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jueves, 12 de marzo de 2015

María Eugenia López - Poeta argentina en Madrid


Ayer en mi tertulia tuvimos visita de una poeta. De vez en cuando nos gusta dedicar el día de tertulia a centrarnos en la obra de algún autor que tiene la deferencia de compartir su tiempo con nosotros. Ayer nos visitó María Eugenia López, una poeta argentina que había venido a Madrid a pasar un mes de vacaciones. Javier Díaz Gil (poeta y coordinador de nuestra tertulia) la conocía porque habían coincidido en un Festival de Poesía en Brasil.

Fue una tarde especial gracias a la poesía de María Eugenia, una poesía transgresora y contundente pero salpicada toda ella de imágenes que son un estallido de color y olores. Y por supuesto gracias al ambiente de camaradería, de complicidad, que se creó en la sala en torno a sus palabras y a la literatura en general.

María Eugenia López nació un 29 de septiembre (el mismo día que yo) pero del año 77. Se define así misma como estudiante de letras y floretista. Dirige la colección de poesía joven “chicas de bolsillo” de la Editorial de la Universidad Nacional de La Plata y Espacio qu (espacio queer) de la misma universidad. Sus libros publicados son: Bonkei (La Plata, 2004; Sâo Paulo, 2014), Sybille Schmitz (plaquette, Santiago de Chile, 2007), Arena (México, 2009), Jirones de París (Barcelona, 2014), y está en numerosas antologías. Además ha participado en un buen montón de Festivales Poéticos en diversos países.



Esta historia es sobre un callejón oscuro de chicas licenciosas, de la mala vida, de la noche. Recuerdo haber amado a una de ellas, que mataba el tiempo entre los clientes leyendo cómics. Con el cuerpo de heroína y los tacos embarrados, arrimaba su figura a la mía y apoyando la cabeza en mi hombro me contaba su última aventura. Yo fumaba mirando cómo el humo empañaba su sonrisa, convirtiéndola en una cortesana londinense. Así, me llevaba a ciudades raras, nocturnas, donde el bien y el mal eran colores bien definidos, hasta que otro cliente la devolvía al callejón. Entonces, besaba sus labios pop y la veía alejarse vestida de plenos planos. Un día la encontraron azul, lejos, con el rouge corrido hacia el piso y la vincha en la garganta. Recuerdo que me contaba su sueño de ser villana. En la callejuela inmunda de las mujeres perdidas.

El texto pertenecen a Bonkei, libro publicado a fines de 2004 por la Universidad Nacional de La Plata dentro de la colección Chicas de Bolsillo.


 Nos contaba María Eugenia que ella es correctora de libros y va "malinterpretando todo". Se refiere a que cuando trabaja como correctora, aunque se va fijando más en la forma que en el contenido de todo cuánto lee (libros de medicina, o de cualquier tipo), algunos de los contenidos se quedan por ahí revoloteando como luciérnagas en su cabeza y al final misteriosamente se unen con dos o tres contenidos más de otros temas y terminan por formar parte de uno de sus poemas.

 También, con motivo de que es floretista, hablamos de la relación entre la poesía y el florete. Porque cuando comenzó a prácticar el esgrima nos contaba que ella les había dicho que lo suyo tenía que ser el florete, porque ella era poeta. Nos decía que fue algo así lo que habló: "Mire señor yo soy poeta, yo trabajo con economía de movimientos, con precisión y voy directa al corazón. Tengo que utilizar el florete porque es lo más parecido, requiere economía de movimientos, precisión y solo apunta al pecho... Si escribiera narrativa elegiría el sable. ". Muy curiosa esta analogía ¿verdad?

La verdad es que hubo algunas frases que decía María Eugenia que no podías evitar anotarlas porque o tú también hacías eso o lo habías pensado o sentido. No podías más que sentirte identificada en ellas. Frases como "Escribo y guardo" o "Cuando se siente el dolor es cuando más se ve el alma de la otra persona y puedes llegar a él".

Al mismo tiempo íbamos haciendo un recorrido más o menos cronológico por sus libros de poesía. Nos leyó poemas de los que tiene ya publicados y también de los que tiene inéditos y que va reuniendo bajo un mismo título que tiene que ver con "los alimentos". O lo que os mismo, con aquello que nos nutre...





