Es cierto que en mis tiempos de BUP y COU estudié a los intelectuales de la Generación del 27, pero nadie me habló de las intelectuales de esa misma generación. Aquellas mujeres pintoras, escritoras, escultoras, pensadoras, compositoras y artistas en general no llegaron hasta nosotros, a pesar de que llegaron a tener mucho éxito no solo nacional sino internacionalmente hablando.
No sabíamos que nos faltaba la versión femenina de todo cuánto ocurrió en aquellos primeros años del siglo XX. Nos faltaba su mirada, su forma de crear. Y ellas también habían sido protagonistas de aquel tiempo.
Como
contaba Maruja Mallo fueron ellas, Maruja y Margarita Manso en este
caso, quienes habían cruzado la Puerta del Sol sin sombrero junto a Lorca y Dalí
como signo transgresor, como rebeldía. Liberándose del sombrero
liberaban también sus ideas. Este acto de rebeldía les valió el nombre de Las Sinsombrero, nombre con el que se ha llamado a todo el grupo de mujeres que llevó el peso cultural y social de los años 20 y 30 del siglo pasado.
Fueron también ellas mujeres talentosas, rompieron moldes, y brillaron artística e intelectualmente hablando. Maruja Mallo, Margarita Manso, Marga Gil Roësset, Delhy Tejero, María Zambrano, Luisa Carnés, Rosario de Velasco, Concha Méndez, Ángeles Santos, Ruth Velasco... Brillaron junto a las que se quedaron sin exiliarse como Carmen Conde o Rosa Chacel. También hablamos de dramaturgas, empresarias, figurinistas.
Reconozco que solo había oído hablar de Maruja Mallo y de alguna más porque en mi tertulia literaria me hablaron de ellas. Sin embargo tuvieron que llegar a mi vida los libros de Las Sinsombrero de Tania Batlló para ir conociéndolas con más profundidad. Leí con avidez los dos primeros según fueron publicándose, conociendo una a una a aquellas "sinsombrero". Y precisamente ahora estoy inmersa en la lectura del tercer volumen, conociendo a las que se exiliaron: “No quiero olvidar todo lo que sé”.
En el Centro Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa, y hasta el 15 de enero, hay una exposición también comisariada por Tania Batlló que nos las recuerdan. Merece mucho la pena la visita.
Son más de cuatrocientas obras y hay documentos, libros, fotografías, obras de arte de pintura, de escultura...
Yo estuve el otro día, un día laborable a las tres de la tarde y no había nadie. Pero nadie de nadie. Un lujo poder visitarla despacio, admirando cada sección, cada vitrina, cada cuadro y panel, tomándome todo el tiempo que quisiera o necesitara para contemplar o leer. Estuve mi buen rato admirando las esculturas de Marga Gil, los cuadros de Maruja Mallo, Ángeles Santos y de Delhy Tejero que me encantan. Viendo los libros de Concha Méndez y Luisa Carnés... Disfrutando.
Eso es, disfrutando. Recordando lo que ya había leído en los libros. Pero también aprendiendo nuevas facetas de ellas.
Es una exposición amplia, amena y muy interesante.
Los cuadros de Maruja Mallo |
Las esculturas de Marga Gil Roesset |
Las pinturas de Ángeles Santos: "Terra" |
Los libros de Luisa Carnés. La obra de teatro Tea Rooms la vi también en el Fernán Gomez y me encantó |
Los cuadros de Delhy Tejero |
El espacio de crecimiento intelectual y social de las mujeres de la época: El Lyceum Club Femenino |
La original obra de Ruth Velazquez "La madre del Comunismo" |
"La matanza de los inocentes" de Rosario de Velasco |
Margarita Manso |