda…”.
Me gusta mucho la forma de contar que tiene Dessal, esa mezcla de acción con reflexión. El lenguaje es esmerado, pulido y a través de él te deja atrapado en una historia de sexo, deseo, muerte y dolor o lo que es lo mismo en una historia de cuadros misteriosos y tráfico de armas, la guerra de Chechenia y los intereses políticos.
Siempre que he ido a escuchar una conferencia de Lorenzo Silva me ha parecido muy interesante.
Esta vez confirmé con creces lo que siempre he sentido. El viernes por la tarde, dentro del festival Literario Eñe, había un “cara a cara” entre Lorenzo Silva e Ignacio del Valle titulado “Juicio a Larsson” en la sala de Columnas del Círculo. Se suponía que los dos autores, ambos de novela negra, iban a tratar de acercarse al fenómeno literario del año, y eso se utilizaría de excusa para hablar de literatura, superventas, editoriales y todo lo que gira a su alrededor.
Ya en otra entrada de este blog hablé de la trilogía de Millenium con el título “La creación de los personajes: Lisbeth Salander. Porque confieso que he leído el segundo y el tercer libro y no me he leído el primero por dos razones, porque ya he visto la película y porque mi lista de “libros por leer” es tan grande que siento que debo leer antes otros libros que ese. Sin embargo estoy segura de que me gustaría, me entretendría, y disfrutaría ahondando en el personaje fascinante de Lisbeth. Porque eso precisamente fue lo que a mí más me gustó de estos libros, el personaje de Lisbeth.
Como lectora, como aficionada a la escritura este debate me apetecía mucho. Y salí contenta. ¿Por qué Larsson tiene tanto éxito? Fue la pregunta que le hizo Ignacio del Valle a Lorenzo Silva para abrir el coloquio.
Silva en primer lugar dijo lo que ya todos sabemos: “La trilogía surgió de que Larsson decidió retomar un cuento que ya tenía y a partir de ahí escribió tres tochos que vemos arrastrando a millones de personas por el metro, por las piscinas, por la calle…” Y le escuchaba y sonreía porque es verdad. ¿Quiénes no los han visto? “El secreto, según Lorenzo Silva, está en los personajes, porque aunque a primera vista no parecen muy realistas, tienen una fuerza simbólica importante, son arquetipos, como ya dijo Vargas Llosa, aunque mucha gente ha pensado al oírle que chocheaba…”
Pregunta Ignacio del Valle si él cree que ha influido la enorme campaña de marketing. Silva contesta que en su opinión quizás eso haya influido en el segundo y el tercer libro pero no en el primero. Cuenta que él leyó “Los hombres que no amaban a las mujeres” en francés, cuando aún no era fenómeno de ventas y ya le gustó. Además dice que la primera apuesta por este libro fue moderada en tiradas, y los medios le hicieron un relativo caso, y tampoco la editorial hizo el gran despliegue. Pero aún así, la primera novela de la trilogía en 6 meses se colocó entre las principales.
Ignacio del Valle contesta que a él no le convencía demasiado la estructura, en su opinión hay muchas novelas con ese perfil. Incluso muchas series como CSI, que hacen una división muy maniquea entre el bien y el mal. En realidad lo que le pareció diferente a las demás, fue la violación de la heroína, de Lisbeth.
Apunta Lorenzo Silva a éste respecto, que precisamente para él Lisbeth es la verdadera protagonista. En el primer libro no lo tenía tan claro, pero ahora que ya ha leído los tres, tiene claro que la protagonista es ella, porque siempre encuentra la información, la ejecuta y además su biografía es la que engarza las tres novelas. Lisbeth es el caballero andante, aunque sea mujer y joven e inexperta y de alguna manera gracias a sus traumas sea una minusválida psíquica. Es la protagonista aunque le mueve una idea de la justicia como venganza, de hecho en algún momento ella dice: “Nadie es inocente solo existen distintos grados de responsabilidad”. En cambio, Mikael Blomkvist es su Sancho Panza, es el que tiene los pies en la tierra, y piensa que hay que ir a los Tribunales, no ir por ahí matando a la gente. Decididamente sin Lisbeth, opina Lorenzo Silva, esta novela no sería nada.