 "Las naranjas desparramadas por la arena. Las olitas las acercan, las alejan. Eri juega a tirarle tul y panes al mar, las naranjas siempre vuelven. El mar va, pero todavía no. Los tules verdes y los panes. Las olitas blancas. No hay playa cuando no hay sol. Todo se torna viscoso y es elástica la tormenta en el horizonte. No hay playa. Es más bien un caldo, un aroma, un hundirse de a poco. El mar viene. Todos los llantos y todas las flores en la arena. El gran calamar rojo pasa y donde estaba la niña ahora hay una mancha de tinta"

Éste poema me gusta mucho. Tiene tantas sensaciones, tantos colores, incluso olores dentro que es muy visual, muy de los sentidos. 






En este vídeo podemos escuchar poemas de su libro Arena publicado en el 2009. Es un poemario muy original y transgresor. Cada capítulo lleva un título que corresponde a una víctima de Jack el Destripador y viene encabezado por un cita del Apocalipsis.

 Os he copiado varios fragmentos para que podáis haceros una idea, además de dejaros con la voz de Maria Eugenia recitándolos, porque nos leyó todo este poemario entero. Ya veis que algunas páginas son apenas unas pocas frases con lo cual tampoco tardó tanto. Pero Javier nos preguntó si queríamos escucharlo todo de una vez, porque él pensaba que era mejor. Y lo cierto es que sí, la voz, la cadencia de esa voz de la poeta te va meciendo mientras va hablando de esas víctimas. Y parece mentira cómo se puede hacer poesía, algo bello, de estos hechos tan macabros. Es una sensación agridulce que al final te gusta. Te transportaba su voz a aquellos escenarios de los crímenes, y sin embargo es cómo si te hipnotizara sutilmente... Muy, muy curioso, la verdad.

Elizabeth Strides

soy yo el que escudriña los riñones y el corazón
y os daré a cada uno según sus obras.
Apocalipsis 2,23

Long Liz parece pequeña cuando está en la calle. Tiene la cara caliente y las manitas frías. Cuando está en la vereda la gente ve salir la sangre del cuerpo. Es un río bordó abriéndose paso entre adoquines.

...


Mary Ann Nichols

Detrás de las esquinas, en los baños, debajo de las mesas. Todas las lenguas se entienden en la cama. Todos los labios unen.


Pág. 33
Arena

Anni Chapman

Dark Annie teje al crochet. Hace carpetitas de hilo y mantas de verano. Se mira los ojos azules y los dientes en el espejito. Es un vidrio opaco pero sus dientes brillan.


Pág 41
Arena



Éste último vídeo quería dejároslo porque en él la autora nos habla de la impresión que han causado sus poemarios, de las críticas que ella ha recibido por ellos. Y nos habla de una anécdota que le ocurrió cuando leyó uno de ellos en la Universidad Católica. Me gustaba dejárosla para que veais el clima tan bueno que respiramos en la tertulia de ayer junto a María Eugenia López. 

Fue una tarde de poesía rara y novedosa. Y qué especiales son las rarezas. Cómo os digo fue un descubrimiento llegar a los poemas de esta autora argentina. Un placer ir desenvolviéndolos acompañados de su voz.

Y todos los que estábamos allí respirábamos tranquilidad y conversación. Tranquilidad porque hubo tiempo de escuchar mucha poesía, disfrutar de imágenes y metáforas preciosistas. Y respiramos conversación porque hubo también mucho de tertulia y debate a propósito de muchas cuestiones literarias que iban surgiendo: Prosa o poesía, el periodismo o la literatura, qué se está haciendo en éstos terrenos por Sudamérica, patologías, la gestalt, ¡el florete! Bueno todo cuanto aparecía era motivo para detenerse en ello y hablarlo. 

Qué entretenido y agradable fue este encuentro literario.

Un lujo de tarde la verdad.


3 comentarios:

  1. Qué interesante. No la conocía. No me extraña que pasarais una tarde estupenda.

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  2. ¡María Eugenia! María Eugenia fue uno de los placeres que me regaló mi vida de profesora de Literatura. Pequeñita, con esa fresca risa de pilla que, por lo que veo, aún conserva, me perseguía en los recreos, se me acercaba en las clases y me entregaba alguno de sus escritos para que yo opinara. Y yo... yo disfrutaba...
    ¡Qué felicidad reencontrarla reconocida como lo que siempre fue: una grn poeta!

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  3. Muchísimas gracias por tu comentario Alicia. Qué bonitos tus recuerdos de María Eugenia. Ahora, desde que vino por primera vez hace tres años, es nuestra compañera de tertulia cada invierno coincidiendo con sus vacaciones de verano. Es una compañera y una persona estupenda, la queremos mucho. Mil gracias otra vez por tu comentario. Un saludo

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