Y con abril se fue también la última obra de teatro disfrutada: La casa: Intrahistoria de una mudanza.
Fue una obra agradable, plácida, de las que relajan, y que como muy bien dice el título, tiene como argumento una mudanza de una familia. La protagonista, Julia, se muda de la casa donde ha vivido los últimos años: esa casa donde se trasladó con su marido y su hija cuando eran jóvenes. Después llegó su hijo, su marido se fue, los chicos se hicieron mayores, vino la madre de Julia y llegó una nueva pareja para la protagonista. La vida ha cambiado bastante mientras vivían en esa casa, y ahora toca dejarla y empezar una nueva vida en otra. Esa casa parece haber cumplido ya su función, pero a todos les cuesta dejarla, les cuesta cambiar.
Las mudanzas son muy sugerentes para escribir, es una excusa muy buena para abordar un montón de temas: Cómo han cambiado las familias en estos años, la transformación de aquella familia tradicional a las actuales, cómo se ha ido reestructurando el modelo en estos últimos años, de uno a diversos. También se puede hablar de cómo nos siguen afectando las heridas del pasado, el tema de la culpa, las relaciones intrafamiliares, las despedidas, la ilusión, la complejidad de las relaciones afectivas... Se pueden abordar muchos temas apoyándose en una mudanza.
En este caso es una obra de teatro que se centra en temas sentimentales, de afectos domésticos, de relaciones dentro de la familia.
Los actores están bien, resultan creíbles en su papel, todos en general. Me parece que la actriz que tiene el papel de abuela lo hace muy bien, transmite mucho, también su papel es muy agradecido. En cuánto al argumento y su división en escenas, me pareció muy bien, aunque hay una escena que quitaría, la verdad, creo que no aporta demasiado, pero bueno como quizá sea cosa de gustos tampoco voy a hablar mucho de ello. Además todo influye, y yo llevaba todo el día por ahí, estaba algo cansada, por eso cuando salí pensé que me gustaría poder leer en papel el texto, para disfrutarlo más.
Quería destacar que me pareció muy bien hecha la transición de las escenas del presente a las del pasado, son transiciones muy suaves pero certeras. Al espectador no le cuesta nada ver que en la acción ha cambiado el tiempo.
La escenografía me ha gustado mucho también. Esos cambios de tonalidades, ese paso del blanco total del pasado a los mil colores del presente. Me han parecido muy logrados los decorados, muy rápidos los cambios implicando a todos los que están encima del escenario. Eso agiliza mucho la obra. Eso y la música hace que la obra sea muy dinámica.
Hacía mucho tiempo que no veía actuar a Enriqueta Carballeira.
Un poco incómodo el teatro Quique San Francisco, había muy poca distancia entre las butacas de las distintas filas. Es verdad que se veía muy bien, porque la zona de los espectadores tiene mucha inclinación pero se agradecería un poquito más de espacio con la fila de delante. Aunque también es de agradecer que hubiera 2x1 en el precio de las entradas durante el puente. Así que como diría Mota: "Las gallinas que entran por las que salen".
En fin... que da gusto ir al teatro.