Aún así y a modo de crítica también dice que de cada libro él piensa que sobran como doscientas páginas. Y que quizás la forma de contar Larsson como Lisbeth se hace con tanto dinero no es del todo creíble. Cree que quizás ahí el autor forzó un poco la máquina, porque la verdad es que así, si ella tenía dinero, podía resolver muchas cuestiones que pudieran surgir en la narración.
También en el coloquio se habló de la revista. Cuenta L. Silva que Larsson fue redactor de una revista que denunciaba a la ultraderecha. Parece ser que a esa revista les denegaban todas las ayudas mientras que a otras revistas más nazis no. Ese desajuste que existe en Suecia es el que Larsson pretende denunciar. Así como la explotación de las mujeres que en Suecia es una realidad. Larsson estaba convencido de que la literatura es un arma.
Luego, en este coloquio además de hablar de Millenium como éxito de ventas, se habló de la sociedad sueca, y por último de la literatura sueca y de los lectores suecos. Dice Lorenzo Silva que allí los escritores son muy eficaces a la hora de narrar. Porque tienen muchos lectores con un mejor nivel intelectual, y entonces eso se nota a la hora de narrar, tienen que afinar mucho más.
Fue un coloquio muy interesante. Como siempre brilló la forma de comunicar que tiene Lorenzo Silva. Se notaba que estaba muy documentado en todo lo que decía, eso unido a su forma sencilla de contarlo, con tantos datos y referencias a la vida de Larsson y a Suecia volvía el debate muy ameno y muy entretenido. Qué lástima que no hubiera durado más tiempo.
Ignacio del Valle: Escritor. Nació en Oviedo (1971), aunque reside en Madrid. Ha publicado hasta la fecha seis novelas, la última "Los demonios de Berlín"(2009). Tiene en su haber más de cuarenta premios de relato a nivel nacional. Y colabora en varios diarios, entre ellos El País.
Lorenzo Silva: Escritor y abogado. Nació en Madrid (1966). Autor de novelas policíacas, con más de una veintena de títulos. Ha sido premiado con el Nadal con "El alquimista Impaciente" y con el Primavera de Novela por "Carta blanca". Es comisario del festival Getafe Negro. Y sin dejar la novela negra, se ha iniciado también con la literatura de viajes.
Este fin de semana pasado, el viernes 13 y el sábado 14, ha tenido lugar el festival literario Eñe en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Los que hemos podido asistir ambos días, nos hemos sumergido en un mar de letras, de libros, de escritores, de cultura. Ha habido conferencias Express que duraban media hora, conversaciones entre autores, música, mesas redondas, acciones poéticas, películas…
A mí me ha gustado ir. Por supuesto no todas las conferencias te gustan igual, ni se disfrutan tanto. Pero era muy agradable saber que tenías ante ti un repertorio muy variado y sugerente de propuestas culturales donde lo único que tenías que hacer era estar pendiente de la hora y el lugar para llegar a tiempo.
El viernes cuando llegamos a media tarde ya había gente, pero a medida que iba avanzando la tarde aquello cada vez tenía más ambiente. En todas las plantas de Círculo había actividades, podías tomar algo en la cafetería de siempre de la planta baja, o también en la segunda planta, donde también habían colocado un puesto de venta de libros y de firma de autores.
El viernes estuve en la conferencia expres de Soledad Puértolas “Las enfermedades de los escritores” y después en el cara a cara de Lorenzo Silva e Ignacio del Valle “Juicio a Larsson”. Por último estuve en la entrega de premios literarios “Cosecha Eñe 2009” donde entre los diez finalistas estaban dos amigos míos de los concursos, y para amenizarlo pudimos escuchar a Germán Coppini.
