Hoy, 11 de noviembre de 2022, es el Día de las Librerías.
Y como no tengo remedio cuando he salido de trabajar me he ido a celebrarlo a una de ellas y ya he salido de allí con mi botín de dos flamantes libros bajo el brazo. Estoy segura de que caminaba por la calle con una sonrisa que me daba tres vueltas a la cabeza.
Es uno de esos enormes y pequeños placeres de la vida: ir a una libreria y ver qué me puedo llevar. Se me pasa el tiempo y ni me entero allí dentro, saltando de sección en sección, leyendo en voz baja los títulos en los lomos, pensando "que me llevo, que me llevo", frotándome las manos con pura avaricia de cuento, porque me llevaría media tienda ¡qué digo media! la tienda entera acarrearía si pudiera.
A poco que lo pienso algunas de ellas están ligadas ya de por vida a acontecimientos importantes de mi paso por el mundo: Aquella Paradox que fue una de nuestras primeras salidas juntos, cuando empezábamos a caer por ese precipio peligroso por el que felizmente nos despeñamos, justo antes de decirle al mundo "Cerrado por amor".
Y aquella de Zaragoza donde me dieron aquel premio de relato. Cuando solo me presenté por si sonaba la flauta y nos íbamos a visitar a mis amigas las mañas y ¡va me lo dan! ¡Qué bueno!
O aquellas preciosas de más allá de las fronteras, y que no he podido dejar de conocer cuando viajé a esas ciudades: La mágica livraria Ler Devagar en
Lisboa, la fantástica librería Lello de Oporto o la más antigua del mundo también en Lisboa.
Hay tantas que tengo entrelazadas a inolvidables viajes que hasta he perdido la cuenta. Pero me acuerdo de aquella mítica de San Francisco, la City Light Books, que visité con mis amigos. O aquellas que ya no existen seguro como la acogedora A Lura dos Livros de Tavira o esa pequeñita y maltrecha de Damasco. Sin embargo sobreviven en mi memoria a salvo del olvido, la especulación o las guerras.
Son mi debilidad, no puedo dejar de pasar por ellas sin llevármelas, aunque solo sea en fotografía, sobre todo si tienen un nombre inolvidable, como me ocurrió con "La palabra escrita" de Eslovenia o "Le silence de la mer" en Vennes de Francia. Tengo que leerme ese libro. Por no hablar de las que, nada más descubiertas, te devuelven libros como "La Rayuela" de Berlín, donde además pasamos una estupenda y soleada mañana.
Cuántas habré visitado ya, cuántas fotografiado, incontables desde luego.
¿Pero cómo no hacerlo si en ellas palpitan mil y unas historias? Te abren mil y una puertas por las que asomarte a vivir otras vidas.
Son el modo más sencillo de escaparte, de viajar, de soñar. El mejor refugio.
Son, qué le vamos a hacer, mi paraiso y mi perdición.
11 de noviembre de 2022, Día de las Librerías.
Librería desaparecida Paradox en Alonso Martinez, Madrid |
Este cartel estaba en la librería "Las tres rosas amarillas" de Madrid |
Librería París. Entrega de premios de relatos. Año 2018 |
Librería Ler Devagar en Lisboa |
Librería Lello Irmao de Oporto |