"A menudo oímos: "No sé cómo podéis vivir en Madrid". Y llevan razón. Yo tampoco me lo explico. Pero si puedo, nunca me iré de esta casa ni de este barrio; cada día los encuentra uno, cómo decirlo, más cercanos, sin que por ello vea que se lo estemos quitando a nadie. Esta ciudad nos sienta a todos como ropa de niño pobre, "corta y larga". Lo que tiene de urbe lo tiene también de "campesino y lugareño", como se encargan de recordar una vez al año los rebaños de merinas que atraviesan la cazada que pasa por la Puerta de Alcalá..."
Hoy me apetecía conversar de libros con mi blog.
Se trataba de huir de la rutina y, sobre todo, de los sinsabores, escapando por la puerta profunda de un libro: la mejor puerta.
He comenzado yo contándole que he estado ultimamente leyendo "Madrid" de Andres Trapiello. Y le he dicho "ultimamente" porque he tardado "lo que ni sé" en leerlo. Pero lo cierto es que me entretenía, me entretenía mucho y además me enseñaba y me recordaba algunos aspectos de Madrid que o no sabía o había olvidado. Además de volver a recorrer este Madrid en el que vivo cada día, de su mano, lo cual ha sido un doble placer.
Este libro de Andres Trapiello, le dije, no es una guía, ni un callejero, ni un libro histórico de Madrid, es un revoltijo de todo, con trazas literarias sí, pero también bastante de sus opiniones, sus recuerdos, sus sueños y frustraciones. Es una mezcla entre su propia biografía y la de Madrid, desde que siendo un adolescente leonés decidió venirse para acá, tras una pelea con su padre, y detrás del que creía sería el gran amor de su vida, en el año 1971. A partir de esa llegada, Trapiello nos va relatando tanto de su vida, como de los distintos aspectos de esta ciudad, mientras va saltando de un tema a otro, todos relacionados con Madrid. Quizá no tenga un hilo argumental muy claro, ni mucho orden, pero yo se lo recomendaría a mi blog y a quién gustase de que le cuenten de Madrid.
A quién le gustase que le cuenten "mucho" de Madrid porque anda que no te ha durado... -Me ha respondido mi blog.
Bueno, le he dicho yo, tampoco hay por qué leerlo de un tirón. No es una novela. Se puede leer altenándolo con otros libros más ligeros.
Que es lo que tú has hecho -Ha apostillado él. (A veces no puedo con mi blog cuando se cree que lo sabe todo de mí.)
Sí, efectivamente, yo también antes de terminarlo me leí una novela y luego volví a él. Solo una, de María Oruña, y mientras estaba de viaje, por leer algo ambientado en los paisajes que estaba visitando y más ligero, que para eso estaba de vacaciones... Y de pronto me he callado, porque ¡Qué necesidad tenía yo de justificarme con mi blog! No hay nada más placentero y más particular que la lectura. ¿A qué vienen estos reproches? Digo yo...
Y he vuelto a centrarme en Andres Trapiello y su "Madrid":
“Para ser ‘nada y de nadie’, de Madrid todos creen tener algo que decir, y por lo general acaban diciéndolo. Y a Madrid todo le parece bien, porque es Madrid”.
Habla mucho en este libro Trapiello, además de otros muchos escritores, de Benito Pérez Galdós, y lo hace con devoción: “porque sin Galdós no se entiende Madrid”. Muchas veces alude a él durante todo el libro, a su Fortuna y Jacinta, que según Trapiello no solo es la gran novela de Madrid, sino el gran libro sobre Madrid.
“Acaso el galdosiano es el único Madrid que haya existido, antes incluso de Galdós, y el único que aún pervive extendido por toda la ciudad”.
Habla también mucho, cómo no, del Rastro de Madrid, del que es asiduo de siempre y de cómo conoció siendo jóven el Museo Romántico, donde tantos momentos inolvidables pasó antes de que lo reformaran. Habla de la gastronomía y de los toros. Alude a la "chulería madrileñá" y a los sucesos y personajes que la han poblado. Habla incluso del árbol de Madrid, la acacia y su vista favorita desde esta ciudad. Habla del Covid, de la Ley de la Memoria Histórica, y de la retirada de algunas estatuas. Habla de todo cuánto siente y vive en este Madrid que habita, y eso se nota en estas páginas.
Aunque, bien es cierto, para hablar de la historia de Madrid recurre a un historiador:
“Su historia, nos recuerda Santos Juliá, es la de una
ciudad que ha querido ser con Austrias y Borbones la capital de la
monarquía; con los liberales del siglo XIX la capital de la nación; en
1931 la capital de la República; en 1939, con Franco, la capital de
España, y desde 1978 la capital del Estado. En la actualidad yo creo que
apenas es ya nada, solo el buzón donde todo el mundo, principalmente
‘las provincias’, como las llama Ortega y Gasset,
dirige sus quejas y reclamaciones. Pero no solo: ha sido, como ninguna
otra, la de las ocasiones perdidas. Aunque sin exagerar: tampoco es un proyecto en ruinas”.
En definitiva habla de todo cuánto le ha parecido, en virtud de su amor por Madrid y su particular punto de vista. Y eso se transparenta a lo largo de todas estas memorias o ensayo o como queramos definir este gran tomo narrativo. En cualquier caso es una narración original y distinta. Todo el libro está escrito con un estilo impregnado de naturalidad, muy cercano pero muy literario, salpicado de citas literarias, de frases escogidas, de alusiones a libros y autores, a conversaciones, a tertulias, a amistad y amor por la literatura: "Lo que se sabe sentir se sabe decir" es una frase de El amante liberal que he citado mil veces. No hay otra enseñanza que valga. Y que el Quijote sea una novela a la que le sobran quinientas páginas da lo mismo, podría haber tenido otras quinientas y seguiría siendo la obra maestra que es...".
Por eso mismo he podido tomar nota de muchos libros que recomienda, por ejemplo de varios que hablan del Madrid de la Guerra.
Está contado también, en lo que al estilo se refiere, con pinceladas de humor, con cierta gracia. Es curioso.
Ha trabajado en él cuatro años y seguramente podría haber seguido otros tantos. En cualquier caso, aunque la primera parte se me hizo un poco más árida que la segunda, yo hubiera seguido leyéndolo, porque lo he disfrutado mucho.
Ea, dice mi blog cuando me escucha.
Ea, le digo yo y además pienso publicar esta entrada, le concluyo.
Tú misma. Me contesta él retirandose a su natural ostracismo.
Ay qué carácter tiene...
"Este libro ha sido el fruto de cuarenta años de vida madrileña y de muchos derribos. Durante los cuatro que ha trabajado uno en él he ido tomando notas de lecturas, paseos e impresiones, y aprovechando las que he ido guardando en unas libretas de hule negro, encontradas, cómo no, en el Rastro y procedentes de viejas papelerías cerradas por defunción o quiebra. ..."