El sábado repetí. Por la tarde pude asistí a la conversación entre Juan Cruz con Javier Cercas. Después también estuve en la conversación entre Juan Barja y Antonio Gamoneda. A eso de las ocho empezó la conferencia expres de Bernardo Atxaga. Lo bueno de las conferencias expres es que duraban media hora más o menos. Eso te permitía el poder llegar a otra actividad con cierta facilidad, así que después estuvimos en la conferencia del fotógrafo Alberto García Alix, tan peculiar como siempre, solo le hicieron una pregunta nada más terminar su intervención a la que no contestó porque estaba muy cansado… y finalmente fui a la conferencia expres de Manuel Vilas “Estaturas de hombres famosos: del 1,82 de Franz Kafka al 1,72 de Lou Reed” que puso el final ameno y distendido a tantas horas de cultura.
Muy entretenido el festival la verdad. En otras entradas hablaré más despacio de estas conferencias. Algunas muy interesantes. Yo creo que en general el festival ha sido un acierto. Además yo así pude coincidir con mis amigos "concurseros". Ya solo por eso mereció la pena.
Del libro “La Enciclopedia de los nombres propios” de Josep M. Albaigés (Barcelona Planeta 1995), os dejo con algunas palabras que proceden de nombres propios pero han evolucionado de tal forma que han terminado siendo sustantivos.
Magdalena:
«Bollo pequeño, hecho y presentado en molde de papel rizado, con los mismos ingredientes que el bizcocho en distintas proporciones»; según el DRAE esta denominación parece que alude a Madeleine Paumier, cocinera francesa a la que se atribuye la invención de ese dulce.
Josep M. Albaigès cree, sin embargo, que quizás su nombre procede de que se emplea para mojar, con lo que gotea, recordando los lloros de la santa arrepentida María Magdalena.
Masoquista:
La palabra alude al novelista austriaco Leopold von Sacher-Masoch (1835-1895) —“Masoch”ismo—, de quien se afirma que gozaba haciéndose azotar por una mujer, y que utilizó como protagonistas de varias de sus novelas a personajes que gozaban con la propia humillación y sufrimiento.
El DRAE define masoquismo como: «Perversión sexual de quien goza con verse humillado o maltratado por otra persona. Cualquier otra complacencia en sentirse maltratado o humillado». Y masoquista: «Perteneciente o relativo al masoquismo. Que tiene tendencia al masoquismo o lo practica».
Charlatán:
El Diccionario académico define esta palabra como: «Que habla mucho y sin sustancia», «Persona que se dedica a la venta ambulante y anuncia a voces su mercancía»… El vocablo procede del italiano ciarlatano y, al parecer, alude a Latán, un famoso sacamuelas y curandero, a cuyo paso por París gritaba la gente «¡Voilá, le char de Latan!».
No puedo imaginar mayor soledad: hay un idioma que sólo es hablado por una persona, el bikya. Es una lengua de la rama idiomática Níger-Congo, y esa persona, una mujer, vive en el poblado de Furubana, en la región noroeste de Camerún, cuna de los bantúes que en el siglo II a. de C. se dispersaron desde la costa africana hacia el este y el sur del continente, llevando civilización con su cultura de metalurgia en hierro y el cultivo de nuevas especies. La penetración alemana que comenzó en la región en 1884 se apropió de las tierras más fértiles y fue el comienzo del fin para muchas cosas en Camerún. Al fin de la Gran Guerra, en 1918, Inglaterra y Francia invadieron el territorio, y luego de la segunda guerra, en 1945, comenzó el movimiento anticolonial. Hoy son quince millones de personas que viven de cereales importados y tienen un PIB per cápita de 610 dólares.
A esta mujer, cuyo nombre ignoro, la filmó el lingüista David Dalby hablando bikya como su idioma natal para que no se perdiera su lengua. No logro recordar la fecha en que lo hizo, pero la mujer tenía en ese momento 87 años. Me enteré también de que en 1986 eran cuatro las personas que hablaban bikya. Fue una referencia vista al pasar en una noticia menor de la BBC lo que me despertó el interés. Supe así que el lipán apache es hoy hablado por dos personas, y el totoro, en Colombia, por cuatro. Hacia fines de este siglo, el 90% de los idiomas actualmente hablados en el mundo habrán dejado de existir.
Los idiomas hablados por menos de diez personas son hoy 133. Quiere decir esto que viven toda la vida en esa prisión del entendimiento, esa reducción del mundo. La globalización y el inglés arrasan con ellos. La organización estadounidense Ethnologue afirma que hay 473 idiomas en peligro de extinción, y la tendencia no es una preocupación que aflija este mundo. Ethnologue es una organización cristiana que estudia idiomas poco difundidos para proveerlos de biblias. Esta gente tiene contabilizados 7.358 idiomas, el 6% de los cuales es hablado por el 94% de la población, mientras que un 6% de la población habla el 94% restante de los idiomas.
Hoy el español es el segundo idioma más hablado; el primero es el mandarín, hablado por 845 millones de personas, el español por 329 y el inglés por 328 millones de personas. La suma de estos tres idiomas equivale casi a la cuarta parte de la población mundial y los hombres damos por un hecho capacidades culturales adquiridas. La experiencia personal de haber vivido muchos años en otro idioma me cambió la perspectiva. Podía notar cómo iba perdiendo mi español: mi léxico disminuía a pasos agigantados. Veía a mi alrededor cómo gente que no trabajaba con el idioma quedaba reducida al vocabulario hogareño, tal vez mil palabras.
La imagen de mis abuelos húngaros perdiendo su idioma natal antes de terminar de aprender el español era mi futuro probable; yo terminé chapurreando en cuatro idiomas, además del natal. Al volver a Uruguay pude sentir cómo crecía mi vocabulario y con él, la complejidad de mi pensar y entender.
Admiro a los cosmopolitas, que piensan y seguramente sueñan en varios idiomas, sin problemas, como los centroeuropeos, por ejemplo. Estoy seguro de que esto les permite desarrollar mejor su inteligencia. La hegemonía del español es muy fuerte, como se demuestra en Estados Unidos y en el propio Uruguay, donde saber brasilero es una excepción, y la geografía nos da una amplia faja de transición idiomática con diversos grados de portuñol.
La experiencia personal me lleva (prevengo que mi conclusión no tiene base académica) a estar convencido de que el idioma es consecuencia de una cultura y no su puerta de entrada. Perder idiomas es, para la humanidad, naturalmente, perder una herencia cultural. Pero más importante es perder la posibilidad de razonar y adquirir conocimientos en libertad. En fin, son noticias que uno ve al pasar y los diarios no titulan.
El jueves pasado, día 5 de noviembre, estuve en el homenaje a Machado que hicieron en la Biblioteca Maria Moliner la Asociación de Minusválidos Físicos de Villaverde Alto (AMIFIVI) en colaboración con la tertulia Literaria Galdós y la biblioteca.
El homenaje comenzó a las cuatro de la tarde con una lectura de poemas. Después hubo un documental sobre la vida de Antonio Machado que acababa de empezar cuando yo llegué allí, bastante antes de las seis de la tarde. Me sorprendió encontrar a mucha más gente de la que suele uno encontrar en este tipo de actividades. El documental fue muy interesante, muy entretenido.
Después del documental comenzó la conferencia de Enrique Gracia "Los hermanos Machado detrás de la Poesía". Conocí a Enrique Gracia hace ya algunos años, cuando iba al taller de creación literaria de Ágata, en Villaverde, por aquel entonces estaba allí haciendo un ciclo de conferencias sobre Madrid. Después he tenido ocasión de escucharle leyendo sus poemas en alguno de sus recitales y varias veces también haciendo la presentación de otros poetas que leen sus poemas en el Ciclo de Poetas en Vivo que coordina en la Biblioteca Nacional de Madrid. La verdad es que siempre da gusto escucharle. Sabe como atraer tu atención, es un conferenciante muy ameno, entretenido, que salpica todas sus conferencias de un lenguaje muy cercano e innumerables anécdotas que agilizan mucho la exposición. Por supuesto el jueves pasado con los Machado no fue una excepción. Pasó el tiempo volando escuchando su conferencia,y cuando terminó, de nuevo me quedé con ganas de escucharle durante más tiempo.
Después empezó la mesa redonda. Feli, poeta y compañera nuestra del Galdós, pero también parte integrante de AMIFIVI, era la moderadora. Llevaba preparadas unas preguntas que les iba haciendo a los integrantes de la mesa, a quiénes en primer lugar presentó. Enrique Gracia era también uno de ellos. Después estaba Aureliano, poeta e integrante de varias tertulias literarias en Madrid, como la del Círculo de Bellas Artes, la del Café Lión, y la nuestra del Galdós. También estaba Amparo que es la profesora de alfabetización en el Centro Cultura Ágata y Javier, poeta y nuestro coordinador de la Tertulia Galdós.
En la mesa redonda se abordaron muchos temas relacionados con Machado. Por supuesto la situación histórica en ese momento. Que ya también se había abordado en el documental y la conferencia. En todo momento se subrayó que Antonio Machado era partidario de la República. Se habló de la sobreentendida separación de su hermano por cuestiones políticas aunque se dijo que se seguían queriendo. También se comentó, la forma en que condujeron a él y a otros intelectuales a Valencia cuando ya se sabía que la guerra estaba ganada por los nacionales. Y por supuesto de su precaria situación en esta marcha de España, debido a que estaba enfermo y mayor, atravesando a duras penas la frontera hasta alcanzar Colliure, su hermano José, su madre y él. Entre las anécdotas contaron que cuando bajaban a cenar en la pensión en la que estuvieron y murieron tanto él como su madre, bajaban siempre por separado su hermano y élporque solo tenían una chaqueta y no querían bajar sin ella. También se habló de la permanente ceniza en las solapas del abrigo de Machado o en su dejadez a la hora de vestirse. Así como de la anécdota esa que es conocida de un jovencísimo Alberti que le enseñó a Machado en la tertulia que frecuentaban un libro de poemas de Verlaine que había conseguido y del que estaba orgullosísimo, y que Machado tras verlo, lo dejó en la silla donde estaban todos los abrigos que era la que estaba a su lado. Como no era muy cuidadoso y siempre estaba fumando y hablando pues al final de la tertulia el libro tenía dos quemaduras de su cigarro. Claro cuando se lo devolvió a Alberti el pobre se quedó un poco desconsolado. Pero dicen que con el tiempo apreciaba más ese libro por las quemaduras de cigarro que había hecho Antonio Machado que por el autor del mismo.
Fue una mesa redonda donde se tocaron diversos temas. Política, religión, cultura, intelectuales, todo encuadrado en el tiempo histórico en el que se desarrolló la vida de Machado. Aureliano aportó su experiencia como poeta, Enrique la suya como conferenciante. Era la primera vez que escuchaba a Amparo, la monitora de alfabetización del Ágata, me pareció una persona muy tranquila hablando, muy cercana, con las ideas claras. A Javier, varias veces le salió la vena de moderador que ha tenido en otras ocasiones y también aportó a la discusión la lectura de tres poemas sobre Colliure, uno de Joan Margarit, otro de Ángel González y otro de García Montero, muy apropiados y que enriquecieron aún más la tarde y cuyo enlace os adjunto para que podáis leerlos en su blog.
Y fue también Javier quién puso final a la mesa redonda con la semblanza humana, el retrato de Machado, que hace Jesús Marchamalo en su libro “36 escritores y medio” que yo aconsejo desde aquí porque hace un retrato de varios escritores de forma muy sucinta y amena.
La tarde recordando a Antonio Machado, su vida y su poesía, fue emotiva e interesante. Todos los que allí estuvieron encargándose del homenaje, o bien leyendo o conferenciando o participando en la mesa redonda, contribuyeron de forma muy generosa e instructiva al repaso de este poeta. Yo me alegré mucho de haber estado allí.
Os dejo como final con ese último verso alejandrino y huérfano que se encontró a la muerte del poeta en uno de sus bolsillos y del que tanto hemos oído hablar: